Capítulo 43

El regreso a casa fue largo y tortuoso, todavía me ardía el pecho y los recuerdos bombardean mi cabeza, torturándome sin piedad.

¿Cómo alguien tan despreciable tenia cruzarme en mi vida otra vez? alguien quién junto con otros hicieron mi vida miserable y que yo no merecía volver a ver.

Lloré en silencio hasta que mi garganta se sintió seca, la mano de Jack estuvo entrelazada con la mía todo el tiempo, no me soltó hasta que llegamos a casa, no me hizo preguntas con respecto a lo que pasó y se quedó conmigo en silencio hasta que el sueño de venció.

Mi pasado se presentó en forma de sueño y ese fragmento de mi vida lo reviví como si hubiese retrocedido el tiempo.

-¿Cómo te sientes? -pregunta Jack detrás del respaldo del sofá.

Mi cuerpo estaba abrigado y tenía una almohada debajo de mi cabeza, antes de responder me incorporo lentamente.

-Bien -respondo -. ¿Tú como estas?

-Bien Ángel-se inclina y deposito un beso en mi frente, levantó mi mentón y entre lágrimas agradecí todo lo que ha hecho por mí. Jack se dio la vuelta y se sentó a mi lado para abrazarme.

Hundo mi cara en su pecho y aspiro su aroma, sus brazos cálidos y reconfortantes me rodearon hasta llenar ese vacío en mi pecho.

-No me preguntes ¿sí? Solo abrázame -anticipo.

-Tranquila Ángel.

-¿Qué horas es?

-Como las siete de la noche.

-¿Y Nix?

-Se prepara para salir con Ellie- aclara.

Suspiro.

-¿Ellas se dieron cuenta? - siento que niega, su cabeza estaba apoyada en la mía.

-No cariño, ninguna se dio cuenta- cierro los ojos y me refugio más en su pecho -. ¿Qué quieres hacer?

Alzo los hombros.

-¿Tú que quieres hacer?

-¿Y si vamos todos a la disco? - irrumpe la voz de Ellie, ruedo los ojos con disimulo -. ¿Qué dicen?

-Si tú quieres ve- miro a Jack -. Te diviertes un rato y te liberas de Melina la llorona unas horas- bajo mi voz para que Ellie no pueda escuchar.

Niega.

-Si tu no vas, no tiene sentido- levanta mi mentón entre sus dedos-. Me quedo contigo.

-Oh vamos chicos es su último día aquí ¿no? -insiste Ellie -. ¡Vamos!

- ¿Estas segura cariño? -me pregunta angustiado cuando tomo la decisión de ir -. ¿Y si nos encontramos a ese hijo de puta otra vez?

- Seria demasiada mala suerte encontrarlo, pero si lo hace lo ignoramos-digo, suelta una risita irónica y me mira con ternura.

-Eso de ignorar nunca se me ha dado-su expresión cambia de tierna a juguetona -. Tú lo sabes bien.

Ruedo los ojos y se ríe con complicidad.

-¿En verdad quieres? - insiste, estiro el brazo alrededor de su cuello.

- Ya he llorado mucho hoy - digo con una sonrisa melancólica -. Ahora me toca sonreír.

La noche llegó y los tres subimos al viejo Honda del rizado. Estaba nerviosa, pero a la vez muy emocionada. Es la primera vez que entraría a una discoteca y no sé cómo sentirme al respecto. Cuando llegamos había una media fila de personas esperando a fuera que le den la entrada, estaba haciendo frío y las calles se sentía húmedas. Jack me abraza para darme calor, me vio temblar y no dudo en arroparme entre sus brazos. Caminamos así a medida que nos íbamos acercando, mis mejillas estuvieran infundadas de muchos besos, Jack es tan amoroso y me encanta, me siento muy afortunada. Ingresamos al lugar después de mostrar nuestras identificaciones y al instante pude sentir el cambio drástico.

Frente a mis ojos había una enorme pista de baile, luces de colores que iluminaban en todas las direcciones. Mientras nos íbamos adentrando, mis ojos no dejaban de observar. Cerca de la vista de baile estaba el bar. Este era largo, había tres bármanes atendiendo y detrás de ellos, colgado en la pared iluminada por luces verde, había tres columnas con botellas de alcohol de diferentes tamaños. Estos atendían a los clientes quién estaba sentados con sus parejas y bebiendo tranquilamente.

