◈ 16
❝Tarde❞
Habían pasado dos días desde que llegamos al pueblo.
Sangho estaba frente a nosotros. Jungkook y él estaban hablando sobre el paradero de su madre mientras yo tan solo escuchaba su conversación y comía un par de galletas que me habían dado.
Todavía me sentía rara. Pero estaba haciendo lo posible por mantener la calma y no volver toda la situación en algo insoportable. Ya me había bastado actuar de esa forma el primer día, no quería volver a llamar la atención, y mucho menos quería tener problemas con Jungkook por estar actuando de esa forma. Cada uno tenía un límite de paciencia y no podía jugar con la suya a mi antojo.
—No encuentro una parte por la cual entrar sin ser descubiertos, y por lo visto, tu madre se la pasa todo el día en esa mansión. No la he visto salir desde que descubrí que estaba quedándose ahí...
—¿Y la casa está muy lejos? Me gustaría verla con mis propios ojos.
—Está un poco retirada del pueblo, pero definitivamente podemos ir. ¿Ella también va?
Entonces sentí que los ojos de ambos chicos se posaron en mí. No terminé de llevar la galleta a mi boca cuando Sangho estiró su mano para pinchar mi mano con uno de sus dedos.
—No te conozco mucho, pero puedo decir que se nota bastante que te pasa algo. ¿No te agrada la idea de ir?
—No es eso. Perdón, solo estaba un poco distraída, me sorprende el calor que hace por estos lados...
No estaba mintiendo, pero el chico había acertado. Me pasaba algo que ni siquiera yo misma podía explicar del todo. ¿Desde cuándo enfrentar el mundo real se había vuelto tan difícil? Me sorprendió pensar que el resto tenía corazones bondadosos después de todo lo que había experimentado en el último tiempo, pero en el fondo tenía la esperanza de que todo ese sentir sería momentáneo y se me iba a pasar en cualquier momento.
—¿Quieres ir a descansar a la habitación, Sun? Si te sientes mal no dudes en decirme.
—No, estoy bien aquí. El aire fresco me da a ratos y es agradable. Cómo digo, solo estaba un poco distraída... Pero díganme, ¿cuándo podríamos ir a visitar esa casa?
—Conozco a alguien que trabaja ahí y aunque es difícil entrar, me dijo que a mediados de mes el señor y la señora de la casa se van de viaje —Sangho parecía bastante serio. Se notaba que aunque era muy imprudente también podía ser alguien atento—. Si es así... Podemos ir uno de estos días.
Perfecto. Por fin teníamos un avance que podíamos ver. Algo que estaba tan cerca y no solo eran ilusiones de niños. Sangho no era precisamente de mi agrado, pero si lograba llevarnos, iba a estar muy agradecida con él por darnos esa oportunidad.
Iba a poder conocer cómo era la mujer que había criado a Jungkook grande, y sobre todo, él se iba a poder encontrar con esa mujer que tanto quería. Todos salíamos ganando de alguna forma... Aunque me mantenía un poco inquieta el no saber si Sangho luego pediría algo a cambio.
—Vamos hoy mismo por la tarde, cerca del atardecer. A esa hora todavía hay luz pero es más tranquilo. Podemos dar unas vueltas por el lugar sin tantas preocupaciones. Siempre hay algún espacio por el cual se puede ingresar.
Y así fue como quedó tomada la decisión.
Sangho se marchó para juntarse un rato con sus amigos, y mientras tanto Jungkook y yo permanecimos sentados en silencio. Las cosas estaban un poco incómodas entre nosotros desde el primer día. No nos habíamos vuelto a separar a pesar de la incomodidad, pero el ambiente tenso era algo molesto cuando solo nos teníamos a nosotros para compartir.
Observé a mi alrededor viendo el paisaje, de a poco me estaba acostumbrando a ver todo lo que nos rodeaba. Si bien no era el lugar más bonito, también podía destacar algunas cualidades del lugar que llamaban mi atención. Había un árbol con unas lindas flores que le entregaban color al lugar, y una cuadra más abajo había una pequeña tienda en la cual se reparaba ropa.
—El día está bastante bonito, ¿no crees?
