setenta y nueve
—Hermione —Faith comenzó a sacudir a la chica inconsciente—. Despierta, Hermione...
—¿Qué le ha hecho? —Preguntó Neville. La sangre manaba de su nariz, que estaba empezando a hincharse.
—No lo sé...—susurró Harry.
Neville rápidamente agarró la muñeca de Hermione.
—Todavía tiene pulso, Harry, estoy seguro.— dijo Neville.
Harry y Faith sintieron que un sentimiento de alivio los invadió.
—¿Ella está viva?
—Sí, lo creo.
Harry hizo una pausa por un momento, escuchando si escuchó algo peculiar, pero los únicos sonidos que escuchó fueron los gritos de la cabeza de bebé del Mortífago.
Faith todavía estaba tratando de despertar a Hermione, esperando que estuviera dormida en lugar de estar gravemente herida o maldecida, pero Hermione no se despertaba. Faith agarró la otra muñeca de Hermione, solo para estar segura, y suspiró cuando sintió el débil pulso bajo su pulgar.
—Neville, Faith, no estamos lejos de la salida—dijo Harry en voz baja—, estamos justo al lado dela sala circular... Si Neville, consiguieras llegar hasta allí y encontrar la puerta de salida antes de que lleguenmás mortífagos, podrías llevar a Hermione por el pasillo hasta el ascensor... Y entonces podrías buscara alguien..., dar la alarma...
—¿Qué?—Faith dijo. —No te voy a dejar atrás.
—¿Y qué vas a hacer tú? —Preguntó Neville.
—Yo tengo que encontrar a los otros —dijo Harry, ignorando a Faith.
—Bueno, vamos a encontrarlos contigo— dijo Neville.
—Pero Hermione...
—Podemos llevarla con nosotros —dijo Neville y Faith asintió. —. Puedo llevarla yo, ustedes son máshábiles con la varita...
Se incorporó y agarró a Hermione. Cuando Faith vio que Harry dudaba, solo lo miró y él suspiró antes de ponerse de pie. Neville echó el cuerpo inconsciente de Hermione sobre sus hombros con la ayuda de Faith.
—Espera —dijo Harry, agarrando la varita de Hermione que se le había caído al caer—será mejor que tomes esto—se la entregó a Neville, quien suspiró.
—Mi abuela me matará —dijo Neville—; ésa era lavarita de mi padre.empujó las partes rotas de su varita hacia un lado.
Harry se acercó a la puerta y miró a su alrededor. El Mortífago con cabeza de bebé estaba destrozando la habitación, derribando relojes, y la vitrina que se había hecho añicos sobre Faith todavía se reparaba una y otra vez.
—No nos verá —susurró Harry mientras tomaba la mano de Faith—Vamos ... mantente cerca de mí ...
Rápidamente salieron de puntillas de la habitación tipo oficina y entraron sigilosamente en la habitación circular negra. Nadie estuvo allí. La puerta se cerró de golpe detrás de ellos y las paredes empezaron a girar de nuevo. Cuando se detuvo, los tres notaron que las cruces de Hermione se habían desvanecido. Ya no tenían idea de qué habitación era cuál.
—¿Tú por dónde crees que...?
Antes de que pudiera terminar sus preguntas, una de las puertas a su derecha se abrió y tres personas se apresuraron a salir.
—¡Ron! —Exclamó Harry—. Ginny... ¿Están todos...?
—Harry —se rió Ron, agarró la parte delantera de la túnica de Harry y lo miró con ojos aturdidos, —, estás aquí. ¡Ji, ji, ji! ¡Qué raro estás, Harry, vas muy despeinado!
El rostro de Ron estaba pálido y una sustancia oscura, Faith sospechaba que era sangre, la que goteaba de la comisura de su boca. De repente se derrumbó, llevándose a Harry con él en una especie de reverencia.
—¡Ginny!—Faith luego exclamó cuando Faith vio a la chica pelirroja deslizarse contra la pared. —¿Estás bien?
Ginny negó con la cabeza, sujetándose el tobillo. Faith y Luna se acercaron rápidamente a su lado.
—Creo que se ha roto el tobillo; he oído un crujido —susurró Luna. Luna parecía ser la única de ellos que no resultó herida—. Cuatro mortífagos nos han perseguido hasta una habitación oscura llenade planetas; era un sitio muy raro, a veces nos quedábamos flotando en la oscuridad.
