Corro a través del bosque porque no veo la nave, en el proceso me voy quitando la ropa para cambiar, mi cabello crece, a mi cuerpo le vuelven sus curvas y mi rostro femenino regresa. Lloro mientras avanzo, de mi mochila agarro mi otra ropa más deportiva, un short y una remera, me visto al seguir huyendo.

Me detengo cuando ya no puedo correr más. No tengo idea cuánto tiempo he estado alejándome de la escuela, pero estoy muy agitada y nerviosa. Mis manos tiemblan de ver tanta muerte y sangre.

Mierda, tengo que encontrar la nave pero ya me perdí. A este paso los cazadores me volverán a capturar. Este plan no se suponía que terminaría así.

Oigo un ruido entre las plantas y me sobresalto. Lo que temía sucede, hay un cazador apuntándome con su arma. Mi artefacto anti-magia hace chispas en mi muñeca. No puedo controlar mi poder cuando mis emociones no están bien.

—Quédate quieta —dice el hombre.

—Aléjate —le aclaro y retrocedo.

Veo que acciona el seguro y reacciono rápido, le lanzo un rayo de energía negro, el cazador sale disparado, pero me asusta que no solo tiré electricidad sino que también destruí el piso.

Miro mis manos.

—¿Qué está pasándome? —Me sorprendo viendo que mi brazalete se rompe y cae al suelo —Oh no... —Alzo vista viendo a más guardias llegar —¡Aléjense! —les grito.

«Mira lo que hiciste, idiota, por eso odio convivir con magia negra ¡¿Por qué no me haces un favor y dejas de aumentar tu energía?!». Se queja mi loba interna y me cubro las orejas asustada.

—¡¡Cállate!! —chillo y un montón de rayos se expanden por completo por la zona, atacando a toda persona cercana —Oh no, oh no, contrólate —digo nerviosa —. Concéntrate —Suspiro.

Bajo mis manos despacio y utilizo mis oídos de loba. Los corazones de los cazadores que lastimé todavía se escuchan. No han muerto, suspiro de alivio otra vez.

Rápido, antes de que venga más gente, me giro volviendo a correr. Este bosque parece interminable.

Me detengo de repente cuando un cazador salta directo de un árbol a atacarme, no me da tiempo a reaccionar, aun así, me salvo.

Mejor dicho, recibo ayuda.

Un extraño ente aparece delante de mí. Tiene tres garras en cada mano, un raro casco biomecánico, es extremadamente alto, tiene una cola larga y una piel grisácea. Utiliza sus uñas para agarrar la cabeza del cazador y revolearlo lejos. Lo reconozco cuando un ojo se abre en su palma y usa su telequinesis para atacar a un segundo hombre que viene hasta aquí, su cola golpea a otro haciéndolo tropezar y cuando me doy cuenta toda la acción se detiene.

—Tú eres...

Detrás de aquél vidrio hay unos ojos alargados, puedo ver que desde su cuello, de su piel gris, sale un segundo respirador biomecánico.

—¿Te estás ahogando? —pregunto preocupada —Pareciera que no puedes respirar bien —Me doy cuenta que un tercer respirador se crea en su cuello.

Me percato que vienen más cazadores, pero el extraterrestre emite un sonido que aturde a todos, lo que hace cubrirme los oídos. Me sobresalto cuando me agarra de la cintura, para cargarme y correr.

—Sigue cubriéndote la orejas —me indica y su voz suena en un eco.

Es extraño el tono en el que habla, algo confuso.

Cuando cree que estamos seguros, se detiene y me baja de esos largos brazos. Esa velocidad ha sido tan rápida como la de un lobo. Me percato de que en su pecho algo brilla, de hecho parece que le duele, porque se agarra justo ahí.

—¿Estás bien? —Miro que un cuarto respirador sale de su cuello —No te ves bien —opino.

Gira su cabeza hacia un punto y veo la nave.

—Ya puedes irte —me aclara.

—¡La encontraste! —exclamo sorprendida y luego lo miro —¡Lo sabía, eres Enox! Tienes que venir con nosotros, los traicionaste, tendrás problemas.

—Ya te dije que no puedo estar en el mismo lugar que Ithiry.

—Pero... —Hago una pausa dándome cuenta —¿Cómo me encontraste? ¿Cómo sabías que estaba aquí en el bosque?

—No tengo idea, solo ocurrió, ahora vete.

Frunzo el ceño.

—No sin ti, te matarán si te quedas y te estás ahogando aquí fuera.

—Olvídate de mi salud y vete.

—¡Pero...!

—Mierda —exclama y miro para donde él observa.

Maldición, más cazadores.