03

Me despertaba cada media hora por culpa de fuertes sonidos que podía oír. Se hacía lentamente de día y empezaba a perder la esperanza de que alguien me encontrara, o siquiera se dignara a buscarme.

Tenía frío. Era lo único que podía sentir en ese momento. El frío que calaba mis huesos, era un frío seco y matador.

Intente levantarme ayudándome del tronco del árbol, sin tener resultado alguno. Caí de rodillas al suelo, raspando más mis manos y rodillas. Oí el ruido de pisadas, causando un aumento a la sensación de miedo. Intente esconderme detrás del troco, tapándome al mismo tiempo la boca intentando no hacer tanto ruido. Mis ojos se llenaron de lágrimas por culpa del miedo.

Una rama se rompió bajo el peso que ejerció mi mano, empece a rezarle a las Elementales para que no hubieran descubierto mi posición.

-¿Estás herida?- se hizo una pausa de unos segundos en los que intente no moverme- Puedo ver tu cabello. No te voy a hacer daño, puedes salir.

Asome un poco la cabeza viendo a una chica rubia muy hermosa, cuando me vio, sonrió, dejando ver su dentadura blanca brillante. Mire alrededor, sin ver a nadie más.

-No puedo- susurre.

-¿Me dejas acercarme? Para ayudarte, mi padre es doctor.- asentí después de oír sus palabras, por alguna extraña razón, confiaba en ella.

Lentamente se acerco a mí para acto seguido agacharse a mi altura. -Soy Rosalie, ¿y tú? ¿Cuál es tu nombre?

-Nixie, mi nombre es Nixie.

-Es un nombre muy bonito, como tu linda.

-Tú eres más linda. -un sonrojo cubrir mis mejillas.

Intente levantarme, mi pierna volviendo a fallar, viendo esto Rosalie me levanto en brazos sin ningún problema, empezando a caminar en una dirección desconocida por el bosque.

-Eres muy fuerte, ¿cómo es eso posible? Además tu piel es muy fría, ¿no estarás enferma? Si es así, tu padre también tendrá que curarte.

Una risa salió de entre sus labios, perdiéndose en un eco causado entre los árboles.

En el camino estuvimos hablando de algunas cosas, descubrí la existencia de sus hermanos y esposo, además de sus padres. Nunca hablamos el porqué estaba sola en el bosque o que hacia ella tan alejada de su casa.

Salimos a un claro, donde se hallaba una preciosa casa blanca con ventanas muy grandes.

-¿Esta es tu casa? Es gigante.

-Sí, es mi casa Nix. Me alegra que te guste.

Entramos, ella todavía cargándome, tal parece que toda su familia se encontraba en la sala de estar, una gigante sala de estar. Todos tenían miradas extrañas al momento en el que ingresamos a la sala.

-Familia, ella es Nixie, Nixie, ellos son mi familia. - susurre un 'encantada' por culpa de la vergüenza, escondí mi cabeza en el hombro de la rubia intentando que no vean el color rojo de mis mejillas. -Papá, ¿puedes revisarla?

Seguramente asintió con la cabeza al no ir ninguna afirmación, además del hecho de que Rosie empezó a moverse hacia una habitación blanca. Su padre, Carlisle, me reviso tanto el pie como el resto de arañazos y moretones que tenía, afirmaba que mi pie no estaba roto, pero si dislocado, viendo mi cara de susto me aseguro que no era tan grave. Si tenía cuidado de no forzarlo mucho y lo tenía sujeto con la venda que me puso se me pasaría en unos días.

Él no sabía de mi curación más rápida que la de un humano, mis heridas no se curaban a los segundos, solo es más un poco más rápido que lo normal. En menos de dos días, con seguridad poder caminar como antes.

-Eres una niña muy valiente- esas palabras vinieron de parte de la esposa de Carlisle, Esme, además de ser la madre adoptiva de Rosie-. Rosalie nos contó que te encontró en el bosque, ¿qué hacías ahí, cariño?

-Me perdí señora Cullen, mi prima se enfado conmigo y corrí de la casa.- me encontraba mirando el suelo avergonzado, fue algo bastante estúpido lo que hice si lo piensas bien.

-Seguro tu familia está muy preocupada por ti, ¿sabes el número de tú alguno de tus papás?

-No tengo padres, señor Cullen, y tampoco sé el número de mi tío Charlie.

Deje escapar un suspiro mientras jugaba con mis dedos, no entendía muy bien por qué debería volver, Bella no me quiere ahí y yo no quiero causar problemas entre ellos dos. Observe como Edward, el chico con el pelo cobrizo, hablaba entre susurros inaudibles hacia mi persona. Era algo extraño, como si todos ocultaran algo. Era demasiado extraño que todos sean adoptados pero tengas tantos rasgos asimilares.

Seré joven pero no idiota.

Vamos Nix, esas clases de criaturas debieron servir para algo.

Elfos no eran, son demasiado pálidos.

Tampoco eran sirenas, ellas viven en los mares.

Tampoco hombres lobos, su piel es demasiado fría y dura.

