Cap 51
— ¡No toques a mi omega!
Un gruñido aún más fuerte que los anteriores hizo eco en la pequeña habitación, por un momento todos los alfas presentes quedándose paralizados ante la voz de mando de un alfa puro como lo era Taehyung..
Para después solo gruñirle de vuelta siguiendo con su cometido de quitarle la ropa al indefenso omega que temblaba buscando con sus ojitos acuosos la mirada de su alfa.
Al encontrarla viendo unos ojos rojos, casi como la sangre, centellear de un odio que jamás había visto antes, era su lobo, era el lobo alfa de Taehyung haciendo acto de presencia.
— ¡Dije que no lo toques! — volvió a gruñir quitándose de encima a uno de los alfas de un empujón que lo mando directo al suelo, no esperando ni un segundo más para hacer lo que debía para proteger a su pequeño omega, dejar que su lobo se encargara de quienes querían hacerle daño a su ángel.
Los huesos del alfa rompiéndose hicieron a todos retroceder, excepto el alfa que mantuvo a Jungkook sujeto por el cuello con uno de sus brazos, manteniéndolo como rehén frente al desafiante lobo negro de ojos rojos que se alzaba majestuosamente frente a todos, y gruñía con fuerza a todo aquel que se le acercarse.
Fijó su vista en su objetivo, el alfa que mantenía sujeto a su Jungkook sin pensar siquiera en soltarlo, caminó a su alrededor, como hace un depredador con su presa antes de atacar.
— Si te acercas lo mato lobito.—amenazó sacando un afilado cuchillo de su chaqueta y apretando la hoja del mismo contra la blanquecina piel del cuello de Jungkook, haciendo a este jadear al sentir como esta hacia un corte pequeño, la sangre saliendo en un fino hilo que terminaba dónde comenzaba su camiseta.
El olor de la sangre solo hizo que el lobo gruñera amenazante, esta vez siendo rodeado por todos los demás alfas quienes en sus manos llevaban cuchillos y hasta armas de fuego que no dudarían en usar contra Taehyung.
Esto lo alejo de su omega durante largos minutos..
Todos atacaron a la vez, obligándolo a defenderse con garras y dientes.
Cada vez que uno de ellos se lanzaba contra el gran lobo con uno de los cuchillos, el se encargaba de desgarrar sin piedad la piel de sus brazos arrojando el arma lejos y gruñendo a los demás con sus dientes manchados de su sangre, como una advertencia de lo que les sucedería a los demás si no se detenían..
Pero atacaba otro, y otro más, siempre con el mismo resultado. Taehyung había sido golpeado varias veces, además de ya poseer en su cuerpo varias cortadas producto de los cuchillos, aún así seguía de pie, sin rendirse.
O eso hasta que el sonido del cargador de un arma se escuchó, y Jungkook lloró más fuerte de lo que hace unos minutos hacía cuando esta fue fuertemente presionada contra su cabeza..
Temía por su vida y mucho más por la de su alfa, solo quería cerrar sus ojos con fuerza y al abrirlos darse cuenta de que solo era un sueño, una pesadilla de esas que no te dejan dormir en las noches pero que al amanecer solo termina, dejando solo un pequeño miedo que poco a poco se irá borrando.
— ¡Vuelve a hacerte humano o el omega muere!
La señora de antes se había movido hasta el lado de el alfa que sostenía a Jungkook, y al ver que sus hombres perdían advirtió al último de ellos, haciendo que lo amenace con lo peor.
Con su omega.
Taehyung gruñó, pero al ver cómo su pequeño era golpeado una vez más y lanzado bruscamente al suelo para volver a ser apuntado con el arma mientras temblaba por el miedo, no tuvo más opción que obedecer, el pelaje negro oscuro volviendo a ser su acanelada piel, y sus ojos a ser los de antes, llenos de miedo y rabia a la vez.
— Déjalo ir..
Todos los presentes pudieron darse cuenta de que sus palabras no eran una petición, tal vez si contenían algo de súplica, terror a perderlo, pero sonaron más como una orden, y sus ojos con una pequeña estela roja demostraban que su lobo estaba aún más enojado que su lado humano y que no dudaría en lanzarse a salvar a su pequeño angelito.
— No estás en condiciones de exigir nada niño ¿Sabes lo que haré?— preguntó agachándose hasta estar de la misma altura que el Omega y tomo bruscamente sus cabellos negros haciendo que vuelva a quejarse por el dolor que sentía en la herida se su cuello— Lo mataré frente a ti y no podrás hacer nada, verás como la vida abandona su cuerpo y solo podrás ir a su entierro horas después, solo viendo su cuerpo inerte y sabiendo que no hiciste nada para salvarlo.
El alfa solo tembló en su lugar, el miedo que sentía era el peor, no se lo deseaba a nadie, ni siquiera a su peor enemigo, ni siquiera a esa mujer que lo amenaza sin razón alguna haciéndolo sentir débil e inútil, porque el temor a perder una parte de tu alma es incluso peor que la muerte misma.
