Capítulo 10


Escucho la voz lenta y ronca de Jack en mi salón de clases, mis ojos cansados se conectan con los de él casualmente cuando decido levantar la cabeza. Las comisuras de su boca se elevan y despide a dos de mis compañeras con quién estuvo hablando y palmea el hombro de Steven. Estos abandonan el salón justo cuando Jack se coloca en frente de mi escritorio.

Quedamos los dos, la mayoría se habían ido. Me siento nerviosa de solo estar con él, me latía el corazón y no me siento capaz de sostenerle la mirada.

—Hola Ángel.

Aclaro mi garganta.

—Hola.

Mi cuerpo se sobresalta cuando se inclina y agarra mi muñeca para realizar el tonto saludo. Me sentí apenada porque pensé que me iba a dar un beso y por instinto aparte la cara. Jack no dijo nada, solo sonrío soltando a la vez una casta risita y me hace la señal que ellos acostumbran usar para saludarse.

—Tienes que aprendértelo — me indica después varios intentos fallidos, no pude contener la risa al ver su expresión. De repente saca algo detrás de su bolsillo y me lo entrega.

Era un huevito Kinder sorpresa.

—Gracias —rechace en contra de mis deseos — pero no puedo.

—No está envenenado si es lo que piensas — sonríe de lado.

—No es eso — juego con mis dedos.

—No te gusta.

Niego.

—Me encanta solo que no debo comer — explico apenada —. Muchas gracias.

—¿Te hace daño?

—Si, exacto —estiro las piernas y me pongo de pie.

—Oh bueno —lo guarda dentro de su bolso, supuse que se lo dará a su hermanita Eva — ¿Lista?

Suspiro

—¿Puedes llevar mi bolso? —se ocurre de repente.

—Por supuesto —acepto en seguida y se lo coloca detrás de su espalda, hace una mueca y me mira desconcertado.

—Uh, esta pesado.

—Como tus mentiras.

—¿Qué?

—Nada.

—Es más pesado que el mío.

—Si no quieres llevarla tranquilo yo lo hago —me hago la orgullosa.

—No, no —se aleja antes que mis manos puedan alcanzar las correas—. Yo lo llevo.

—Bien.

—¿Qué tanto tienes aquí? —sigue quejándose, pero lo ignoro, respiro hondo para canalizar mi estado de ánimo.

Tranquila, tranquila.

Voy detrás de él con los brazos cruzados sobre mi pecho, mirando el suelo sumida en mis pensamientos, cuando de repente choco contra algo duro y me caigo hacia atrás.

—Mierda.

Me llevo las manos a la nariz para disipar el dolor intenso.

—¿Estas bien?

—¿Po-por qué te detuviste así?— reclamo furiosa.

—Es que vi un billete, perdón ¿te hice daño?

Parpadeo.

—Un... ¿que?

—Un billete.

—¿y tuviste que detenerte así, por un estúpido billete? —espeto malhumorada.

—Es que mi mamá siempre dice que conseguirse un billete es como ver una estrella fugaz en el cielo —alzo la vista, incrédula.

—¿Ah?

Me pongo de pie sin su ayuda, y reviso varias veces mi nariz para saber si no me rompió.

Jack se acerca para saber si estoy bien, pero retrocedo antes que llegue a mi.

—Si, eso siempre lo decía y no lo gastas hasta que se te cumpla el deseo más apreciado que tengas —lo miro ceñuda y extrañada. ¿Será cierto eso? jamás había oído eso —. ¿Por qué me miras así?

—Es la primera vez que oigo algo así.

—Bueno, mi mamá dice que encontrarse un billete en la calle es como ver una estrella fugaz en el cielo, no imposible pero si difícil —repite emocionado sonriendo como un niño — , debes pedir un deseo, el más anhelado que tengas pero debe ser de corazón y la condición es que no lo gastas hasta que se te cumpla.

Enarco ambas cejas, impresionada.

—Tienes mucha suerte.

—Gracias —dice sonriendo como un angelito mirando el billete.

—¿Y qué pediste? —pregunto curiosa observando su sonrisa, como ese lindo actor.

—Pedí que mi mamá vuelva a caminar —confiesa y se me contrae el pecho —. Está en sillas de ruedas y nada me haría más feliz verla de pies, otra vez.

Me le quedo mirando, incrédula, sorprendida. Esperé cualquier respuesta menos esta, pensé que me diría que quería un beso mío o que me casará con él, no lo sé, jamás imaginé que su deseo más profundo es ver a su mamá otra vez de pie.

—Para este juego —suelto de la nada y eleva su mirada.

—¿Ah?

