◈ 13

❝Vistazo del mundo❞


Definitivamente me había quedado dormida de una forma que no podía comprender del todo. ¿Cómo había dormido tan bien ahí entre las piernas de Joohyuk?

No lo entendía.

Pero si había algo de lo que no tenía dudas, era de que me había despertado con el corazón bombeando con fuerza al pensar que me podía haber dejado abandonada en ese lugar mientras él partía a ver a su madre. Por un instante pude sentir como el mundo se desmoronaba y yo quedaba atrapada bajo los escombros, por suerte la sensación no duró mucho, ya que un quejido de su parte indicó que me había presionado con mucha fuerza hacia atrás.

—Hey, no te muevas tanto —su voz al despertar siempre iba a ser un misterio para mí, y más cuando bajaba el volumen hasta que fuera un susurro.

Con detalles así es que me daba cuenta de que en verdad estábamos creciendo junto al otro. Los cambios de voz, de cuerpo... Antes ya éramos distintos, pero las diferencias se notaban mucho más con el pasar de los años. Observé sus largas piernas a mis lados y sentí su corazón latiendo, que estaba resguardado bajo su pecho, chocar contra mi espalda. Las sensaciones siguieron siendo un poco misteriosas mientras las iba descubriendo y sintiendo, hasta que fui plenamente consciente de que me estaba presionando mucho contra su cuerpo. Tanto que mi rostro se sintió caliente como si hubiera hecho algo vergonzoso a más no poder.

—L-lo siento —tras disculparme, a una velocidad sorprendente, me quise poner de pie, pero Joohyuk fue más rápido y sus brazos rodearon mi cintura dejándome pegada a él.

—No te muevas todavía —su voz iba directamente hacia mi oído derecho. Apreté mi bolso sintiéndome totalmente avergonzada—. Creo que hay alguien cerca, pégate más.

¿Vergüenza? Dejé de sentirla en el momento en que efectivamente se escucharon unos pasos cerca de donde estábamos. Mi mirada fue en busca de Sangho, quien tenía que estar a un par de metros, pero me encontré con su lugar vacío. Ahí logré relajarme un poco y busqué, de alguna forma, la mirada de Joohyuk para avisarle.

—Debe ser Sangho. No está en su lugar.

—Lo sé, pero se escucha más de una voz.

Intenté agudizar mi oído para escuchar lo que decía. Al principio dejé de escuchar incluso el sonido de las pisadas, pero a medida que el sonido era más claro, pude escuchar dos voces. Una era la del tipo que habíamos encontrado el día anterior, la otra era un misterio. Pero con lo cerca que se empezaban a escuchar, no iba a durar mucho.

—... Y antes de irse me dejó un par de billetes. ¿Lo puedes creer? Las casadas tienen un algo que... Vaya, ¿no que muy hermanitos? —al frente de nosotros aparecieron dos figuras. El que estaba hablando claramente era Sangho, el otro era una cara desconocida—. Miren, no los culpo, follar en esa posición se siente muy bien, pero recién están saliendo los primeros rayos de sol.

—Sangho, deja de decir tanta mierda que recién está empezando el día. ¿Y qué hace Youngdae aquí?

El nivel de incomodidad escaló tan rápido que me sorprendí de lo incómoda que me sentía. Nunca antes en mi vida había sentido tantas ganas de desaparecer como en ese momento. Me puse de pie sintiendo que no había nada de dignidad en mi ser y me mantuve mirando el suelo escuchando el intercambio de palabras entre las voces masculinas.

—Fui a mear lejos para no incomodar a tu hermana y me lo encontré.

Joohyuk observaba a la nueva figura con desinterés. Lo pude ver cuando elevé mi vista para ver su rostro.

—Hombre, sé que la última vez no terminamos en muy buenos términos, pero ya está en el pasado, ¿no? —la voz de aquel tipo era ligeramente más grave que las otras dos que había escuchado, pero no de veía muy mayor.

—Dijiste que te podrías follar a mi madre a cambio de un par de billetes. ¿Crees que se me olvidó esa mierda? —tomó mi mano y me arrastró un par de metros pasando entre ambos tipos— Ustedes dos están tan enfermos, solo piensan con el pene. Dime dónde está mi madre, Sang, seguiremos solos.

—Eh, no seas así. Era una broma lo de tu madre. No me metería con ninguna mujer a no ser que ella misma me lo pida.

