✉𝘓𝘢𝘴 𝘵𝘰𝘳𝘳𝘦𝘴
Antes de iniciar este capitulo quiero que sepan que contiene temas muy sensibles y que en dado caso que ustedes o alguien que ustedes conozcan vayan con un psicólogo, no serán mal vistos. Prioricemos nuestra salud mental antes que nada, a los que alguna vez pensaron en ello, muchas gracias por quedarse un poco más y recuerden que también es necesario que todos contribuyamos a algo que no se tomo importancia hace mucho tiempo.
Los quiero, cuídense <3
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Esa noche no podía dormir, algo dentro de él lo estaba carcomiendo, unos pensamientos invasivos que no se habían ido al final del día. Cuando cerraba los ojos los volvía imaginar, siempre era la misma historia para el mismo, cuando lo recordaba le daban unas ganas terribles de vomitar... Recordaba cómo le daban apoyo a ese.... Ese bastardo que le estaba quitando todo.
Su padre, abiertamente, dijo que él, su persona, era un bastardo... Esos recuerdos le estaban comiendo internamente. Pudo apreciar como después de eso lo consolaban...
Sentía... Sentía mucha envidia de él, se sentía tan solo... Con esa idea en la cabeza se levantó de su cama, camino en las silenciosas calles del pueblo central, nadie estaba despierto. Se estaba ahogando, pero no había agua, se sentía muerto, pero estaba vivo, que confuso era todo...
Cuando tomo conciencia de su camino se encontró al frente de esas torres... Esas torres gigantes, tan grandes... Sus pies volvieron a tomar camino solos, caminaron para adentro del lugar... Estaba todo lleno de silencio...
Se giró para ver si alguien lo había visto, pero nadie, nadie andaba a esas horas y por esas zonas, todos estaban durmiendo o pasando tiempo de familia en las casas... Ni los aquellos bichos raros estaban por el lugar... ¿Estaba buscando una razón más para quedarse? ¿Solo una? Si tenía 99 problemas... ¿Por qué buscaba solo una razón? Se preguntaba, buscaba a personas que no estaban... Buscaba algo que simplemente no tenía.
Tomo valentía y camino, cada paso era un recuerdo de esa misma tarde...
— [...] Juan, tu eres mi hijo [...]
Ante sus ojos pasaba esa escena, se sentía ¿Bien? O eso quería decir, no entendía sus sentimientos, no sabía que pasaba ante sus propios ojos. Cuando todo volvió a tener sonido todos, o casi todos, le estaban gritando, no solo a Juan, sino también al profeta.
Cuando todos se fueron y el salió atrás de ellos, pudo ver como Auron y algunos más le estaban dando su apoyo.
—Juan, de verdad, no eres lo que ellos dicen— le repitió Auron desesperado.
—Juan, de verdad, eres más que todas esas personas— hablo Spreen.
—Juan, de verdad, no hagas una idiotez— le dijo Zorman...
Pero nada sirvió... Él lo sabía, no les creía, por más de ser sus amigos. A todos ellos, bueno, no todos, porque Zorman estaba ahí, pero a los otros dos los mando lejos... Estaba enojado.
—Hablemos después... Zorman— y se fue del lugar.
La idea de cómo lo trataban a él le hizo dar cuenta cuanta pena le tenían algunos y cuan mal Juan los trataba.
Pero, a él también le tocaba un poco de su realidad, cuando intento salir de la iglesia había una barrera que lo impedía.
—Escúchame bastardo, tú no vas a intervenir nunca más en lo que pase de ahora en adelante. Tú serás el estúpido fiel sirviente que me sirvió por tanto tiempo. No arruinaras mis putos planes, ¿entiendes? — le dijeron por atrás.
Pero como tan rápido terminaron las palabras él también fue lanzado para atrás, pero él fue lanzado directo a la dura cruz de cuarzo fino que adornaba la iglesia.
—Se útil al menos una vez en tu estúpida vida— le dijo con despreció mientras se iba.
Le dolía... La cabeza le dolía, demasiado; paso una mano para ver... Esta salió con sangre...
¿Realmente la quedaba algo por lo cual vivir? Se volvió a preguntar mientras miraba el cartel del ascensor a la azotea del lugar...
Ante su pregunta a el mismo, se contestó.
—No, no tengo alguna razón para vivir— sus palabras fueron acompañadas con las puertas del ascensor abriéndose para él. — No tengo motivos para vivir, nunca los tuve, solo soy un problema más de la larga lista del Profeta— se recitó a sí mismo. — Solo soy la peor escoria que podía existir en este mundo perfecto, yo soy la persona que nunca debió existir...— las puertas se volvieron a abrir frente a sus ojos.
