Capítulo 52.

No es un pov de hadesito <3 solo que el cap se llama asi ....


Hades Ross

Los días que estuve en Londres resultó una de las mejores terapias que haya tenido una vez en mi vida, conocí lugares mágicos y espectaculares y probé manjares que jamás en mi vida imaginé una vez probaría.

Londres me ayudó mucho a despejar mi mente, alejar mis tristezas y encontrar mi paz.

Fue un viaje innovador, relajante, medicinal y regresar nunca estuvo en mis pensamientos, pero debía hacerlo, aun me quedaba un año para culminar mi amada carrera.

En mi estadía en Londres, no supe noticias de Washington. Me comunicaba con mi madre y le pedí a ella antes de irme que no me dijera absolutamente nada de nadie y no dijera a donde me fui.

Yo necesitaba unos días de descanso y no quería escuchar nada referente a Jack.

A los meses de haber regresado de Londres, me las encontré en el centro Comercial. Yo estaba le estaba comprando un obsequio a mi papá y en el ascensor coincidimos.

Jacqueline me pidió disculpas. Podía verse la rabia y la decepción en toda su extensión. Su voz y su rostro estaban cargados de vergüenza y frustración.

"Yo pensé que hice un buen trabajo"

Nix también me pidió perdón quien estaba igual de decepcionada y Eva no se quedó atrás, de las tres ella era quién estaba más afectada.

"Mi hermano no te merece merlina, eres muy buena para él. Tú te mereces alguien mejor que de verdad te quiera como eres. Porque tú eres una gran persona. Por favor no dejes de ser mi amiga, yo te quiero mucho"

Todavía recuerdo sus palabras. ¿Cómo podría dejar de ser amiga de alguien tan bonito como Eva?

A todas ellas les tome mucho cariño y es difícil de desprenderse, ellas se comportaron bien conmigo y no por lo que haya pasado dejaran de ser mis amigas.

Con quien más he hablado durante de todo este tiempo y con quien he profundizado más nuestra amistad es con Eva. La pequeña me escribe casi a diario y me visita de vez en cuando.

Hay momentos en los que vislumbro que Jack aparece detrás de ella con la excusa que la viene a acompañar. He tenido varias veces ese tipo de incertidumbre, pero después que ella me dijo de que Jack se había ido a la casa de su abuela, me sentí aliviada por una parte y por otra me dio nostalgia.

Había pensado mucho mi regreso por esa razón, tenía la seguridad que Jack no iba a cumplir lo que le pedí, él estaba renuente y tenía la certeza que iba a estar detrás de mi pidiendo otra oportunidad, pero me equivoqué.

Jack había tomado esa decisión para que pudiera terminar mi semestre en paz. La confesión de Eva me dejó sin palabras y me costó creer que él lo había hecho para demostrar que de verdad está enamorado de mí.

Es una decisión madura y sabia, sea la razón cual sea, porque aun dudo que sea por mí, lo felicito y espero que su estadía por allá le haga bien, así como me hizo a mi cuando estuve en Londres.

Yo espero poder sacarlo de mi corazoncito y de mis pensamientos. Y al estar lejos me ayudara mucho. Porque lo extraño y cuando paso a los lugares que fuimos, se me salen las lágrimas y comienzo a llorar.

A veces pienso que todo esto se trata de un mal sueño, una terrible pesadilla, que en cualquier momento voy a despertar y lo haré envuelta en sus brazos, mirando sus preciosos ojos verdes, riendo de sus tonterías y disfrutando de su compañía y de sus inolvidables besos.

Pero lamentablemente no lo es, es tan triste y frustrante que la única persona que al parecer se fijó en mí, por lo que soy y no por mi aspecto después de tantos años, haya sido todo por una maldita venganza.

Jamás volveré a confiar en nadie y nunca sabré que se sentirá ser querida por un hombre si todos me ven como si fuera de juguete, sin sentimientos y sin alma.

Rubens y yo nos hemos vuelto más amigos. A veces lo miro con desconfianza, a veces me pregunto si será sincera su amistad. Me da pena con él porque se da ha dado cuenta y me siento mal por desconfiar de su sinceridad, sin embargo, Rubens es comprensible y me entiende perfectamente. Él sabe por lo que pasé y no me juzga cuando me salen esos arranques de desconfianza.

—¿Cuándo le dirás? —pregunto y su mirada se esquiva de la mía, sus mejillas se sonrojan y no puede aguantar la risa cuando me le quedo mirando fijamente.

—Todavía no me siento preparado.

Rubens y Florencia se conocieron en la fiesta sorpresa que organizo mi madre para mí, fue realmente una reunión, entre ellos y mis amigos algo pequeño pero hermoso. Todos se pusieron de acuerdo y me dieron esa linda sorpresa.

