☂️16☂️

Dejé caer un suspiro desganado y bloqueé el móvil cuando mi call-bell sonó. Por primera vez en mucho tiempo estuve mirando la pantalla esperando que por arte de magia me llegase un mensaje, uno que ingenuamente esperé.

También, por primera vez en cinco años, miré las redes sociales, buscando personalmente sobre las vidas de mis anteriores compañeros y familiares. La única que no busqué fue la cuenta de Moon-gyu hyung. Eso podría ser lo que me disuadiera de lo que tenía pensado hacer hoy.

Había decidido darme la oportunidad de intentar no hacerme más infeliz de lo que ya soy. Solo esperaba que Minho no me evadiera por lo que había ocurrido hace unos días atrás.

-Señor Lee Taemin. Su pedido IA está listo. -mi sonrisa a la chica tras el mostrador salió más como una mueca de nervios. Pagué antes marcharme.

-Gracias. –dije dando un pronto sorbo al café. Esperaba que me diera valor y lucidez hoy. Y que me refrescara las neuronas para pensar bien, ya que, aunque era temporada de lluvia, el calor persistía.

Eso, y que mis dudas alocadas no ayudaban. Me recordaba a la vez que Kibum hyung había revuelto un energizaste antes de dármelo. Demás está decir que fue un total desastre sobre el suelo del estudio de ensayo. Uno que tuvimos que limpiar todos, solo porque cuando preguntaron, Jinki hyung dijo: ''somos un equipo, así que todos tenemos la responsabilidad por igual''.

Hacerme la víctima no habría ayudado en aquel entonces, tampoco lo haría esta vez. Hoy me tocaba ser menos cobarde.

Llegué a las oficinas de la empresa, donde trabajaba Minho hyung. Era una especie de sucursal, una extensión de su Oficina Central en China. Lo busqué por todos lados con la mirada pero supuse que al no encontrarlo, debía estar ocupado. Eso me hizo replantearme el valor.

Justo cuando pensaba voltearme y regresar por donde había llegado, una vocecilla familiar me nombró: -Taemin, ¿eres tú?

Enmascaré mi cara de pánico lo mejor que pude antes de que la chica se acercara a mí.

-Me da gusto volver a verte, Bo-ah noona.

El manotazo que soltó en mi hombro me dijo que estaba un poco enojada. -¿Cómo puedes decirlo con tanta tranquilidad? ¡Desapareciste por años, mi Taemin se esfumó en el aire y reaparece como, en mi jodido lugar de trabajo!

-Sí, eh, bueno, lo siento por eso. –un segundo golpe fue dejado caer en mi brazo.

Estaba claro que ella no era la chica delicada de antes. Se había convertido en toda una mujer comprometida, responsable de su vida. Si ese anillo en su dedo me confirmaba lo que pensaba.

Alguien a su espalda la llamó y antes de que se marchara me apuntó con el dedo. Dejó su tarjeta de presentación en mis manos. –Si vuelves a huir de mí así te buscaré por toda la galaxia si es necesario y no será un bonito reencuentro para ti. ¿Queda claro?

Asentí sin remedio. Siempre había sido autoritaria e inteligente, perfecta para trabajar junto a Minho.

-Sr. Lee, ¿viene a ver al Sr. Choi? Él está en su oficina, no necesita anunciarse. Por favor, adelante.

Genial, no me dio tiempo de huir ni negarme. Siquiera sabía a qué venia, pero sin que pudiera reaccionar, ella estaba rodeando su escritorio y empujándome hacia adentro. Tocó y nuevamente, sin esperar respuesta, me hizo entrar y cerró a mis espaldas.

Quedé sorprendido, sin saber hacia dónde moverme. Minho estaba en una reunión con cuatro hombres vestidos con trajes caros y refinados.

–Taemin. –dijo, haciendo que las miradas se detuvieran en mí. Pero mi verdadera estupefacción fue cuando los despidió.

-Señores, espero no les incomode, pero debo atender un asunto familiar de carácter urgente. –automáticamente, todos se levantaron y salieron sin mediar más palabras que un simple: ''nos veremos en otra ocasión, Choi''.

Era el momento. Solo tenía una oportunidad de hacer que aceptara escucharme. No podía creer lo mucho que había lastimado a ambos por mis inseguridades de querer resolver mis miedos. Me sentía culpable por no poder contarle desde un inicio lo que realmente le pasaba.
Sintiendo un nudo en el estómago hablé.
-Minho. -mi voz salió más temblorosa de lo que pretendía. -Necesito hablar contigo.
Minho, quien había estado dirigiendo su mirada a cualquier lugar, levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los míos. Había una mezcla de tristeza y esperanza en su mirada. -¿Qué quieres, Taemin?