Intenté romper la tensión. No soportaba que estuviéramos así, y aunque era difícil dar el primer paso, alguno tenía que hacerlo.
—Sí, está ligeramente más agradable.
Pareció que la conversación había muerto otra vez, así que tenía que seguir intentandolo sin importar cuánto tiempo me llevara.
—Estas galletas están muy buenas, ¿dónde las conseguiste?
—Ayer estaba ayudando a una señora de la cocinería con un mueble malo. A cambio de la ayuda me dio una bolsita con galletas.
Me sentí apenada por no ser de gran aporte y solo haber estado comiendo todo el tiempo. Le extendí una galleta esperando que la aceptara. No podía ser posible que yo fuera la única que tuviera momentos en los que se me consentía. Jungkook dudó un poco, pero al final terminó comiéndola.
—Oye... Muchas gracias por todo. Lamento ser una carga... Prometo que haré lo que pueda para ser de ayuda.
—Está bien. Después de todo somos nonos. Tenemos que cuidarnos entre nosotros y no es una compensación. Cada quien hace su propio aporte de distinta manera —su mirada se perdió en el cielo por un momento. La brisa fresca movió ligeramente su cabello—. ¿Quieres ir a dar una vuelta? El día está bonito y no hemos hecho mucho más que estar en la habitación y salir cuando hay que comer.
—Está bien. Me gusta la idea de un paseo para conocer mejor el pueblo.
—Te llevaré a un lugar que estoy seguro que te gustará. ¿Alguna vez viste un gato en persona?
Negué inmediatamente. Los pocos animales que había visto en persona eran los que estaban a los alrededores del orfanato, y siempre los había visto de lejos para que no se asuataran y salieran escapando. Ver un gato, un animal doméstico, era prácticamente imposible. Tal vez cuando había vivido con mi tía... Pero realmente no recordaba mucho de esa época. Incluso por un momento me di cuenta de que había olvidado cómo era mi apellido. Por mucho que intenté pensar en ello, mi mente no lo lograba recordar.
¿Quién era al final?
No pude hallar una respuesta a esa pregunta.
* * *
La tarde llegó y con ella nos dirigimos a la casa donde se suponía que Sangho había visto a madre de Jungkook grande. Caminamos un buen rato, pero por suerte no tanto como cuando salimos del orfanato. Y menos mal que no estaba tan lejos, había caminado ya mucho jugando con los gatos que había ido a conocer. Los había perseguido, claro que sin ser muy invasiva. Habían algunos que habían sido más juguetones, mientras que otros solo se habían dedicado a dormir y caminar de forma elegante para desaparecer sin dejar rastro alguno, al menos hasta que unas calles más abajo los volvíamos a encontrar durmiendo.
Mi acompañante solo me había visto ir detrás de los lindos animalitos. Tal vez esa era su forma para que no me sintiera tan extraña en aquel nuevo lugar. Y se lo hice saber sin darle tantas vueltas al asunto, ya que gracias a él había logrado ganar una nueva experiencia.
El camino estuvo tranquilo. Sangho no hizo comentarios fuera de lugar o tocó temas que se me hacían incómodos, incluso podía admitir que fue bastante agradable haber compartido con él cuando no se comportaba de esa forma tan extraña como cuando lo había conocido. Pero tal vez también hacía mal en juzgarlo tanto por su forma de hablar y actuar, después de todo, esa era su realidad y no es como que pudiera cambiar su pasado y todo lo que había vivido.
Yo me había criado la mayor parte de mi vida en el orfanato, sin conocer mucho sobre el mundo exterior. Él en su lugar se había criado en un mundo difícil y muy duro, el cual no perdonaba absolutamente a nadie. Era fácil hablar solo por hablar, pero en el fondo cada uno tenía su historia y por lo mismo me di cuenta de que mi actuar no estaba bien.
Podía ser un pervertido sin remedio, no obstante, tenía que haber algo detrás de ello para que actuara así; alguna razón que lo había llevado a ese resultado.
—Esa de allá es la casita —Sangho nos indicó una gran casa a un lado del camino. Tenía unos muros más o menos altos y una gran reja para la entrada.
