Capítulo 35
El sonido una moto distrae mi atención del televisor, se escuchaba cerca, como si hubiesen estacionado frente a nuestra casa, miro a mi padre y él ni quisiera había prestado atención, seguían hojeando el periodo muy concentrado. Me levanto del sofá dejando a benji a un lado y me aproximo hasta la ventana. Corro la cortina y asomo la nariz.
Exclamo por lo bajo al ver que era Jack y no puedo evitar emocionarme. Beji olfatea la entrada y mueve mientras deja escapar pequeños lloriqueos. Él se acerca despreocupado y sube las escaleras con seguridad. Doy un vistazo hacia atrás y noto que mi padre sigue con su lectura como si nada y nada parece distraerlo. Antes que Jack llamara su atención abro la puerta y su mirada se sorprende al verme.
—Hola bonita.
—Hola—nos damos un abrazo y hacemos nuestro saludo de puños, me asomo por el costado de de su cuerpo y señalo. Lo esperaba en su honda negro—. ¿Y eso?
Gira su cuerpo hacia atrás y levanto la vista hacia su mirada maliciosa.
—Pues una moto.
—Tonto.
Se ríe cómplice y me guiña el ojo.
—Me la regaló Héctor—explica feliz, le echo otro vistazo, sinceramente no sabia nada de motos pero esa estaba muy linda.
—Para ser usada luce muy bien—comento después de detallarla.
—¿Verdad?—suena emocionado.
Lo miro con ternura.
—Si—digo con firmeza—.Esta muy bonita.
—Héctor la usó como dos o tres veces, pero no le gustó—comenta—.Cuando quieras damos una vuelta.
Hago una mueca de horror.
—Prefiero mi bicicleta—le digo—.Es menos peligrosa.
—Conmigo estas segura—rodea mi cintura con un brazo y levanta mi mentón entre sus dedos, trago despacio y cierro los ojos al sentir sus suaves labios.
****
Papá se vio afectado por la nostalgia después de enterarse mi relación con Jack. Su actitud me transportó al pasado y es como si estuviera viviendo la misma escena, pero con diferente protagonista.
—Bienvenido muchacho—Jack asiste con una sonrisa compartiendo un abrazo con mi progenitor—. Espero que sean felices y sobre todo, respetes a mi hija.
—Gracias —musita el rizado.
Entrelazo nuestros dedos cuando cruza su brazo sobre mis hombros. Con la cabeza me indica la salida, lo que significa que es hora de irnos. Asisto con la cabeza y seguidamente le anuncio a mis papás que mire a casa de Jack.
Ahora es mi turno de presentarme con Jacqueline. Esto que siento no sé cómo describirlo, es una mezcla extraña entre escepticismo y miedo, también nervios. Todo completamente junto. Todavía no lo asimilo, pero supongo que con el tiempo iré aceptando.
El recorrido desde mi casa hasta la casa es relativamente corto. Ambos vivimos en el mismo barrio, con la diferencia de tres cuadras. A pesar de la poca distancia disfrute el viaje.
—¿Te quieres sentar un momento por favor?—me pide dulcemente apuntando el sofá —. Mamá debe estar en su cuarto y seguramente Eva esta peinándola.
—No te preocupes yo espero—digo usando el mismo tono bajo de su voz. Jack se ríe y antes de cruzar el pasillo, me roba un beso.
Me levanto del sofá llena de curiosidad después de estar como cinco minutos esperando. Me gustaba su sala, no tenía muchos cuadros y menos tantas decoraciones, su sala era realmente sencilla. Lo que, si había que, en unas de las paredes, había como un mural lleno de fotos.
Eran imágenes de cada parte del mundo. Mostraban el reloj del Big Ben, torre inclinada de pisa, las pirámides de Egipto, la montaña de Machupichu, el san cristo de Brasil, el santo Ángel de Venezuela.
—Todas las tomé yo— me sobre salto con su voz ronca detrás de mí —.Desde pequeño me ha fascinado el mundo de la fotografía y cuando mi papá me compró mi primera cámara fotográfica me volví loco, por un tiempo le tomé fotos a todos.
Sonrío enternecida recreando una imagen de él pequeño, tomando fotos por doquier.
— ¿Tú has visitado todas esas partes del mundo? —pregunta intrigada, mientras tengo sus brazos alrededor de mi pecho.
— Si —responde y arquee las cejas sorprendida y un airecito de envidia presiona mi pecho. Yo nunca he salido de América —. Hasta que mi papá nos abandonó, todo se fue a la mierda.
—¡Hola merlina!—giro mi cuello hacia su rostro al escuchar el tono rencoroso de su voz.
—Estoy bien, bonita —beso el perfil de mis labios, pero su tranquilidad no me aporta seguridad.
Sé que está mal.