La mano de Joohyuk sostenía la mía con fuerza. Estaba muy enfadado, pero también estaba haciendo un esfuerzo por contenerse y no explotar. Sin embargo, lo conocía y sabía no era precisamente muy bueno a la hora de manejar sus enojo, y viendo los temas que se estaban abordando, parecían ser lo suficiente delicados como para hacer explotar esa burbuja de tensión que había entre ellos. En el peor de los casos, eran ellos dos contra nosotros, y la diferencia era clara. Había que evitar un conflicto mayor a toda costa, incluso si Joohyuk parecía no querer cooperar.

Y el problema era qué hacer en ese momento. ¿Acaso una intervención de mi parte podría hacer la diferencia? No lo sabía, pero arriesgando podía ver el camino que tomaba la situación.

—Uh... Perdonen que me meta, pero si bien no está bien hablar así de una madre, creo que no está mal seguir juntos —Joohyuk me observó sin comprender del todo mi intervención, yo solo necesitaba que me siguiera la corriente—. ¿Está muy lejos el lugar al cual vamos? En compañía se hace más ameno. Además, tener dos chicos fuertes puede ser de mucha ayuda, nunca se sabe lo que puede pasar.

Ambos tipos inflaron el pecho por mis palabras. ¿Me los podía ganar de esa forma? ¿Así de fácil? Si ese era el caso, no me iba a negar. Di un suave apretón a la mano de Joohyuk, y recién ahí pareció entender mis intenciones.

—Bien, supongo que mientras se mantengan tras la raya no hay problema en seguir juntos. Ahora que está todo bien, ¿podemos seguir con el trayecto? Mi espalda no va a aguantar dormir contra otro tronco otra vez.

Y de esa forma, continuamos con nuestra travesía de seguir en busca de la mujer que había criado a Joohyuk.

Sangho y Youngdae no se callaban nunca. Era sorprendente la capacidad que tenían sus pulmones y gargantas para hablar y hablar sin parar. Aunque de cierta forma no todos los temas que tocaban eran tan malos como los primeros que habían tocado. Con el pasar de los minutos se volvieron más decentes, tal vez porque les había caído un poco bien y tenían el mínimo de respeto por no sacar sus temas raros en mi presencia, aunque de todas formas de vez en cuando tiraban algunos chistes con doble sentido que hasta yo podía comprender un poco, o al menos eso sentía.

Por otro lado... Joohyuk no me había soltado la mano en ningún momento. Supuse que la razón de su actuar se debía a qué ya no había solo una amenaza, sino que en su lugar habían dos. Y lo podía entender, pero no dejaba de ser raro.

—Y dime, Sunbin... —ese era Sangho— ¿Has tenido tu primer beso o algo así?

Ya llevaban mucho rato contando historias de ellos, así que era de esperarse que su curiosidad volviera a atacar. Estoy segura de que Joohyuk dio vuelta los ojos ante la pregunta, pero guardó silencio, tal vez esperando mi respuesta también.

No había mucho que contar, a lo más había dado la mano y justamente en ese momento tenía que estar sosteniendo la mano de alguien.

—No, no. En el hogar todos somos como hermanos, así que hacer eso sería raro.

—¿Entonces si tuvieras que besar a uno de los tres, Joo... Quedaría descartado?

¿Qué clase de pregunta era esa? Casi se me escapó una risa por el tema que había sacado. Al que sí se le escapó una risa fue a Joohyuk, y todos le quedamos mirando.

—Es una pregunta muy boba. ¿Acaso tienes diez años? —su tono de burla era algo que muy pocas veces había escuchado— En todo caso, Sunbin no besaría a ninguno de los tres. Una chica como ella merece a algo mucho mejor; alguien a su nivel. No unos pobres diablos.

La cara de Sangho se transformó y eso me asustó un poco, pero antes de que pasara algo más, estalló en una carcajada que contagió a Youngdae. Yo solo me quedé sorprendido sin saber qué decir.

—Bueno, en eso no te puedo llevar la contraria. Pero vaya que debe ser difícil encontrar un buen tipo.

—¿Todavía existen? Yo por lo menos no he conocido a ninguno —se le sumó Youngdae.

—Quién sabe... Dudo que en el pueblo haya alguien así. Tal vez en dos pueblos más si tiene mucha suerte... —finalizó Joohyuk.

¿Pobres diablos? ¿Tan mala percepción tenían de ellos mismos o es que en verdad no era consciente de la junta que tenía en ese momento? A esos dos tipos no los conocía muy bien, si que no podía dar un juicio certero, pero a Joohyuk sí que lo conocía mejor, y me sorprendió mucho oír esas palabras provenir de su boca.