Con cautela me acerqué y me senté frente a él. Tomé una profunda bocanada de aire antes de comenzar a hablar. -Quiero disculparme, Minho. Me doy cuenta de que te he lastimado mucho sin darme cuenta. No fui claro en mis intenciones y no me di cuenta de lo mucho que estabas haciendo por mí".

-Nosotros. –aclaró Minho. –Lo intento por nosotros. No soy tan bueno como te empeñas en creer, Lee.

Abrí los ojos con sorpresa ante su forma cínica de referirse a mí. –Nunca me habías llamado Lee.

Su mueca de incomodidad fue más que evidente. –Sí, bueno. Jamás me habías hecho sentir tan miserable al rechazarme sin derecho a segundas oportunidades por alguien que ya no existe en este mundo. Pero mira, aquí estamos.

-Por favor, Minho. Estoy intentando disculparme aquí. No hace falta que me desprecies con tanto sarcasmo.

-¿Despreciarte? No puedes tener tanto descaro de venir a exigirme hacer o no algo. –se levantó súbitamente de su silla, haciendo que esta chocase contra todo obstáculo en su camino.

-¿Con que derecho vienes a decirme cómo tratarme? –podía sentirlo en los vellos de mis brazos y nuca, su enojo y desesperación por someterme. Vi sus dedos aferrándose al escritorio, astillándolo sin enterarse. -He estado reprimiendo mi naturaleza dominante y agresiva con consecuencias que desconoces, y eso, mi querido Lee Taemin, sí lo hice por ti.
Asentí lentamente, sin apartar la mirada de Minho. -Es cierto. Al principio, me sentí confundido por tus acciones. Creía que solo buscabas revolver el pasado por una relación corta y sin importancia.
Tomó asiento nuevamente, con un movimiento firme y como no, sexy.

-Tienes toda la razón, Minho. Y quiero hacer todo lo posible para enmendar mis errores y demostrarte que puedo ser un buen amigo.

-Con un demonio, Taemin. No te quiero de amigo, quiero que seamos más que eso. Para ser claros, no pienso ser amigo del gamma que quiero como padre de mis hijos. –sus codos recostados encima de la mesa y sus dedos entrelazados lo hacían ver como un magnate cerrando un gran trato.

-¿Ves? Ni siquiera comprendes esto. Entiendo lo que quieres, es más, lo entendí desde el principio, pero no creo que pueda darte lo que buscas.

-¿Por qué razón? –dijo rotundo.

-No lo entenderías...

-Te he hecho una pregunta. –apretó los dientes para hablar. Recordé la primera y única vez que había usado su voz en mí. Estaba tan aturdido por volver a encontrarme que imaginé que sacó la frustración de todos esos años en que me perdí. No era lo correcto, pero lo entendía.

-Hay... hay cosas de las que aún no soy capaz de hablarte. A nadie, de hecho. En aquel entonces me sucedieron tantas cosas y tuve que lidiar con la mayoría, solo. –esperé un instante. Creía que diría algo como todos los demás que me rodeaban: que abrirme funcionaria, que sacara lo que llevaba por dentro, que buscara ayuda profesional.

En cambio, sus palabras me conmovieron haciéndome bajar la cabeza con los ojos al borde de las lágrimas. –Llegaremos a eso más adelante, cuando confíes en mí.

No pude evitar reírme en su cara. Él era lo más inaudito que había visto en mi vida. Definitivamente, no lo recordaba así.

-¿Tanta risa te causo?

Negué riendo aun. –Es que eres descarado y demasiado autoritario. ¿Cómo es que nadie ha cuestionado tu género de supuesto alfa?

Mis palabras parecieron relájalo. –Debe ser porque también soy encantador, siempre consigo lo que quiero, cuando quiero.

-Sí, lo sé. No das lugar a negaciones.

-Es bueno que lo sepas, Lee. –lo miré con cara de pocos amigos mientras que él mantenía la suya, llena de prepotencia. ''Estúpido''.

-No sirve de nada insultarme en tus pensamientos, Taemin.

-Imbécil. –negó riéndose en mi cara esta vez.

-Bien, ahora que hemos dado el primer paso, debo preguntar: ¿dónde nos deja eso?

Su tono de pregunta era desvergonzado, risueño y seductor en todos los sentidos. –Nos deja en que tú aceptas mi invitación a salir esta noche.

[Glosario]

Call-bell: Campana, se usan en algunos restaurantes y cafeterías de diferentes países para indicar que su pedido está listo o hacer el pedido.

/EnCorea hay una tendencia de pedir los cafés con abreviaturas en inglés. Ice American (IA) que en español significa Café Americano Frío.  

/También están: American Vanille Latte (AVL) o HA (Hot American)

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