Enox

Mi madre está ahí, entre ese grupo que quiere cazar a Tayara. Me afecta en desmedida, porque cuando era pequeño me escondía detrás de ella. Hay todavía una sensación hacia ese ser, antes no la sabía o no la entendía, pero había una relación de sentirme protegido con mi mamá. Era pequeño, solo una cría, un animal. Recuerdos que me atacan fuertemente.

—¡Enox! —La oigo y me sobresalto —Sé que estás escuchando, sal de donde estés y entrega a la chica, nadie te juzgará, vuelve con nosotros, vuelve a mí.

Es un truco, apela a las emociones que adquirí estando en la Tierra, ellos saben que me afecta.

Es una estrategia.

Cuando pienso en que se han ido, bajamos del árbol e intentamos buscar la nave, pero no la encontramos. La mala suerte nos persigue porque lo que sí hallamos es al enemigo.

Ithiry

Me miro al espejo en el baño de la nave, estoy serio observando mi forma humana, llevo rato confundido.

Creo que ya he estado demasiado tiempo en la Tierra.

No comprendo esta emoción. Abro una compuerta presionando los botones de la pared y de allí saco una pantalla flotante. Busco rápido en la sección de emociones, luego me río al encontrar la que busco.

—Nah —Niego —¿Culpa? ¿Yo? Puf.

¿No hay una emoción más divertida?

Guardo todo y abro la puerta, viendo a Orus en frente de mí.

—Deberías salir —me dice lo mismo que a Tayara —. Deberías ir a aplacar lo que te molesta.

Lo ignoro y continúo caminando. Entonces me detengo, así que miro hacia el ventanal. Acto seguido termino bajando de la nave. Hay una niebla espesa, al parecer de un arma explosiva. Miro las pisadas y las sigo. Al llegar, veo un campamento y unas jaulas en el centro, entonces visualizo a Enox y a Tayara encerrados entre los barrotes que parecen de bambú, pero en realidad son de un material irrompible en mi planeta.

Me acerco como si nada hasta ellos. Mi hermano se sorprende y se levanta del suelo.

—¡¿Ithiry?! —chilla —¡¿Estás vivo?!

—Yo... —Bajo la vista —me siento muy mal, es fatal.