noventa y ocho
—Ósea que, entre una cosa y otra, no ha sido el mejor cumpleaños de Ron, ¿verdad? —Fred dijo.
Ya era de noche cuando se sentaron alrededor de la cama de Ron. Harry, Faith, Hermione y Ginny habían estado sentados fuera de la enfermería todo el día, esperando la oportunidad de ver a Ron. Madam Pomfrey solo los había dejado entrar alrededor de las ocho y Fred y George habían llegado diez minutos después.
—No era así como imaginábamos darle nuestro obsequio —asintió George, arrojando un gran regalo envuelto a los pies de la cama de Ron.
—Sí, él debía estar consciente —dijo Fred.
—Fuimos a Hogsmeade y lo esperábamos para darle la sorpresa... —dijo George con un suspiro.
—¿Estuvieron en Hogsmeade?— preguntó Ginny sorprendida.
—Nos planteábamos comprar Zonko —le dijo Fred—. Queríamos convertirla en nuestra sucursal enHogsmeade, pero ¿de qué nos serviría si ya no os dejan salir los fines de semana para adquirir nuestrosproductos? En fin, ahora eso no importa —Fred luego miró hacia arriba Faith. —Conocimos a Alex, buen tipo.
Faith sintió que Harry apretaba su mano con más fuerza, así que apretó su mano el doble de fuerte.
—¿Cómo sucedió exactamente?— George luego le preguntó a Harry y Faith y comenzaron a explicar la historia por lo menos por décima vez.
—.. y luego Faith me arrojó el bezoar, se lo metí por la garganta y él empezó a respirar un poco mejor. Slughorn fue apedir ayuda y acudieron la profesora McGonagall y la señora Pomfrey, que lo subieron aquí. Dicen quese pondrá bien. La enfermera cree que tendrá que quedarse en la enfermería una semana, tomando esenciade ruda...
—Caramba, fue una suerte que pensaras en un bezoar—respiró George.
—Suerte que había uno en la habitación— murmuró Harry. Miró a Faith cuando sintió que le daba un pequeño apretón en la mano. Ella le dedicó una sonrisa tranquilizadora, tratando de transmitir el mensaje de que debería dejar de ser tan modesto y darse un poco de crédito. El hecho de que pensara en el bezoar salvó la vida de Ron.
—¿Mamá y papá saben?— Fred le preguntó a Ginny.
—Sí, ya lo han visto. Llegaron hace una hora. Ahora están en el despacho de Dumbledore, pero notardarán en volver...
Todos hicieron una pausa cuando Ron comenzó a murmurar y murmurar mientras dormía, pero después de un par de segundos, se volvió a silenciar.
—Entonces, ¿el veneno estaba en la bebida? —Fred preguntó.
—Sí — asintió Harry, aliviado de comenzar a discutirlo de nuevo. Había hablado de las posibilidades con Faith y Ginny fuera de la enfermería, Hermione no estaba muy involucrada. Ella había estado con el rostro pálido y las manos temblorosas todo el tiempo—. Slughorn nos lo sirvió...
—¿Pudo ponerle algo en la copa a Ron sin que ustedes dos lo vieran?
—Probablemente— Faith se encogió de hombros, —pero ¿por qué querría Slughorn envenenar a Ron?
—Ni idea— dijo Fred. —¿No creen que pudo haber confundido las copas por error? ¿Con la intención de atrapar a alguno de ustedes?
—¿Por qué Slughorn querría envenenarnos?— preguntó Faith.
—No lo sé—respondió Fred encogiéndose de hombros pero —probablemente hay un montón de gente a la que le gustaría envenenarlos, ¿no? Por lodel «Elegido» y ti por la maldición y todo eso.
—Sin embargo, nadie sabe acerca de la maldición— dijo Faith.
—Entonces, ¿crees que Slughorn es un mortífago? —preguntó Ginny.
—Todo es posible.
—El profesor podría estar bajo una maldición imperius —sugirió George.
—Y también podría ser inocente —dijo Ginny—. El veneno podía estar en la botella, y en ese casoquizá querían envenenar al propio Slughorn.
—¿Quién iba a querer hacer eso?
