16. Brillos del corazón

Tayara

Brillo cuando estoy feliz y hormonal, cosas que me genera Ithiry, pero Enox me produce algo distinto, que no sé qué es. No voy a dudar por un idiota como ese, soy una nueva Tayara, no me importa nada en absoluto.

No, en serio, me siento muy cambiada.

Lo bueno es que hice que Anais no se quedara en el cuarto esta vez, así que tranquilamente puedo decidir qué hacer cuando vea a Ithiry, ni siquiera habrá una sola distracción.

Voy a hasta el cajón y miro el relicario de mi padre otra vez, ver la foto de mi mamá me genera paz.

—¿Acaso brillas, madre? —le pregunto como si estuviera aquí.

La puerta se abre, entonces veo a Ithiry entrar al cuarto, se me acerca y mira el relicario.

—Si tú eres las estrellas, ¿ella es el universo? —pregunta y me río.

—Buena metáfora y explicación, algo absurda, pero interesante, no es tan loca la idea.

—Soy un extraterrestre, sé que hay muchos universos, y si tú eres estrellas, entonces eso aclara muchas cosas sobre tu origen.

Río otra vez.

—No soy ninguna estrella, pero gracias por el cumplido —Lo abrazo sintiéndome animada —. Me pones contenta, Ithiry.

—Que emoción.

Me besa y le correspondo, me lleno de sensaciones, otra vez noto como mi cuerpo brilla.

Enox

Mi corazón retumba a gran velocidad, oigo como golpetea a mi pecho como si se fuera a salir. No entiendo qué me ocurre porque esto no tiene nada que ver con el vínculo que le transferí a Tayara. Ese duele, pero no es el mismo dolor. La sensación es diferente, es extraña, muy distinta y creo que me está matando, no es normal, me sofoca demasiado.

Me agarro un momento de la ventana porque no puedo sostenerme, respiro con agitación ¿Acaso estoy mutando? ¿Mi cuerpo no cambió lo suficiente cuando llegué hasta la Tierra? ¿Me faltará algo? Mi respiración es tan mala que puedo sentir hasta que me mareo, vienen vahídos hasta mí.

Bajo la vista y debajo de mi camisa hay algo brillante, confundido la abro, hay como una luz roja en mi pecho, la cual parpadea, es mi corazón que está golpeando, se abre paso, quiere salirse, duele.

Miro mi piel humana blanca en mis manos, la cual se resquebraja, debajo está la otra piel gris de mi raza, se supone que deberían estar combinadas pero se han separado, hay algún error en mi adaptación al ambiente, nunca lo había visto así.

Me acerco a la pared y aprieto unos botones, una pequeña compuerta se abre, entonces de ahí saco una jeringa, nunca la había probado, pero no es momento de cambiar a mi forma original, menos si no sé si respiro el aire terrestre de manera regular.

No entiendo el cambio de mi cuerpo, pero no puedo arriesgarme. Me inyecto el líquido en mis venas y la piel vuelve a la normalidad, mi corazón deja de brillar y de golpear con intensidad. Luego alzo la vista a la ventana visualizando a la luna. No lo comprendo, pero esta no es la primera vez que siento que me está hablando.

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