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Hola mis Shawols....

Uff... han sido largos meses sin publicar ni un capi de mis historias....

Por eso decidí retomar las que tengo inconclusas.
Pido perdón por mi bajón de estima y falta de musa nocturna😅 Sin más...


La parte Delta de Minho estaba en celo. El celo de un alfa era peligroso, el de los deltas lo era aún más. Estaba preocupado, sí. Había cosas que no se podían ocultar, los astros, el estornudo y el amor. Bueno, era aún extremismo eso del amor, pero sí estaba carcomiéndose la cabeza con ello.

Minho podría estar pasándolo realmente mal, podría tener dolores inhumanos, podía hacerse daño o a alguien más. Todo podía suceder.

Para un alfa era insoportable estar solo durante ese periodo, siempre necesitaron de un omega o beta que satisficieran la necesidad de su lado primitivo. Sus sentimientos primitivos y urgidos. Los omegas y gammas podíamos ser en su mayoría algo orgullosos, diciendo que no necesitábamos de nadie para encargarse d nuestro celo, pero era básicamente el mismo dolor.

El problema estaba que en un omega, el celo duraba hasta tres días y con supresores, podíamos hacer maravillas teniendo un día casi normal.

En los alfas es otra cosa. Ellos incluso cuando tienen supresores inyectables, es como si solo disminuyera el dolor un tercio, el resto permanecía intacto. Innato y rabioso. Rasgando cada parte de su interior durante unas 24 horas o más. Sin un omega, era un ramalazo descrito por algunos como agonizante. Podía matarlos también.

Totalmente dañino.

Y Minho estaba así. O eso asumía. Él podría estar en compañía de un omega en ese instante. Sin darme cuenta, había apretado sus puños hasta dejar sus nudillos blancos. La rabia lo recorrió en instantes al pensar en aquello. Minho siendo cuidado y satisfaciéndose junto a alguien más. Dándole placer a un omega, alguien sin defectos.

– ¡Hyung! –Me gritó Byung–chan, con un par de mejillas como bellotas. Enojado. Lo miré y me estaba viendo fijamente. Le sonreí.

–Lo siento, Channie. –dije apenado. Había estado tan inmerso en mis pensamientos que olvidé prestarle atención al niño. Solo lo veía expectante de atención.

–No deberías estar triste. Mi papá es fuerte, hyung. –Parpadeé confuso. No solo por el hecho de que el niño supiera de mis vergonzosos pensamientos sino porque soltase aquellas palabras.

– ¿Qué quieres decir, Channie? –Acaricié su cabello espeso y azabache brillante.

–Mi papá tiene el celo solo desde que mamá se fue. Dice que está esperando a que la Diosa Luna le conceda a su próximo destinado o algo así. Creo que la Luna te da dos. ¿Hyung tuvo un amor destinado ya? Ella debe ser linda como hyung.

Tenía nada que responder a ello. Él mismo se había respondido muchas cosas y había asumido otras tantas.

Pensé por un momento una respuesta. No sabía cómo decirle a un niño que no tenía destinado y que de seguro sería un hombre. Aunque muchos pensaran que todas las almas cambiaformas tendían a aceptar desde el inicio sus predestinados, no era verdad. Siempre existió quien renegó de él o ella. Como yo. Entonces, no es raro rechazar a tu pareja predestinada si te das cuenta de que no es el género que amas, o que simplemente, por hechos de la vida, no podían estar juntos. La homosexualidad no es algo aceptado por todos, menos en este país.

Finalmente, luego de unas horas de ajetreo con Byung–chan, pude descansar. A pesar de lo que pensaba la gente de afuera, el niño era dulce, educado y considerado para su edad, se notaba tener una crianza más que decente. Tenía una rutina, comía solo, aunque prefería ser malcarado y hacer pucheros para ser alimentado. Se bañaba rápido, pero una vez más, prefería demorarse jugando en la bañera. Estaba dormitando nada más tocar las sábanas, pero decía que necesitaba leer cuentos para soñar bonito. Era simplemente, un niño encantador.

Justo estaba lavando mis dientes cuando el pensamiento de Minho pasó por mi cabeza. Me preguntaba cómo estaría ahora, si tendría compañía o en verdad no veía a nadie desde la madre de Byung–chan. Si habría comido e hidratado, si estaría sufriendo mucho dolor. Si me extrañaría...