Flor y él se encargaron de la decoración y desde ese momento tuvieron excelente química, hicieron clic, ambos se gustan y no han sido capaces de confesarlo.

Son tan lindos y quiero que estén juntos, ellos se ven hermosos y sé que harían una pareja perfecta.

—Rubens.

—Es que no se si ella siente lo mismo—entre cierro los ojos.

—Ella te corresponde Rubens—acaricio su hombre con ánimo —. Cree en mí y sé que está esperando que tu des ese paso.

—Tengo miedo.

Subí ambas cejas.

—¿Rubens Bach miedo?

—Cuando se trata del corazón, soy el ser más gallina que existe.

—Debes decirle o será muy tarde.

—¿Me ayudas?

Suelto una risita.

—¿Y cómo?

—Salgamos esta tarde —propone—. Los tres y tu inventas cualquier excusa para dejarnos solos.

Me emociono y comienzo a dar saltitos de alegría.

—¿Vamos a comprarle un regalito?— me llevo ambas manos a la boca —. Tú lo escoges.

—Está bien.

—¿Vamos a zumba?—bajo de la maquina con su ayuda y me limpio la frente con la toallita.

—Esta vez estoy preparada.

Sonríe.

—También yo.

Después del gimnasio fuimos a la tienda de regalos. Allí Rubens compró chocolates y un detalle escogido por mí, un lindo conejito rosado que tenía un corazón rojo que decía te quiero mucho, también me compró detalles y comenzó a bromear acerca si Florencia lo manda a la friendzone, yo le aseguré que no iba a suceder y él de todas maneras estaba preparado para la estocada.

Paseamos un rato por la capital como todas las tardes después de entrenar, fue duro para mi pasar por el frente de la casa blanca, sentí mucha nostalgia y deseos de llorar, no había vuelto a rodear este lugar hasta hoy. Algunas lágrimas se me escaparon, pero no dejé que este momento tan bonito y divertido que estaba pasando con Rubens lo arruinen los recuerdos.

—¿Todo bien amiga Melina?

Suspiro.

—Si amigo Rubens todo bien —contesto sonriendo un poco nostálgica.

—¿Quieres escuchar Shawn Mendes?

—¿Wonder?

—Por favor —rio y le doy play a su reproductor MP3.

Planeamos la cita dentro de su coche y exactamente a las siete de la noche saldríamos a cumplir la salida entre amigos. Ella aceptó sin cuestionamientos y noté lo mucho que Rubens se colocó nervioso, esto va a ser hermoso y no quiero perderme ningún detalle.

Tan lindo el amor, lástima que no está destinado para mí.

Mi madre me prestó su auto para cumplir la supuesta salida entre amigos y me puse más nerviosa cuando fuimos por Rubens.

Dimos varias vueltas antes de llegar a lugar y nos bajamos del auto y entramos a la pizzería, buscamos una mesa y pedimos una pizza familiar para los tres.

Hablamos de cualquier cosa, de la universidad y de películas, también de los cantantes como Harry Styles quien tendrá en pocos días una presentación, ese cantante es ídolo de mi querida amiga Florencia.

A mí también me gusta él, pero no tanto como mi perfecto y hermoso Shawn Mendes.

La pizza llegó y la conversación no terminó hasta que Rubens hizo una llamada a mi teléfono. La excusa para dejarlos solos. Contesté y me alejé, me tomé unos segundos para darle credibilidad.

Volví y agarré mi bolso, Florencia me miraba incomprendida mientras Rubens aprovechó de sacar el regalo dentro de su chaqueta de cuerpo y la coloco debajo de la mesa para que Flor no se diera cuenta.

—Tengo que irme —anuncio—. Mi madre me llamó y me quiere en la casa, no sé para qué.

—Mandemos esto para lleva...

—No, no, no dañen la salida por mi culpa—digo interrumpiéndola y las comisuras de los labios de Rubens se alzan—. Disfruten la pizza, hablamos mañana.

—Pero...

—La noche es larga y la pizza es poca—corto a Rubens y me despido con un beso a ambos — .Los quiero mucho y disculpen la interrupción.

—Me avisas cuando llegues a casa por favor —Pide Rubens y asisto con la cabeza.

—Los amo —digo para despedirme y salgo de la pizzería.

Los vislumbro desde el interior de mi auto. Ambos seguían hablando y comiendo, mordía mi labio ansiosa y corazón se acelera cuando comienzo notar que ambos dejan de reír y se ponen serios.

Rubens hablaba y de pronto toma el rostro de Flor, se acerca y después la besa. Tuve mirada en ella esperando que su reacción sea positiva. Cuando ella le sigue el beso y lo abraza sonrío mirando a ambos.

Mi amigo le entrega el obsequio y los chocolates, ambos se abrazan y vuelven a darse otro beso.

Suspiré nostálgica y me limpié las lágrimas con las mangas de mi suéter.

