Jung Hoseok
El pequeño niño corría por el lugar bastante divertido, amaba ir al parque con su madre y su hermana mayor, el era tan apegado a la mujer que le dio la vida. La madre de los niños intentaba pasar el mayor tiempo que tenía con ellos, pero muchas veces su trabajo se lo impedía, el celular de la mujer vibro por lo que tuvo que contestar, mientras hablaba con la persona detrás de la línea, miraba apenada a sus dos hijos, nuevamente tendría que correr al trabajo, finalizo la llamada y luego de cinco minutos más, llamo a ambos niños.
—Mis preciosos bebés, mamá lo lamenta— dijo haciendo un leve puchero — Tendré que volar al trabajo.
—¿Volverás temprano?— preguntó la niña.
—No lo sé Ji Woo, pero prometo que sea la hora que sea, iré a darles el beso de buenas noches— dijo esta vez mirando al pequeño que la abrazaba tomando sus piernas— Hoseok, ¿te portaras bien mientras no estoy?— el niño asintió— Bien, volvamos a casa.
Los niños tomaron cada uno una de las manos de su madre y caminaron de vuelta a casa, Hoseok iba tarareando una de las canciones que su madre solía cantar, por lo que la mujer sonrió, luego de unos pocos minutos llegaron a casa.
—Señora, creí que volvería más tarde— dijo la muchacha al abrir la puerta.
—Algo surgió, te encargo a los niños Yoo Hyun— dijo la mujer con pesar, pues anteriormente se había propuesto pasar toda la tarde con sus hijos.
—No se preocupe Señora, lo haré — dijo la muchacha, la mujer sonrió antes de salir de su hogar.
Hoseok corrió a la ventana para ver a su madre irse, se sentía triste por no haber podido pasar más tiempo con ella, pero a pesar de su edad entendía muy bien que era por su trabajo, Hoseok amaba el trabajo de su madre y soñaba con algún día ser como ella.
☁☁☁
El joven Hoseok de tan solo diez años estaba sumamente preocupado por su madre, pues desde hace unos días que ella se sentía mal, pasaba la mayor parte del tiempo con unos horribles dolores de cabeza, a eso se le sumaban también los vómitos y la debilidad en el cuerpo, los mayores habían llegado a pensar que tal vez la mujer estaba en cinta, pero luego de unos cuantos exámenes esa idea había sido descartada. Ninguno de los doctores a los que había acudido habían dado con el problema, hoy había ido a hacerse nuevos exámenes a una clínica privada, el menor esperaba que esta vez tuviesen suerte con encontrar lo que tenía su madre. Tomó su mochila y camino hasta la puerta, si se demoraban más llegarían tarde a clases.
—¡Noona, ya vámonos!— le gritó el menor, la chica bajo corrindo las escaleras mientras ordenaba su uniforme.
—Lo siento Hobi, me quede dormida— se excuso su hermana.
El chofer ya los estaba esperando por lo que ambos jóvenes se subieron al auto, veinte minutos después ya estaban en la escuela. Al bajar se despidieron del chofer y cada uno se fue a su respectivo salón. En toda la jornada de clase Hoseok se la paso preocupado, la incertidumbre lo estaba matando, quería llegar pronto a casa y preguntarle a sus padres como les había ido. Las tortuosas horas pasaron y por fin llego la hora de irse, lo bueno era que no tuvieron que esperar mucho a que el chofer llegara, ya de vuelta en casa, Hoseok corrió de prisa, tiró sus zapatos en la entrada y le preguntó a Yoo Hyun si sus padres ya habían vuelto, la mujer asintió y le dijo que estaban en su habitación. Hoseok se apresuro a subir las escaleras y se dirigió a la habitación de sus padres, la puerta estaba semiabierta por lo que antes de tocar escucho algo que lo hizo detenerse, su madre estaba llorando.
—¿Como se los voy a decir?— dijo la mujer entre lagrimas, el hombre a su lado acariciaba su espalda en forma de consuelo, pues su mujer no dejaba de llorar.