Salió de él y se posiciono al borde, no solo al borde de la torre sino también al borde de la vida y la muerte, del bien y del mal, de lo sano y de lo insano, de sus sueños y los sueños de su padre. Se posiciono para ser libre, aunque esa palabra no existiera, se posiciono para saltar... Pero una voz que estuvo buscando todo el camino hablo.
—No lo hagas, Drako— se escuchó, pero ahora se daba cuenta que no era una voz conocida, era de alguien que no conocía.
Cuando se dio la vuelta no había nadie, nadie estaba con el... Bah, solo fue una estúpida alucinación de su cabeza, un mal juego más. Volvió a tomar posición para lo que iba a hacer... Pero la misma voz lo volvió a llamar.
— ¡Drako, de verdad, no lo hagas! — le grito esta vez...
Pero... Él no se detuvo, puso un pie afuera de la azotea, cuando iba a poner el segundo algo esta vez sí lo detuvo.
— ¡Drako! — esa voz... La voz de Auron...
— ¡Drako! — la voz de Biyin...
Volvió a poner su pie en la azotea y se giró lentamente... Miro a los dos en bata y pantuflas, estaban asustados pero el agarre firme lo consolaba; por otra parte, él estaba hecho mierda, estaba tan en la mierda que no sabía desde cuando estaba llorando.
—Por Dios... Pensé que no íbamos a llegar— dijo Biyin para abrazarlo. — Pensé que si lograrías lo que te pasaba por la cabeza— ese abrazo era tan fuerte como la mujer le podía dar.
—Gracias a los dioses... Si llegamos— dijo Auron, se notaba que estaba más tranquilo.
— ¿Cómo llegaron a por mí? — les susurro.
—Una hermosa mujer en vestido verde esmeralda nos llamó, era muy hermosa, nos dijo que vio a alguien en la azotea de la torres gemelas— le dijo Biyin mientras lo miraba a los ojos. — No dudamos un solo segundo en venir corriendo para evitar esa tragedia— puso sus manos en los cachetes del chico frente a él.
Sus ojos reflejaban la gran tristeza que sentía en esos momentos, se sentía realmente mal por lo que iba a hacer. ¿Por qué se le cruzo eso por la mente?
—Perdón, de verdad perdón— les dijo con sus ojos reflejando lo roto que estaba por dentro, mostraban sus verdaderos sentimientos. — Tal vez después de esto tendré que alejarme, padre me tomara como el sirviente fiel que tuve que ser— ahora miraba a otro lado.
—Drako, no pasa nada, siempre puedes volver al restaurante de Biyin para comer algo y relajar tu mente— le dijo Auron mientras le soltaba lentamente la mano.
Le dio apoyo silencioso, no era bueno con las palabras. Pero simplemente estar ahí, agarrándole su mano para darle apoyo era suficiente, lo sabía; aunque tenía un ojo morado y algunas vendas por lo que paso en la tarde, nada lo detenía de consolarlo.
—Las puertas de nuestro hogar estarán siempre abiertas para ti— le dijo la de ojos azules.
—Muchas gracias, de verdad— les dijo para bajar los tres de aquel lugar, el viento ya era bastante frio. — Creo que algún día los volveré a ver— les comento con una triste sonrisa en forma de despedida cuando ya estuvieron afuera de las torres.
Una despedida, era eso una despedida, realmente no sabía si los volvería a ver, si los volvería a abrazar para después; no sabía nada, esa fue la única forma de despedirse de ellos y no hacerlos sentir mal, no hacerlos sentir horrible y para que a él no le doliera tanto, al final de cuentas... Era humano...
Cuando se marchó de ahí empezó su infierno, su nuevo infierno lleno de golpes y maltratos. Una venganza de Juan... Quiso que esa mujer no lo encontrara y los llamara.
—Yo tuve que haber muerto...— se repitió innumerables veces, todos los días por aproximadamente... Un mes.
Pero, un día cambio todo, claro que cambio todo; le gusto como había cambiado, para su bien, para sanar... Para descubrir la verdad.
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Buenasss, me aparezco. Quería comunicar que publicare todo lo que tengo en borradores y la daré por terminada a la novela, no se como seguirle al tercer libro y justo estoy entrando en semana de exámenes para informe. Me concentrare al 100 para todo lo que viene y si en algún momento se me ocurre algo lo publicare, muchas gracias por pasarse a leer
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