Capitulo 2
Me gusta sentarme en las cortas escaleras que suben a mi casa, a veces me siento a leer o simplemente contemplar la nada, mientras mi cabeza se pierda en mis cavilaciones, solo a veces, ya que la mayoría del tiempo me paso en mi habitación o quizás caminando por las calles.
Estaba disfrutando de mi soledad cuando Florencia una de las muchachas con quien comparto vecindario y también clases me ve, y no duda en acercarse. Me saluda, sube las cortas escaleras y se sienta a mi lado expulsando un largo suspiro.
La miro haciéndome miles de preguntas y ella me mira de vuelta, con una sonrisa radiante mientras el viento movía su perfecto cabello negro y la luz detalla sus preciosos ojos claros.
Me saluda con mucho esmero, sin borrar su sonrisa y yo solo me limito a observarla, mientras me sigo preguntando por que la insistencia de querer hablarme.
¿Acaso no soy una total molestia?
Ella ha intentado entablar "Amistad" conmigo y no lo ha logrado en lo que llevamos de carrera, no sé porque insiste tanto y porque no se aleja como hacen los demás. Como Jack, quien tampoco me deja tranquila y busca la forma de llegar a mí y decirme todas esas cosas tontería que le gusto.
¿Por qué no se alejan de mí?
Mamá dice que soy demasiado desconfiada y veo el mundo de otra manera, y si, así lo hago, luego de lo que me hicieron no puedo verlo como todo el mundo, me jodieron de la peor forma y es difícil, muy difícil confiar en la sinceridad de alguien.
No creo en las palabras de un hombre y menos en la amistad de una mujer.
—¿Tu y el chico del pasillo se conocen?
—¿Cual chico? —me hago la desentendida, pero yo sé a quién se está refiriendo.
Ruedo los ojos disimuladamente y sin querer las imágenes de su...cuerpo comienzan a cobrar vida en mi mente.
—El muchacho que se desnudó hoy en nuestra facultad.
—Ah.
Más y más imágenes de ese momento, quería alejarlas, opacarlas, eliminarlas, pero no podía y no puedo, y esta chica viene y me las recuerdas.
Gracias Flor.
Estúpido Jack.
—Con él no tengo nada — aclaro al fin.
—Pensé que eran algo como siempre lo veo a tu lado.
Tuerzo la boca.
—No, no hay nada — explico, y no lo habrá jamás.
—¿Te puedo decir algo sin que te moleste? — pregunta dulcemente y la miro unos segundos antes de darle mi aprobación, leve con la cabeza.
—¿Por qué siempre andas sola?
Respiro hondo y detallo la bolsita de ositos de goma que ofrece. Lo pienso unos segundos antes de decidir, ella sin embargo me incita y por más que lo desee no puedo resistir llevarme varios a la boca.
Hace años que no comía de ellos, pero años y me sorprende que todavía mantenga el mismo sabor.
—Aprecio mi soledad —contesto después de un breve silencio, comienzo un poco más, son inevitables y siento que estaba abusando, pero Flor parecía no importarle y seguí comiendo —. ¿Por qué? ¿Me vas criticar?
Niega con la cabeza.
—Es que pensé que tenías problemas con nuestros compañeros de clases y por eso te mantienes distante.
—Créeme es mejor andar sólo que estar rodeado de gente hipócrita, te evitas desengaños y traiciones.
—En eso tienes razón —admite, por fin alguien que me entiende—. Aun así, tener amigos es maravilloso, compartir con ellos, disfrutar cada momento, es parte de la vida.
Un poco, ya decía yo.
—Ya.
—Es enserio.
—Lo que digas — no contradije.
—¿Hiciste la tarea de mañana? —pregunta tras levantarse.
Sus manos pálidas sacuden la parte trasera su lindo vestido amarillo y baja las escaleras para girarse y quedar en frente de mi.
—Es complicado buscarlo en Internet — explica —. ya lo hice y tengo un libro donde está todo. Si quieres te lo puedo prestar.
—Eh... — aclaro la garganta —. Seguro que lo consigo en uno de mis libros que tengo por allí.