—Ustedes son raros —me solté de la mano que me sostenía. ¿Así eran todos los hombres en el mundo real?

Ya no estaba segura de si Joohyuk estaba hablando de esa forma para poder encajar o si en verdad era así y nunca me lo había mostrado. Y aunque no había dicho algo del todo desubicado, una molestia se instaló en mi pecho gracias a sus palabras. ¿Por qué se trataba así? ¿Por qué también era un pobre diablo? ¿Acaso yo también lo era? Muchas preguntas vinieron a mi mente, pero solo seguí caminando con la esperanza de llegar al pueblo lo más pronto posible.

Y así fue. Aunque no tan rápido como esperaba, pero cerca de cuarenta minutos después se empezó a ver el primer vistazo del mundo.

Estaba asombrada. Mientras más cerca estábamos, más podía ver las construcciones con diversas formas y colores a los costados de las calles. Era la primera vez en mucho tiempo que volvía a ver algo así. Cuando había sido más pequeña tampoco había compartido mucho en sociedad, y los pocos recuerdos que tenía se iban desvaneciendo como si nunca lo hubiera vivido. Era un poco triste, pero también me alegraba de ir dejando todo eso atrás.

El presente tampoco era mejor, sin embargo, sentía que tenía más razones para vivir y un objetivo que lograr. Además, no estaba del todo sola...

—Bienvenida a nuestro mundo, Sunbin —me sonrió Sangho.

La primera impresión al ingresar al pueblo fue más o menos agradable. Se veía tranquilo y con fachadas pintorescas, pero a medida que avanzamos por las calles, se empezó a ver más desolado, más gris, más... feo. Y por lo visto ahí era donde íbamos a permanecer. Tan solo había un edificio que destacaba ligeramente sobre los otros y no era nada más ni nada menos que...

—Este es el mejor burdel del pueblo. Se dice que hasta el más casto sale de este lugar sabiendo complacer a las mujeres.

Me quedé observando el edificio sin tener algún comentario que decir al respecto. Por fuera se veía tan común... Pero mi mente había comenzado a trabajar imaginando un montón de escenarios que podían estar sucediendo en su interior. Estaba en eso, cuando de uno de los costados del edificio pude ver salir a una chica, la cual reconocí de inmediato. Había estado bajo el cuidado de Padre tan solo hasta hace unos dos años atrás, y encontrarla ahí fue toda una sorpresa. Habría esperado cualquier cosa menos eso.

Nuestros ojos se encontraron por un momento, y nos quedó observando unos cuantos segundos más.

—Joohyuk, ella...

—Sigue caminando. No pares.

Me tomó por los hombros haciéndome avanzar, pero mis pies casi se querían quedar anclados al suelo. La impresión de haberla visto había ido bastante, mucho más saliendo de aquel lugar.

—¿Por qué no quieres que vea? Esto es parte del mundo real, ocultarle estas cosas no le aporta en nada. No es como que ser prostituta sea un pecado.

Las palabras de Youngdae parecieron resbalarle a Joohyuk, quien me siguió empujando sin que importara nada más. ¿Tal vez se conocían? Era una posibilidad. Quise preguntarle, pero las palabras tampoco me salieron. Saber una respuesta en concreto me ponía inquieta sin importar si fuera así o no. El mundo real sí estaba siendo un poco más diferente de lo que pensaba. Tampoco esperaba que todo fuera color rosa, sin embargo, a medida que avanzabamos se sentía como si todo fuera más gris, más triste y, sobre todo, alejado de cualquier posible luz.

Entramos a un edificio igual de solitario que el resto, y caminamos por oscuros pasillos totalmente desolados. Era más de mediodía y tenía hambre y me sentía incómoda por no cambiar mi ropa que lo necesitabas con urgencia. Nos detuvimos frente a una puerta oscura y maltratada. Observé a Joohyuk buscando alguna respuesta para todo lo que estaba pasando en los últimos minutos, él solo suspiró logrando hacer que me pusiera más inquieta.

—Normalmente dicen que los chicos no deben ir con las chicas, pero aquí no hay nadie que se preocupe de que eso se cumpla, y este chico de aquí esta pegado a ti como si fuera una garrapata, así tampoco creo que ya vaya a dejar sola.

Sangho abrió la puerta dejándome por fin lo que había en su interior. Era una habitación algo descuidada y parecía que no había sido ocupada en un tiempo. En el piso habían algunas prendas de ropa tiradas, y la cortina tenía un tajo bastante notorio. En el caso de la cama, se veía un poco más decente.