—¡Hemos visto Urano de cerca, Harry! —Ron rió—. ¿Me hasoído, Harry? Hemos visto Urano. ¡Ji, ji, ji!
—Uno de los mortífagos ha agarrado a Ginny por el tobillo, he utilizado lamaldición reductora y le he lanzado Plutón a la cara, pero... —Luna señaló el pie de Ginny. Ginny respiraba con dificultad.
—¿Y qué hay de Ron?— Harry preguntó con miedo, todavía tenía a Ron colgando de su túnica.
—No sé qué le han hecho —Luna se encogió de hombros—, pero se comporta de una forma muyextraña; me ha costado lo mío traerlo hasta aquí.
—Harry —lo llamó Ron de nuevo mientras tiraba de Harry aún más abajo—, ¿sabes quién es ésta, Harry? Es Lunática, Lunática Lovegood, ¡ji, ji, ji!
—¿Qué te pasó en la cara, Faith?—Preguntó Ginny cuando finalmente notó todos los cortes y rasguños, y la cantidad de sangre que aún se filtraba.
—Una caja de vidrio se rompió encima de mí y se reparó sola, y luego se rompió de nuevo—le dijo Faith—Pero tenemos que salir de aquí.
—Luna, ¿puedes ayudar a Ginny?Preguntó Harry.
—Sí — asintió Luna, colocando su varita detrás de su oreja y luego poniendo su brazo alrededor de la cintura de Ginny.
—¡Sólo me duele un poco el tobillo, puedo levantarme yo sola! —Ginny refunfuñó con impaciencia y trató de levantarse, pero rápidamente se derrumbó contra Luna.
Harry tomó a Ron y le rodeó los hombros con el brazo para que al menos pudiera ponerse de pie. Como Faith no tenía a nadie a quien ayudar, decidió liderar el grupo. Tenían una posibilidad entre doce de conseguir la puerta correcta en el primer intento y no tenían todo el tiempo del mundo, así que Faith abrió rápidamente la puerta justo en frente de ella.
—¡Están aquí! —Una puerta detrás de ellos se abrió de golpe y tres Mortífagos entraron rápidamente, liderados por Bellatrix Lestrange.
Faith abrió la puerta de una patada y dejó que Harry, Ron, Ginny y Luna entraran antes que ella mientras los hechizos aturdidores atravesaban la habitación. Faith se agachó y ayudó a Neville con Hermione a entrar. Tan pronto como estuvieron adentro, Harry cerró la puerta de golpe justo en la cara de Bellatrix.
—¡Fermaportus! —Harry exclamó y justo a tiempo, la puerta se selló cuando tres cuerpos se estrellaron contra ella.
—¡No importa! —Dijo una voz de hombre—. ¡Hay otras entradas! ¡LOS TENEMOS, ESTÁN AQUÍ!
Faith miró alrededor de la habitación y notó que estaban en la habitación con el gran tanque de cerebros. Había puertas a su alrededor y ya podían escuchar los pasos de los Mortífagos en la pared detrás de ellos.
—Faith, Luna, Neville ¡ayúdenme!—Harry llamó y empezó a sellar las puertas. Neville y Luna habían dejado a Hermione y Ginny y comenzaron a ayudar.
—¡Fermaportus! —Faith corrió hacia una mesa, tenía prisa por sellar la siguiente, pero rápidamente se subió a ella. Y luego, cuando Faith y Harry se encontraron, escucharon a Luna gritar.
—¡Ferma... aaaaaaah!
Se dieron la vuelta y vieron a Luna volar por el aire, aterrizar en uno de los escritorios, deslizarse sobre él y caer al suelo, inconsciente.
—¡Atrapen a Potter!— Bellatrix gritó cuando cinco Mortífagos emergieron de la puerta que Luna no pudo sellar a tiempo.
Harry se aferró a la túnica de Faith y tiró de ella con él, agachándose mientras los Hechizos Aturdidores volaban por la habitación. Sabía que estaría a salvo mientras tuviera la profecía, y si Faith estaba con él, ella también estaría a salvo. Después de todo, no tenían idea de quién estaba sosteniendo qué profecía, ya que la que Faith se había llevado con ella se veía exactamente igual.