—Por favor Jack no sigas con este juego, tu sabes muy bien que no sientes nada por mí y solo lo estás haciendo para cumplir — su ceño se frunce —. Al parecer no eres mala persona, si de verdad eres así, ¡Entonces ya para este maldito juego! Hazlo por tu mamá o quién sea, pero para.

Escucho sus pasos detrás de mi pero no me detengo cuando arranco a correr. Me limpio las lágrimas que se confunden con la gotas que caen del cielo y sigo corriendo hasta que su mano alcanza mi codo.

— ¿Por qué piensas que te estoy apostando? —pregunta a mi lado, lo miro de reojo y meto las manos debajo de mis axilas, pero no respondo agacho la cabeza y me detengo en seco cuando se coloca en frente de mi.

—Déjame en paz.

—Por favor contesta.

—Me quiero ir, permiso.

—¿Por qué te cuesta tanto creerlo? —hundo mis labios y mis ojos sienten escozor.

—No, puedo, no puedo hacerlo.

—¿Por qué?

Me llevo una mano al pecho y levanto el cuello.

—Solo llévame a mi casa.

Me mira por unos segundos y después asiste, sin investigar.

—Y no vuelvas a tocarme un pelo -exijo seriamente, sonríe divertido —. No estoy de humor.

—Bien, como órdenes.

—Es enserio.

—Haré lo que me pidas —murmura serio.

—Y también te quiero a veinte centímetros de distancia lejos de mi —sigo diciendo y me mira frunciendo las cejas, como si estuviera loca —. Acabas de decir qué harías lo que fuera.

—Si Ángel, pero, ¿cómo voy a medir la distancia entre los dos?

—¿Tienes una regla o algo para medir?

—¿Pa-para qué?

—Así medimos, ¿tienes o no?

—Lo que hago por ti —dice con un sonrisita rebuscando entre su bolso, me limpio el rostro con las palmas de las manos y miro para el cielo, todavía seguía lloviznando —. Aquí esta.

Bajo el cuello y detallo la regla, se la quito sin delicadeza y coloco el material platico en medio de su pecho y el mío.

—Sin pasarte de la línea.

—Y tú tampoco de vayas a pasar ¿eh?

Rio a propósito y se me queda mirando.

—Como si eso fuese a pasar.

—Uno nunca sabe —niego muy segura encargando una ceja —. Que tal un día no aguantes y quieras besarme salvajemente.

—Eso nunca pasará.

—¿Qué tal que sí? —insiste —. Y créeme que yo estaría esperando encantado ese beso.

—D-distancia —ignoro la oleada de calor me invade, y pongo de nuevo la regla entre los dos percatándome que estaba cerca.

—¿Tendremos que llevar siempre esta regla?

—Sí, siempre.

Sus ojos se brillan ilusionados y eleva una de las comisuras de su boca, pero no dijo nada, supongo que mi mirada hizo que reprimiera eso que iba a decir.

—Pensarán que estamos locos —dijo al fin después de un breve silencio.

—Desiste de la puesta.

—¿Cuál apuesta? Si no hay apuesta.

—Repítelo hasta que me lo crea.

—No la hay, ¿Hasta cuándo te lo tengo que decir?

—Otra mentira a la lista, sigue así y tendrás un boleto directo al infierno— blanquea los ojos y niega —. Es enserio, dios castiga a los mentirosos.

—Y a ti también te va a castigar —me acusa.

—¿Y a mí por qué?

—Por crear falsos testimonios.

Carcajee sin gracia.

—Ahora la pecadora soy yo.

—Si, por creer algo que no es.

—Tengo mis motivos para creer que es así.

—Eso no quiere decir que yo sea igual a ese motivo —dijo acercándose, le lanzo una mirada de advertencia, pero no sirve de nada, Jack me lleva hasta arrinconarme contra un árbol.

—Aléjate.

—Pronto te vas a dar cuenta que todo lo que te he dicho es verdad —dice muy cerca de mis labios.

Pongo mis manos se colocan delante de su pecho, la regla queda aplastada entre ambos. Mi corazón se acelera y el pánico me invade mi cuerpo.

Risas burlonas y súplicas desgarradoras es lo que invaden mi mente. Jack sigue insistiendo en acercarse mientras yo imponga más fuerza y le lanzo una mirada de asesina.

—No va a ser fácil mantenerme lejos —murmura detallando mis labios y se estaciona en mis ojos —. Pero por ti, vale el sacrificio ¿Nos vamos?

—Si no te alejas te golpearé en las bolas.

—¿Piensas dejarnos sin nuestros hijos?

—Aléjate, ya.

—Bien, que todo sea por el bienestar de mis pequeños.

—Ridículo.

—Antipática.

—Pesado.

—Terca.

—Si no te gusta te puedes ir.

—Todo lo contrario, me encanta, ya te lo dije.

Ruedo los ojos y se ríe, hago el quite cuando quiere llegar a mi cabello.

