7. Especie negativa

—No tengo nada que ofrecerte —declaro ante su insistencia sobre callarse la boca —¿Qué podrías querer tú?

Toca despacio mi cabello, acariciando a la vez mi cachete, hasta llegar a mi barbilla. Alza mi cabeza tan solo un poco cuando acerca su boca a la mía. Su sonrisa arrogante no desaparece en ningún momento y siento su respiración.

—¿Segura que no puedes ofrecerme nada? —pregunta —¿o eres demasiado tonta para entenderlo?

Se está insinuando.

«Para mí que está alzado». Sugiere mi loba interna entonces me sonrojo, así que lo empujo.

—¡No! —le grito —¡Ni te atrevas!

Se ríe.

—Cálmate, no hice nada.

—Era cierto... —digo pensativa recordando las palabras de Anais —entonces te gusto —sugiero —, sientes algo por mí.

—Gustar es una palabra fuerte —opina tranquilo —. Lo llamaría atracción, aunque mi raza no siente emociones, no sabía de estas hasta que llegué a la Tierra, al principio creí que las fingía —explica y pone sus dedos en su barbilla mientras se lo piensa —. A veces creo que las sigo fingiendo —Baja la mano y vuelve a observarme —. Como sea ¿Hay trato o no? —Sonríe.

—No sé qué quieres, pero no —le aclaro directo.

—Que lenta —Se ríe —¿En serio eres hija del ser que casi destruye toda una ciudad?

Frunzo el ceño.

—¿Y tú qué sabes?

—Sé más de ti, que tú de mí, te lo aseguro, pero quizás eso deberías preguntárselo a la directora.

Bufo.

—Olvídalo, y deja de insinuarte, me caías mejor cuando solo me llamabas perdedora.

—Lo sigues siendo, pero hagamos algo —Toca mi mejilla y se acerca a mi oído —. Ven esta noche a mi cuarto y te prometo que no diré nada de tu navecita.

Decido aceptar para hacer tiempo y que se me ocurra algo en el transcurso del día.

—De acuerdo —respondo a secas.

Entonces con un gesto de satisfacción me suelta y retrocede, quedándose un momento observándome, luego lo veo irse.

Toda la tarde me la paso pensando cómo evitar esto, pero nunca he sido buena formulando planes, no puedo mantener callado a Enox de otra manera, ¿qué estará pensando?

«Simple, quiere copular, explorar la sexualidad terrestre, creo que lo dejo muy claro, tiene razón, eres muy lenta y tonta».

¡Maldita sea, odio esa vocecita de mi cabeza! Más que mi loba interna parece la negatividad pura hablando. Que no sería nada extraño, teniendo en cuenta que soy parte de una rara especie negativa, que encima ni tiene nombre.

—Deja de andar en círculos —Me mira Anais sentada desde su litera —¿De verdad te ofreció tener sexo? —Levanta el puño —¡Lo sabía!

Me detengo y la miro.

—Sí, sí, me lo dijiste muchas veces, ¿y eso en qué me ayuda? —Alzo una ceja —Ni tú ni mi lado lobo me están siendo de utilidad.

—Pregúntale a Ithiry —Se recuesta panza abajo y mueve las piernas, mientras mira una revista.

—¿Y eso de qué me sirve? —Miro para todas partes —¿Y en dónde está?

—En el baño —Mueve una página —¡Auch! Se me rompió uña —Lloriquea y agita la mano adolorida. Al ver que la observo de mala manera, me responde la otra pregunta —. Lo digo porque él es extraterrestre, al menos sabrías como se hace con uno.

—Ya lo empeoraste —opino.

Se ríe.

—Perdón —Reacciona —¡Ah, ya sé! Conviértete en chico, entonces Enox no querrá nada contigo.

—¿Sabías que su especie no tiene género antes de entrar a la Tierra? A él no le importa si soy un chico o una chica, a su raza le da igual.

—¡Bueno, yo ya te di mis ideas! No puedo con todo, ¿sabés? —Hace puchero.

—No sirves para nada —Salgo del cuarto y doy un portazo, entonces oigo como chilla del susto.

Es una dramática.

Como sea, ya es tarde, lo enfrentaré en su cuarto y verá que no puede amenazarme con tales cosas.

Voy por el pasillo y llego a donde está la puerta de su habitación, doy dos golpecitos pero nadie responde, así que espero un poco hasta que me canso, así que abro.

No hay nadie.

Una pieza vacía, solo una cama y algún que otro libro sobre la mesita. Será de la élite pero no tiene nada, hasta mi cuarto tiene más cosas que este, y no lo digo porque Anais sea acumuladora, sino porque esto realmente parece un desierto. Me sobresalto cuando oigo una puerta, entonces me cruzo con esos intenso ojos azules.

Me mira con sorpresa y veo como se le cae la toalla al salir de bañarse. Por acto reflejo ambos bajamos la vista a sus partes.

—¡Oh Dios santo! —Me cubro la cara avergonzada, entonces retrocedo y me choco con la mesa tirando sus libros —¡Ah soy idiota!

—Al menos lo admites —expresa serio, se agacha para agarrar la toalla y atársela a la cintura, tapándose así sus atributos —¿De qué te sorprendes? ¿No es algo que no hayas visto nunca? Deberías chillar si te atacara, pero en todo caso, yo debería haber gritado porque entraste a mi habitación sin preguntar ni pedir permiso.

—¡¡Toqué la puerta!! —grito sonrojada —¡¿Y qué te importa si me molesta ver tus partes o no?! —Hago una pausa —Que ni siquiera sabía que ibas a tener... bueno, algo normal —expreso confundida y se ríe.

—Estás loquita ¿Qué haces aquí?

—¡¡Tú dijiste que venga!! —me quejo —¡¿Tienes amnesia o qué?!

—Oh vaya, te la creíste, y yo que pensé que era malo para los chistes —Se rasca la cabeza.

—¡Ah, eres insoportable! —Me revuelvo el cabello.

—Cálmate, nos van a oír.

—¡¿Qué me calme?! ¡¿Cómo quieres que me calme?! ¡¡Estuve toda la tarde preocupada por esto!! ¡¿Y pides que me calme?! —grito furiosa, tanto que las luces titilan y mi artefacto anti-magia hace chispas —¡¡Eres de lo peor!!

—Vaya, quieres matarme —opina sin asustarse y mirando el techo, viendo como la energía negativa se acumula en la habitación.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top