—No deberíamos decírselos, no aún — dijo el hombre, su voz se notaba algo rota.
—Si no se lo decimos nosotros, se enteraran por el periódico o las noticias, viste a los reporteros, seguramente ya lo saben— la mujer trataba de secar sus lagrimas, pero era inútil ya que no dejaba de llorar.
—Hyu Young, tranquila, deberías hacerle caso al doctor y tomar el tratamiento— el hombre trataba de no llorar, pero la noticia lo afectaba tanto como a su mujer.
—Tengo un maldito tumor en el cerebro, el tratamiento solo alargara unos meses lo inevitable, esto no tiene cura Soo Gun, moriré con tratamiento o sin el— Hoseok que escuchaba tras la puerta tuvo que tapar su boca para acallar el llanto, lo que acababa de escuchar partía el corazón del menor, lentamente se alejo del lugar y fue hasta su habitación, se encerró y luego de lanzarse a la cama dejo fluir las lagrimas.
🌧🌧🌧
Había pasado ya un mes desde que Hoseok se había enterado de lo grabe que era la enfermedad de su madre, pero ni ella ni su padre, se habían atrevido aún a contarles la verdad. Ya que la mujer pasaba más tiempo en casa, Hoseok aprovechaba de estar todas las tardes con ella. Al joven le encantaba ver a su madre sonreír, más si lo hacía por algo que estaba haciendo el menor, hace un tiempo que Hoseok había estado practicando unos pasos de baile, cada vez que creía que le salían bien, iba corriendo a la habitación de su madre y le mostraba la hermosa danza que hacía, la mujer estaba tan feliz de verlo bailar, la brillante y sincera sonrisa de su hijo le calmaba, cada vez que Hoseok salía de la habitación la mujer se echaba a llorar pensando que pronto ya no podría ver a su hijo bailar, tampoco podría ver más su bella sonrisa y ni hablar de su hermosa hija.
—¿Otra vez aquí Hoseok?— preguntó su padre con el entrecejo fruncido al ver de nuevo a su hijo en su habitación, pues cada tarde que llegaba lo encontraba donde mismo — Ya te he dicho que tu madre necesita descansar.
—Soon Gun, déjalo, sabes que me gusta que venga a verme— dijo la mujer con voz débil, el hombre suspiro resignado.
Luego de estar un rato los tres charlando, Hoseok fue llamado a cenar, bajo junto a su padre, Ji Woo ya estaba instalada en la mesa. Una de las jóvenes que trabajaban en esa casa, subió con la cena de la señora, Hyu Young no solía comer mucho, por culpa de las náuseas, cada día que pasaba se sentía más y más débil, sus dolencias también aumentaban aunque cuando alguno de sus hijos estaba con ella, trataba lo más posible de disimular el dolor. Luego de cenar los jóvenes fueron a ver televisión por un rato,como siempre las noticias estaban puestas, Ji Woo iba a cambiar de canal pero se detuvo al ver una imagen de su madre.
—Hoy se a confirmado, que la cantante y bailarina, Kwon Hyu Young más conocida como Lucy, esta gravemente enferma, los doctores dicen que tiene gliomas de alto riesgo, es un un tumor en el cerebro, uno que es incurable, por lo que la cantante solo estará pocos meses más con nosotros— decía el presentador, el homre seguía hablando pero no alcanzaron a oir más, ya que su padre les apago el televisor, Hoseok bajo la mirada sintiéndose triste sus ojos se cristalizaron y no pudo evitar soltar unas cuantas lagrimas, mientras que por otra parte Ji Woo estaba en shock, no podía creer lo que acababa de escuchar, pero la triste mirada de su padre le confirmaba que era cierto, las lagrimas no tardaron en llegar a los ojos de la muchacha.
—¿Por qué? — preguntó entre lagrimas, pero no obtuvo respuesta alguna— ¿Por qué no nos lo dijeron antes?— preguntó muy dolida y enojada por haberles ocultado la verdad, si solo lo hubiese sabido antes, hubiese estado más tiempo con su madre y no la molestaría con cosas tan tontas como sus peleas con sus amigas.