—Bueno —baja un poco la mirada y me dedica una sonrisa de esas amigables —. Si lo necesitas tú sólo me avisas, sabes donde vivo.
Solo asisto y miro hacia mis manos cuando siento el peso de la bolsa de gomitas, me quedo contemplando unos segundos y levanto otra vez la vista.
—Adiós Melina.
Suspiro y me limito solo hacer un ademan con la mano para responderle. Ella asiste, se da la vuelta y comienza a caminar en dirección hacia su casa con pasos seguros mientras el viento mueve su lindo vestido y largo cabello.
La observo mientras en mi cabeza se reproducen sus palabras, la de los amigos, de como son y todas esas estupideces. Los amigos no existen, es mentira, eso lo inventó alguien seguramente lo dijo como excusa para no sentirse solo o por cualquier otra tontería. Lo cierto es que nunca encontrarás alguien sincero como tú, por más que lo desees.
****
Me alistaba para irme a mi curso de repostería cuando oí la voz de mi madre en el pasillo cerca de mi habitación. Me apresuro en ponerme los zapatos y salgo de mi habitación. La estaba esperando para pedirle prestado su coche, ya se me estaba haciendo tarde y odio atrasarme, así sea un minuto, es como una manía que tengo desde llevo uso de memoria.
—¿Ya te vas?
— Si —dije apresurada sacando bandeja del estante de la cocina —. ¿Me prestas tú auto?
—Por supuesto cariño —me entrega sus llaves de inmediato, sonrío agradecida —. ¿Y qué van a preparar hoy?
—Brazo gitano.
—Eso significa la bandeja.
—Así es.
— ¿Y has hecho amigos en el curso? —investiga curiosa y la miro —. Una amiguita con quien compartir.
—Me hablas como si fuera una niña mamá —rio negando con la cabeza —. Y no, no he tenido amiguitas.
—Es porque eres mi niña mi amor.
Arrugo la cara horrorizada.
—Tengo veintidós.
—Lo sé, pero para mí sigues siendo mi niña —ruedo los ojos a manera de juego y la abrazo con cariño.
—Yo no necesito amigos, para eso te tengo a ti que eres la única que nunca me va a hacer daño.
—Eso jamás mi amor — afirma mientras beso su frente —. Pero deberías buscar una, compartir cosas con ella, cosas que hacen los jóvenes.
—Mira lo que me pasó por estar confiando en las personas, casi me matan.
—No es saludable estar sola mi amor.
Ruedo los ojos.
—Los amigos no son tan necesario —remarco —, y no estoy sola, es más, ni me siento sola. Así como estoy me siento bien perfectamente.
Hace una mueca con la boca en desacuerdo y tomo un respiro profundo.
—Mira — hago una pausa — No voy a arriesgar mi paz con alguien que a la vuelta de la esquina la cague y yo termine perjudicada, no otra vez, ya aprendí y dos veces no pienso repetir la historia. ¿Bueno?
Se queda callada y hago una negación con la cabeza.
—Si supieras que desde que ando sola me he sentido tan bien, no necesito amigos para ser feliz —insisto y no estoy mintiendo, desde que me la paso sola, me he sentido muy bien —. Prefiero estar sola que mal acompañada.
—Bueno cariño —murmura con resignación y niego con una sonrisa. Me despido con una palmada en su hombro y salgo de la casa con su mirada clavada en mi nuca. Cierro la puerta detrás de mí y bajo las escaleras sintiendo el viento chocar contra mi cara. Dejo la bandeja de en la parte de atrás del coche y me paso rápido hacia al de adelante, lo prendo y salgo de la calle en cuestión de segundos.
****
—¿Necesitas ayuda cariño? —dice una voz detrás de mí.
Elevo la vista por encima de mi hombro y detallo mi compañero de repostería. Ethan. El único hombre del grupo.
—No, gracias —contesto cortante mientras ingreso cuidadosamente el brazo gitano en la parte trasera del auto.
