24. Sus secretos

Me zafo de Ithiry, ya que por un capricho no voy andar evitando mis acciones. Voy en busca de Enox, porque de hecho siento como que lo obligué a entrar a esta nave y creo que al menos merece una disculpa de mi parte.

Me dirijo al pasillo donde están esos ventanales largos, afuera se ve todo el enorme bosque, avanzo por el extenso corredor hasta que visualizo a Enox, mirando el lugar silvestre.

—Enox —lo llamo y veo que se refriega un ojo —¿Estás...

—Evitando emociones terrestres, sí —afirma.

—Iba a decir llorando, pero bueno a tu idioma se oye menos humillante para ti, ¿o no? —Me río aunque no responde a mi burla, así que decido pasar a lo que me compete —Quería disculparme, sé que no deseabas venir, pero si no lo hacías te iban a matar —le aclaro.

—¿Sabes? —Continúa mirando al ventanal —Cuando me vendieron, no sabía lo que eran las emociones, así que cuando llegué a la Tierra, no entendía porque lloraba, lloré por días sin comprenderlo.

—Que horrible —opino.

—Sí, es triste llorar por algo que no sabes que es, sumado a que solo era un niño, menos iba a entender lo que me dolió. Cuando estaba en mi planeta y había perdido, no sentí nada, sabía que algo malo me pasaría, pero no sabía el qué. Crecí en la Tierra y entendí lo que significa el abandono y no pertenecer a ningún lugar. Me abrieron los ojos, pero a un costó muy grande.

—Bueno... —Doy un paso hasta él —ahora eres libre, ahora puedes elegir a donde pertenecer —Sonrío.

—No —dice cortante —. No quería ser libre, al menos no de esta forma, tenía un lugar en el Internado de Bestias, pero otra vez me crucé con Ithiry y se arruinó.

Frunzo el ceño.

—¿Por qué culpas siempre a Ithiry? Entiendo que te haya ganado pero...

Me mira y me sobresalto, logrando que me quede callada.

—Si Ithiry hubiera perdido quizás estarías mejor Tayara, él hubiera venido aquí, con todo su carisma y no te hubiera hecho la vida imposible como yo, porque Ithiry no es rencoroso, él no es débil como yo. Yo hice todos mis cálculos mal en esa prueba, utilicé todo mi esfuerzo, no me quería dejar vencer, no quería alejarme de mi mamá, siempre quise quedarme cerca de ella. Me ocultaba en nuestro hogar y jamás salía, Ithiry es más... carismático, enérgico, independiente, siempre destacó en todo. Por eso mi padre me llamó débil, él sabía que iba a perder, pero yo solo estaba asustado, era defectuoso, que más da —Deja de hablar y vuelve a observar el ventanal, haciendo silencio.

—Estás nombrando emociones, Enox —le aclaro.

—Sí, pero son distintas en mi planeta, mi raza las manifiesta de otra manera, de hecho esa energía que gastamos en las emociones las usamos para ser más productivos, no las sentimos —explica.

—¿Y por qué dices que Ithiry no hubiera sido rencoroso? ¿Qué quisiste decir con eso? ¿Me tienes rencor? No entiendo.

Se acerca hasta mí, entonces me estremezco cuando me mira fijamente y por completo serio sin quitar ni un instante la mirada.

—Tayara, tú no lo sabes pero... tú eres la razón de que me vendieran.

—¿Qué? —Me paralizo pero siento que no puedo mantenerle la mirada fría que me está dando —Yo no...

Gira su vista hacia un costado.

—Olvídalo, no quiero seguir hablando, ya dije demasiado, estoy afectado por mis emociones, eso es todo, por eso Ithiry guarda mejor los secretos que yo.

—Deliras, Enox —Río nerviosa —¿De qué hablas?

Me esquiva cuando comienza a caminar, pero corro delante de él, para detenerlo.

—Apártate, Tayara —Frunce el ceño.