—Me encuentro bien, hace mucho tiempo que se fue, estoy empezando a olvidarlo— vuelve a besar mis labios y entrelaza nuestras manos y me lleva hasta donde está su pequeña hermana.
—Hola princesa— saludo, Eva Grey se lanza a mi cuerpo y me da un largo abrazo
— ¿Cómo estás? — apoya su mentón en mi abdomen. Rio viendo su carita curiosa y acomodo su largo y rizado cabello hacia atrás.
— Me siento muy bien, ¿y tú cómo te encuentras? ¿Cómo vas con el curso de repostería?
—Hola Melina— la respuesta de Eva se interrumpe por la voz de Jacqueline.
Levanto la vista y trato de disimular el impacto, Jack me comentó que no le gusta que la miren con lastima.
— Ho-hola—maldigo por mis adentros por titubear.
Me acerco hasta ella para saludarla poniendo mi mejor sonrisa y que no se note, el efecto que me causa vera en sillas de ruedas
— ¿Y bueno a que se debe esta agradable sorpresa?—pregunta mirándonos confundida.
****
Habían pedido pizza para la cena y tuve una discusión mental entre si comer o no, no estaba preparada, la llegada me tomó por sorpresa y creo que por la emoción Jack olvidó que este tipo de comida es veneno para mí en estos momentos.
Para no quedar mal delante de Jacqueline opté por comer las porciones más pequeñas y menos de la cantidad de gaseosa, todavía no tengo autorización y mi cuerpo se está empezando a desacostumbrar a este tipo de comida.
—Si mugre somos novios —confirma Jack a Eva quien parecía incrédula y la pequeña se lleva ambas manos a la boca al igual que Jacqueline.
—Me gusta que hayas sido tu cariño— festeja y me sorprende oírlo—. Bienvenida a la familia cariño.
—Pensé que te ibas a quedar enamorado toda la vida de Amelia.
—Amelia es pasado, Melina es mi presente y también mi futuro—da un beso corto en mis labios y apoya su cabeza en la mía—. Ustedes no saben todo lo que me costó que esta chica se fijara en mí, todo lo que tuve que hacer.
Oculto mi sonrisa oprimiendo los labios y bajo la cabeza.
—Pero estoy feliz con el resultado, demasiado feliz —contempla.
El pedazo de pizza y el traguito de gaseosa me colocó mal como lo supuse. Jack me llevó agua con bicarbonato hasta la sala y esperé allí hasta que el mareo y las ganas de vomitar se me pasaran.
Cuando estuve mejor me despedp de Jacqueline y después de Eva quien estaba en su habitación jugando con sus muñecas.
La casa del rizado es acogedora y aunque no es grande es muy bonita. Su piso es de madera y paredes están pintadas de color verde bosque.
La cocina está del lado izquierdo seguido de la sala y del lado derecho está el corto pasillo que conduce a las habitaciones.
La de él es la que queda al final, verla me trae recuerdos cuando estuve aquí, casi no recuerdo su decoración porque ese día me sentí fatal.
—Asegúrate bien—dice.
— Es muy grande —me quejo y tuve la intuición que iba a salir con una de las suyas.
— ¿Cómo sabes si la tengo grande si nunca me has visto desnudo?—insinúa—. Apuesto que te gustaría ver mi...
—¡No seas asqueroso Jack!
—Mi Corazón —repone—. Eres una mal pensada Ángel jamás vas a tener que ir a la iglesia y pedir perdón al señor Jesucristo.
—Tú vas a tener que pedir perdón por mentiroso.
—Mentiroso, ¿por qué?
—Por haberle dicho a tu familia que somos novios y nosotros no lo somos— Jack me mira perplejo por el costado de su hombro.
—Un beso no sella una relación—eleva literalmente una ceja—. ¿Dónde has escuchado que al besar a una persona ya eres su novio?
Carcajea
—Las cosas como son.
—Eres un caso—arrugo la nariz—. ¿Tienes problema si llegas un poquito más tarde a tu casa?
Entre cierro los ojos intrigada
—¿Hay problema o no?
—No, no hay— respondo—.¿Por qué? ¿Qué quieres hacer? —Jack no responde y se coloca el casco, agarra mis brazos para que rodee su torso y salimos de la calle de su barrio a toda prisa.
Vislumbro la Casa Blanca y mi cabeza se llena de preguntas, lo primero que supuse al traerme aquí fue que tal vez quiera desahogarse de su situación porque ya lo hizo una vez.
Cruzo mis brazos sobre mi pecho para brindarme calor mientras nos acercábamos a la reja, Jack iba a mi lado en silencio con sus brazos sobre mis hombros.
—¿Podrías decirme que hacemos aquí? —ya no aguantaba más la intriga.
