Capitulo 5
—¿Tú crees que esto es un teatro? —su mirada es desconcertada y confusa.
—Lo que sea respecto a ti, sí.
Sonríe absorto.
—Y seguramente crees que ese tipo es mi complot.
—Eso solo lo sabes tú.
—¡Ese maldito no es mi complot y esto no ha sido ningún teatro! —sus pies se mueven sigilosos hacia adelante y siento un aire frío interno que me recorre la espalda que me hace retroceder —. Te defendí porque no soporto que esos hijos de puta ofendan a las mujeres.
—Ya.
Me mira incomprendido.
—Hablo en serio. Nunca planearía que un gordo de mierda te insultara. Tengo hermanas y si te ofenden a ti es como si las ofendiera a ellas.
Dudo un poco antes de hablar. Iba a irme, pero no me aguanto. Tengo que dejarle aclarado que la estúpida chica de hace cinco años se comía esos cuentos. Que se sentía afortunada que un chico me defendiera con los que se metían conmigo. Esa murió y no cree nada.
—Tú piensas que soy tonta — le digo —. ¿Acaso piensas que caeré en tu juego? Si crees que me estás tomando por ingenua. Estás equivocado.
—No hay apuesta, ni juego, ni nada de esa mierda. ¿Por qué me dice eso?
—Si, si la hay— siento ardor en mi pecho—, no soy estúpida, no soy ingenua.
—No Melina — niega —no existe tal apuesta. Lo juro.
—Es obvio que no lo vas a admitir — sonrío con ironía —. No soy tan ingenua como ustedes piensan. Esto ya me lo sé de memoria. ¡Deja de insistir!
—¿Qué es lo que te sabes de memoria? — repite intrigado y mis ojos asustados.
—Joven debe recoger todo lo que botó al suelo por favor — intervino uno de los encargados del local y me llevo una mirada al pecho.
Mi respiración se vuelve pesada y deseo desaparecer, pero me congelo en sitio. Todo comienza a verse un poco oscuro.
El encargado estaba en medio de los dos protestando, pero yo no lo veia. Solo hacia señas y apuntaba el suelo.
Eres una ingenua, nunca me fijaría en alguien como tú. Recuerda bien, gordita, las chicas como tú nacieron para esto.
El sonido regresa a mis oídos y parpadeo varias veces. Respiro hondo y enfoco mi mirada.
—Por favor recojan todo —miro al encargado y luego jack que lo está mirando con mala manera. Él se percata, me llama y el encargado intenta retenerme.
—Melina.
—Hey, señorita.
—Déjela — lo miro — yo me encargo — le dice al muchacho y este accede, miro a Jack una última vez y me giro en trompo para irme.
***
Mi vista apuntaba el techo de mi habitación mientras mi mente divagaba en...Jack y en su supuesto interés. Tanto años que llevo estudiando y varias veces
lo encontré en el campus con Steve y otras chicas de otros semestres y nunca me llegó a mirar..
Ahora resulta que le intereso cuando varias veces caminamos de frente y ni siquiera me determinaba.
¿Motivo suficiente para no creerle?
Si, es uno de tantos, porque hay más.
Ese tipo de hombres — así de sexy y atractivos como él — no buscan una chica de mi estilo, chicas genéricas y sencillas. Los estándares de belleza son cada vez más superficiales y esa es realidad que estamos viviendo en la actualidad. Ellos se inclinan por las mujeres de rostro impecable, hermosos y cuerpos esbeltos, provocativos. Esas que los hombres buscan y desean en sus vidas.
Soy consciente de ello, sé el repudio que le puedo causar a muchos hombres con mi aspecto, lo sé y me doy cuenta, solo que yo finjo que no lo hago.
Él me dice todas esas cosas lindas para enamorarme porque sabe que las chicas poco agraciadas como yo no se resisten a esos cumplidos y menos si viene de un chico lindo, porque sabe que las chicas que tienen la fortuna de nacer lindas no necesitan que se lo estén diciendo a cada momento.