—Bueno, tortolitos, bienvenidos a su habitación, vamos a salir a fumar un rato, así que pueden hablar por mientras.

Youngdae salió de la habitación quedando el otro tipo obsevandonos.

—No hagan cosas raras a no ser que tengas muchas ganas, pero en ese caso pongan pestillo, ¿si?

—Ya lárgate a fumar también. Y tenemos una charla pendiente, Sangho. No vayas a desaparecer sin antes hablar. Esa información que tienes vale oro para mí.

—Bien, bien. No me iré sin antes avisarte. Y, Sunbin, si te aburres de este chico, no dudes en recurrir a mí, puedo ayudarte en mu...

Joohyuk lo sacó de la habitación antes de que terminara de hablar, y aunque pensé que el chico insistiría, se marchó sin hacer mayor escándalo. Mi acompañante se quedó un par de segundos observando la puerta, y yo tomé asiento dejando mi bolso descansar a un lado. Habíamos llegado al pueblo y había regresado al mundo real que hace tanto no veía. No podía ni siquiera explicar cómo me sentía. Tenía tanto miedo y a la vez muchas ganas de seguir conociendo más allá de donde habíamos llegado.

—Lamento mucho todo lo que has tenido que ver y escuchar hasta ahora. Por eso no quería que vinieras, esto es tan alejado de lo que mereces y...

—Joohyuk, ni siquiera yo misma estoy segura de saber lo que merezco, así que deja de dar por hecho que tú lo sabes, ¿está bien?

Su cuerpo dio una pequeña vuelta para verme. Caminó hasta donde estaba y se agachó tomando una de mis manos. Su acción me sorprendió, pero no comenté nada al respecto, parecía que iba a seguir hablando y así fue.

—Ahora que ya estamos solos, te puedo explicar lo que pasa con mi nombre. Es una historia algo penosa, pero mereces saber la verdad —su mano estaba temblando y ni siquiera me miraba a los ojos por más que buscaba su mirada—. Joohyuk no es mi verdadero nombre  —hizo una pausa. Sentí que incluso podría escuchar sus latidos—. Mi nombre real es... Jungkook. Él nunca me quiso dar un nombre, pero en su lugar, la mujer a la que busco me lo dio. Ella me dijo que si tenía un hijo le gustaría ponerle así. ¿Pero sabes qué es lo triste? Al final lo hizo, y ese "hijo" no soy yo —con lentitud elevó su cabeza y nuestros ojos por fin se hallaron, pero no fue reconfortante, en su lugar me encontré con una de las miradas más tristes que había visto en mi vida—. ¿Ahora ves la razón por la cual soy un pobre diablo? No tengo nada, Sunbin, tan solo vivo en base a fantasías como si tuviera cinco años. Y eso es tan patético.

—No digas eso, Joo... Jung... —sostuve su mano con más fuerza, como si de alguna forma aquello lo pudiera alejar de los malos pensamientos y de mi ignorancia de cómo llamarlo—. Vales más de lo que piensas, te lo aseguro —mi mano libre fue a parar a su mejilla, y lo acaricié suavemente como si se fuera a romper en cualquier momento— ¿Qué quieres hacer? Sé sincero, puedes confiar en mí. ¿Quieres escaparte del hogar? ¿Quedarte aquí y buscar a esa mujer? Dime, te apoyaré en lo que quieras.

—Yo... —una lágrima se deslizó por su mejilla, y la sequé con cuidado antes de que cayera al piso— Yo solo quiero ser especial para alguien y dejar de vivir entre mentiras.

Y antes de que le pudiera dar una respuesta en palabras o al menos un abrazo, se lanzó a llorar en mi falda como si se tratara de un niño pequeño.

Tal vez, en el fondo siempre había sido un niño pequeño asustado y yo no me había dado cuenta de ello. Apreté la pequeña mariposa que colgaba de la cadenita intentando buscar un poco de consuelo entre toda la tristeza que también se comenzaba a apoderar de mí, pero fue difícil, ya que con cada sollozo de su parte sentí que algo en mi interior se comenzaba a agrietar.

Y mi falda, que siempre temía que se manchara de sangre, en su lugar se manchó con sus tristes lágrimas.

●▬▬▬▬20/03/23▬▬▬▬●

Nuevo capítulo después de un tiempo. Me imagino que ya lo podían esperar, pero es divertido hacerlo tan obvio.

Aquí tienen nuevo capítulo: Emi_mimi_bonito95 KarinaO9705 salyoof  mia_jeon15

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