—¡Eh! —Ron llamó de repente, riendo para sí mismo, mientras se tambaleaba hacia el gran tanque con el cerebro. Parecía borracho—. ¡Eh, Harry, ahí hay cerebros, ji, ji, ji! Qué raro, ¿verdad, Harry?
—¡Ron, sal del camino, agáchate!—Faith chilló.
—En serio, Harry, son cerebros. Mira, ¡accio cerebro!
Todos se quedaron paralizados en su lugar, incluso los Mortífagos mientras observaban a Ron y el tanque de cerebros. Uno de los cerebros atravesó la superficie del líquido verde y pasó sobre sus cabezas hacia Ron, donde quedó suspendido en el aire.
—¡Ji, ji, ji! Mira, Harry —se rió Ron—. Ven a tocarlo, Harry, seguro que tiene un tacto genial...
—¡NO, RON!
Pero Harry llegó demasiado tarde, Ron ya le había tendido la mano al cerebro. En el segundo en que se encontraron, los tentáculos emergieron de la parte inferior y comenzaron a envolver el brazo de Ron.
—Harry, mira lo que está pasan... No... no... no me gusta... No... basta... ¡Basta!
Pero no se detuvieron. Los tentáculos parecían no tener fin, ya que ahora se envolvían alrededor de su pecho y tiraban con fuerza.
Faith corrió rápidamente.
—¡Diffindo! —Ella gritó pero no hizo nada, los tentáculos no se romperían. —¡Diffindo! ¡Diffindo!
—¡Lo asfixiará!—Ginny gritó desde el otro lado de la habitación donde estaba sentada, incapaz de moverse debido a su tobillo. Uno de los mortífagos la aturdió justo después, por lo que cayó inerte de costado.
—¡DESMAIUS! —Neville les gritó a los Mortífagos—. ¡DESMAIUS, DESMAIUS!— Pero no funcionó. Apenas podía pronunciar el hechizo correctamente y estaba usando la varita de Hermione, eso no podía ser bueno.
Solo Harry, Faith y Neville todavía estaban de pie y eran capaces de luchar contra los Mortífagos. Los magos encapuchados estaban lanzando todo tipo de hechizos en su camino, pero fueron capaces de luchar contra ellos ya que ninguno de los hechizos sería demasiado extremo para hacer que Harry dejara caer la profecía.
Su único plan era alejar a los Mortífagos de los demás. Podrían matarlos si Harry no les daba la profecía pronto. Afortunadamente, Faith tuvo una idea que podría funcionar.
—¡Oye!—Gritó y sostuvo su profecía. No valía nada para ella, por muy curiosa que fuera. —¡Captura!
Ella arrojó el pequeño orbe detrás de los Mortífagos, a través de la puerta por la que entraron y vio como todos corrían para atraparlo antes de que cayera y lo rompiera como perros.
—¡Ve, Harry!—Empujó a Harry de regreso a la habitación circular. —¡Muévete!
—No Faith...
Pero ella no escuchó. Ella lo empujó fuera del camino y levantó su varita hacia los Mortífagos que habían regresado.
—¿Crees que puedes engañarnos con ese pequeño truco, pequeña niña?— Bellatrix se burló con enojo.
—Creo que acabo de hacerlo— sonrió Faith, pero en el segundo que hizo eso, un Mortífago ya le envió una maldición. —¡Protego!—Gritó y el encantamiento escudo lo bloqueó.
—Eres desagradable, ¿no?— Bellatrix se rió antes de dirigir sus siguientes palabras a los Mortífagos detrás de ella. —Ve a buscar a Potter, yo me ocuparé de esta.
Harry había huido a la habitación circular y entró por otra puerta. Se había caído por los escalones de la gran sala de piedra con el arco del estrado en el medio. La risa sonó a su alrededor. Cuatro de los cinco Mortífagos que estaban con Faith en la habitación antes habían entrado por la misma puerta en la que entró Harry, y otros Mortífagos entraron por otras puertas. Bajaron los escalones del banco, uno por uno.
Harry rápidamente se puso de pie y retrocedió hasta que sintió el estrado. Una vez que saltó al estrado, rápidamente regresó, vigilando a cada Mortífago.
—Potter, tu carrera ha terminado— dijo Lucius Malfoy cuando Harry sintió que su espalda golpeaba el antiguo arco, —¡ahora dame la profecía como un buen chico!
—¡Deje... deje marchar a los demás y se la daré! —tartamudeó Harry, sabía que todo había terminado.