Por esa razón debo tener muchísimo cuidado con él y sobre todo con mis sentimientos por soy consciente que algo me está pasando con él, no soy estúpida, solo que lo intento ignorar. Sé que el corazón no tiene memoria, pero mi cerebro si y lo recuerda todo. Es el único que me ayudara a mantener en la tierra mientras a esta pesadilla pase.
—¿Está todo bien? —pregunta la voz de mi madre. Me encontraba en la mesa comiendo con mis progenitores y desde que nos sentamos no he tocado nada.
—¿Pasa algo mi cielo? — ahora se añade la voz de mi papá — Tú comida — la observo —. no las has tocado.
—Estoy bien— claudico mirando a ambos empleando una falsa sonrisa.
—¿Estas seguras que te encuentras bien? — dudaron al ver mi plato, intacto.
Me llevo una mano a la cabeza.
—Un poco cansada nada más. Pero estoy bien —miento e intento comer algo, pero lo que está pasando con Jack me tiene, desalentada.
Es horrible tener que volver a vivir esto otra vez. Es injusta para mí.
—Come cariño.
Asisto y llevo mi mirada hacia mi teléfono cuando este repica. Lo contemplo intentando procesar quien aparte de mis padres me ha escrito porque hasta donde tengo uso de memoria, nunca he compartido mi teléfono con nadie.
Pienso Instagram pero el tono es diferente. Es el de WhatsApp, lo aumenta mi intriga y me cuestiono más y más.
¿Quién además de mis papás podría escribirme?
Desbloqueo la pantalla, imposible de contener mi curiosidad y trago despacio al leer las primeras líneas del mensaje.
Era Jack.
Y me sorprende que con solo un desgraciado mensaje. Haya provocado tantas emociones con solo haber leído su nombre.
Quería dejarlo allí y borrarlo, ignóralo y nunca saber su contenido. Pero odio mi fuerza de voluntad. Al final termino leyendo.
"Hola Cariño es Jack, lamento que pienses eso de mí, te demostraré que no soy ese monstruo y no te estoy apostando, no sé qué por qué piensas eso, pero te quitaré todas esas dudas. Espero que hayas llegado bien a tu casa. Un beso"
—¿Quién era mi cielo? —investiga mi madre y los dos me miran, no sé cuánto tiempo estuve leyendo el mensaje como para que se dieran cuenta que algo ocurría.
—Eh... — raspo mi garganta — Es Florencia, me está preguntando algo de la clase de hoy — digo lo primero que me llega a la mente.
—¿Ya estás haciendo amigos?
Frunzo las cejas y hago una negación disimulada, no sé cuál es el afán de mi madre que relacione con personas.
Como si fuera ajena a lo que me ocurrió. Actúa como si nada y en ocasiones eso me molesta.
—Ajá, sí.
Sonríe célebre.
—Me da mucho gusto.
Solo me dedico a sentir y regreso mi atención al teléfono.
"Si me sigues molestando te voy a denunciar por acoso"
"¿Denunciarme por acoso? ¿Y qué vas a decir? ¿Qué te coqueteo salvajemente y adulo esos labios deliciosos con violencia? Los cuales sueño por volver comer"
Siento mi cara hirviendo y no puedo bloquear mis pensamientos. Todavía sigue intacto sus labios en los míos como la primera vez que me besó.
¡Estúpido inepto!
"¡Déjame en paz!"
Lanzo el teléfono contra la mesa olvidando que no estoy sola. Pero ellos estaban ellos estaban tan metidos en sus asuntos que ni lo notaron.
Más tarde esa noche mi padre y yo fuimos los encargados de limpiar la cocina. Estuvimos hablando cosas triviales y me despejó varias dudas que tenía acerca de una ley de la constitución. Luego hicimos café y nos quedamos otro rato charlando hasta que decidimos dividirnos.
Esos pocos minutos que pasé me ayudaron a despejar un poco mi mente, que no había vuelto a estar tan intranquila desde la aparición de Jack.
Él me pone los nervios de punta.
Paso directo al baño. Sé que hoy me bañé, pero necesitaba una ducha de agua tibia para liberar toda la tensión de mi cuerpo. Necesitaba desconectarme por lo menos un par de horas hasta consumirme en mis pensamientos.