Iba a de regreso a mi casa escuchando música en el reproductor del auto de mi mamá, tarareaba la canción que estaba puesta y miraba cuidadosamente por los espejos retrovisores.

Todo iba a bien y de pronto me llevé a alguien por delante, no sé qué pasó, solo escuché el grito desgarrador y la figura cayendo del otro lado.

Bajo del auto aterrorizada y me encuentro con la figura de un hombre tirada en el suelo, mi cuerpo temblaba de nervios y me acerco a rectificar que no le haya pasado nada grave.

—Joder mi brazo —se quejaba moviéndose de lado—. Joder.

—¿Te lastime mucho?

Lo acabo de atropellar obvio que lo lastimé, pude haberlo matado.

—Mi brazo — dice, no podía verle el rostro porque estaba con el otro había cubierto con él —. Creo que me partiste el brazo.

—Lo-lo siento mucho —digo angustiada viendo cómo se retorcía de dolor y también el problema que me había metido —. Nunca antes me había sucedido, soy cuidadosa al manejar.

—No parece—bufa molesto y destapa su rostro, cuando lo hace mis cejas se elevan de la sorpresa —. ¿Melina?

—H-hades—titubeo.

Acabo de atropellar el amigo de Nix.

—Vaya manera de volverte a ver—bromea y lo miro incomprendida, acabo de partirle el brazo. ¿Por qué esta sonriendo? —. Pero me alegra.

—¿Puedes ponerte de pie? — ignoro lo que dice —. Hay que llevarte a un médico.

—E-eso creo—intenta ponerse de pie y no puede —. Joder no puedo.

—Déjame ayudarte —aterrorizada y apenada me pongo a su lado y coloco su brazo bueno alrededor de mi cuello y entre los dos, nos ayudamos.

Hades se queja en el proceso y yo solo quiero llorar y devolver el tiempo.

¿Cómo pude ser tan despistada?

Otras personas me ayudaron a subirlo al auto y lo llevo rápidamente a un hospital. En emergencias las enfermeras actuaron de inmediato y se lo llevaron a revisarlo.

Estuve en la sala de espera caminando de un lado a otro pidiendo a los Ángeles que no fuera a pasarle nada grave, fueron las tres horas más desesperantes de mi vida cuando al fin salió. Venia sonriendo y con un brazo vendado, podía caminar tranquilamente en mi dirección.

Eso es buena señal ¿verdad?

—¿Todo bien? —moría de la angustia, necesitaba saber si no le había partido el brazo u otra cosa.

—Estoy bien —contesta y levanta el brazo.

—Gracias a dios—expresa aliviado y se me salen las lágrimas—. No sé qué paso, te juro que...

—Tranquila bonita— dice interrumpiendo y su manera de llamarme, me incomoda —. Yo tampoco tuve cuidado al cruzar.

—Disculpa.

—Sin rencores— dice y me dedica una sonrisa serena.

—Yo me encargo de pagar.

—No, no hay necesidad. Yo trabajo aquí—aclara —. Gracias.

—Déjame llevarte— me ofrezco y vuelve a sonreír.

—Está bien.

Agradezco a los dioses que Hades se haya quedado dormido en el trayecto a su hogar. Después de haberme ofrecido llevarlo hasta su casa, no tome en cuenta la situación. Él seguramente quería entablar una conversación amistosa o conocer más de mí y en ninguna de las dos estaba dispuesta a aceptar.

Tenía pensado callarme y comportarme lo más cortante para que se incomodara y no me molestara, se diera cuenta que no estaba interesada.

Por suerte se había quedado dormido y no hubo conversación. Lo malo es que ahora me toca despertarlo y me da un poco de vergüenza hacerlo.

—Hades —llamo en susurro y lo muevo un poco por el hombro. Su cabeza estaba recostada en el espaldar de la silla y su rostro apuntaba en mi dirección.

Miro para el frente como buscando algún tipo de ayudo y me vuelvo hacia él preguntándome cómo hacer para despertarlo.

—Hades —hago un segundo llamado, movimiento delicadamente su hombro mirando atentamente su reacción —.Hades—subo el tono de mi voz y comienza a dar señales. Su ceño se frunce y su lengua pasa por el medio de sus labios.

—Mamá no quiero ir a la escuela— suelta una tontería y se me escapa una carcajada. Sus ojos se abren y curva una sonrisa de costado — .Pensé que estaba soñando —dijo y se incorpora.

—Ya llegamos a tu casa—aviso.

—Pensé que era otro de mis sueños —lo miro de reojo y espero que me digas las palabras para marcharme —. ¿Puedes pellizcarme para comprobar?

—Tengo que irme— digo cortante.

—Oh, disculpa— retrocede.

—Disculpa, enserio debo irme—miento, solo quiero huir. Se me está repitiendo otra vez la historia antes que suceda, debo apartarme.