—Dumbledore dice que Voldemort pretendía que Slughorn se pasara a su bando — dijo Harry, recordando lo que Faith y él escucharon durante el verano—.Por eso el profesor estuvo un año escondido antes de venir a Hogwarts. Y... — Pensó en el recuerdo que Dumbledore quería de Slughorn, — quizá Voldemort quiera quitarlo de enmedio, o quizá crea que podría resultarle valioso a Dumbledore
—Pero tú dijiste que Slughorn pensaba regalarle esa botella a Dumbledore por Navidad — dijo Ginny—. Así pues, también cabe la posibilidad de que el objetivo del envenenador fuera el director.
—Entonces es que el envenenador no conoce muy bien a Slughorn —habló Hermione por primera vez—. Cualquiera queconozca a Slughorn sabría que muy probablemente se quedaría con un licor tan exquisito.
—Err... ii... oone... —murmuró Ron de repente y todos lo miraron. Siguió murmurando algunas palabras ininteligibles antes de comenzar a roncar.
Entonces las puertas del ala del hospital se abrieron de golpe y Hagrid entró, sosteniendo una gran ballesta. Su cabello estaba mojado por la lluvia y dejó enormes huellas de barro en el suelo mientras caminaba hacia la cama.
—¡He pasado todo el día en el Bosque Prohibido! —Dijo, respirando pesadamente—. Aragog haempeorado y le estuve leyendo... No me levanté para ir a cenar hasta hace muy poco, y entonces laprofesora Sprout me contó lo de Ron. ¿Cómo se encuentra?
—No es grave — le dijo Harry—. Dicen que se pondrá bien.
—¡Sólo siete visitas a la vez! — Madam Pomfrey dijo mientras salía corriendo de la oficina.
—Con Hagrid somos siete—señaló Ginny.
—Ah... pues sí... — Madam Pomfrey parecía haber confundido a Hagrid con varias personas. Para descartar su error, movió su varita hacia las sucias huellas que Hagrid había dejado para limpiarlas y luego desapareció de nuevo en su oficina.
—No puedo creerlo —dijo Hagrid—. No puedo creerlo... Míralo ahí tendido... ¿A quién se le ocurriría hacerle daño,eh?
—De eso mismo estábamos hablando —dijo Harry—. No lo sabemos.
—A lo mejor alguien le guarda rencor al equipo de quidditch de Gryffindor, ¿no? —preguntó Hagrid—.Primero Katie, ahora Ron...
Todos los ojos se dirigieron a Harry, Faith y Ginny ya que todavía estaban en el equipo.
—Podría pensar en algunos que querrían acabar con nosotros, pero no creo que eso sea todo—dijo Faith. —No puedo ver a nadie tratando de acabar con un equipo de Quidditch.
—Wood se habría cargado a los de Slytherin si hubiera podido —se encogió de hombros George.
—Yo no creo que esto tenga nada que ver con el quidditch, pero sí veo relación entre los dos ataques—volvió a hablar Hermione con voz tranquila y ronca.
—¿Qué relación? —Fred le preguntó.
—Bueno, ambos tendrían que haber resultado mortales, pero no ha sido así, aunque de chiripa. Y porotra parte ni el veneno ni el collar afectaron a la persona a la que supuestamente tenían que matar. Claroque, en cierta manera, esto convierte al autor de las agresiones en aún máspeligroso, porque por lo visto no le importa a cuántos tenga que quitar de en medio hasta conseguir suobjetivo.
Antes de que alguien pudiera responder a eso, las puertas se abrieron de nuevo y entraron el señor y la señora Weasley. La señora Weasley inmediatamente fue a buscar a Harry para darle un abrazo.
—Dumbledore nos ha contado cómo lo salvaste con el bezoar —resopló ruidosamente—. ¡Oh, Harry, nosabemos cómo agradecértelo! Primero salvaste a Ginny, después a Arthur, y ahora has salvado a Ron...
—No creo que... Yo no... —murmuró Harry, pero el señor y la señora Weasley no querían oírlo.