—Su madre tenía miedo de decírselos— hablo por fin el hombre, la niña se abrazo a si misma y ya no pudo controlar el llanto, lloro con tanta fuerza que su garganta y ojos dolían, Hoseok a su lado la abrazo, ver y escuchar a su hermana llorar de esa manera era desgarrador para el más joven de la casa.
Después de un rato llorando en silencio y consolando a su hermana, la chica por fin estuvo más relajada, querían subir a ver a su madre, pero el hombre no los dejo, diciendo que si la mujer los veía así también se derrumbaría y eso no era bueno para su salud, ya que llorar le provocaban fuertes dolores de cabeza y mareos. Esa noche ninguno de los dos jóvenes pudo dormir, aunque Hoseok ya llevaba tiempo sin poder dormir bien, recordar de esa manera la enfermedad de su madre, le altero un poco.
🌨🌨🌨
Gruesas lagrimas caían por el hermoso rostro del joven Hoseok, estaba arrodillado frente a un montón de flores y un gran marco con la foto de su madre. Muchas personas llegaron al lugar para darles el pésame a la familia Jung, hasta artistas famosos, pero eso no le importaba al menor, pues lo único que estaba en su mente era su fallecida madre, solo había estado cinco meses más con ellos y los había dejado a tan solo una semana del cumpleaños del menor. Lo único que podía ver Hoseok era la fotografía de su madre, ya no escuchaba el sonido externo, él sólo podía escuchar en su cabeza la melodiosa voz de la mujer que tanto amaba y a la que había perdido.
Sólo una vez más, deseo solo una vez más estar en los brazos de la maravillosa mujer que era su madre, por que sus manos, su cálido toque era lo único que sanaba cualquier dolor. Aún recordaba la ultima conversación que había tenido con ella, la mujer le había sonreído y le había hecho prometer que lucharía por sus sueños, que jamás los abandonara por nada ni por nadie y que sonriera siempre, porque su sonrisa iluminaba hasta el peor de los días.
—Lo prometo— repetía aún ahora, sus lagrimas le nublaban la vista— Te amo mamá.
La tarde se le hizo eterna, pero aún así no quería alejarse del lugar donde ahora descansaba su madre, cuando todos los presentes comenzaron a irse y cuando solo quedaron su padre, hermana y él, Hoseok se acercó hasta el gran marco de fotografía y lo tomó en sus manos, paso una de sus pequeñas manos por el vidrio que cubría la foto y luego la abrazo a su pecho. La vuelta a casa fue silenciosa, ninguno de los que iban en el auto había querido hablar, más bien no encontraban nada que decir, todos ellos estaban devastados. Al llegar a casa, Hoseok subió a su habitación y llevo consigo la fotografía de su madre, se encerró en el lugar, tras estar un rato acostado abrazando el cuadro, se levanto, fue hasta el escritorio que estaba en una esquina de su habitación y de uno de sus cajones saco un cd, después de encender su computadora, puso el cd dentro de ésta, aquellos videos que tenía guardado, lo hicieron sonreír y llorar al mismo tiempo, pues su madre salía en todos y cada uno de ellos.
Se paso toda la noche torturándose con videos de su difunta madre, pues esa era la única forma que le quedaba de estar con ella, aunque fuese detrás de una pantalla.
🌥🌥🌥
Corrió de prisa ya que se le iba a hacer tarde, él era el que dirigía el club de baile y como tal, no podía llegar tarde. Luego del pequeño maratón que corrió para llegar a tiempo, por fin estaba en la sala del club, solo dos de los integrantes habían llegado y eso era un alivio para Hoseok. Saludó a los que ya habían llegado y dejo sus cosas a un costado de la sala, se puso de pie frente al espejo y comenzó con los ejercicios de calentamiento, los chicos lo siguieron e hicieron lo mismo. Cuando los demás integrantes iban llegando, hacían los ejercicios correspondientes para no lastimarse luego. Hoseok y los otros dos chicos ya estaban listos, por lo que comenzaron a hacer pasos improvisados mientras esperaban al resto.
