11🦋

Melina Wells...

Me duele la cabeza y me arde la mejilla. El degenerando taxista me tiró del cabello y me golpeó en la cara para evitar que escapara.

Grité a todo pulmón cuando me estaba obligando a meterme en la parte de atrás del coche. Pensé que nadie iba a salvarme y en ese preciso instante me arrepentí de no haberme ido con hades.

Pensé que era mi fin, pensé que no iba a tener escapatoria a lo que se me avecinaba.

Dean y su grupo evitara que ese hombre me violara. Lo quitaron de mí y recuerdo como los ojos azules de Dean se abrieron impactados al reconocerme.

Igual los mío, no imaginé nunca que él iba a estar ahí para ayudarme.

Hades.

Doblo mi cuello en su dirección y observo su perfecto perfil. Parecía tranquilo pero yo siento en el fondo que está molesto.

Es obvio que lo este. Me negué a su ayuda por este bendito miedo a hacia los hombres. Me sorprendió verlo y también ver como enfrentó a Dean. Si pudo hacerlo con un chico que inspira miedo, puede enfrentarse cualquier cosa.

Como al tipo que casi me viola.

—Discúlpame—le digo sin apartar mi mirada de su rostro sin expresión.

No me contesta.

—Hades...

—Melina, no me hables— pide y su tono de voz es severo— Si lo haces te voy regañar y no tenemos confianza como para hacerlo, aunque te lo mereces— pausa y toma un suspiro—. Por favor no me digas nada.

—Regáñame si quieres— doy autorización— Dilo. Debiste irte conmigo. Hazlo.

—Pues sí, debiste irte conmigo—suelta después de un prolongado silencio—.Entiendo que me tengas desconfianza, entiendo que lo que te hicieron esos hijos de puta te impiden que me veas como alguien bueno. Pero ¡Joder! Era un desgraciado taxista, esos enfermos abusan de las chicas inocentes como tú, ¿acaso no lees el periódico?

—Dean me dijo que estafaban a las personas...

—Tal parece que, al Hércules ese, se le escapó un detalle importante— dice jadeando de la molestia —. Tu prefieres lanzarte de un precipicio antes de irte conmigo por unas escaleras seguras.

—Culpa a los de tu genero por haberme jodido la vida.

Tiene razón, pero no me podía quedar callada.

Si tengo miedo, es por culpa de ellos.

—Bueno los de tu genero tampoco me trataron bien y yo no me niego porque me brindan una ayuda.

—Porque tú eres terco y no aprendes, tampoco tienes miedo en cambio yo sí.

—¿Y tú crees que a mí no me da miedo? — suelto una risita absurda.

—Si le tuvieras no dejarías que ninguna mujer se te acercara — le digo —. Y si, prefiero lanzarme al vacío antes de aceptar que un hombre me bajé por unas escaleras. ¿Para qué? si al final me termina empujando.

—Yo jamás te dejaría caer.

—Empiezas hablar como el estúpido Jack Grey.

—Quizás este repitiendo las mismas palabras que te dijo ese cretino, de lo que si estoy seguro es que jamás seré como él— pausa—. ¿Sabes cuál es mi miedo?

Me quedo en silencio.

—Que nunca vuelvas a ser la chica feliz de antes.

—Soy feliz.

—Eso piensas, pero no lo eres— contradice— ¿Piensas que no se te nota? Tus ojos hablan Melina. Hay miedo y también demasiada tristeza dentro de ti. La única vez que vi esos magníficos ojos alegres fue en ese pequeño local de comida en Canadá. ¿Recuerdas? — la voz de Hades comienza hacerse menos audible y mi pecho comienza a apretarse —. Ese día sentí celos quien para ese entonces no sabía que quien era, rabia al mismo tiempo porque nunca nadie me había mirado de la manera que tú lo hacías con él. Te juro que desee estar en el lugar de Jack, disfrutando eso de ti. Hasta ese día vi que eras una mujer feliz.

Me llevo una mano al pecho y rompo en llanto. Mi cuerpo se balancea y de pronto el auto deja de moverse. Siento unos brazos cálidos rodear mi cuerpo tembloroso y frio.

Hades me abraza y correspondo a su gesto sin cuestionarme después de unos segundos, sollozando en silencio.

—Estar a la defensiva de todos no te deja ser feliz—comenta acariciando mi cabello con suavidad.

—Solo me protejo de otra desgracia— manifiesto hipeando en su hombro—.No tengo nada en contra de ti.

—Lo sé, yo lo sé —susurra suavemente.

—Yo fui feliz hasta el día que conocí a Axel— digo y nos separamos. 

Hades limpia mis lágrimas con el dorso de sus manos con delicadeza, haciéndome temblar. Su atención se centra en la herida de mi mejilla y cuando se vuelve nuevamente se produjo cosquillas en mi interior.

Di por segura que estos cuatros semanas que habían pasado su efecto había desaparecido. Acabo de darme cuenta que no.

Creo que han incrementado.

Oh no...

—Axel...

—Fue mi primer novio —termino la frase, antes que siguiera indagando y volviendo de mi ensoñación—. Él junto con mi mejor amiga idearon...

—¿Has dicho tu mejor amiga? —me interrumpe.

—Si —respondo y absorbo la nariz, distrayéndome unos segundos hasta que su voz me interrumpió.