Me coloco un camisón de unos tiernos conejitos luego de haber estado debajo del agua no sé por cuánto tiempo, pero creo que mucho porque mis dedos quedaron arrugados. Me dirijo al estero, vuelvo a la cama y espero que la linda voz de shawn Mendes aparezca. Esto me relajará más, él Siempre ha sido mi apoyo, y suena tonto pero sus canciones tienen poder.
*****
—Hola Melina.
—H- hola.
Regresaba de correr. Opté a mis antiguas terapias de relajación. Anoche la música de Shawn no me ayudó y terminé apagando el estéreo antes de lo usual. Por ese motivo he decido correr anoche cuando mis pensamientos estaban torturando mi mente.
Hacerlo me ayudará a canalizar y drenar todas mis emociones.
Estaba completamente sudada y mi cabello estaba todo desaliñado parecía un nido de pájaros, parte de él estaba pegado a mi frente. Me dolían las piernas, los pies, me dolía todo. Hace mucho que no corría tanto y creo debí desayunar primero.
—¿Estabas haciendo ejercicios?
—...si.
—¿Qué días sales a correr? —investiga con una sonrisa y por dentro estoy arrepentido— A mí también me gustaría correr.
Suelto una risita irónica casi inaudible y la miro de arriba abajo.
Florencia tenia las facciones para ser una excelente modelo de talla mundial. Es alta, delgada, ojos grises, cabello negro brillante que le llega hasta la cintura y una piel de porcelana preciosa.
Todos mis compañeros no entienden como alguien con unos atributos tan perfectos como los que tiene ella esté estudiando leyes en vez de estar estudiando para convertirse una gran modelo.
Yo también me lo he cuestionado mucho, no solo es su aspecto, también su estilo para vestirse el cuál es muy original.
Ella contó que sí estuvo en una pequeña agencia de modelaje en su país, Londres, pero no le gustó el ambiente dijo que prefería estar metida en una oficina que una pasarela. Es extraño, pero supongo que debe saber sus verdaderas razones.
—No lo hago todo el tiempo —miento, ella se dio cuenta que le estaba sacando el cuero así que no siguió averiguando.
Gracias al cielo.
—¿Hiciste el resumen para la semana que viene?
—No, aún no.
—¿Podemos trabajar juntas? —sugiere y me arrepiento enseguida, de nuevo.
—El trabajo es individual —le recuerdo.
—Si lo sé, pero yo me refería a trabajar por internet. Tú en tu casa y yo en la mía —aclara señalando su casa al mismo tiempo que la mía—. Si tú quieres, claro. Por mi no hay ningún problema.
Suspiro y rasco mi cabeza dudosa, juro que quería decirle que no — como a todos — pero ella tiene algo que me permite no hacerlo.
—...Bien, si —accedo.
—¿A qué horas podemos conectarnos?
—Cuatro.
—A las cuatro me parece perfecto — sonríe con agrado. Parece que desea decir algo más pero no dice nada. Levanta la mano en forma de despido —. Hasta la tarde.
—Sí, adiós — digo incomoda y giro sobre mis pies.
Ingreso a mi habitación y me despojo de mi ropa sudada. Camino en ropa interior sintiendo como la parte interna de mis muslos se rozan entre ellas al andar.
Dentro de un par de horas debo asistir a la academia de repostería y estoy comenzando a dudar si lo hago o no. Ahora que este inepto descubrió que asisto a la misma academia que su hermana. Estoy completamente segura que se va a aprovechar de la situación.
Es que lo presiento.
Pero...si dejo de asistir. Levantaría sospechas y mi madre sería la primera en darse cuenta.
Asistiré de todas maneras. Por ese inepto no voy dejar hacer lo que me más gusta hacer en la vida. Él no es ningún impedimento, es solo una piedra en el zapato molesta, nada más.
______
Si llegaste hasta aqui
Quiero decirte
Gracias por leer <3
Te regalo galletas <3
Sigue disfrutando.
Mis redes:
Instagram: Forvercoffe1
Tiktok: Forevercoffe
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top