36. El plan parte 1
Ithiry
Nos dirigimos a la ciudad, aterrizo la nave en un lugar propicio, donde no se vea, caminamos por el bosque y nos acercamos a las pantallas, que señala Tayara.
Hay una transmisión que se está mostrando en todo el lugar.
—Wow es la primera vez que estoy en una pantalla —Vemos a un cazador animado hablar, se toca la barba castaña y sonríe —. Ciudadanos del mundo, seguidores de la paz, me presento, soy Max Edelgar, líder de la resistencia. Por mucho tiempo les vendieron una imagen errada de lo que llaman amenaza sobrenatural, es mi deber como luchador revolucionario declarar que la guerra ha terminado, que los humanos pueden vivir en tranquilidad con otras especies, que es mentira todo lo que les han dicho sobre estas —Toma un vaso de agua y continúa mirando sus papeles, para luego observar a todos desde la pantalla —. La rebelión se ganó, pero todavía hay gente que piensa distinto, así que salgan a las calles y divulgan este mensaje, estamos en paz, no más devastación y guerra —Hace un saludo, entonces se apaga el monitor, luego se vuelve a repetir el mensaje.
—Pensar que no estábamos enterados de nada —opina Tayara y presiona el puño —. No creo que la directora liberé a nuestros compañeros, no le hará caso a ese cazador.
—¡Tiene que hacerlo! —chilla Anais —¡Esa gente debe enterarse!
—No piensas volver allá, ¿cierto? —pregunta Enox que la sigue con la vista cuando la mirad loba comienza a caminar.
—Los cazadores ya no son un problema —acoto.
—¡Nazhira sí! —expresa indignada Tayara —¡No creo que esa mujer le haga caso a ese tal Max, debemos asegurarnos!
—Tienes que quedarte en el valle —aclara Orus.
—¡Entonces me das la razón! —Lo agarra de la ropa —¡Sabes que algo malo pasa!
—Suéltalo —La aparta Eleazar del adivino —. Si lo dice es por algo.
—Pienso que antes de pensar en eso, hay que encargarse de que los depredadores se vayan —opino —. A nosotros no nos importan las reglas terrestres —explico sobre mi raza.
—La Luna nos mandó aquí para que viéramos que ya podemos caminar por la ciudad —aclara Enox mirando a Tayara y luego a mí —. No para que nos enfrentemos a un montón de asesinos.
—Te recuerdo que yo también soy un asesino —Sonrío con malicia —, y tenemos la ventaja de que ellos no saben que no estoy de su lado.
—Madre es muy inteligente, no la engañarás tan fácil.
—Estoy confundida —expresa Anais —¿Por qué la llaman madre si ustedes dicen que no tienen género?
Giro mi vista hacia ella para explicarle.
—Porque es quien nos engendró, pero no hay término específico terrestre para llamarla, padre también pudo haber sido nuestra madre, si no hubiera sido el más adecuado para ir a la batalla, ese designio se mide en la cama.
—Estoy confundida, aterrada y perturbada —expresa con cara de espanto y me río.
—Que el genital masculino y femenino no existe en nuestra especie, se modifica para ser cualquiera de los dos, como dije, depende de quien sea el más apto.
—¡¿Y por qué son chicos?! —Nos señala a ambos alterada.
—Fue casualidad, nuestros cromosomas se adaptaron de esa forma, pude haber aparecido como hembra y no hubiera habido diferencia —digo sin importancia.
—Mujer —me corrige Enox.
—Es lo mismo —Me río.
—¡Eres un animal! —se queja Anais.
—Y tú una loca por la limpieza ¿Por qué estamos hablando de esto? Vamos a arrancar cabezas.
—No —dictamina Enox —. Lo que tenemos que hacer, es conseguir que crean que no existe Tayara, entonces se irán.
—¿Cómo piensas hacer eso? —pregunta la hembra en cuestión.
—Fingiendo tu muerte, diremos que Ithiry te comió.
—¡¿Qué?! —chilla ella y yo hago una carcajada —¡No te rías!
—Puedo meterla en mi estómago, pero no creo que sobreviva —me burlo.
—¡Orus, di algo! —se queja Tayara.
El adivino sonríe.
—Tengo un plan.
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