Capítulo 4

Pasaron un par de semanas al menos sin que hubiera problemas.

Era divertido enseñarle a Chanyeol cómo funcionaban las cosas más simples como el microondas o la televisión, porque fuera real o no que el chico era una estrella caída del cielo, lo cierto era que no sabía manejar esas cosas. Baekhyun disfrutaba enseñándole, porque Chanyeol aprendía con rapidez y porque le gustaba compartir esos momentos con él, sobre todo cuando el alto al fin comprendía el funcionamiento de lo que le estuviera enseñando en ese momento y le regalaba una de sus amplias sonrisas, que hacían que al cambiaforma le latiera rápido el corazón.

Estar con Chanyeol era algo completamente nuevo para él. Nunca antes había compartido su vida de esa manera con una persona, nunca se había sentido tan cercano a nadie, tan en sincronía. Pero, y a pesar de las continuas miradas de Sehun y las insistentes charlas de Jongdae cuando Chanyeol no estaba presente, él no creía que fueran pareja. Chanyeol era demasiado puro y hermoso, y Baekhyun pensaba que estaba volcando sus ilusiones y anhelos en la única persona por la que jamás había sentido algo.

Porque sí, era innegable que se sentía atraído hacia Chanyeol, que le gustaba. De otra manera, no se habría acercado a hablar con él en el jardín el primer día que lo vio, habría atacado directamente. Pero algo en su interior le dijo que no, que no era eso lo que debía hacer, y con el paso de los días, descubrió que la atracción que sentía se estaba convirtiendo en algo más profundo y duradero. No quería ponerlo en palabras, porque cuando llegara el momento de decirle adiós al alto le dolería aún más. Y estaba seguro de que ese momento llegaría porque nadie importante en su vida se había quedado por mucho tiempo. De manera voluntaria o no.

-Baekhyun -la voz de Chanyeol lo hizo mirarlo.

Era de noche, ambos estaban en el sofá de su casa con una manta sobre sus piernas para no pasar frío y con sendos tés calientes. Habían terminado de cenar y a Baekhyun le había apetecido encender la chimenea, cosa que no había a menudo, pero esa noche, algo le pidió hacerlo. Había encendido el fuego y había apagado las luces, siendo entonces la pequeña hoguera la única fuente de luz en el salón. Se había quedado embelesado mirando las llamas, perdido en sus pensamientos, hasta que Chanyeol le llamó la atención.

-Sí, dime.

-¿Eres feliz?

La pregunta lo pilló desprevenido. Abrió la boca para responder, pero se detuvo un momento a lamerse los labios, indeciso. Pudo ver a Chanyeol observándolo con detenimiento, pero no trató de hacerle hablar hasta que no quisiera.

-Ahora sí -respondió el cambiaforma finalmente.

La sonrisa de Chanyeol fue la más brillante que había visto hasta el momento, el otro apoyó su cabeza en el respaldo del sofá y lo miró con los ojos brillantes y cargados de felicidad. El corazón de Baekhyun le aleteó en el pecho, no sabía qué era, pero una sensación abrumadora se apoderó de todo su cuerpo, y le costó controlarse para evitar hacer algo estúpido, de nuevo.

-Me alegro mucho -murmuró el alto, dejando su taza en la mesa y tomando las manos del más bajo en las suyas-. Sobre todo, yo quería hacerte feliz.

-¿Te refieres a...? -las palabras murieron en su boca al no saber exactamente cómo definir lo que sentía, pero Chanyeol entendió.

-Llevo muchos años observándote desde el cielo -le dijo en un tono de voz suave, pero con la mirada segura en sus ojos-. Te he visto crecer, te he visto jugar en el jardín siendo un lobo -sonrió un poco más-. Eres un lobo muy bonito, Baekhyun -el cambiaforma se sonrojó ligeramente, pero no dijo nada-. Me entristeció que tu padre se fuera, pero tu madre te dio tanto amor que no pude evitar pensar que, en realidad, era mejor para ti estar con alguien que te quería incondicionalmente, y no tener que vivir con alguien que te juzgaría y te heriría con sus palabras.