—Ahora que lo pienso, la mitad de nuestra familia te debe la vida —asintió el Sr. Weasley.—. Bueno, lo único que puedo asegurar es que los Weasley estuvimos de suerte el día queRon decidió sentarse en tu compartimiento en el expreso de Hogwarts, Harry.
—Oh, y tú también, Faith— la Sra. Weasley soltó a Harry y abrazó a Faith ahora también.—Gracias.
Cuando Madam Pomfrey les recordó a los visitantes la regla de las siete personas, Harry, Faith, Hermione y Hagrid decidieron irse, para que la familia Weasley pudiera estar sola. Dieron un paseo con Hagrid por el castillo y Hagrid les contó cómo escuchó a Dumbledore discutir con Snape sobre algo, pero no estaba muy claro sobre qué.
Una vez que regresaron a la sala común de Gryffindor, Hermione les dio las buenas noches a las dos y subió las escaleras hacia los dormitorios de las chicas. Faith y Harry decidieron quedarse un rato en la sala común, acurrucados frente al fuego. Pensaron que estaba completamente vacío y que podrían tener algo de privacidad, pero descubrieron que no era así cuando Cormac McLaggen interrumpió torpemente un suave beso que compartían.
—¡Estás aquí, Potter! —Dijo Cormac. Sorprendió a Harry tanto como estaba perdido en la sensación de seguridad que siempre había sentido con Faith que saltó y sacó su varita—Estaba esperando que volvieras —ni siquiera reaccionó ante la varita de Harry—.Debo de haberme quedado dormido. Mira, vi cómo se llevaban a Weasley a la enfermería y no creo quepueda jugar en el partido de la semana que viene.
Tanto Harry como Faith miraron al de séptimo año por un par de segundos para comprender lo que estaba diciendo.
—Oh... cierto... Quidditch— dijo Harry con un suspiro. —Sí... puede que no lo logre.
—Entonces me pondrás a mí de guardián, ¿no?— dijo McLaggen.
—Sí... supongo que sí. —la mente de Harry no estaba en Quidditch en absoluto.
—Honestamente, nuestro amigo acaba de ser envenenado y casi muere, ¿y lo primero en lo que piensas es en un posible lugar para ti en el equipo de Quidditch?— Faith se burló indignada.
—Excelente—McLaggen ignoró por completo a Faith. Harry volvió a sentarse junto a ella y tomó su mano para calmarla un poco. —Entonces, ¿Cuándo es la práctica?
—¿Qué? Oh... hay uno mañana por la noche.
—Perfecto. Oye, Potter, antes tendríamos que hablar un poco. Se me han ocurrido algunas ideas sobreestrategia que quizá te resulten útiles.
—Cierto—dijo Harry, luchando contra el impulso de poner los ojos en blanco. —. Pero ya me las explicarás mañana porque ahora estoy muycansado. Buenas noches...
McLaggen caminó hacia los dormitorios, dejando a Harry y Faith solos nuevamente. Faith había apoyado la cabeza en el hombro de Harry mientras ambos miraban el fuego. Estaban exhaustos por los eventos de ese día.
—Hay un lado positivo en el hecho de que Ron esté en la enfermería—dijo Harry en voz baja después de un largo silencio.
—¿Cual?— preguntó Faith con un bostezo.
—No te gritará para que te vayas si te quedas conmigo esta noche.
▬▬▬▬▬ஜ۩۞۩ஜ▬▬▬▬▬
Despertar al lado de Harry fue una dicha. A Faith le encantaba y los otros chicos en los dormitorios no parecían tener ningún problema con eso ya que Harry y Faith siempre cerraban las cortinas alrededor de la cama de Harry para que pareciera que estaban solos. No hacen ninguna sesión loca de besos allí, sabiendo que eso haría ruido, pero la sensación de estar solos juntos en una cama cómoda los calmó.
La noticia de que Ron fue envenenado se extendió como un reguero de pólvora, pero no causó tanto alboroto como el ataque de Katie. La mayoría parece pensar que fue un accidente, ya que sucedió en la oficina de Slughorn y obtuvo un antídoto casi al instante.
Los Gryffindors estaban mucho más emocionados por el juego de ese sábado contra Hufflepuff. Todos querían ver perder a Zacharias Smith después de todo lo que había dicho sobre el equipo de Gryffindor en el partido contra Slytherin.