—No estás en situación de negociar, Potter —dijo Lucius mientras un par de Mortífagos se reían. —. Verás, nosotros somos diez, y tú estás solo... ¿Acaso Dumbledoreno te ha enseñado a contar?
—¡No está solo! —sonó la voz de Bellatrix, Harry pudo escuchar su sonrisa. —Todavía tiene estos— Bellatrix apareció a la vista, sosteniendo tanto a Faith como a Neville. Harry notó que Faith tenía otro corte en su rostro que no estaba allí antes, era mucho más profundo que los demás.
Bellatrix se rió maniáticamente y empujó a Neville escaleras abajo. Rodó todo el camino hacia abajo, su cuerpo golpeó todos los bordes de piedra de los bancos antes de detenerse en la parte inferior. Allí, otro Mortífago lo tomó por el cuello. Neville parecía estar a punto de perder el conocimiento por la expresión aturdida en su rostro.
—Ése es Longbottom, ¿verdad? —Preguntó Lucius Malfoy—. Bueno, tu abuela ya estáacostumbrada a perder a miembros de la familia a favor de nuestra causa... Tu muerte no la sorprenderádemasiado.
—¡NO LO TOQUES!— Faith gritó, todavía agarrada por el agarre de Bellatrix, con la varita en la garganta.
—Vaya, vaya, vaya, niña, tu diversión llegará más tarde,— Bellatrix golpeó su varita torcida contra la mejilla de Faith, justo contra una de las heridas Le dolía demasiado y ño pudo aguantar el grito.
El rostro de Harry se convirtió en una expresión de dolor, por escuchar a Faith llorar tan fuerte y porque sintió el escozor en su propia mejilla también.
—¡PARA PARA!— Gritó Harry. —¡Si la lastimas, romperé esto!— Harry tiró la profecía al suelo y vio cómo Lucius Malfoy contenía la respiración.
—Si rompes eso—sonrió Lucius Malfoy, —la mataremos, así que sé un buen chico y entrégalo.
—¡NO SE LO DES, HARRY!—Faith gritó, pero su grito se convirtió en otro grito agonizante.
—¡Crucio!— Bellatrix habló.
Las piernas de Faith cedieron pero no se cayó debido a que Bellatrix todavía la sostenía. Gritó mientras cada parte de su cuerpo se sentía como si se estuviera desgarrando, mil agujas pinchaban en su piel, atravesando sus huesos. Harry había caído de rodillas, jadeando pesadamente, mientras su alma rompía cada grito que Faith dejaba escapar.
Pero luego se detuvo de repente.
—Eso fue solo una pequeña muestra—se rió Bellatrix.
Faith estaba asustada. La risa burlona de Bellatrix atravesó sus oídos. Le temblaban las rodillas y sentía náuseas. Sin embargo, no quería que se detuviera si eso significaba que Harry les daría la profecía. Tenía que ser valiente por Harry.
—Y ahora, Potter, danos la profecía o tendrás que contemplar la lenta muerte de tuamiguita.— Lucius Malfoy dijo.
Harry ni siquiera tuvo que pensarlo dos veces mientras se ponía de pie y le ofrecía la profecía. Ella no podía morir. No después de que Harry la trajo aquí.
Entonces, de la nada, dos puertas más se abrieron y por encima de ellas, cinco personas aparecieron y saltaron a la habitación. Sirius, Lupin, Moody, Tonks y Kingsley eligieron un Mortífago y se movieron para atacarlos. Bellatrix soltó a Faith, quien cayó al suelo, y participó en un duelo con Tonks.
Sirius disparó un hechizo aturdidor a Lucius Malfoy, pero Harry no miró si golpeaba al hombre mientras saltaba hacia Neville. Harry corrió a través de los destellos de luz y cuerpos duales hasta que llegó a Neville.
—¿Estás bien? —Harry le preguntó, agachado cuando un hechizo se elevó sobre sus cabezas.
—Sí — asintió Neville. —Pero, no creo que Faith lo este.
Harry miró hacia arriba y vio cómo Faith gateaba por los bancos, escondiendo su cabeza entre sus brazos cuando los hechizos golpearon los escalones de piedra a su alrededor. Parecía estar sufriendo mucho, pero también tenía una especie de expresión determinada. Para sorpresa de Harry, Faith estaba tratando de bajar, en su dirección, en lugar de subir para salir de la habitación.
