13.🦋
Hades...
La flor azul que obsequié a Melina tiene más de un significado que espero que ella misma descubra.
Espero que por medio de ella se dé cuenta que soy transparente y pueda confiar en mi plena y ciegamente, que se dé cuenta que si existen hombres que si se enamorarían y compartiría un mundo con ella.
Y ese quiero ser yo.
—¿Vas a irla a esperar? —niego con la cabeza—.¿Y qué vas hacer mi amor?—pregunta confundida.
—Solo voy a salir.
—¿Qué? ¿Y melina?
—¿Y qué pasó con la invitación a la cena navideña? —pregunta consternada.
Sonrío y beso su frente.
—Aún sigue en pie.
—Mi amor, la cena de navidad...
—Confía en mí.
Tomo las llaves de mi auto y acaricié la cabeza de mi peludo amigo antes de poner un pie fuera de mi apartamento.
Esperar a Melina fuera de su apartamento sería lo más lógico, aunque para ella no lo seria, ahora que no está trabajando en la cafetería de Estela será mucho más difícil hallarla, pero no sé por qué tengo la intuición que en cualquier parte la encontraré.
Atravesaba la quinta avenida y crucé a mano izquierda para encontrarme con la joyería Cartier. Me detengo detrás de una camioneta roja y me pongo pasamontaña antes de bajarme de mi auto.
—¿Buenas noches en que puedo ayudarle?—miraba las vitrinas. Detallaba los anillos y también las cadenas de oro —. Señor.
—Hola buenas noches —saludo cordialmente y apunto con el dedo un anillo. Este tenía cristales pequeños en forma de rosa y visualice la mano de Melina en él.
Quería obsequiárselo, este será un símbolo de gran importancia. Le tengo una propuesta y este objeto puede definir mi felicidad o mi tristeza.
Escogí uno sencillo porque no quiero que se ofenda, no sé cómo vaya a tomarlo, pero lo que menos deseo es que lo rechace por ser tan exagerado. A mí tampoco me gusta lo extravagante y ella no se ve que sea así.
Dejo la joyería admirando mi regalo con una sonrisa y me encamino hacia mi auto con normalidad, cuidando de no caerme. Había nieve en todas partes. Coloco la clave y al momento de abrir la puerta, escucho unas risas femeninas muy cerca de mí y no puedo evitar levantar cabeza.
El aire se me corta y mi pecho se aprieta de emoción. Una corriente viajó por todo mi cuerpo y no pude ocultar mi sonrisa.
Melina Wells estaba pasando justo por el frente de la joyería con su linda amiga pelirroja.
Oculté su regalo dentro de mi jersey y sin dudar, me acerqué a saludar.
—Hola—ellas giran en mi dirección y noto como los ojos de Melina se expanden. Quise cerrar mis labios, pero no podía, verla me llena de tanto gozo que no puedo ocultarlo por más que lo desee.
—Hola Hades—saluda Melina con la voz temblorosa. Escucharla decir mi nombre con esa voz tan suave y dulce, es una sensación indescriptible.
—¿Cómo están?
—Bien—contesta la pelirroja con una media sonrisa cómplice y con la mirada cargada sobre Melina—.¿Tu como estas?
Suspiro y me aguanto las ganas de decir que estoy inmensamente feliz por cruzarme con Melina otra vez.
—Muy bien también—respondo, con normalidad aparente—. Comprando lo que me faltaba para la cena de navidad.
Ella asiste, Melina miraba a otra parte.
—Nosotras también estamos en eso, pasaremos la cena de Navidad con Estela —señala hacia atrás —. La dueña del café...
Asisto disimulando mi decepción y creo que mi mala suerte.
—¿Te gustaría acompañarnos? — invitó Melina y me sorprendió que haya salido de sus propios labios.
—¿No será mucha molestia? —pregunto haciéndome el incómodo, cuando por dentro estoy saltando de la dicha.
—Estela estará encantada-Dice la pelirroja.
—Bueno, me encantaría —acepto sin dudar—. ¿Debo llevar algo?
—Por puesto —Contesta otra vez la pelirroja—. Tu hermosa sonrisa y tus bellos ojos.
—Wendy —la regaña.
Rio.
—¿Tienes donde anotar la dirección? —pregunta entre risas y observo por el costado de mi ojo que estaba toda sonrojada.
—Es a las ocho de la noche.
—Perfecto —Guardo mi teléfono dentro de mi chaqueta.
—Hades —me llama Melina y mi corazón da un vuelco contra mi pecho.
—Voy a ver unas cosas por allá —dice Wendy y nos deja solos.
—¿Cómo te sientes? —pregunto, todo dentro de mi estaba temblando—.¿Te ha servido la rosa?
—Muchísimo —responde con sinceridad y a la vez de alivio. Se le notaba muchísimo el cambio. Aunque en su mirada se le notaba aun mucha tristeza —. Gracias, no imaginé pudiera funcionar tanto.
—Eso me alegra inmensamente —manifiesto de corazón —. ¿Quieres que te pase a buscar?
—Si, por favor.
Parpadeo atónito.
¿Me ha dicho que sí?
Debo estar soñando, esto no es real.
—Eh...— raspo mi garganta y paso los dedos entre mi cabello. Estoy en shock — .¡Bien! — Expreso contento y abstengo de darle un abrazo.
—Tu nana también está invitada.
—Grandioso.
Ahora quiero besarla, dios mío.
Es tan hermosa.
—T-tengo que irme —asisto muy complacido, esta noche no pude resultar mejor.
— De acuerdo.
Coloca sus puños delante de mí y se lo que debo hacer, note que estaban temblando mucho.