Luego de una maravillosa y cansada tarde en el club de baile, el joven volvió a casa. Su padre aún no llegaba ya que al ser profesor de literatura, estaba revisando los exámenes que había hecho esa tarde. Ji Woo por su parte, estaba en el centro comercial con sus amigas, Hoseok estaba otra vez solo en casa y cada vez que tenía una oportunidad tan esplendida, iba hasta su habitación y veía los videos de su madre, mentiría si dijera que ya no lloraba al verlos, después de todo ya habían pasado siete años de su partida. Pero el tiempo no lo hacía menos doloroso. Su padre se había desecho de todas las fotografías y cosas de su madre, ya que decía que era muy doloroso para el verlas. Otra cosa que había hecho era prohibirle a Hoseok bailar, el hombre no quería saber nada sobre baile ni nada que le recordara a su difunta mujer, pero Hoseok le había hecho una promesa a su madre, así que ni siquiera por su padre abandonaría su sueño.
—Hoseok— la estricta voz de su padre le dio un susto, pues estaba de pie bajo el marco de la puerta, veía enojado al menor de sus hijos — ¿De donde sacaste eso?
—Y-Yo, quería ver a mamá — el hombre frunció el ceño.
—Ya lo sabes Hoseok, esta prohibido hablar de tú madre, deshazte de esa cosa— sentencio el hombre, Hoseok lo miro con horror, ¿Cómo era que su padre había cambiado tanto?
—No lo haré — respondió, el hombre apretó la mandíbula — Es mamá, quiero verla todos los días si es posible— dijo el joven a punto de llorar— Por favor, deja que conserve esto.
El hombre no dijo nada más y solo se fue a su propia habitación, Hoseok suspiro aliviado, aunque fuese una vez le había ganado a su padre. Dejó de ver el video por si su padre se aparecía otra vez en su habitación, por suerte para el menor no fue así. La noche fue bastante tranquila, pero Hoseok no esperaba que al otro día se desatara el infierno.
—¿Que mierda es esto Hoseok?— preguntó su padre enojado mientras le lanzaba un sobre, el joven lo abrió y tras leer su contenido sonrió, había sido aceptado en Seungri's Dance Academy, una famosa Academia de baile, a la cual era difícil ingresar, pero el lo había conseguido, estaba tan feliz — ¿Estas sonriendo?
—Papá...— iba a hablar el menor pero fue interrumpido por su padre.
—No iras Hoseok, ya he hablado de esto contigo antes, olvídate del baile, olvídate de esos estúpidos y malditos sueños que solo te darán falsas esperanzas— dijo enojado, Hoseok sintió un dolor en el pecho, le dolía que su padre no lo apoyara.
—No lo haré, se lo prometí a mamá, le prometí que lucharía por mis sueños, es por eso que asistiré a la Academia— su padre estaba rojo de furia, no sabía porque su hijo se empecinaba en desobedecer sus ordenes, ¿por que no entendía que lo hacía por su bien? si las cosas no iban como el menor quería, él sería el único que sufriría y al final se daría cuenta que los sueños eran no eran más que un montón de mierda. Él quería evitarle ese sufrimiento a su hijo, o en eso se basaba para negarse.
—Si aún después de mi decisión piensas asistir a esa Academia, toma todas tus cosas y vete de aquí— dijo saliendo del lugar, pensaba que quizás asustándolo el joven cambiaria de parecer.
Hoseok estaba en shock, no podía creer lo que su padre le acababa de decir, subió hasta su habitación arrastrando los pies en el camino. Ya en su habitación y tras pensarlo por un largo rato, fue hasta su armario y saco una gran maleta, comenzó a guardar las cosas que necesitaría, luego de veinte minutos su maleta ya estaba lista, lo único que le faltaba era sacar el dinero que tenía ahorrado para poder viajar a Seúl y sobrevivir hasta encontrar un trabajo. Al bajar con maleta en mano, se dirigió directamente a la puerta, sin saber que su padre lo miraba desde arriba de las escalera, tras cerrar la puerta se puso en marcha.