—¿Y Ron?—Preguntó Harry.
—Creo que está bien. Cuando lo he dejado seguía peleando con el cerebro.
Los escalones de piedra entre ellos explotaron repentinamente cuando un hechizo lo golpeó. Se alejaron de él, pero luego una mano rodeó la garganta de Harry, tirando de él hasta que apenas pudo ponerse de pie.
—¡Dámela! — gruñó el Mortífago—. ¡Dame la profecía!
Harry no podía respirar porque la mano estaba presionando su tráquea. Estaba jadeando por respirar. A su alrededor, ninguno de los miembros de la Orden del Fénix parecía darse cuenta de que Harry estaba siendo asesinado. Tonks todavía estaba luchando contra Bellatrix; Sirius estaba lanzando hechizos a un mortífago a un par de pies de distancia; Kingsley estaba luchando contra dos por su cuenta.
De repente, Harry escuchó un rugido de batalla proveniente de Neville. Corrió hacia Harry y el Mortífago, pero en lugar de enviarles un hechizo, clavó la varita de Hermione en el ojo de la máscara del Mortífago. Con un grito de dolor, el Mortífago soltó a Harry y Harry no perdió el tiempo en Aturdir al hombre.
—¡Gracias! —Harry le dijo a Neville mientras lo apartaba a un lado cuando Sirius y el Mortífago pasaban a toda velocidad.
Con el paso que Harry dio hacia atrás, sintió que su pie rodaba sobre una pequeña bola dura y por un segundo temió que fuera la profecía, pero cuando miró vio que era el ojo mágico de Ojoloco Moody. Moody se acostó a un par de pies de ellos, con la cabeza sangrando y su atacante todavía inclinado sobre él hasta que sus ojos se encontraron con Harry. Era Dolohov, liberado de la Maldición de la atadura del cuerpo de antes.
Él les sonrió y se acercó, levantando su varita hacia Neville para que no pudiera evitar que llegara a Harry y la profecía, pero había pasado por alto por completo a cierta chica que había llegado hasta sus dos amigos.
—¡Tarantallegra! —Dolohov gritó, pero antes de que pudiera golpear a Neville, un encantamiento escudo bloqueó su camino. —¡Tú otra vez!— Dolohov escupió.
Faith se las había arreglado para ponerse de pie y proteger a Neville con un encantamiento de escudo como lo había usado tantas veces antes de esa noche.
—Yo otra vez—Faith asintió mientras levantaba su varita más alto, lista para bloquear cualquier maldición que Dolohov le enviara, pero no tenía que hacerlo. Sirius salió de la nada, empujando a Dolohov fuera del camino con su hombro.
—¡Petrificus Totalus!— Harry gritó cuando Sirius se apartó y Dolohov volvió a caer, completamente rígido como una tabla.
—¡Bien hecho! —Sirius gritó con una sonrisa, empujando a Harry, Neville y Faith hacia abajo cuando una luz verde se elevó sobre sus cabezas—. Ahora quiero que salgas de...
Se agacharon de nuevo cuando llegó otro jet verde. Cuando se volvieron, vieron el cuerpo inerte de Tonks caer de los bancos, completamente hacia abajo. Bellatrix se rió triunfalmente.
—¡Harry, toma la profecía, agarra a Faith y Neville y corre!—Sirius dijo antes de apresurarse hacia Bellatrix para encontrarse con ella en un duelo.
—Faith, ¿estás bien?— Harry le preguntó cuando la vio balancearse sobre sus pies, tratando de mantenerse de pie.
—Sí, sí— Faith asintió, pero Harry no le creyó. Rápidamente pasó un brazo alrededor de su cintura y la ayudó a ponerse de pie junto a él. Neville caminó frente a los dos mientras comenzaban a subir los escalones de piedra.
—¡La profecía! ¡Dame la profecía, Potter! — La voz de Lucius Malfoy sonó en sus oídos, su varita presionando las costillas de Harry.
—¡No! ¡Suélteme! ¡Neville! ¡Cógela, Neville!— Harry le arrojó la profecía a Neville, quien la atrapó y la apretó contra su pecho. Harry apuntó su varita sobre su hombro. —¡Impedimenta!
Malfoy voló lejos de él y Faith, golpeando contra el estrado en el que Sirius y Bellatrix estaban en duelo. Cuando volvió a levantar su varita, Lupin saltó entre ellos.