Baekhyun no decía nada, tan sólo escuchaba, y Chanyeol no se detuvo.

-Pero cuando tu madre murió, me dolió. Lloré por ti las lágrimas que tú no derramaste, pero no podía hacer nada. Miré impotente cómo te daban de lado, cómo seguías adelante por ti mismo, y vi tu fortaleza y tu determinación, y te admiré por ello -hizo una pausa-. Poco después, aunque para ti fueron años, comencé a morir. Mi vida como estrella estaba llegando a su fin y, aunque sabía que viviría lo suficiente para seguir viéndote el resto de tu vida, la realización de que jamás podría estar contigo cruzó mi mente. El pensamiento me dolía casi más que mi propia muerte, y deseé con todas mis fuerzas poder estar junto a ti, disfrutar del tiempo que me quedara de vida contigo.

Chanyeol hizo una pausa, sus ojos brillaban por unas lágrimas que no habían caído, pero el cambiaforma no vio dolor en sus ojos, sino felicidad.

-Una voz me susurró que si eso era realmente lo que quería, si prefería vivir como humano contigo el resto de vida que me quedaba a extinguirme en el firmamento. Para mí, sólo había una respuesta posible.

-¿Dejaste de ser una estrella... por mí? -la voz de Baekhyun surgió casi como un susurro, y Chanyeol acarició su mejilla.

-Llevo una eternidad viendo a la humanidad desde el cielo, Baekhyun, no sabes cuántos años. He visto gente deplorable, gente notable, he visto guerras y he visto paz. Y en todos estos siglos, jamás nadie me atrajo tanto como tú, Baekhyun. Por eso supe que quería estar contigo, me pasara lo que me pasara.

-¿Te sentiste atraído hacia mí? -Chanyeol sonrió y asintió con suavidad.

Baekhyun no podía creerlo. No podía, y aún así, podía ver aún el brillo especial de la piel de Chanyeol bajo la luz de las llamas, su tatuaje en el cuello que se perdía bajo la sudadera que llevaba puesta, y quiso, no, deseó creerlo. Quiso creer que Chanyeol sacrificó lo que era, su todo, por él. Pero lo que más tocó su corazón fue que, a pesar de la tristeza que emanaban los ojos de Chanyeol al hablar de su vida como estrella, no había arrepentimiento. Quería estar allí, con él, a pesar de que eso significara dejar el firmamento.

Un sentimiento cálido nació en su pecho, extendiéndose por todo su cuerpo y abrumándolo, y Baekhyun se cansó de tratar de no hacer algo estúpido, así que cogió a Chanyeol por los hombros y, atrayéndolo hacia sí con suavidad, lo besó.

Sus labios se acariciaron primero, sin prisas, casi como si hubieran estado esperando el momento perfecto para conocerse. Los labios del alto eran suaves y dulces, como el mismo Chanyeol, y Baekhyun gimió suave con ese primer contacto. El cambiaforma movió sus labios despacio, casi como esas veces en las que para mostrarle a Chanyeol cómo se hacía algo, él repetía el proceso despacio, esperando que el otro lo asimilara. Y así fue también esa vez, la tercera vez que Baekhyun movió sus labios sobre los de su estrella, Chanyeol lo imitó torpemente, queriendo mostrarle con sus besos todo lo que le hacía sentir, como el cambiaforma estaba haciendo con él.

Se besaron despacio, probándose el uno al otro mientras sus manos se acariciaban mutuamente, demasiado perdidos en el éxtasis del sabor ajeno. Cuando finalmente se separaron, Baekhyun vio que la piel de Chanyeol volvía a emitir un brillo suave, casi como la primera noche que pasaron juntos. Pero más que eso, lo que vio en sus ojos fue felicidad, una felicidad pura y absoluta, y lo supo. Supo que no era él proyectando sus anhelos sobre Chanyeol, no era cosa de su imaginación.

Chanyeol era su pareja, y no pensaba dejarlo ir.

-¿Baekhyun?