Harry nunca había estado menos interesado en el Quidditch que ahora. Estaba constantemente obsesionado con Malfoy y lo que estaba haciendo o con pasar tiempo con Faith. Solo le gustaba el Quidditch cuando podía ver a Faith y verla jugar. Faith había notado que a Harry le encantaba cuando ella lo llamaba por su apellido o se dirigía a él como 'Capitán', así que se aseguró de llamarlo así muchas veces en cada práctica, lo que resultó en sesiones de besos candentes después del entrenamiento cuando el otros jugadores abandonan el vestuario.
Había dos personas que parecían interrumpir más a los dos en su tiempo a solas y eran Cormac McLaggen, molestando a Harry sobre el Quidditch y cómo debería ser el Guardián permanente, y Lavender Brown preguntando sobre los sentimientos de Ron, lo que hizo que Harry y Faith se sintieran realmente incómodos.
—Oye, ¿por qué no hablas con Ron de esto? —Faith sugirió, sonando lo más agradable posible. Habían estado escuchando una conferencia que iba desde lo que Ron había dicho sobre la nueva túnica de Lavender hasta lo seria que Ron consideraba su relación.
—¡Lo haría si pudiera, pero cuando entro a verlo siempre está durmiendo! —Lavender dijo.
—¿Ah, sí? — preguntó Harry, compartiendo una mirada con Faith. Cada vez que lo visitaban, Ron estaba completamente despierto y ansioso por escuchar sobre la pelea entre Snape y Dumbledore y sobre cuánto McLaggen los estaba poniendo de los nervios.
—¿Sigue yendo a visitarlo Hermione Granger? —Lavender preguntó de repente.
—Sí, me parece que sí. Es lo normal, ¿no? Son amigos —Harry respondió.
—¿Amigos? No me hagas reír.— se burló Lavender. —. ¡Ella pasó semanas sin dirigirle la palabra cuando Ron empezó a salirconmigo! Pero supongo que quiere hacer las paces con él ahora que se ha vuelto tan interesante...
—Si llamas a ser envenenado interesante, claro— dijo Faith.
—De todos modos, lo siento, tenemos que irnos, McLaggen viene hacia aquí— dijo Harry y arrastró a Faith con él a través de uno de los atajos secretos. Por suerte para ellos, era un corredor desierto para que pudieran terminar lo que empezaron antes de que Lavender los interrumpiera.
La mañana antes del partido, Harry y Faith decidieron pasar por Ron. Madam Pomfrey no permitió que Ron viera el partido, temiendo que lo excitara demasiado.
—¿Qué tal va McLaggen? —preguntó Ron por tercera vez con una expresión bastante ansiosa.
—Ya te lo hemos dicho—dijo Harry—, no querría quedármelo aunquefuera un jugador de talla mundial. No para de decirle a todo el mundo lo que tiene que hacer y se cree quejugaría mejor que los demás en cualquier posición. Estoy deseando librarme de él. Y hablando delibrarse de pesados —añadió mientras se ponía en pie y cogía su Saeta de Fuego—, ¿quieres hacer elfavor de no hacerte el dormido cuando Lavender viene a verte? Me está volviendo loco a mí también. Ella sigue interrumpiéndonos mientras...
Faith le dio un codazo en las costillas.
—... hacemos la tarea. Realmente distrae—agregó Harry rápidamente.
—Oh —dijo Ron—Si, bien.
—Si no quieres salir más con ella, solo díselo—, le dijo Faith a Ron mientras tomaba su escoba de la cama en la que estaban sentados, junto a la de Ron.
—Ya... Es que... no es tan fácil, ¿sabes? —preguntó Ron antes de hacer una pausa—:¿Vendrá Hermione a verme antes del partido?
—No, ella ya bajó a la cancha con Ginny— dijo Faith con una mirada de disculpa.
—Oh — suspiró Ron—. Vale. Buena suerte. Espero que golpeen a McLag... quierodecir a Smith.
—Lo intentaremos—, dijo Harry y tomó la mano de Faith, saliendo de la enfermería.