—Está bien—dice, su voz era comprensible y escucho el sonido de la puerta abrirse —. Gracias por traerme.

—Disculpa por haberte atrope....

—Al contrario—interviene—. Ha sido una bendición volverte a ver—toma mi mano entre sus dedos y la dirige a su boca.

La retiro antes que llegue a tocarme con sus labios.

—Será un desafío conquistarte—dice y lo miro ceñuda—. Un hermoso desafío—susurra con una sonrisa y antes que pudiera reaccionar me da un beso en la mejilla. Retrocedo mi cabeza cuando su rostro queda al nivel del mío

—Eres como una perla de mar, hermosa y difícil de encontrar. Y si los que buscan ese tipo de joya se sienten afortunados de encontrarlas, yo me siento dichoso de volver a coincidir con la perla más hermosa del planeta.

—Primero yo no soy ningún desafío—le digo molesta y sus ojos azules me miran sorprendidos—Segundo, ahórrate tus palabras cursis que esos trucos ya me los sé y tercero no estoy interesada en conocerte—quito el seguro del auto—. Cuarto, bájate de mi auto.

—Espera Melina.

—Bájate de mi auto o empiezo a gritar— sus cejas se elevan e intenta hablar— Ayu...

—Está bien, está bien, por favor no grites.

—Bájate—amenazo con gritar de nuevo.

—Espera, recuerda que estoy herido.

—Más herida estoy yo créeme. Bájate.

—No quise ofenderte— sale del auto con dificultad y antes que se diera la vuelva pise el acelerador.

¿Otra vez?

Esto tiene que ser una broma. Una vez dije que no iba a caer y lamentablemente lo hice, me deje llevar y me golpee más duro que la primera vez.

Así empiezan y después como una tonta uno cae y no sucederá, no más juguetes para ellos.


Meses después...

El día de mi graduación llegó y todos estábamos emocionados. Jamás imaginé que este día finalmente iba a llegar.

Fueron unos días bastante duros, pero gracias a dios nos fue bien a mí y a mi querida hermana Florencia Sellers.

Cuando me llamaron sentí que se me bajó el espíritu. Todos comenzaron a aplaudir y cuando recibí mi titulo la ovación se intensificó. Entre el público estaban mis amados padres, mi mejor amigo Rubens Bach y la familia de Jack. También estaban sus amigos, quienes se convirtieron en mis amigos.

Todos menos él.

Eva me había dicho que retomará los estudios una vez que yo terminara los míos, no sé si me lo dijo como una advertencia, pero supongo que le habrá dicho algo cuando ella me contó.

Antes que ella me dijera la decisión de su hermano yo había concretado irme del país, no por él, sino por mí. El viaje a Londres me sirvió para estar en paz conmigo misma, pero fue muy corto la estadía.

Yo quiero olvidarme de esta ciudad y todo el mal rato que me hizo pasar por un largo periodo de tiempo. Sé que mi carrera me obliga volver, pero al hacerlo, quiero regresar completamente sanada y sin Jack Grey en mi corazón.

Esa es mi meta, olvidarme de él y cerrar para siempre de mi corazón.

Mis padres me hicieron una cena para celebrar mi grado y también me hicieron una despedida, nadie sabía que me iba hasta que mi madre les dio la noticia. Hubo lágrimas de alegría y también de tristeza, no pensé que mi ida les iba a afectar tanto.

Estuvimos hasta las tres de la mañana compartiendo y cada quien se marchó a su casa, Florencia se quedó conmigo porque quería estar hasta el último minuto conmigo.

—Duerme cariño— dice mi madre y me abraza —. Espero que este viaje te sirva mucho, más que el de Londres.

—Yo también espero mamá.

—Y perdóname cariño— dice arrepentida.

—Ya pasó mami—la abrazo y beso su mejilla —. No te preocupes. Ve también a descansar.

—Bueno.

—Te amo.

—Yo también mi vida.

—Espero que este viaje te sirva más que el de Londres—dice flor cuando quedamos solas.

Suspiro.

—Igual yo Flor.

—Me vas hacer una falta increíble.

Sonrío.

—Tu igual Florencia—dije.

—Dios quiera este viaje te logres sacar al tonto ese del corazón.

—Es lo que más deseo Flor—confieso y suspiro cerrando los ojos.

—Lo lograrás—dice segura—. Y si llegas a encontrar a alguien, espero de corazón que sea una persona tan buena y especial como tú. Porque tu mereces todo lo mejor de esta vida.

—Gracias Flor —una lagrima bajo por mi mejilla.

—Y si no, te casas conmigo— rio —.Es enserio, te juro que seré la esposa más fiel de toda la vida.

—De acuerdo Flor.

—Descansa hermanita.

—Buenas noches —le digo y cierro completamente mis ojos. 

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