La voz de Chanyeol sonó tan perfecta en sus oídos que no pudo creer que no lo hubiera sabido antes. Su lobo estaba contento porque al fin había comprendido que Chanyeol era su pareja, y eso se reflejó en la sonrisa que le dirigió al alto.

-Eres mi pareja, Chanyeol -le dijo, casi como si tuviera que decirlo en voz alta para creerlo-. Eres mi pareja -repitió.

-Lo sé -el alto lo atrapó entre sus brazos y lo estrechó en un abrazo cálido que lo rodeó por completo y lo hizo sentir seguro y en casa-. Siempre lo he sabido. Eres mi constelación, porque brillas con luz propia.

Baekhyun se separó y lo miró extrañado, y Chanyeol rió por lo bajo.

-Cuando las estrellas se atraen las unas a las otras, forman constelaciones. Para nosotras, es como encontrar ese pedazo que sientes que te falta en otra estrella. Yo nunca sentí ese tipo de atracción hacia ninguna de las otras estrellas, pero lo sentí hacia ti. La luz que desprendes, toda tu aura me atrajo hacia ti; por eso, para mí, tú eres mi constelación.

-Eso es... precioso, Chanyeol -el alto negó con la cabeza.

-No, tú lo eres.

Baekhyun no sabe cuántas veces se besaron aquella noche, pero lo cierto es que tampoco tuvo ocasión de contarlas. Sí sabe que le gusta el sabor de la boca de Chanyeol, la sensación de sus labios gruesos y suaves acariciando los propios, y que es algo a lo que no piensa, ni quiere, renunciar. Aun así, no trata de emparejarse con él tal y como su lobo le pide. No lo hace porque Chanyeol aún tiene muchas cosas que aprender, y prefiere que sea algo que surja naturalmente, no un emparejamiento nacido de las prisas por ser uno. Quiere que Chanyeol comprenda bien qué significa para él ser pareja, el fuerte vínculo que los unirá tras que el lazo se forme, y no es algo que se pueda explicar rápidamente antes de meterse en la cama. No, él ha esperado muchos años por Chanyeol, y ahora que lo tiene a su lado, no piensa acelerar las cosas.

Tan solo esperaba no tener que arrepentirse de su decisión.

Sin embargo, no tuvo que esperar mucho más. A los pocos días, mientras estaba en el trabajo, recibió una llamada de Chanyeol desde su casa. Le había enseñado al alto a llamarlo por teléfono para cuando estuviera trabajando, pero también le había dicho que solo era para casos de emergencia, así que su estómago se contrajo de forma desagradable al ver el número en la pantalla de su móvil.

-¡Chanyeol! ¿Qué ocurre? -su voz era angustiada cuando respondió.

-B-baekhyun, alguien está intentando entrar -la voz de Chanyeol sonaba llena de terror, y efectivamente, podía escuchar golpes en el fondo, como si alguien estuviera tratando de derribar la puerta-. Tengo miedo.

-Escóndete, Chanyeol, voy para allá -le aseguró-. Ponte a salvo.

-Vale -le aseguró-. Baekhyun, te q...

La llamada se cortó en ese momento, como si alguien hubiera desconectado los cables de la línea telefónica. Miles de escenarios distintos cruzaron por su mente, cada uno peor que el anterior, y salió de la tienda sin ni siquiera darle explicaciones a su compañero. Jongdae lo vio salir y corrió hacia él, pero Baekhyun tan sólo gritó que llamara a la policía para que fuera a su casa y siguió corriendo.

Al salir del dentro comercial, corrió hacia un lado de la carretera, el que estaba cubierto de bosque, y allí, sin importarle que otros pudieran verlo, entró en fase. El cuerpo del lobo dorado rompió las costuras del uniforme, y sus zapatillas quedaron rasgadas en mitad de aquel bosque mientras Baekhyun se alejaba. COmo lobo corría mucho más que como humano, y el tiempo apremiaba. También, descubrió, era capaz de oler y ver la esencia de Chanyeol, un leve brillo dorado que lo llevaba hasta su pareja.

Baekhyun aceleró y rezó por que no fuera demasiado tarde.

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