30. Lobo azul

Enox

He caminado por días en este maldito bosque. Ni siquiera sé a dónde voy. Estoy cansando y tengo hambre. Por suerte me crucé con un lago en el camino y pude hidratarme. Ahora sí que no pertenezco a ningún lugar. Debería estar muerto pero sigo vagando en esta penumbra y este arbolado frondoso.

Noto que la luna alumbra en una dirección y sin pensarlo voy hasta allá. Cruzo unos árboles, encontrándome con una civilización. Un montón de gente en una ciudad llena de edificios y luces.

¿Qué no estaba devastado el mundo o algo así?

Aunque si lo piensas debe ser porque hay sobrepoblación, hay mucha personas.

Alzo la vista mirando los carteles.

—"Protegiéndolos de la amenaza sobrenatural. Por un mundo sin magia. Los cazadores" —Leo.

Qué horror ¿Se creen los dueños del mundo o qué? Bueno, de todas maneras eso no me incumbe, ni soy de la Tierra.

Aunque siento como los terrestres.

En el lago lavé mis mis manos, pero siento como si la sangre de Ithiry siguiera allí, mi mente se encarga de recordármelo una y otra vez.

Se supone que soy un depredador, sin embargo nunca he cazado nada, ni para eso sirvo. Yo solo quería esconderme en los brazos de mi mamá, pero ella también me abandonó, cuando hizo esa apuesta, esa venta y me envió aquí.

Eso duele, aunque ella nunca lo sabrá, ni siquiera conoce lo que es sentirse así.

Camino por la vereda y me detengo en frente de una tienda. Muero de hambre, pero no tengo dinero. Detesto estar entre tanta gente, me pone nervioso. Sinceramente no soy muy sociable. En el Internado de Bestias me comportaba como me pedían que hiciera y ya.

Vigilar a Tayara durante todos estos años, era lo único que tenía que hacer. Era simple, darle mi vínculo y robar su poder, pero estaba enfadado, entonces me la agarré con ella, le aclaré lo que quería decirle a Ithiry durante mucho tiempo.

"Perdedor, perdedor, al fin te gané".

La victoria no se ve tan dulce ahora como en mi imaginación.

—¿Y qué se supone que es esto? —Miro la araña en mi mano —Mi vínculo está roto, es imposible que se haya arreglado.

—Tal vez yo pueda ayudarte —Se abre la puerta de la tienda y alzo la vista, visualizando a una mujer de cabello platinado —¿Quieres entrar? Tengo comida, es gratis.

Alzo una ceja, luego miro al cielo, dándome cuenta que la luna no se ve, bajo la vista y noto que ella ha entrado a la tienda, así voy hasta allí. El lugar es oscuro, pero alcanzo a una barra, me siento en una banqueta, entonces la mujer me sirve un vaso de agua y un poco de queso en un plato.

—¿Irónico no? —dice cuando me corta una rodaja —Antes se decía que la luna estaba hecha de queso —Me acerca el recipiente.

—Así que eres tú —expreso mirando que no hay nadie al rededor y solo está ella del lado del mostrador, atendiendo como si fuera una camarera —. No sé si debería comer eso —opino.

—Cómelo —Sonríe —. Juro que no está envenenado, además no sé ni cocinar —Ríe —y sé que tienes hambre.

—¿Por qué debería confiar en usted? —Entrecierro los ojos.

—Porque no todos los días la diosa Luna se viste de camarera y deja que el agua se desparrame por lo suelos —Señala el piso y noto que hay charcos de agua —. Me disculpo, atraigo corrientes con mi presencia, no lo controlo, sobre todo si no estoy en los cielos.

—¿Y por qué vienes a ver a un extraterrestre? No tengo nada que ver contigo, nosotros tenemos otros dioses y otras teorías.

—De hecho, vengo a ver a un lobo.

—Pues te equivocaste, aquí no hay ninguno.

Continúa tranquila y apacible observándome.

—Te contaré una pequeña historia —Sonríe —. Hace muchos, pero muchos años, los lobos hacían lo mismo que tu raza.

Alzo una ceja.

—¿Disculpa?

—Pasarle el ADN a sus compañeros, proporcionándoles la habilidad de convertirse en lobos a los que no eran de su raza, ya sabes, porque el destino a veces da compañeros que no son de su especie, por razones muy específicas que algunos ni llegan a comprender.

—¿Por qué me está contando esto? —Alzo una ceja.

Ignora mi pregunta y continúa.

—Un día, el destino, decidió no hacerlo más, ya que traía consecuencias catastróficas, mezclar tantas razas, era complicado y los dioses comenzaron a quejarse, era para unificar las especies, pero terminó separándolas.

—¿Y? Mi raza hace eso para robar habilidades especiales, no es novedad —declaro sin importancia.

—Exacto, tu raza es nociva, tú no.

—No entiendo...

—Enox, le pedí al destino que el compañero de Tayara sea alguien que pueda hacer lo mismo que los lobos del pasado y que además tenga un buen corazón, entonces te encontró a ti, a su alma gemela entre un montón de depredadores, para que te llevaras su poder. Los cazadores te descubrieron, entonces se contactaron con tu especie, pero no sabían cual de los dos hermanos era el indicado, así que probaron suerte.

—¿Qué clase de cuento estúpido es este? —me quejo.

—¿No me crees? ¿Entonces por qué el vínculo no está roto? —Abro la boca para contestarle pero no se me ocurre nada, así que ella decide responder por mí —Porque tu conexión con Tayara, tu conexión de lobo, hizo que tu vínculo extraterrestre se reforzara. Felicidades, eres el único de tu especie al que no se le puede romper el vínculo ni por de casualidad —Aplaude.

—¿Y de qué me sirve de todas maneras? ¿Por qué estás aquí?

—Te cuido.

Alzo una ceja.

—¿Me qué...? ¿Para qué harías eso?

—Si los cazadores saben que tienes el vínculo de Tayara y te falta tomar el resto, querrán capturarte para obligarte a que le quites el poder por completo, como hace tu especie con los que no son de los suyos, como quiso hacer Ithiry pero no lo consiguió, porque tu vínculo está reforzado.

—No pueden obligarme a hacer eso.

—No, porque yo estoy aquí, aunque si estuvieran cerca de hacerlo, tendré que suicidarme, para matar a todos los lobos, incluyendo a Tayara.

—¿Por qué harías eso? —exclamo impactado.

—En unos días será el cumpleaños de Tayara, en ese momento su magia negra estará en su máximo poder y destruirá todo a su paso.

—Pero entonces... no hay salida.

—Sí la hay —Me señala —. Tú eres mi salida, mi queridísimo lobo azul.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top