27. Entender sensaciones

La nave aterriza y bajamos todos a buscar a Enox, tiene telequinesis, quizás pudo haber usado algún truco para no golpearse, mover un árbol o algo, si se tiró es porque sabía lo que hacía.

Miro detenidamente a los árboles, tienen artefactos de los cazadores, eso quiere decir que ahora saben nuestra ubicación, maldita sea.

—Apresurémonos —digo avanzando.

De repente me detengo sintiendo algo, miro hacia la luna y luego al frente, esta sensación es parecida a la de la puerta negra del sótano, pero distinta de alguna forma, así que comienzo a correr, luego freno cuando creo encontrar lo que estoy buscando.

—¿Qué pasa, Tayara? —Me alcanza rápido Anais y luego se percata de lo que yo veo —¿Por qué hay una choza horrenda en medio del bosque desolado? Iugh, le falta pintura —Hace uno de sus comentarios fifis y me río.

—¿Qué haría sin ti? Me sacas todos los nervios.

—Para eso están las amigas —Sonríe ampliamente y pone las manos en su cintura, luego mira la pequeña cabaña —. Aunque es en serio que está fea.

—Yo que tú la abro —Oigo esa voz y alzo la vista hacia un árbol —. Antes de que vengan los cazadores —La mujer de cabello platinado me observa y me quedo anonadada, otra vez viendo su presencia.

—Luna...

—¿Qué? —expresa Eleazar cuando nos alcanza junto a Orus e Ithiry.

—Ya no está —digo viendo que ha desaparecido.

La última vez ella le abrió a mi supuesta madre ¿Ahora a quién ha liberado? Confiando en la luna, termino por mover las puertas. Camino despacio por la choza y visualizo que los candados mágicos se han destruido, en el centro hay un soporte que tiene un capullo en forma de corazón humano, abro despacio aquella piel y me encuentro con lo que parece ser un bebé. Un bebé que tiene piel de estrellas. Me miro recordando que yo también puedo brillar, entonces despacio lo levanto.

—No puede ser... eso es... —expresa Anais sorprendida viendo que lo sostengo.

Siento la sensación, creo que lo entiendo.

—Es... mi hermano —declaro confundida.

—¡¿Cómo lo sabés?!

—No lo sé, lo siento —La miro al reaccionar —. Vámonos antes de que nos atrapen los cazadores.

Salimos de la choza pero es demasiado tarde, ellos ya han llegado por nosotros, visualizo a la directora ponerse en el centro de la multitud.

—Tayara —declara Nazhira que ahora viste con su ropa de cazadora, porque vino exclusivamente para atraparme —, si que eres escurridiza, no debiste haber bajado de esa nave —exclama triunfante.

—¡Jefa! —chilla un guardia que aparece corriendo desde lejos —¡Ahí viene, ah! —grita cuando una de esas patas de araña con cabeza se lo llevan a la oscuridad del bosque.

—Mierda —se queja la directora.

Ay no, ella otra vez.

La tal Agatha, la asesina, se acerca hasta los cazadores que con miedo se apartan. Todavía tiene sangre que no es suya en su cuerpo y eso me acompleja demasiado. No puedo mirar a esos ojos que tienen un universo dentro.

Eso me recuerda...

Miro al bebé acordándome de lo que Ithiry me dijo una vez:

"Si tú eres las estrellas, ¿ella es el universo?"

Ya que no pudo buscarme, porque no la dejé, ella vino por su bebé, vino por sus otras estrellas.

Cuando decido acercarme, despacio y con cautela, Nazhira se interpone en mi camino.

—Es un monstruo, no se lo des —me recueda la directora —. Sabes lo que es capaz de hacer, no está a salvo con ella, regrésalo a donde estaba.

Frunzo el ceño.

—Solo hago lo que siento, lo que percibo que desea este bebé, es como yo cuando era pequeña, así que si mi madre es el universo, y yo soy parte de este, soy sus estrellas, entonces este bebé quiere regresar a donde pertenece.

Esquivo a Nazhira, voy hasta esa mujer, con miedo y sin mirarla le entrego al niño.

—Eres igual a tu padre —declara y me sobresalto, así que cruzo mirada con a la que llaman Voces —. Tu padre está atrapado en el tiempo, pero lo recuperaremos —me cuenta hablando en plural —. Ese día, él te explicará todo —Abre un portal y se va, llevándose consigo a todos los cazadores en una trampa.

La única que se salva es Nazhira que logra huir, para mí mala suerte, ya que seguro volverá con más.

—No te llevó con ella —declara acercándose Anais.

—Ella entiende que le tengo miedo —expreso pensativa comprendiendo todas las sensaciones que me acaba de producir esta extraña situación.

Dejo de perderme en mis pensamientos cuando reacciono y luego continúo con la búsqueda de Enox.

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