—¡Harry, recoge a los otros y sal de aquí!
Harry levantó a Faith y comenzó a moverse de nuevo. Tenían que salir de allí, asegurarse de que los demás estuvieran a salvo. La Orden sabía cómo manejarlo, enfrentaría a los Mortífagos.
Un hechizo golpeó los escalones de piedra bajo los pies de Harry y Faith y volvieron a caer. Pero no tenían tiempo que perder, Faith dio un gran paso sobre el suelo roto y tiró de Harry con ella por su túnica. No podía perderla ahora. Tenían que hacerlo juntos.
Otro hechizo golpeó el suelo, pero esta vez fue a los pies de Neville. Se resbaló y antes de que alguien pudiera detenerlo, la profecía se le escapó de las manos, rebotó unos pasos antes de romperse por completo. Mientras los tres lo miraban, un fantasma blanco emergió del vidrio roto y comenzó a cantar la profecía, pero debido a todo el ruido, no pudieron escuchar lo que decía.
—¡Lo siento, Harry! —Dijo Neville—. Lo siento,Harry, no quería...
—¡No importa! —Harry gritó en respuesta, la atención ya estaba de vuelta en él y Faith. —Solo levántate y ...
—¡Dumbledore!— Exclamó Neville, mirando por encima de los hombros de Harry y Faith hacia un lugar sobre la habitación.
—¿Qué?—Preguntó Faith.
—¡DUMBLEDORE!
Harry y Faith miraron hacia atrás, siguiendo la mirada de Neville y vieron a Albus Dumbledore parado en la puerta de la sala del cerebro con su varita levantada y su rostro luciendo furioso. Fueron salvados.
La mayoría de los Mortífagos se habían dado cuenta de que Dumbledore había llegado y comenzaron a correr hacia las puertas, pero con un movimiento de la varita de Dumbledore, fueron tirados hacia atrás por una cuerda invisible.
Eventualmente, solo hubo un par todavía luchando. Sirius y Bellatrix. Sirius se limitó a esquivar uno de los chorros de luz roja de Bellatrix y se puso de pie con una risa burlona.
—¡Vamos, tú sabes hacerlo mejor! —El grito. Su voz resonó en la habitación desde que se había quedado en silencio. Pasaron un par de segundos más, Bellatrix estaba girando alrededor de su varita hasta que finalmente dejó volar un hechizo rojo de la punta de su varita. Golpeó a Sirius en el pecho.
Sirius todavía tenía la sonrisa burlona plasmada en su rostro, pero sus ojos se agrandaron en estado de shock.
Harry soltó a Faith y sacó su varita para ayudar a Sirius al igual que Dumbledore.
Faith vio como Sirius se caía, muy lentamente, como en cámara lenta. Su rostro una vez hermoso parecía ausente y asustado, aunque todavía tenía la sonrisa persistente en sus labios. El cuerpo inerte de Sirius se curvó hacia un lado y cayó al arco, desapareciendo de la vista.
El grito feliz de Bellatrix sonó a través de la habitación pero no significó nada para Harry o Faith. Sirius estaba justo en el arco, lo sacarían y estaría bien. Aparecería del otro lado y estaría bien.
Pero no lo hizo.
Faith bajó los escalones mientras veía a Harry correr hacia el estrado.
—¡SIRIUS! —Harry gritó—. ¡SIRIUS!
Sabía que Sirius estaba detrás del velo. Podría simplemente caminar de regreso con una gran sonrisa.
Harry echó a correr, pero cuando se acercó al estrado, un par de brazos le rodearon el pecho y lo empujaron hacia atrás.
—No puedes hacer nada, Harry...—dijo Lupin.
—¡Vamos a buscarlo, tenemos que ayudarlo, sólo ha caído al otro lado del arco!
—Es demasiado tarde, Harry.
—No, todavía podemos alcanzarlo... —Harry se movió en el agarre de Lupin.
Un segundo par de brazos se envolvió alrededor de su cuerpo, pero desde el frente. Fue Faith. Ella le impidió ir tras Sirius mientras él intentaba todo para que los dos lo dejaran ir. Sus brazos estaban alrededor de su cintura y su cabeza contra su hombro mientras usaba toda la fuerza que le quedaba para mantenerlo en sus brazos.
—No puedes hacer nada, Harry, nada. Se ha ido.
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