—Si me odias tanto ¿Por qué me diste tu vínculo? O lo que sea eso que me diste que parece importante para tu raza.

Me mira afligido y trago saliva. Instantáneamente me arrepiento. Creo que no debí preguntarle.

—¿Acaso interesa? De todas formas lo rompiste.

Auch.

—Mira, ni sé cómo lo acepté, así que ni idea cómo pude haberlo roto —expreso avergonzada.

Suspira.

—Es un regalo, lo agarras con tus emociones y lo rompes tomando el vínculo de otro —explica y me quedo impactada —. Si estuviéramos en mi planeta, no me dolería, hasta lo dejaría pasar y cuando cree un nuevo vínculo, se lo daría a alguien más, pero ni muerto hago otro, eso sería denigrarme a mí mismo, pocas veces se puede romper. En resumen, no debería ni poder destruirse, mi error fue no dárselo a alguien de mi especie.

—Eh... —Bajo la vista —siento romper tu regalo.

—No te disculpes, de todas formas no es como si me fuera a relacionar con alguien de mi raza, están a millones de años luz y ni siquiera están interesados en que regrese.

Alzo la vista a mirar sus ojos azules, lo observo angustiada.

—No me odies, yo quiero ser tu amiga —le pido.

—Yo no quiero nada de ti, Tayara —expresa fríamente.

—Pero...

—No te odio —declara y me sobresalto —pero no me preguntes qué pienso de ti, porque no lo sé, sigo aprendiendo sobre las emociones, creí que mi cuerpo se había adaptado, pero me equivoqué, de hecho la otra noche muté y no tengo idea de la razón —me cuenta.

—¿Qué quieres decir? —expreso confundida.

—Que no eres la única que no entiende su cuerpo, tonta —se burla.

Me cruzo de brazos.

—Pues entonces tú también eres tonto.

Sonríe.

—Nunca dije lo contrario.

Sonrío también.

—¿Y a dónde fue tu ego?

—No sé, no tengo en qué competir, mejor dejémoslo en un empate.

—¿Enox? ¿En empate? —Alzo una ceja —¿Quién eres y qué has hecho con mi rival?

—Quizás estoy cansado de pelear y solo tengo sueño —declara más sereno.

—¿Ya podemos ser amigos? —Aprovecho su buen humor.

—No —dice cortante, ya lo arruiné —¿Me dejas pasar?

Frunzo el ceño.

—No, quiero saber más, hablemos.

—No —Intenta esquivarme otra vez.

—¡Enox! —Lo agarro de la mano para que no se vaya y termino soltándolo porque saco chispas —¡Auch!

Aunque él es el que se queja mirando su palma.

—¡No me tatues arañas, loca!

—¡¿Qué?! —Me alarmo viendo un dibujo del bicho en su mano —¡Usemos agua y jabón, seguro se sale!

—¡Es un tatuaje, un tatuaje con magia, no se sale!

—¡Basta, no te pongas histérico!

—¡¿Qué pasa?! —chilla Anais apareciendo —¡¿Por qué gritan?!

—¡Yo me largo! —Veo que el extraterrestre se me escapa.

—¡Espera, Enox, tenemos que terminar nuestra conversación! —le grito pero ni me hace caso —¡Enox, regresa aquí!

—¿Qué ocurrió? —pregunta Anais avergonzada.

Hago puchero.

—El idiota de Enox me estaba contando sobre su vida y sus secretos, pero se me escapó, encima ahora le tatué una araña en la mano y no sé porqué —me quejo.

—¡Wow, yo quiero una! —expresa emocionada.

—¡No es un juego, Anais! —la reprendo.

—Ay, no me grites que soy sensible.

Ya empezó con su drama, son todos unos dramáticos, deberían ser más directos así dejan de irritarme y no solo hablo de los individuos, también me refiero a la magia ¡¿Qué es eso de pegar arañas y hacer estrellitas?! Esto no es un espectáculo de colores. Necesito mejores explicaciones y ya sé a quién voy a interrogar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top