-¿Qué te parece? -me pregunta Jack cerca del oído, teníamos que elevar un poco la voz porque la música estaba algo alta.

-Nada mal.

-¿Te gusta? -di un vistazo alrededor antes se responder.

- Muy oscuro- confieso.

-A mí me encanta todo lo que sea oscuro-musita en tono perverso, golpeo su hombro.

-¿Qué van a tomar? -pregunta Ellie reuniéndose al lado de Jack-Nosotras pedimos vodka.

-Podemos pedir otra cosa-me sugiere en el oído -. Un jugo de naranja.

-No- niego y su ceño se frunce, está no noche no iba a tomar nada de jugos, no quiero que Ellie piense que soy una niñata además que quiero olvidar lo que paso. - con esto está bien.

-Segura- me mira preocupado, asisto emitiendo mi seguridad y beso su mejilla.

Fuimos hacia una mesa. Estas eran redondas y compartía cuatro sillas. Cada uno ocupo un puesto. Cruzo una pierna con la otra y acomodo mi cabello. Un brazo cruza mi espalda y alzo la vista. Mis ojos se hacen pequeños al sonreír, me acerco hacia el cuerpo de Jack y recargo en su cuello. Aspiro su aroma y cierro los ojos disfrutando de su calidez.

Las bebidas llegaron y la mesa ocupada de una botella grande de vodka y cuatro vasos más una pequeña canasta de aluminio repleta de hielo. Las chicas no sé si hicieron esperar, Inmediatamente se sirvieron.

-¿Vas a tomar meli? -me pregunta Nix deteniéndose por un instante, miro de reojo a Ellie quién a pesar de lo que Jack le dijo no deja de mirarlo provocativa.

-Si- respondo volviendo la mirada hacia Nix, y siento que se me acercan.

-Ten cuidado Ángel- observo cómo llenan mi vaso y hago una mueca.

Dios es demasiado.

-Salud- dice Nix con una sonrisa. Todavía sentía la presencia de Jack cerca de mí y giro hacia él. Sus ojos me miraban preocupados. Es tan lindo, y se siente tan especial que alguien ajeno a tu familia se preocupe por ti.

-Solo será este- aseguro musitando en su oído.

-Con cuidado- asisto y muerdo mi labio a inferior antes de llevarme el primer trago. Jack suelta una risita y planta un sonoro beso en mi mejilla.

Cuando el trago pasa por mi garganta hago un enorme esfuerzo para resistir el impacto. Mis ojos se cristalizan un poco pero estoy bien, no es tan malo como pensé.

-¿Bailamos?-invita y lo miro dos veces pensando que me estaba tomando el pelo, no estamos haciendo nada, las chicas empezaron hablar en términos médicos que solo ella entiende y sinceramente me estaba empezando a aburrir.

-¿Sabes bailar? - pregunto extrañada.

Jack niega mientras bebe y se acerca de nuevo a mi oído para hablar.

-Pero tú puedes enseñarme-rio encogida al sentir cosquillas que me causó-. Y sé que te gusta bailar.

-Una cosa es bailar en zumba y otra es bailar libremente- aclaro y entrelazo su mano entusiasmada. Quería olvidarme de lo hoy sucedió y también divertirme, la verdad la estoy pasando mal.

-Está bien.

Jack sonríe sorprendido y me besa, cierra sus dedos entre los míos y nos ponemos de pie.

Caminamos abriendo paso entre la multitud de personas amorochadas y sudorosas. Trastabillo dos veces mis propios zapatos y me enrede con los pies zapatos.

Ubicamos un espacio un poco menos congestionado, tenía cierto pavor de ver tanta gente aglomerada, un montón de imagines de cosa horribles pasaron por mi mente, sacudo la cabeza alejando esos malos pensamientos.

Jack se ubica sus grandes manos sobre mi cintura y empezamos a mover tímidamente al ritmo de la música.