Todos en mi facultad nos miraban, Jack tenía la regla en medio de los dos y algunos nos miraban con cara de burla o nos señalaban con risas.

Pasamos a su facultad, lo mismo pasó allí, él saludo a algunos que mencionaron su nombre y después me indicó por donde había estacionado su auto.

—¿Este es tu auto?

Nos detuvimos frente a un viejo auto negro.

—¿Te gusta?

— Si está lindo —admito, alzo la vista hacia Jack, él estaba sonriendo orgulloso, sus mejillas se hundieron hasta formar unos pequeños hoyuelos. Sacudo mi cabeza cuando la imagen de él a casos milímetros de besarme aparece y me aparto como un rayo — . ¿A-A quien apostaste para obtenerlo?

Jack estaba usando lentes negros y se los bajó para mirarme, no sé en qué momento se los puso, pero no voy a negar que se le ven bien. Antes de responder se los quita y luego me los puso en la cabeza, mi cuerpo da un respingo.

—No aposté —aclara, en tono ofendido —. Trabajé muy duro para obtenerlo, sé que no es el mejor carro del mundo, pero es mío, esta bonito ¿eh?

—Nada mal.

—Gracias — sonríe orgulloso.

—Ojalá yo pueda tener el mío.

—Pensé que tenías auto.

—Es el de mi mamá, me lo presta a veces —pongo una mueca triste, viendo lo lejos que todavía me falta para tener mis propias cosas.

—Lo que es mío también es tuyo — me ofrece —. Puedes usarlo cuando quieras, está en tu entera deposición.

—Entonces quiero manejar —dije, pero no responde nada, elevo la cabeza ante su significativo silencio —. ¿Eres de esos hombres que le avergüenza que una mujer maneje?

—No, claro que no, solo que no esperé que me pidieras manejar, las chicas normalmente dejan que su novio las lleve.

—Tú y yo no somos novios.

—Pronto lo seremos.

—Sigue soñando.

—Hasta que se me haga realidad —me guiña el ojo y mis mejillas arden otra vez inevitablemente.

Jack mete las manos dentro de su chaqueta y me hace entrega de sus llaves.

—¡Jack! —ambos giramos hacia la voz que lo llamaba y una chica venia en nuestra dirección con otras dos, parecían modelos.

—Te das cuenta de lo que pierdes por andar conmigo —dije y voltea hacia mí, las chicas lo vuelven a llamar — .¿Prefieres andar con Pepa pig que andar con esas...diosas egipcias y pasarla bien?

Les echa un vistazo.

—Conmigo te vas a aburrir muchísimo y nunca vas a obtener lo que ellas si te pueden dar.

Se queda mirándome pensativo y bajo sus lentes hasta la mitad de mi nariz luego de parpadear.

—Prefiero estar con mi Ángel.

—¿Seguro? —Pregunta, dándole una oportunidad más y asiste —. Te recuerdo que soy aburrida.

—Iré contigo.

—¡Jack!

— ¿Vamos? —me insta.

—Estas a tiempo de arrepentirte —niega hundiendo los labios.

—Quiero estar contigo.

—Conste ¿eh? —asiste ladeando una sonrisa angelical y cuando paso por su lado me choca con su hombro a propósito. Ignoró su risa y dirijo hacia el auto quito el seguro que bloquean la puerta y abro. Su alta figura aparece del otro lado y me sonríe otra vez sin abrir los labios —. Después no te quejes.

—¿Quejarme por estar con el amor de mi vida y futura madre de mis diez hijos?

—Ahora son diez —me deslizo dentro de auto escuchando su risa y segundos se desliza el también , y se que me queda mirando.

Aclaro la garganta, ¿Cuándo fue la última vez que tan cerca de un chico? Hace cinco años y me siento extraña, al mismo nerviosa.

—Quiero llenar nuestra casa de Melinas y Jackes -su voz lenta me hace regresar y lo miro.

—¿Nuestra?

—Será una casa grande —sigue diciendo — .Con la vista frente al mar y un ventanal en nuestra habitación para que despertemos mirando el amanecer y nos acostemos mirando las estrellas...bueno si llegamos a verlas —dice en doble sentido. Menudo pervertido pero no diga nada para que no piense que soy igual.

—Aja, si.

—¿Te imaginas? —niego poniendo una mueca de horror —. Tú y yo disfrutando entre las estrellas.

—Mejor cállate ¿quieres?

Se ríe ronco y me roba un beso en la mejilla que me deja paralizada, mas toda mi cara roja. 

—Por supuesto.

—Di-distancia —reacciono.

—Como ordene —se aleja extendiendo los brazos  —. Con tal que me creas, hago lo que sea.


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Holaaaaa ¿Cómo están?

Gracias por leer <3 

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