Tienen todas las características de un vampiro, menos los ojos. Esos extraños y preciosos ojos dorados que cada integrante de la familia compartía.

De un momento a otro, sentí como algo o mejor dicho, alguien, intentaba entrar en mi mente, levante la cabeza buscando al causante de este malestar. Encontrando con una mirada indescifrable de parte de Edward. Gire la cabeza hacia un lado, confusa. ¿Cómo podía el leer mi mente? Bloque la mente como me enseño Izzy, impidiéndole saber todo lo que pensaba. Fui con Esme y Alice a la cocina a comer, tenía un hambre enorme. Rosie estaba hablando con Emmett, su esposo, y Jasper, otro de sus hermanos, mientras Edward se despidió asegurando que volvería con su novia. Miraba atentamente como la familia Cullen empezaba a preparar la comida, todos contribuían con algo. Pedí permiso a la rubia para poder ayudarlos también, dejándome mezclar la masa de brownies que tenían planeado hacer de postre.

Frente mío, se encontraba el rubio, Jasper, quien tenía una mirada extraña.

-¿Quieres mezclar tú? Pareces triste, y esto es divertido, te puedo dejar mi sitio-sonreís con alegría en su dirección-. Además, me duele el brazo.

Una sonrisa apenas perceptible apareció en su cara, al mismo tiempo que venía en mi dirección, poniéndose a un lado mío, mezclando con más energía que yo.

-¿Ves? Es divertido.

Su cabeza giro hacia la izquierda, lugar en el que me encontraba, sin dejar ningún segundo de revolver. Sonrió una vez más, esta vez fue más visible. No me respondió, pero su sonrisa fue suficiente.

En otra parte al bosque, no muy lejos, entraban a una bonita casa dos personas.
Un chico pálido de no una apariencia de no más de 18 años, bastante alto, con un pelo castaño rizado y unos ojos carmines. Tenía una sonrisa adorable viendo la casa frente suyo, admirando al mismo tiempo a su compañera.
Mientras su compañera, era más bajita incluso si llevaba tacones, un poco menos pálida que su compañero, unos ojos grandes verdes junto con un cabello largo de un color rubio-fresa. Esta no parecía tan feliz, ya que tenía grabada una cara de preocupación inmensa.
Los dos entraron en la casa para poder descansar del imprevisto viaje que hicieron de México asta Foks.

-Todavía no entiendo como es que se escapó y nadie la encontró. Por todas las flores de antaño, espero que esté bien.

-Si es igual que tú, seguro que encontró en alguien ayuda. Igual sigo sin saber como descubriste su desaparición.

-Eso no importa, esa niña no es solo un hada común, toda su vida fue una mentira que invento Magna Mater* para tenerla de su parte.

-Sigo sin entender cuál es la verdadera historia detrás de esa niña.

-Si tengo que volver a contarte otra vez esta historia, juro que te arrancó la cabeza. Todo empezó hace unos trece años...<Aliza, ese era el nombre de una bella mujer, de cabello rojo como el fuego, era una Solis, un hada de la luz. Tenía unos 500 años cuando decidió que quería explorar el mundo humano como lo hizo con él de su especie. Cuando eres ya mayor de edad en las hadas puedes cambiar tanto tu apariencia como tu edad, es un proceso paseante difícil y cansino. Escogió la edad de oro, sus aparentemente 20 años la sentaban como anillo al dedo, viajó por todo el mundo, encantada con las tierras del sur decide que quiere ver las tierras del norte, en pocas palabras América. Pasaron unos días en los que exploró las grandes ciudades maravillosas. >

-¿Puedes ir al grano por el amor a Lucifer?

La chica rodó los ojos molesta por su interrupción.

-No hables de ti en tercera persona, idiota. Conoció a un apuesto hombre...

<era alto con unos ojos azules como el mar en invierno, un pelo negro como la noche adornaba su cabeza, tenía unas pecas en la zona de su nariz que le daban un toque adorable.Se conocieron, fue amor a primera vista, no tardaron mucho en enamorarse perdidamente. Aliza pudo conocer al resto de la familia de su prometido, se llevó muy bien con sus padres y su hermano mayor.Meses después descubrió que estaba embarazada, estaba embarazada con la última Hada Solis además de ella.Las Dríades* estaban resentidas con la especie de luz, tenían tanto odio que pasaron dos años enteros para poder encontrarlos>

-¿Los mataron a todos, incluso a la familia del hombre?

-A todos menos el hermano del padre.

-¿Como así?

-Él estaba visitando a su hija que vivía con su exesposa. Cuando volvió encontró toda la casa quemada y ningún superviviente. Las dríades le borraron la memoria para que no busque el único cuerpo que no se encontró. Su sobrina.

-¿Cómo se llama el señor?

-Charlie Swan.

Magna Mater*: viene del latín y significa madre grande, con esto me refiero a la madre y creadora de la comunidad en el mundo de las hadas.
Dríades: en la mitología griega son ninfas del bosque.

Sígueme en Instagram: @wattpad.solis.

No olvidéis de votar y comentar.


Editado

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top