Bailar siempre ha sido un método de escape y yo no lo creía hasta que comencé a practicar las clases de zumba en el gimnasio y lo comprobé. Desde que bailo en el gimnasio me olvido no solo de la carga estresante de la Universidad también de mis bajones emocionales, mis crisis existenciales y de mi pasado.

Y hoy necesito olvidarme de lo que ocurrió hoy.

-¿Cómo te sientes Ángel?

-Mucho mejor-dije alargando una sonrisa y espero que se encuentre con mi mirada para que vea mi felicidad.

-Eso me encanta-comenta y pude leer sus labios.

Extiendo los brazos al ritmo de la música con más confianza y sus manos toman mis dedos y me hace dar varias vueltas. Lo miro con una gran sonrisa cada vez su mirada y la mía se encuentran y muerdo los labios cuando me arrastra de espalda hasta su pecho.

-Bailas bien -digo cuando su cara se acuna en mi cuello, se ríe profundamente y lo miro por el costado.

-¿Soy buen estudiante?

-Tienes un sesenta por ciento - hablo en términos académicos y suelta una ligera carcajada.

-Tendré que asistir a las clases de Zumba la próxima vez que venga a una discoteca y llevarme el cien por ciento.

-Cuando quieras -lo invito animada-. Así serias mi pareja preferida.

-¿Tienes pareja en tus clases?

Muerdo mi labio inferior.

-¿No te pones celoso?

-Eso depende.

-¿Depende de qué?

-De como sea el baboso que tengas como pareja.

-Es Rubens- revelo y me doy vuelta -. Y puedes ser tu si te animas a ir.

Jack me analiza unos instantes y después me besa en los labios.

-Si vamos a bailar todo el tiempo así, ya mismo me inscribo.

Rio sin poder creerlo y coloco mis brazos alrededor de su cuello cuando me voy vuelta. Los zapatos que Nix me prestó para esta noche logró que subiera varios centímetros de estatura. Jack no tenía que bajar la cabeza para mirarme a los ojos, aunque esto solo durara unos minutos, luego tendrá bajar la cabeza otra vez.

El vestido también era cómodo y atrevido. Era plateado, corto, tenía una V invertida en la parte de abajo y un escote con la misma forma, pero al revés. Se adaptó tan bien a mi cuerpo que nunca creí que me iba a quedar como le hubiese quedado una mujer delgada.

Nix rizó mi cabello e hizo magia con el maquillaje.

Aún recuerdo su rostro cuando nos encontramos en la sala después de salir de la habitación de su hermana. Él quedó pasmado y no despegaba magnéticos ojos verdes de mí.

A mí también me costó apartar mis ojos de él. Se veía tan guapo. Camisa blanca marfil manga larga y pantalón negro ajustado, sus zapatos eran del mismo color de su pantalón. Los botones de su camisa como tres botones y del cuello le colgaba una cadena con una pequeña medalla plateada. Cuando Jack ingresó vestido de esa manera también me quedé con la boca abierta.

-Quizás no así- dice su voz y me concentro en sus ojos -. Pero estaremos juntos.

Sonríe ladino.

-Esa idea me encanta- sonrío incapaz de ocultar sus labios a los míos le digo:

-Te quiero inepto.

-Y yo a ti Ángel -sonrío feliz entre sus labios y me alejo al escuchar Save you tears for another day de the Weekend. Desplego mis manos hacia arriba y menos las caderas al ritmo de la música, mirando fijamente a sus ojos, dibujando una amplia sonrisa.

Jack me arrastra hasta su cuerpo y me detiene con un beso suave y que se torna apasionado. Gimo y una llama se incendia en mi interior cuando pasa su lengua a mi boca y sus manos descienden de mis hombros, tocan ligeramente mis brazos y llegan hasta mi espalda baja.

Me estrecha hacia su cuerpo, sin apartar las manos de zona frágil. La excitación de mi sistema se intensifica deseando que nunca se haya alejado de mí. Quería volver a sentir sus labios y sus caricias otra vez en mi piel.

-Ángel.

-Jack.

-¡Chicos! -la voz de Ellie interrumpe nuestro próximo beso y ruedo los ojos con molestia.

-Nosotros nos vamos-informa Jack apretando levemente mi mano. Podía sentir su frustración.

-¿Por qué?