Sacudí la cabeza ante el pensamiento. Mi reflejo en el cristal del espejo era revelador en algún sentido, mis mejillas estaban avergonzadas y denotaba decepción por solo imaginar que no era imprescindible.

–Extraño a papá. –escuché una vocecita adormilada. Byung–chan estaba cambiando hacia mí como mejor podía intentando no arremeter contra los muebles de la sala.

–Lo sé, mi vida. Pero Channie debe ser un buen niño y esperar a que papá esté mejor y lo venga a buscar.

Lo que me llevaba a pensar en su papá. Quien no había dado ningún tipo de señal de vida. En lo que estaría haciendo en esa habitación solo. En si estaría tocándose mientras pensaba en mí, si le susurraría mi nombre a las paredes y si sus sabanas me desearían cerca. Me sonrojé y sacudí esa línea de pensamientos obscenos.

Minho no me había llamado. A mí.

Para un alfa que conoce a su omega, buscarle por cielo y tierra, era normal. La necesidad se impondría por mucho que uno no quisiera. Para un delta, era un sentimiento multiplicado por el infinito y uno más. Los deltas podían causar verdaderos estragos si estaban en celo y no estaban con sus parejas. Predestinado o no, despertar y que no estuviese su compañero a su lado, los hacían enojarse al no saber cómo manejar el sentimiento de abandono. Aun, si su compañero estaba tomando un baño o en la cocina preparándose para otra ronda de duros momentos en la cama.

Hasta la saciedad, los deltas podían ser más posesivos de lo permitido, controladores al punto de hacer a su pareja tomarse el día de su celo, libre. Libre del mundo, la tecnología, sus trabajos e incluso sus crías. Era en cierto sentido, frustrante estar con un delta. Podían asesinar a un cachorro solo por robar la atención de sus parejas. No habría palabras para describir realmente cómo serían los deltas y sus reacciones.

Como fuera, no era mi problema si Minho decidía buscarse un sustituto en sus celos, no me importaba lo que hiciera con su vida.

Entonces, ¿por qué sostenía el móvil como si fuera a dejarme e irse corriendo? No tenía sentido lo que pensaba con lo que realmente quería en mí.

Y por arte de magia, como no, el teléfono sonó, bloqueando mi mente, poniendo mi cerebro a trabajar más de la cuenta en todos los ''y si'' de la faz de la Tierra. Mis nervios estaban saliendo de la nada.

La respiración que con dificultad, intentaba regularse chocó en mi oído cuando contesté por fin. Mis dedos en ese momento dudaron y se paralizaron unos segundos que parecieron la eternidad. En mi cabeza, lo veía apretando la mandíbula, aspirando fuerte por la nariz y contando hasta mil para poder comenzar a hablar.

– ¿Byung–chan está bien? –que llamase después de horas en los que estuve esperando ansiosamente, y que primero preguntara por su hijo, era en todo caso entendible, pero no dejaba de hacerme sentir desanimado. Digo, después de todo, es su hijo, su sangre y precioso tesoro. Y yo, era nadie en su vida. Solo un capricho del pasado.

–Taem. –masculló entre dientes. Y apegándome al sentimiento inocente, se formó una sonrisa en mi boca al escuchar su forma sutil de llamar mi nombre y decirme que prestase atención porque no sabía cuándo la ola de calor en su cuerpo lo volvería a atacar.

–Eh, sí, lo siento. Él está bien. Está durmiendo en el sofá. Al parecer te extraña mucho y se siente solo sin ti. – porque me pidió que le acariciara la cabeza para dormirse. Pero eso no se lo dije. No era lo importante y no quería desperdiciar esa llamada en cosas simples.

– ¿Y tú? –parpadeé calmado y mirando a mi regazo sin entender a qué se refería con la pregunta poco elaborada.

–Que si te sientes solo sin mí. –estaba preparando mi discurso para el ''no, ni loco'', pero por supuesto, saber que él estaba en celo, en un momento debilidad. Incluso mi parte gamma sabía que decir mentiras era contraproducente hasta para mí. De hecho, solo pensar en decirle que no, me hacía sentir tan triste que por un segundo mis ojos se llenaron de agua y sal.

Asentí primero, negué después. Hice un ruido como respuesta que supe que no entendió ya que yo mismo no lo hice.