🌤🌤🌤
Sonrió al escuchar el tintineo que anunciaba a un nuevo cliente, se apresuro a tomar su orden, la sonrisa de Hoseok era brillante, pues como bien había dicho su madre, su sonrisa podía iluminar hasta el día más feo, por lo menos así lo sentía él. Su turno estaba por acabar, solo faltaban unos minutos más.
Al pasar por una de las mesas, un chico que estaba ahí le puso el pie al joven, por lo que Hoseok cayo al suelo con la bandeja derramando los cafés que llevaba, se sonrojo pues se sentía avergonzado, todos los ojos que habían en el lugar estaban puestos en él. Alzo la vista al chico que estaba sentado riendo a su lado, había sentido su pie, pero no podía decir nada, no quería terminar discutiendo con un cliente, primero; porque podía perder su empleo y segundo; porque el chico se veía bastante fornido, de seguro lo golpearía si le decía algo.
Pocas fueron las personas que realmente vieron lo que paso, una chica que había presenciado todo se puso de pie con su café en mano, camino hasta donde estaba el joven sentado y luego de abrir la tapa de su capuchino, se lo lanzo encima.
—Ups, lo siento, se me resbaló — dijo la muchacha con fingida inocencia, el sugeto se levantó del lugar tratando de limpiar el café en su cara y parte de su camisa.
—¿Acaso eres ciega estúpida?— le hablo con furia el chico, la muchacha lo ignoro y se agacho junto a Hoseok para ayudarlo a levantar las cosas.
—G-Gracias — murmuró Hoseok al ver que lo ayudaba, la chica lo miro y le sonrió.
—Te estoy hablando basura — dijo el chico dándole un leve empujón a la chica, ella lo miro furiosa, Hoseok al ver lo qué había hecho el cliente se puso de pie enojado, él no dejaría que maltrataran a una chica— ¿Que pasa? ¿piensas golpearme marica?
Hoseok apretó la mandíbula, ahora que lo veía bien, al chico lo había visto antes en su universidad. No hubo necesidad de que él dijera nada, pues un chico rubio al igual que él, se había puesto en su camino y le había dado un puñetazo al chico, el sugeto cayo al suelo tras resivir el golpe.
—¿Que? ¿no te pondrás de pie, basura?— escupió esas palabras molesto el chico, Hoseok se volteo y ayudo a la muchacha a levantarse. El joven tuvo nuevamente la intención de golpear al otro individuo que se estaba levantando, pero la chica lo afirmo del antebrazo.
—Oppa, ya basta — dijo ya que no quería que el chico se metiera en problemas, el joven cerro los ojos y suspiro resignado.
El otro chico no intento hacer nada, pues habían llegado más trabajadores a ver que había pasado. Luego de pagar lo que había consumido se fue, Hoseok estaba aliviado, y por agradecimiento invito a la pareja un nuevo café, ellos aceptaron gustosos. Cuando el turno de Hoseok acabo, fue hasta el vestidor y se cambio de ropa, al salir se despidió de sus compañeros de trabajo y de su jefe.
Varios días pasaron hasta que volvió a ver a la pareja, caminaba por el centro comercial decidido a comprarse nuevas tenis ya que las otras estaba muy gastadas. Al otro lado de donde él estaba, vio como un estudiante chocaba con la chica y la votaba al suelo. Se apresuro a acercarse para ayudarla.
—¿Estas bien? Ven aquí — dijo tendiendo su mano, la chica al verlo lo reconoció enseguida, sonrió y con ayuda de Hoseok se levanto.
—Lo siento, en verdad lo lamento — se disculpo el joven que la había votado.
—No te preocupes, fue un accidente, pero debes ser más cuidadoso — le dijo la chica, el joven asintió y luego se fue con sus amigos — Gracias por ayudarme.