No era nada parecidas a las casas que había visto en el pueblo. Para nada.
—¿Cuántas personas viven aquí? —me atreví a preguntar.
—Unos padres con su hijo pequeño y parte de los empleados. La persona que conozco se queda algunos días aquí. Solo tienen a su hijo pequeño porque los mayores ya tienen su propias familias, así que hay varias habitaciones desocupadas.
¿En serio había gente con tanto dinero?
Si lo pensaba bien... Yo nunca había tenido dinero. Todo lo que se me daba para existir ya estaba hecho. La ropa y la comida simplemente la conseguía. Nunca había comprado algo, si mi ropa se rompía la remendaba, si quería comer algo hacía algún trueque. Me costaba comprender el verdadero valor que el dinero tenía en el mundo real. ¿Acaso todo se podía comprar con dinero?
—Vamos por aquí, chicos. Si pasamos por al frente es más fácil que nos vean.
Nos desviamos del camino principal y comenzamos a caminar por un costado del lugar. Había mucha vegetación y pasar no era muy fácil, pero ambos chicos de alguna forma me estaban abriendo el paso para que no fuera tan difícil. Sostuve la tela de mi vestido lo más cerca de mi cuerpo para que no se enganchara en alguna rama. Lo que menos quería era que mi ropa se dañara en un momento así donde me era difícil acceder a más prendas.
—Oigan, por ahí hay un agujero —di aviso cuando al agacharme para sacar una pequeña rama que se había enganchado en el bordado miré hacia la muralla y me percaté de que se lograba ver para adentro.
Era un espacio de unos 30 centímetros de alto y tal vez unos 50 de ancho, no era un rectángulo perfecto, más bien bastante irregular. Estaba casi por completo cubierto por arbustos para llegar hasta ahí, pero lo había logrado ver ya que una pelota de color roja había llamado mi atención entre toda la vegetación verde. A primera vista no se notaba tanto, pero claro que se notaba bastante una vez que le puse toda mi atención. Puede que el terreno fuera tan grande que los dueños no se habían dado cuenta, pero realmente destacaba lo suficiente como para que fuera extraño que no estuviera tapado tomando en cuenta el tamaño.
Nuevamente ambos chicos pasaron para despejarme un poco el espacio. El primero en investigar fue Sangho, quien se notaba bastante extrañado por no haber visto el forado antes. Tras él fue Jungkook y finalmente yo ingresé. Obviamente nuestra ropa se ensucio, pero sacudiendola se le podía sacar un poco la tierra y el polvo que se le había pegado.
Al interior había una especie de muralla de arbustos, por lo que había un pequeño pasillo entre la muralla de material sólido y la vegetación. Los tres permanecimos agachados viendo entre las hojas y ramas. Ingresar había sido mucho más fácil de lo que habíamos pensado.
—Esta pelota debe ser del hijo de los ricachones. Debe tener tantas que no creo que importe si la tomo prestada.
—Déjala dónde estaba, Sangho. No vinimos a robar, estamos aquí para ver si realmente está mi madre.
¿Pero como lo sabríamos si estabamos todavía lejos de la casa? Con lo poco que sabía podía intuir que estábamos en el patio de aquel hogar. Todo estaba muy silencioso y no se veía nadie. Puede que no hubiera nadie en casa...
Aunque el pensamiento no duró mucho.
El corazón se me empezo a acelerar a un nivel incontrolable. Lo sentía en mis oídos rebotando. Ni siquiera podía escuchar el intercambiao de palabras entre los dos chicos a mi lado. Mi atención solo estaba centrada en esa figura que acababa de aparecer por la puerta de la casa y estaba parada a varios metros de nosotros.
Sin importar que sus ropas fueran distintas, que su cabello estuviera bien peinado, que sus zapatos estuvieran perfectamente atados, que su estatura fuera más alta... Siempre iba a reconocer ese rostro con ojitos brillantes que había sido mi mayor felicidad en el mundo.
—¡Jungkook!
Mi voz salió antes de que lo pensara. ¿Realmente era él? ¿Cómo era eso posible? Pensé que hasta un golpe de calor podía estar provocándome alucinaciones.