—Eres muy impaciente pequeño saltamontes — se planta frente a mí.
—¿Qué hacemos aquí? —pregunto más serenamente mirando directamente a sus ojos—. ¿Te sientes tenso?
—Todos los días para mi es una tensión Ángel, pero estoy bien no te preocupes—se apresura a decir entonces frunzo las cejas.
—¿Y qué hacemos aquí?
—Confirmar que somos novios—mis orbes vibraron cuando se agacha y los que están alrededor sueltan una exclamación tiernamente. Jack no aguanta la risa, es un tonto.
—¿Te gustaría ser mi novia, futura esposa y madre de mis cincuenta hijos? —seguía riéndose de su picardía, más personas se detenían a mirar.
—Eres patético —su risa aumenta y arruga la nariz con mi comentario.
Suspiro y cruzo los brazos detrás de su espalda en el momento que se pone de pie para estrecharme entre sus brazos.
—Sí, sí quiero ser tu novia.
—Por favor repítelo hasta que me lo crea—dice belicoso, ruedo los ojos—. Por favor dime que esto no es otro de mis sueños.
Pellizco su espalda y su cuerpo se sacude, una expresión incomprendida se extiende en su rostro para enseguida opacarla con una sonrisa ladina.
—Yo tengo otra manera de comprobar que no estoy soñando—me río y espero recibir sus dulces labios electrizante.
Toda mi piel se eriza y siento que se me baja el estómago cuando me besa.
Soy una mantequilla.
Los aplausos se escuchan a nuestro alrededor, siento la sonrisa de Jack y se aparta para observar mientras yo intento recordar donde estoy.
Regresamos a casa luego de haber recorrido la cuidad en su nueva moto. Estuve abrazada a su cuerpo en todo el trayecto porque nunca me había subido a una moto y tenía miedo de caerme.
Aunque siendo sincera con él me sentí muy segura, me encantó haber estado esos minutos recostada a su espalda, aspirar su delicioso aroma varonil y su refrescante loción que lo define.
Subimos los escalones que conducen llevan hasta la entrada de mi casa, mi cuerpo temblaba y mis piernas también aun sentía la vibración de la moto en todo mi cuerpo.
Buscaba las llaves de mi hogar dentro de mi pequeño bolso y Jack tenia enterrada su atención sobre mí, me hizo perder la concentración el bolso y tuve un colapso mental.
—Podrías dejar de mirarme—pido, finalmente pude encontrar mis llaves. Estaban allí todo el tiempo, pero no las veía por culpa de Jack y esa manera de mirarme que me descontroló.
—Culpa tuya—iba a protestar— Por ser tan hermosa—me callo hundiendo los labios —. Podría mirarte por horas y no me cansaría Jamás, eres como un paraíso digno de admirar.
—Oh donde dejamos a Jack bendetti—eso había sido lindo, pero no me aguante las ganas de tomarle el pelo —. Deberías dedicarte a la poesía en vez de los medios audiovisuales— suelto un gritito cuando se apodera de cintura y me arrastra él.
—¿Tú serás mi musa de todas mis inspiraciones? —pregunta buscando mis labios.
—Ajá—sonríe cerca de mis labios y me besa.
Nos damos un largo y furtivo abrazo, ingreso a la casa después de hacer nuestro típico saludo, me asomo por la ventana para verlo irse.
Salgo de la ducha envuelta en una toalla y me dirijo al armario en la punta de los pies. Subo a Benji sobre mi cama y este se acomoda a un lado para buscar calor de mi cuerpo.
Estiro la sabana hasta la mitad de mi pecho y mi teléfono suena sobre la mesa, lo agarro de inmediato y sonrío involuntariamente mirando la pantalla.
Inepto: Descansa futura esposa y madre de mis cincuenta hijos, mañana paso a recogerte.
Rio.
Tú también descansa Jack Neruda. Está bien, te espero.
Inepto: Allí estaré como siempre. Buenas noches Ángel <3
Hasta mañana inepto<3
Cierro la conversación después de asegurar que no escribirá más y me giro sobre la cama para dejarlo sobre la mesa de noche.
Me vuelvo y me acuesto de medio lado, levanto la vista hacia mi ventana y me quedo mirando la oscuridad y la poca luz que entraba de la calle.
Suspiro y pienso en todo lo que me ha estado pasando con Jack y francamente tengo mucho miedo estoy poniendo en juego nuevamente mis sentimientos y no ha sido una tarea fácil volver a confiar en la humanidad.
Es normal sentir miedo porque las personas son tan impredecibles.
Un día te están amando y al otro día te están matando.
Jack es esa esperanza que tengo que no todos los chicos como él son unos monstruos.
Yo espero que no, pero si llega a pasar a lo que tanto le temí, eso me demostrará que la humanidad está podrida.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top