—N-No es nada — dijo poniéndose nervioso, la chica era realmente bella — ¿Tú novio no esta contigo? Creí haberlo visto.
—¿Novio? — preguntó y sonrió al ver lo nervioso que se ponía el chico delante de ella, movió un mechón de su anaranjado cabello dejándolo detrás de su oreja — Él entro a esa tienda.
Dijo la muchacha señalando el lugar con un leve movimiento de cabeza, Hoseok miro hacía donde ella había indicado, el joven rubio que acompañaba antes a la chica salia con una bolsa de compras del lugar, al verlos feuncio ligeramente el ceño, Hoseok se sintió nervioso por lo que pensaba irse.
—Y-Ya me tengo que ir — dijo moviendo sus manos nervioso, la chica sonrió y cuando el otro chico estuvo a su lado lo tomó del antebrazo.
—Oppa, mira a quien me encontré, ¿no es una enorme coincidencia? — el muchacho miro al puñado de nervios que era Hoseok y sonrió al reconocerlo luego.
—Es el chico de la cafetería — la chica asintió — ¿Estas bien? ¿el idiota ha vuelto a aparecer?— preguntó el joven, Hoseok negó efusivamente con la cabeza.
—B-Bueno, fue un gusto haberlos visto de nuevo — hizo una pequeña reverencia.
—¿Ya te vas? La verdad es que quería invitarte a por un helado, en agradecimiento — dijo la muchacha, Hoseok se lo pensó un momento, se iba a negar pero el otro chico rubio insistió.
—O-Ok — murmuró, la chica sonrió y le extendió la mano.
—Lalisa Tuan — Hoseok la miro sin entender — Mi nombre — dijo la muchacha, Hoseok se apresuro a estrechar su mano.
—Jung Hoseok — se presentó, luego de soltar su mano el chico que estaba a un lado de Lalisa también le extendió la mano.
—Mark Tuan — dijo el joven, Hoseok los miro sorprendido, pues había pensado que eran novios.
Luego de pasar un buen rato con los hermanos Tuan, Hoseok volvió a su apartamento, hoy había tenido libre y como era fin de semana no había tenido clases.
☀☀☀
El joven adulto Hoseok, estaba sumamente feliz, después de varios meses, por fin podía salir con la chica que le gustaba, lo bueno había sido que la chica sentía lo mismo y que a la familia de ella le agradaba el de sonrisa brillante. Ahora se encontraba de pie frente a una blanca urna y la pequeña fotografía de su madre, hace unos días había decidido ir a visitarla.
—Mamá, es Hoseok, lamento no haber venido tan seguido — se disculpo el muchacho — ¿Sabes? Estoy muy feliz, por que gracias a ti, soy una mejor persona, aún sigo cumpliendo la promesa que te hice. Mamá ahora ya puedes apoyarte en mí, siempre estaré contigo, porque te llevo en mi corazón, puedes confiar en mi, puedes sonreír ahora, como lo hacías antes.
Una pequeña lágrima escapo del ojo izquierdo del joven, seco la lágrima enseguida. Pero eso no evito que la chica que estaba a su lado lo viese, ella entrelazo su mano con la del joven y él sonrió.
—Estoy segura que ella esta orgullosa de ti — le susurro la muchacha, Hoseok asintió.
—Mamá, hay alguien a quien quiero presentarte — apretó en agarre en su mano y llevo ambas manos para besar la de la chica — Ella es Lalisa, Lalisa Tuan, mi novia.
—Es un gusto conocerla por fin — murmuró la muchacha haciendo una reverencia.
Pasaron un rato más en el lugar, Hoseok le hablaba a la fotografía de su madre, le contaba todo lo que había hecho y lo feliz que se sentía teniendo a la chica a su lado. Estaba feliz por que al final de todo, de a poco sus sueños se estaban volviendo realidad.
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Hola, se que tarde un poco, pero aquí esta de OS de Hobi ♥♥♥💜💜💜
-HarunaNanami.
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