9. Dos besos
Miro fijamente a los ojos de Enox, ese impactante azul fuera de lo normal, con esa línea poco habitual que lo hace diferente, no le queda mal. Es raro pero para nada desagradable. Como sea, solo estoy intentando no concentrarme en otras cosas, porque sigue sobre mí y se supone que esto era una broma.
—No te entiendo —le aclaro —. Dijiste que querías algo a cambio, pero resulta que era un chiste y ahora estás encima de mí ¡¿Qué quieres?! Necesito tu silencio, no des más vueltas —Frunzo el ceño.
Abre su boca despacio.
—Pues... con sinceridad no creí que vendrías, pensaba que tu dignidad era más importante que ocultar algo como una nave ¿De verdad te degradarías a tal punto solo por huir? —pregunta bastante serio.
Trago saliva. Esto se está volviendo más incómodo de lo que creí.
—¿Q... ¿Qué te importa? Además, no vine aquí para acostarme contigo, vine porque se me acabaron las opciones, así que iba a intentar convencerte para que cambiarás de opinión de lo que sea que pensarás hacerme.
Se queda un momento mirándome serio hasta que comienza a reírse.
—Que linda —opina.
—¿Es un chiste? —Alzo una ceja.
—No —se limita a decir.
—Te lo ruego, deja de coquetearme, que es todavía más incómodo que verte desnudo.
—Si me das un beso —declara.
—¿Qué? —digo impactada —¡No!
—Pensabas en tener sexo, pero no en un inocente beso, eres rara —Ríe.
—Te dije que vine a evitarlo —Ruedo los ojos.
—Sí, ya, claro, te creo y todo —expresa con sarcasmo —¿Quieres mi silencio o no?
—Quiero que te quites —digo fríamente.
Me sorprendo cuando se levanta, veo que camina hasta un mueble y agarra ropa, entonces reacciono, así que me inclino para pararme también, visualizo como se pone un pantalón luego me observa.
Miro la puerta para irme pero no lo hago, vuelvo a ver a Enox avergonzada y trago saliva.
—Era un chiste, ¿cierto? —pregunto sobre el beso.
Sonríe de lado, luego tira la remera que tenía en sus manos y se me acerca.
—¿No te ibas a ir?
—Ya te dije, necesito tu silencio.
Toma mi barbilla y pone su rostro a centímetros del mío.
—¿No tienes miedo de que después te pida más cosas?
—Mientras que sea algo que pueda manejar y no me denigre de más, entonces no.
—Esa es la Tayara que conozco, sin rendirse, pero sin perder la dignidad, valiente y valerosa.
Me sonrojo.
—Deja de hacerme cumplidos, no pareces tú, no sé qué bicho te picó para comportarte así, pero pones la situación bastante incómoda.
—Quizás siempre fui así y no te enteraste —Me empuja contra la pared de manera abrupta, agarrando mi cuello, entonces hago un jadeo —. Ahora quédate quieta.
Cierro con fuerza mis ojos cuando une su boca con la mía, es un beso intenso. Puedo oír algo en mi mente que no sé qué es, creo que tiene que ver con su especie, es un dialecto confuso, que no logro entender. La respiración se me entrecorta al sentir su lengua y la adrenalina aumenta, respiro con agitación cuando me suelta.
Me sentí devorada, como con una sensación hipnótica, es confuso.
Se me queda mirando tan serio que no sé lo que realmente piensa, luego vuelve con su sonrisa arrogante. Enox me confunde, sus expresiones son diferentes y complicadas de comprender.
—No sé qué hiciste, pero no lo vuelvas a intentar —le aclaro y se carcajea.
—Estás loquita.
Me sobresalto.
—Cállate, y dame tu palabra de que no vas a hablar.
Alza la mano.
—Prometido, por ahora —Mueve las cejas y luego mira la puerta —. Ya puedes irte si quieres.
—E... eso haré —digo rápido y acto seguido salgo corriendo.
Llego al pasillo y al fin a mi cuarto, apoyo la espalda en la puerta cuando entro, respirando agitada. Visualizo a Ithiry mirando hacia la ventana, así que me le acerco.
—¿Arreglarás tu nave pronto? —le pregunto y me sonríe.
—Pronto —responde, se gira y me da una flor —. Para ti.
—¿Estuviste afuera? —cuestiono dándome cuenta que sí ha estado revisando su nave entonces y no repitiendo lo que dije, al parecer sí me entiende —Esta flor... —digo cuando la miro más de cerca —la conozco —aclaro.
—¿Sí? —Inclina la cabeza.
—No me acuerdo mucho, pero cuando era pequeña jugaba con mi papá, no sé cómo era su rostro, pero tengo un leve recuerdo de darle una flor como esta, solo que esa se marchitó.
—Oh, bueno, ahora tienes recuerdo de papá entonces —Sonríe ampliamente y me río.
—No, tengo algo mejor —Camino hasta mi mesita de luz y agarro un relicario que tengo guardado, lo abro entonces veo la foto de mamá —. Mira —Se la muestro.
—Foto antigua —acota Ithiry.
—Sí —contesto —dicen que mamá tiene muchos años, así que es muy vieja la fotografía, papá la tenía, no sé cómo la obtuve, pero llegué a este internado con esta, es mi única pertenencia —La guardo en el cajón junto con la flor —. Gracias por la planta, ahora tengo dos cosas que apreciar —Sonrío.
—Que bueno, te conseguiré más.
Niego moviendo la cabeza.
—No hace falta, con esta es suficiente.
—Yo quiero —Me muestra que tiene unas tres más.
Me río. Me siento nostálgica aunque sean recuerdos lejanos que casi ni puedo vislumbrar, lamentablemente.
—Ithiry, no debiste —Las agarro —. Gracias —Le doy un beso en la mejilla.
Él se toca la cara un momento sorprendido, entonces al estar próximo a mí, me agarra el rostro, y me acerca a su boca. De repente me besa, una vez más siento labios extraterrestres sobre los míos. Oigo el mismo zumbido en mi cabeza, esos susurros hipnóticos y confusos. Se nota que el beso es diferente porque es el otro hermano, aunque sigue siendo una sensación extraña e intensa.
He sido besada dos veces en una misma noche.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top