Ignorando su presencia cierro la puerta con cuidado y cuando me dirijo hacia la parte del piloto, su brazo forma una barrera que me impide seguir.
—Quería hacerte una pregunta.
—No tengo tiempo para preguntas, permiso —intento quitar su brazo y lo miro ceñuda al ver que no se aparta —. ¿Puedes quitar tu brazo por favor?
—Lo haré sólo si aceptas una salida conmigo —sonríe de lado —. ¿Qué tal ir a comer helado?
—No.
—Venga no seas así.
—No, no voy salir contigo —me agarra del brazo —. Y te agradezco que no toques.
—Un helado, yo invito, la pasaremos bien —me libera de su agarre y me vuelvo a negar.
—No quiero.
—¿Te da miedo salir conmigo? —sonríe arrogante y ruedo los ojos con fastidio.
—No me interesa salir contigo.
—¿Tienes novio, melina? — Miro en otra dirección para no contestar y cruzo los brazos, esperando impaciente que se canse y me deje en paz.
—¿Tienes novia? —insiste —. Aunque lo dudo.
—¿Para qué quieres saber?
—Quiero saber si estoy perdiendo el tiempo o no —levanta la mano en dirección a mi brazo y la aparto con un golpe.
Se ríe.
¿Pero qué le pasa a este tipo?
—Pierdes tu tiempo —concluyo e intento ingresar a mi auto, pero vuelve a interponerse —. ¿Será que me dejas ir?
—Sólo si aceptas salir conmigo.
—Tengo novio.
—Sí, claro —se burla y aprieto los puños —. Ven vamos a comer un helado conmigo —impone e intenta agarrarme del brazo cuando una voz lo interrumpe.
Y no era cualquier voz, era la de él.
—Hola Melina.
¿Qué hace este él aquí?
Lo que me faltaba.
El inepto.
—¿Cómo estás preciosa?
—¿Él es tu novio? — pregunta Ethan ignorando la presencia de Jack cerca nuestro.
—¡Si! —respondo sin meditar y me acerco al rizado para enrollar su brazo —. Él es Jack Grey, mi... novio.
Ethan lo escudriña con la mirada y siento la mirada de Jack sobre mi cabeza.
—J-ack él es Ethan un compañero de curso —agito su brazo para que siga la corriente, rogando que entienda.
—Hola —saluda Ethan elevando su mano derecha. Sonrío falsamente apoyada en el hombro de Jack —. Un placer
—Qué tal —dice Jack con voz seria y extiende su brazo sobre mis hombros. Hago una mueca de incomodidad, pero mantengo sonrisa falsa —. Me llamo Jack.
Ethan asiste perplejo, como si no se lo creyera, yo tampoco creo que haya hecho esto, pero es la única manera de quitarme ese baboso de encima.
—¿Qué te parece si vamos a comer helado los tres? —propongo con toda la mala intención, haciendo más tenso el ambiente —. Tu invitación me abrió el hambre.
Los orbes de Ethan se abren impactados ante mi atrevida propuesta y miran con temor al rizado.
—No-no —titubea dando un paso hacia atrás —. De hecho, olvidé que tenía que hacer algo importante.
—Podemos ir los tres, Jack no tiene problema, él no es celoso.
—Te-tengo que irme, otro día será, hasta luego.
Ethan se marcha y siento un aire de alivio recorrer todo mi cuerpo. Sonrío satisfecha de haber logrado mi cometido.
Gracias a dios.
Agarro el brazo del rizado como si fuera un bicho asqueroso y lo aparto de mis hombros al darme cuenta en la posición que me encontraba.
Él me mira confundido al coincidir nuestras miradas, antes que piense mal despego mis labios para explicar que todo lo que acaba de ocurrir simplemente había sido un malentendido, pero sus manos se apoderan de mi nuca y pega su boca a la mía.
*****
Un poco corto pero bueno XD
Bueno, bueno, aquí el Jack ha besado a Melina.
Veremos como reacciona ella
Si encuentran algún error ortográfico o algo, me lo dicen y disculpen jeje estoy tratando lo posible por corregir y modificar.
Gracias por leer <3
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