Regreso al pasado en un pestañeo

—Pero... ¿cómo? — se lleva ambas manos a la cabeza, consternado.

—Ella solo me usaba—continuo—. Nunca fue mi amiga.

—¿Y cómo se llamaba?

—Madison—los ojos de Hades se abrieron ampliamente.

—¿Madison? —jadea de una manera, que me indicaba que conocía el nombre.


Hades...

Escuchar el nombre de esa mujer fue como si me hubiesen golpeando con un fierro en la cabeza.

No, no puede ser la misma que me uso y me apostó.

—Te refieres a Madison Wolf— indago y por la expresión de Melina, no cabía la menor duda que era la misma.

—¿La-la conoces?

Dejo escapar una risita amarga e inmediatamente se me cristalizan los ojos.

—Por puesto— todo mi cuerpo estaba hecho candela de la rabia y la indignación. Esta mujer no vale la pena—.Ella fue quien me apostó con sus amigas.

Melina ni se inmuta, pero que se impresiona tanto como yo.

—Ella retó a sus amigas a enamorarme para conseguir ese auto que tanto había soñado y que lamentablemente su situación económica no se lo podía dar. No ese auto, porque ella podía comprarse cualquiera — niego ampliando mi sonrisa amarga —. Mientras yo soñaba un futuro con ella, ella estaba haciendo tríos, ¿y sabes que es lo peor? Que todo el mundo me lo decía, incluso Nix.

—Madison tenía tres novios cuando teníamos diecisiete — confiesa —. Dos en diferentes escuelas y uno en la Universidad. Yo le cubría sus infidelidades, sus mentiras. Todo. Los padres la creían que era una niña buena cuando en realidad no lo era. Una vez creímos que estaba embarazada y yo le di todo mi apoyo. Hasta le ofrecí mi casa por si sus papas la echaban tenia donde dormir—se le corta la voz.

— Madison no nos merecía — digo con arrepentimiento y desconcertado con todo lo que me contó.

Se aparta las lágrimas y me mira, sus ojos estaban abarrotados de lágrimas.

— Tu tampoco has sido feliz ¿no?—dice, y retrocedo un poco golpeado por sus palabras—. Hablas de Madison con tanta amargura. Sinceramente no sé cómo tienes las agallas de volver a confiar en una mujer.

—Después de Madison pensé que nunca me iba a volver a enamorar, pensé que jamás la iba a olvidar y sacarla completamente de mi corazón. Estuve casi un año creyendo que no iba a poder lograrlo hasta...

Niega antes que pueda terminar la frase.

—Ni me lo digas — se anticipa y no puedo evitar reír—. Así me dijo Jack, ustedes como que son hermanos.

Vuelvo a reír.

— ¿Puedo continuar?

— Me vas decir que yo te salve de ese hueco profundo que estabas hundido—dice disgustada —. No soy un centro de terapia.

Sigo riendo, me causa gracia ver cómo cambia de parecer. Es una actitud totalmente defensiva.

Ese Jack si la supo jugar bien.

—No iba a decir me salvaste— reitero —.Pero si me ayudaste a darme cuenta que Madison estaba fuera de mis sentimientos, ¿sabes lo gratificante fue eso? Te juro que yo pensaba que me iba a morir con este sentimiento.

Su expresión comienza a cambiar.

— Al principio no lo creí hasta que te vi en mi graduación—confieso—. El corazón se me puso tan agitado que no sabía si saltar de la dicha e irte abrazar. Madison estaba fuera finalmente, después de meses padeciéndola.

—El amor es malo.

Niego con desaprobación.

— Conocimos personas malas—le corrijo.

Suspira al mismo tiempo que yo lo hice.

— No hemos sido felices— concluyo después —. El amor no es malo, hay personas que lo hacen ver así.

— Discúlpame Hades—pide nuevamente y retorna su mirada hacia mí—. Solo...

— Te proteges lo sé—la corto, y trato de llevar mi mano a su rostro, pero me esquiva.

Despacio Hades, cálmate.

— Y yo te pido perdón por haberte gritado, solo estaba nervioso y muy asustado.

— Gracias a cielo no pasó nada mas—sonríe a medias.

— ¿Estas seguras? — dude.

—Siento dolor en la cabeza y el cuerpo debido al forcejeo que hice —señala su rostro—. Y creo que me cortó la mejilla. Estoy bien.

— Si, tienes un corte, no muy grande.

—Bien—dice nada mas—.Llévame a casa por favor.

—Por supuesto—digo con una media sonrisa y pongo en marcha el auto para salir de donde estábamos.

Antes de pisar el acelerador le di una mirada y ella a mí pensé que iba a esquivarla en cambio de eso me devuelve su sonrisa y siento que se me sale el corazón del pecho.

—No hagas eso —le digo.

—¿Qué?

—Sonreírme así, no lo hagas.

Su ceño se frunce.

—Me enamoras más— se echa a reír y es la primera vez que escucho su risa, no era sarcástica o irónica. Era sincera, dulce y tímida.

Esos es una buena señal ¿Verdad?

Espero que lo sea.

🦋

Hola chamas!

Esa Madison hirió a nuestros bebes :( 

Melina le sonrió a Hades *_*

¿Qué les pareció?

Espero que les haya gustado.

Les mando abracitos psicológicos y nos vemos el fin de semana <3 

Se les quiere <3 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top