Para mejor entendimiento, la mayor parte de la historia será narrada desde el punto de vista de Lee Taemin, el protagonista principal.

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Diez años antes...

Suéter de rayas en blanco y negro, pantalón, chaqueta y gorra de mezclilla azul. Cabello castaño claro, piel pálida y caminar seguro, elegante. Tenía todo para pasar desapercibido.

Sí, eso me describía totalmente en el momento. Yo, un jovencito acabado de iniciar en una agencia para idols. Star-Entertamient sería mi verdadera escuela a partir de ahora. No importaba lo que dijesen mis padres, yo no quería ser médico, quería debutar como bailarín. Esa era mi pasión. Y a esta edad, estaba más que lleno de eso.

No valoraba nada y creo que ahí estaban mis mayores errores; no saber buscar la madurez. Era confiado, impulsivo y rebelde. Me sentía un total aventurero que sabía que iba a lograr sus sueños, pues talento me sobraba. Eso también lo tenía, el narcisismo y la autosuficiencia. Porque por algo yo había sido halagado en cuanto entré.

Claro que me hice algunas de las típicas operaciones, arreglé mis poros y dientes, el resto fue solo para aclarar mi piel. De esas cosas vivía ahora, cremas, masajes faciales y mucho entrenamiento para mantener mi cuerpo en perfecto peso y delgadez. Quería ser el mejor, el más recordado entre los sunbaes. Como pasó con Rain-sunbaenim, que me tomó bajo su tutela en mi primer show televisivo.

Era todo un honor tenerle dándome consejos, pero claro, yo que sentía la rebelión en cada poro de mi ser, tardé mucho en entender cada palabra suya. Ahora lo hago más. Soy un poco más de escuchar y menos de lanzarme contra el muro sin conocer. O eso me digo a mí mismo en mi papel de menos egolatría.

Como sea, por esa misma rebeldía de pretender que todo va a salir siempre como quiero, me encuentro en esta situación. Siendo perseguido por un grupito de fans de mi grupo. Todo estaba bien, hasta que me vieron, porque seguro estoy de que mi olor no es notable, ya que mamá me enseñó a ocultarlo desde los cinco años.

Casi nadie conoce mi verdadero género, solo mis padres, mi fastidiosamente perfecto hermano mayor y por supuesto, el doctor que me lo detectó. Es casi peor que el cáncer. Al menos eso dicen a mis alrededores. Incluso en la escuela, ser un gamma se enseña como si fuéramos una abominación de la naturaleza.

Somos relativamente parecidos a los omegas, pero somos su parte defectuosa; verdaderamente frágiles durante el celo y el embarazo, considerados bipolares por nuestro comportamiento pasivo-agresivo y, nuestra pareja más compatible es la peor parte. Los que tienen el género delta son como alfas, pero al igual que nosotros, muchísimo más agresivos, brutales, celosos, posesivos. En fin, pueden doblegar a cuanta persona se le antoje, son pocos en la sociedad y repudiados en su mayoría, la parte superior en la cadena alimenticia.

Odio ser yo. Apesta ser como yo, pero no me afecta, siempre que oculte mi desagradable aroma, como dice mi hermano, estaré bien. Nadie en mi agencia se dará cuenta. Y espero que, en el nuevo grupo, tampoco lo hagan, según me contaron, hay dos alfas, un beta y un omega y, luego estoy yo. Nadie.

-¿Aló? Habla Lee. - Dije al contestar mi móvil. Era mi súper preocupada y controladora mánager.

-Chiquillo desquiciado, ¿cómo puedes irte en medio del ensayo? ¿sabes lo que estará pensando el CEO? -Gritó en mi oído. Mi parte adolescente no pudo evitar reírse de eso. En voz alta.

Que de veras tenía que terminar con esa basura de charla motivacional.

-Somos nosotros quienes nos partimos el lomo ensayando para que todo vaya bien. Sentarse en una giratoria y sonreír es un trabajo que se le da genial, pues entonces que no se meta en terreno desconocido a decirme que si mis bailes son demasiado femeninos. ¡Soy Lee Taemin! ¡La mejor apuesta de debut del año!

Dije enojado. Esa parte cambiante de humor jamás saldría de mí. Maldito género, que te den. Entré en una cafetería y me senté señalando un café americano en el menú a un chico que me recibió con una sonrisa. Mientras, susurré lo que decía al móvil.

-Seriamente, un día esto te pasará facturas. Aunque no te guste, debes escuchar a tus superiores si quieres lograr ser una superestrella. -Sentí su respiración siendo obligada a reducir la velocidad. Intentando calmarla. -Además, niño, creo que te lo tienes muy creído. ¿Crees que solo por ser elogiado por un par de celebridades de renombre tienes al mundo en tu palma? Déjame y te digo la respuesta. No. Madura de una jodida vez, Lee Taemin, futura súper estrella próxima a caer por su actitud nefasta. Si no fueras omega, diría que eres algo peor que eso.

Ahí, estaba. Siempre decía eso, sabía que era la ofensa que me devolvía a la realidad. Lo detestaba con el alma. -Regresaré en media hora.

-Tienes 15 minutos y vas por 14 volando.

-Sí, manager Park. -Murmuré derrotado. Me refugié tras la taza humeante dando pequeños sorbos y quemándome en el intento.

-Sabes que lo digo porque me preocupo por ti de verdad. Si no soy yo, quién te dirá las cosas a la cara. Esta gente solo estará para elogiarte a menos que vayan a perder dinero.

-Pero tú también lo haces porque si no perderás tu salario. -Alcé una ceja mientras dejaba el pago sobre la mesa y salía caminando del café. Del que no recuerdo el nombre.

-No lo creo, si tu fallas, habrán más jóvenes codiciosos de reconocimiento y fama listos para ser tu reemplazo. Alguien que escuche, sea obediente y dócil como un buen omega.

No dije nada, no hizo falta. No me quedaban ganas de ser rebelde, ni energías para ser aventurero. Ella lo entendió.

-Vamos, Sataemin. -Reí ante ese apodo. Los fans me lo habían puesto y siempre me hacía reír. -Diré que necesitabas cafeína para hacer horas extras así que apresurate. Vuelve pronto.

-Sí, noona.

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Qué tal mi bellezas. traje este nuevo fic con una shipp diferente a lo habitual. hace años queria escribir algo de ellos, así que acá estamos.

Porfa dale mucho cariño a esta historia.

espero que les encante como a mí.

XOXO