Su rostro confundido miró en mi dirección.
Esperé con todas mis fuerzas que todavía me recordara. El corazón se me iba a terminar por romper si es que no lograba recordar mi rostro. ¿Ya era muy tarde? ¿Por qué no decía mi nombre como yo había dicho el suyo? Mucha angustia me invadió cuando sentí que el tiempo no avanzaba nunca.
—¿Sunbin, qué rayos haces? —Jungkook grande, quien estaba a mi lado, tiró de mi brazo para que me volviera a esconder entre los arbustos.
—E-es Jungkook, ¿no lo viste? Está ahí... Se ve tan grande. Es él, míralo bien.
—¡¿Quién anda por ahí?!
Quién me había tomado del brazo soltó una maldición no muy fuerte, pero lo suficiente para que yo le pudiera escuchar. Mi imprudencia nos estaba poniendo en una mala situación, así que tenía que hacer algo al respecto. Debía ser valiente, no podía dejar que el miedo me ganara siempre. Él me había salvado en otras ocasiones, era mi turno de actuar.
Además... Yo fui la que había actuado mal al no poder controlar mis emociones como correspondía.
—No digan nada. Y aprovechen de salir apenas vean una oportunidad. Yo me encargo.
No les di tiempo de responder y de un brinco me puse de pie. Había un señor de traje a unos cuantos metros que estaba caminando hacia nosotros, antes de que estuviera más cerca caminé hacia él con rapidez.
—Lo siento mucho, señor. Mi cachorro llamado Dalgu se metió en la propiedad, y aunque no quería hacer un escándalo, cuando se alejó mucho no pude evitar llamarlo con un grito.
—Disculpe, señorita, pero se debe retirar del lugar. No hay ningún cachorro por aquí.
—Ingresó por un pequeño espacio, se lo prometo. Permítame que lo llame para llevármelo de aquí.
Una mujer salió detrás de Jungkook pequeño, y le indicó que ingresara al hogar. Con ello por un momento desapareció mi oportunidad de poder hablar con él.
Además, seguramente me había borrado de sus recuerdos. No lo culpaba, tener una nueva vida no era para menos. Sin embargo, en el fondo había deseado con todas mis fuerzas que corriera a mis brazos como cuando era pequeño. Pero la realidad era diferente, en su lugar se había quedado quieto observándome en silencio sin importar que estuviera más cerca para que me pudiera observar mejor.
—Insisto en que se debe retirar. Acompañeme a la salida, por favor.
Esperaba que no fuera mi mente la que me estuviera engañando. Jungkook... Realmente podía jurar que se trataba de él. Había atesorado en mi memoria su imagen como si lo hubiera grabado a fuego. Mi intuición no me podía fallar, no cuando se trataba de él.
—Está bien. Lamento mucho el inconveniente.
Dejé que me guiara por el terreno mientras pasábamos por afuera de la casa para ir hacia la entrada principal, aquella que había visto minutos antes junto a los chicos. Los cuales esperaba que hubieran salido antes de que alguien más pudiera ir a revisar el lugar donde estábamos.
Por alguna razón se me ocurrió mirar hacia atrás mientras ya estábamos sobre el camino que llevan hasta la reja principal. Y en el segundo piso del hogar pude ver, gracias al atardecer que ya se estaba haciendo presente, la figura de ese niño pequeño de mi corazón haciéndome un señal de que guardara silencio. Un recuerdo vino a mí con su acción, como si hubiera regresado a esa ocasión en la que estaba sobre el muro blanco del orfanato haciéndole esa misma seña antes de desaparecer.
Solo que ahora los papeles se habían invertido.
●▬▬▬▬21/07/23▬▬▬▬●
Qué puedo decir. Hacía falta algo de misterio y los JK's tenían que estar en el mismo plano tras la revelación.
¿Alguna teoría de lo que va a pasar?
¿Será que nuestra pobre Sunbin ya se nos transtornó? ¿Regresará Jk chiquito tras no aparecer por un tiempo? 👀
Cap dedicado a: Valecandy_2018 fer_army613 y LieDive
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top