– ¿Eso es un no o un sí? Dime Taem. –la sensualidad con la que me recibió su modo de persuasión me dijo que ya estaba cerca el calor nuevamente.

–Baebae, dime. Estoy aquí para ti, lo sabes. – ¿lo sabía? No estaba seguro de eso, y tampoco de a que vendría eso, no sabía. De todas formas, él no se acordaría al día siguiente.

Aspiré profundo y solté el aire lentamente. Me pateé mentalmente por la estupidez que estaba a punto de decir, porque esto me pasaría factura más adelante. Eso sí lo sabía.

–Te extraño. Mucho. Tanto que duele aquí. –dije, llevando mi mano libre al corazón. Sabía que él no podía verme, pero que entendía.

–Me hace un mal alfa esto, pero me alegro que sientas así por mí.

–Delta tonto, no eres un alfa, así que no vale lo que dices.

Su risita me hizo cosquillas en todo el cuerpo y me dejó esa sensación agridulce que no supe cómo afrontar así que la terminé dejando de lado para disfrutar del momento tan placentero que estaba siendo escucharlo al otro lado de la línea.

De pronto una inhalación forzosa me arrebató los pensamientos. La agitación en su respiración, los pasos apresurados que se escuchaban desde su lado, y los sonidos de cosas cayendo mientras Minho tropezaba con ellas, me dijeron que la llamada estaba a punto de terminar. Decaí nuevamente.

Maldito estado de ánimo, maldito seas gamma idiota por depender emocionalmente de un completo desconocido que dice ser tu predestinado, por dejar en sus manos el pasado y tu futuro. Maldito sea yo también, por permitirme soñar con un romance y una familia cuando sé muy bien, saldremos heridos ambos. Porque me persigue oscuridad, porque no podré darle nada más que gente señalándolo, dejándolo, haciéndolo a un lado. Él tiene personas a las que cuidar y proteger. Mi egoísmo solo lo rompería, como lo hizo con Moon hyung.

Pero claro, aunque me estaba auto-reprochando a mí mismo, no podía hacer nada cuando soltaba palabras para convencerme de dejarme llevar y sentir.

–Te quiero aquí. –demandó.

–No puedo, estoy con Byung–chan. –sonreí y lo traté de disimular con una respuesta elocuente y obvia.

–Gamma obstinado. Mi hermana va en camino a tu habitación, ella se quedará con nuestro bebé mientras tú vienes a socorrer a un pobre delta que necesita de su escurridiza pareja.

– ¿Qué? –dije en alta voz. La cabecita moviéndose en mi regazo me devolvió la calma obligatoria. No quería despertar al niño por nuestros arrebatos. Espera, había dicho ''nuestro'' al referirse a Byung-chan.

– ¿Nuestro bebé? ¿Qué Suzy viene en camino? No voy a ayudarte a nada Minho, parece que te olvidas de la última conversación que tuvimos...

–Frena Taem, no podemos hablar de esto, no ahora. Por favor, ven cariño. Solo ven a mí. –ahí iba otra orden suya. Comenzaba a pensar que amaba mandarme.

–Cede por una vez. ¡Con un demonio! –fueron sus palabras antes de que la llamada se cortase.

Entonces vino la indecisión. ''Ir'', implicaría que iba a estar definitivamente con Minho, al menos en el plano sexual. Las cosas podrían intensificarse hasta no poder dar marcha atrás. De todos modos, me había propuesto no ceder. Por supuesto, hasta que llegó Suzy, sonriendo y dispuesta a ayudar en lo que sea que quería imaginarse.


Espero dejen en sus comentarios qué les pareció el capítulo de hoy. Eso me ayuda a saber qué tanto os gusta o no.🤗

Hasta pronto Shawols.
Sorry por cualquier error que pudiese haber.


:::::::Spoiler Alert::::::

-Si crees que te dejaría porque no puedes es porque no me conoces lo suficiente. Pero aprenderás. Te enseñaré a amar las cosas de las que te privaron una vez. Porque tú eres mío para domar, querer y proteger.

-Domar? - Suspiro. ¿Porqué será que siempre te quedas con la parte más rara de mis frases?

Sonrisa abierta y brillante. - Me gusta ser frustrante para ti. Además, no tengo culpa de que seas un guarro con tus intentos de frases románticas.

-Volvamos a lo que interesa. ¿Me darás la oportunidad, Taem?

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