No podía, no podía dejar que su pequeño pagara por algo que no hizo, por la envidia, los celos, él no tenía la culpa, él solo era un ángel que entró al infierno y conoció al mismísimo demonio.
— A ti te dejaré ir ¿Sabes? Sufrirás mucho más cuando él esté muerto.
Una estruendosa risa puede escucharse. Ella estaba loca, era lo único que haría que pudiera hacer algo así.
Porque no eran solo amenazas, a su pequeños ya lo estaban apuntando con un arma, mientras él no sabía qué hacer, llorar no era una opción, eso no salvaría a Jungkook. Solo había una manera, y hablar no lo era.
— ¡Mátenme a mí y dejen que él se vaya!—grito casi desesperado arrodillándose frente a ellos.
El Omega negó una y otra vez entre lágrimas, sollozando ante la idea a su alfa muriera para salvarlo a él, se negaba, prefería la muerte a tener que vivir sin su amor.
— ¡N-No Taehyung!—grito con las pocas fuerzas que tenía desgarrando su garganta, su captora rió moviendo el arma en sus manos como si de un juguete se tratara.
— No acepto cambios pequeñito, odio los cambios, es cómo tener toda una rutina y que algo pase y tenga que volver a empezar. Sencillamente lo odio, lo detesto tanto como a ustedes.
Necesito una mala mirada y soltó el cabello de Jungkook tomando esta vez su cuello blanquecino dejando al descubierto su bonita marca.
— Nunca entendí esas tonterías de alfas y omegas, pero será entretenido ver cómo sufres mientras asesino a tu compañero de lazo, Taehyung.
Sus amenazas estaban hartando al alfa que solo esperaba el momento preciso para lanzarse hacia ellos y salvar a su pareja, sería peligroso, pero en ese momento era lo que menos le importaba.
— Hablas demasiado vieja bruja, solo deja ir a mi omega y te daré todo lo que quieras, dinero, riquezas, acciones en alguna empresa, lo que desees, solo dejalo ir.
Ese era su último método para evitar lo que se venía, porque realmente no estaba seguro de que ambos pudieran salir de ahí con vida.
De un momento a otro el caos volvió a comenzar, a lo lejos podía escucharse la sirena de un auto de policía traido seguramente por Talia, que solo alteró aún más a la señora que aun sostenía al
omega, esta tomando así una decisión que hizo que el alfa se pusiera en alerta una ves más.
— Si muero hoy no me iré sola.— dicho esto dejo caer nuevamente a Jungkook y levantó su arma apuntando justo a su pecho cuando él se levantó sintiendo sus piernas temblar y llevo su mirada a su alfa sollozando por lo bajo.
— Te amo..
Susurró entre lágrimas, escuchando se luego un disparo y después un grito desgarrador.
— ¡No! ¡Jungkook no!
El alfa corrió hacia su amado tirándose al suelo junto con este, protegiéndolo así con su cuerpo, como un escudo protector que lo alejaría de todo lo malo.
Más pude escucharse un quejido de dolor, y al mirarse a los ojos, ambas miradas asustadas mientras una de ellas se iba apagando.
— ¡N-No! ¡Por favor no! ¡No te vayas!
Se aferraba el cuerpo de su destinado como si así pudiese hacer que se quedara a su lado, amándolo, siendo uno con el otro.
Pero ya podía sentir, cuando los policías entraron al cuarto tirando la puerta abajo, como su lazo se rompía y un fuerte dolor se adueñaba de su pecho.
Podía sentirlo, aún cuando sus ojos aún lo miraban casi sin luz en ellos, y un te amo sin fuerza salía de sus labios, era como si su alma se fuera junto con él.
— ¡Lo prometiste! Dijiste que jamás me dejarías..¡No rompas tu promesa o te odiaré! ¡Juro que te odiaré Taehyung!
Pero en ese momento el ya no podía escucharlo, sus ojos se habían cerrado y había dado un último respiro, con el nombre de su omega entre sus labios y la promesa de encontrarse una vez más, porque Jungkook siempre sería su pequeño, su niño adorado, su chico de los mensajes, y dolía, dolía en el alma tener que dejarlo cuando sabía que no podría vivir sin él.
No llores, mi pequeño, tu siempre serás mi primer y único amor, y lo nuestro quedará guardado en el recuerdo, porque fue muchas muchas cosas, pero jamás un falso amor.
FIN
¡Hola mis lucecitas! Este es el final, no me lloren, aún falta el epílogo y quedan algunas sorpresitas, intentaré publicarlo rápido así no los hago sufrir.
Quería agradecerles por todo el apoyo que me han dado desde el comienzo hasta el final de esta obra, que aunque no es la mejor y tiene muchísimos errores trataré de corregirlos con el tiempo, los amo mucho por darme tanto tanto amor.
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