-Mañana debemos viajar- aclara Jack tratando de mantener un tono suave. Qué manera de dañarnos la noche.

Creo que lo hizo con toda la intención porque podía de satisfacción en su rostro, cuando Nix apareció la puso al tanto y de una manera muy insinuante. Me hizo sentir incomoda y me hizo sentir que era una hipócrita, Nix por el contrario no dijo nada, solo me guiñó el ojo hasta hacerme sonrojar.

-Vayan tranquilos - dijo-. Y procuren descansar, por favor procuren.

Rio ruborizada entendiendo el sentido de sus palabras.

****

El auto estaciona en frente de la casa de las chicas. Siento un escalofrió por todo mi cuerpo estuve memorizando durante todo el trayecto lo que pasó en la pista de baile. Jack me hizo estremecer cada fibra de mi cuerpo con solo tocar mi piel, sus besos fueron mucho más deseos que otras veces y no voy negar que me encantó, quería más, hace cinco años estuve con un chico y nunca nadie más me ha tocado. Todo esto es literalmente nuevo para mí y a pesar del deseo que mi cuerpo siente, tengo mucho miedo.

-Hoy estuviste muy sexy-comenta y voz me hace sobre saltar un poco. Trago lento y miro hacia sus ojos verdes -. Vi como unos hijos de putas que no te quitaban los ojos de encima.

-M-mentiroso.

-Estas demasiado hermosa Ángel- sonrío de lado ruborizada y tiemblo cuando acaricia levemente mi rodilla -. Me encantaría amanecer a tu lado-murmura ronco rozando levemente mis labios.

-T-tengo miedo Jack- confieso mirando sus ojos sintiendo como el terror invade mi cuerpo y las imágenes de mi pasado agobian mi mente.

-Conmigo no pasará nada-me asegura subiendo mi mentón entre sus manos -. Confía en mí.

-Yo si quiero- una sonrisa se dibuja en sus preciosos labios cuando lo digo, sus ojos brillaron de deseo y su mano en mi rodilla sube hasta mi muslo. Ahogo un jadeo -. P-pero no quiero que me dejes, tenemos solo un mes.

- ¿Dejarte? - repite abrumado sonriendo con ironía-. ¿Después de todo lo que he luchado por ti? Tendría que estar muy bien loco- mis ojos se humedecen y bajo la vista soltando un sollozo.

Sus manos se acoplan en mi cuello y con los pulgares levantan mi mentón.

-Nunca te dejaría mi amor - lleva mi cabeza hacia su cuerpo y aplasta un sonoro beso en mi frente -. Te quiero.

-Me dijiste mi amor -repito abrumada, nunca me habían tratado de esa manera y de él salió hermoso.

-Es porque eso eres-busca mis labios y me besa suavemente -. Si te decides mi habitación quedará abierta.

Mis mejillas se enrojecen y asisto con la cabeza.

Entro a la habitación de Nix con la frustración corriendo por mis venas. Quiero estar con Jack, quiero volver a sentir sus manos en mi piel, quiero que me besé de la manera que lo hizo, en verdad lo quiero, pero esto se parece un poco a mi pasado y tengo tantas dudas.

¿Y se vuelve a repetir?

Mi teléfono suena irrumpiendo mi lucha mental. Miro hacia la cama y tomo el bolso pequeño plateado, lo sacudo y ni teléfono sale en picada sobre esta. Limpio mis mejillas con el dorso de mi mano y mientras desbloqueo la pantalla.

En mi armario hay condones. Feliz noche😉.

Mis mejillas arden en rubor y mis labios sonríen inevitable mente levanto la cabeza en dirección a la puerta y muerdo mi labio inferior.

-Tranquila Mel, no va a pasar nada- me doy aliento -. Tú lo quieres y él a ti.

Guardo dentro del bolsillo de mi pijama varios condones y me encamino hacia la habitación de Jack decidida.

La puerta estaba abierta como él había dicho y en ese momento olvido caminar incluso de respirar.

Entro sigilosa sobre la punta de los pies para no hacer ruido creyendo que estaba dormido cuando mi corazón cae en picada al verlo salir del baño.

-¡Ángel!

- - - - - - -

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