Antes de chocarlos, poso mis manos y los envuelvo con delicadeza.
—Tranquila —le transmito mi serenidad, mi confianza—. Conmigo no hay nada que temer.
Respira profundo.
—Ya lo verás —alejo mis manos y después la encierro en un puño, las choco con las de ellas.
Wendy se nos vuelve a acercar y se me despido de ella haciendo un ademan con la mano.
—Hasta pronto —les digo a ambas y me dirijo a mi auto como si estuviera caminando en las nubes.
Tengo que estar soñando, esto no puede ser real.
Joder.
Que no sea sueño por favor, no se mierdas acabas de pasar, pero estoy lleno de gozo.
Mi nana se impresionó cuando le conté a quien me había encontrado en la quinta avenida y lo que había hecho.
Se llevó ambas manos a la boca y me felicitó.
—Ya verás que poco a poco Melina se dará cuenta que tú eres buena persona.
—Ojalá —digo esperanzado —. Le compré un anillo.
—Cariño es muy pronto para que le pidas matrimonio— dice ingenua.
Rio.
—No es un anillo de compromiso —aclaro—. Es un anillo que definirá mi futuro con ella. Es simbólico.
— ¿Qué quieres decir?
—Ella usará este anillo el día que me acepte en su vida —sus cejas grises se elevan—. Si lo usa en el índice es un sí, si lo usa en el medio es un irremediable no.
—Vas a ver que te dirá que sí.
Suspiro.
—Eso espero nana — suplico—. ¿Quieres ver el anillo que compré?
—Con tal que no sea como el que le diste a Madison.
—Melina merece uno mejor que ese.
Melina...
Las manos me temblaban y mi ritmo cardiaco estaba por encima de los niveles normales. Wendy me hablaba y yo apenas podía entender lo que ella decía, estaba hundida en mis pensamientos.
Admito que estoy aterrada y no sé si este cometiendo una vez más el mismo error. Sin embargo, voy a darme la oportunidad de conocerlo mejor antes de tomar una decisión, así como hice con mi mejor amigo.
Investigué acerca de las rosas azules y leí que quien obsequia este tipo de flor, significa que la persona es fiel y puedes confiar en ella.
Hasta los momentos Hades ha sido fiel con su palabra. Hace unas horas había hablado con mi amiguita Eva y ella todavía piensa que estoy en España.
Eso me hizo meditar mucho y por eso tome esa peligrosa decisión.
Conocerlo y de verdad ruego que sea un Rubens Bach y no un Jack grey.
Porque Hades está gustándome mucho más y no quiero que él sea próximo en destruirme.
La temperatura bajó más al pasar las horas. Podía ver mi aliento salir por mi nariz. Los autos estaban cubiertos por una densa capa de hielo y nieve.
Frotaba mis manos para darme calor y meterlas bajo mis brazos.
Estoy esperando a Hades desde la recepción de mi edificio. Y he salido con esta tres veces a la calle. No compartimos números así es más difícil saber si está próximo a llegar o no.
Salgo de nuevo a la calle y visualizo un auto que se acerca despacio. Era deportivo y de color negro. Este se detuvo frente a mí y bajo lentamente la ventanilla.
—Melina —era él, su voz es tan... no sé cómo describirlo. Es suave y sexy. No es ronca o fuerte.
Es muy hermosa.
—Hades — sonrío forzadamente mirando hacia el interior del auto y todo dentro de mí se estremece al conectarme con su mirada.
—Por favor—dice y alzo la vista—Déjame a mi. —Sale del auto y llega a mi lado en un dos por tres. Me aparto de la puerta —. ¿Puede decirte algo?
Me giro hacia él.
—Dime.
—Luces muy hermosa —abre la puerta— .Y también estas radiante.
—Gracias —musito asomando una media sonrisa y me deslizo dentro de su coche.
—Por favor ponte el cinturón de seguridad — Indica suavemente y luego cerró la puerta.
El auto quedó en silencio unos escasos segundos.
—Mi nana no puede acompañarnos esta noche — dice cuando ingresa —. Va a pasar la cena de navidad con unas amigas.
Estoy tan asustada con la decisión que tomé que me olvidé por completo de ella.
—No hay problema— digo, mi labio temblaba y mi voz no parecía la mía.
Dios estoy aterrada, demasiado.
—Tranquila Melina. Conmigo no tienes nada que temer —Ladeo un poco la vista hacia él. Sintiendo como el miedo se colaba por mis venas — .Sé que eso no será creíble para ti, pero tú misma te vas a dar cuenta quién soy en realidad.
—Lo estoy intentando, créeme, pero no es fácil —digo sinceramente —. Cualquier signo de amabilidad para mi es una señal que me están engañando, enserio discúlpame.
Se queda callado unos segundos.
— Voy a llevarte a la casa de Estela. Le dices de mi parte que me disculpe que se me presentó algo —suelta de repente.
—¿Por-por qué? —Sus labios se abren para responder, pero lo interrumpo —. Por favor asiste a la cena conmigo. Estoy intentando conocerte porque tú a mí...
—¿Qué? —sus ojos se agrandaron y mi ritmo cardiaco se detuvo por unas milésimas de segundos.
-Me gu-gustas.
🦋
Hola chamas!
¿Qué tal están?
Melina se esta dando una oportunidad de conocer a Hades y ya le dijo lo que siente.
¿¡Quien se emocionó!?
Disculpen la demora, estuve bloqueada para este capitulo y hubo muchas fallas de corriente. 😬
Gracias por la paciencia😗😗
Disculpen los errores ortográficos, actualice de mi teléfono.
Espero que les haya gustado y nos vemos pronto.
🎄Feliz navidad🎄
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