—También traten de no terminar aquí conmigo, ¿de acuerdo?— Ron les gritó.
—Lo intentaremos también—dijo Faith con una sonrisa. Se apresuraron por los pasillos y por los terrenos para llegar al campo de Quidditch. Los dos no llegaban tarde todavía pero querían llegar rápido para hablar con el equipo. Y Harry todavía tenía algo que decirle a Faith.
—Realmente tienes que tratar de no romperte ningún hueso esta vez, ¿de acuerdo?—Le dijo mientras le apretaba la mano.
—He tratado de prometerte que durante los últimos tres juegos creo y después de cada uno de ellos termine en la enfermería, así que no sé por qué sigues intentándolo—, le recordó Faith con una dulce sonrisa.
—Porque odio cada vez que sucede— Harry le devolvió la sonrisa. —Creo que el único juego que no terminaste en la enfermería fue el que me prohibieron jugar a mí, a Fred y a George el año pasado.
—Sí, y fue contra Slytherin de todos— se rió Faith. —¿Quién lo hubiera pensado?
—Bueno, la última vez que jugaste contra Hufflepuff, caíste como a diez metros del cielo, así que ten cuidado con lo que haces ahora, ¿de acuerdo?— dijo Harry mientras se acercaban al vestidor.
—La última vez que jugué a Hufflepuff, te estaba reemplazando a ti, así que creo que eres tú quien debe tener cuidado aquí— respondió Faith mientras lo detenía antes de entrar al vestidor. Ella le rodeó el cuello con los brazos y antes de que él pudiera darle alguna otra razón de por qué debería estar atenta durante el juego, lo besó e inmediatamente alejó su mente de la discusión.
Dejó caer su Saeta de Fuego al suelo y envolvió sus brazos en sus caderas, sosteniéndola cerca. Fue tanto un beso alucinante como un beso de buena suerte. La pasión los escupió, pero el beso fue delicado y dulce.
—No puede ser.
El sonido de un émbolo vino de Harry y Faith mientras miraban de reojo a la puerta abierta.
—Ustedes dos no pueden mantenerse alejados ni por un segundo, ¿verdad?— Ginny sonrió.
Tanto Harry como Faith tenían un sonrojo en sus mejillas cuando agarraron sus escobas caídas del suelo, pero Faith logró ocultar las suyas con sus habilidades de metamorfomaga.
—¡Bueno, vamos, entonces! ¡El partido comenzará pronto!— Ginny se rió cuando no se movieron para entrar. La pareja rápidamente se puso sus túnicas escarlata, incapaces de borrar la sonrisa de sus rostros cada vez que sus ojos se encontraban, y luego marcharon afuera con el resto del equipo.
El clima era agradable pero las nubes estaban dispersas, creando deslumbrantes destellos de luces cada par de metros.
—¡Hace un tiempo engañoso! —McLaggen le dijo al equipo en voz alta. —. Coote,Peakes, vuelen por las zonas de sombra para que no les vean venir...
—Soy el Capitán, McLaggen, cállate y deja de dar instrucciones—suspiró Harry con la mandíbula apretada. Faith casi quiso dejar el partido y besar a Harry justo en ese momento cuando él habló con ese tono que siempre hacía que su estómago se sintiera cálido.—¡Solo levántate por los postes de la portería!
Cormac se alejó a regañadientes.
—Asegúrense de volar lejos del sol— agregó Harry a los dos Golpeadores y luego se dirigió a los tres Cazadores. —Solo haz muchos goles—, Faith ya le estaba sonriendo, —pero no los que te envíen directamente a la enfermería.
—¡Sí, sí, Capitán!— Faith se burló de él antes de darle un beso en la mejilla y caminar hacia su posición, riéndose con Ginny del asombrado Harry.
—Ella te tiene amarrado, amigo— Dean Thomas le dio unas palmaditas en la espalda a Harry, haciéndolo reaccionar.
Bien, mantén la cabeza en el juego, no con Faith, solo durante cuarenta minutos, pensó Harry para sí mismo. Podría pensar en otra cosa durante cuarenta minutos seguidos, ¿verdad?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top