Una vez que todos llegaron a King Cross, todos estaban empapados por la lluvia que aún caía a cántaros. En pequeños grupos, Faith estaba con Ginny y Charlie, cruzaron la barrera. El Expreso de Hogwarts ya estaba allí, nubes de vapor saliendo de él. Harry, Ron y Hermione se alejaron rápidamente para buscar asientos, Fred, George y Ginny los siguieron. Faith sabía que volvería a estar sentada sola, como todos los años, así que se aseguró de conseguir un compartimento para ella.

Aunque Faith era buena amiga de los Weasley y tenía un hermano popular, siempre se sentaban con otros amigos a quienes no veían en todo el verano. A la chica de cabello oscuro realmente no le importaba, le gustaba la paz y la tranquilidad que tenía en el Expreso de Hogwarts.

Los estudiantes bajaron de un salto a la plataforma para despedirse de la Sra. Weasley, Bill y Charlie.

—Puede que los vea a todos antes de lo que creen—, les dijo Charlie misteriosamente mientras le daba un abrazo de despedida a Ginny.

—¿Por qué?— Fred preguntó con entusiasmo.

—Ya verás—, Charlie sonrió mientras abrazó a Faith para despedirse. —No le digas a Percy que lo mencioné. Después de todo, es 'información clasificada hasta que el Ministerio considere oportuno publicarla'

—Sí, me gustaría estar de vuelta en Hogwarts este año—, les dijo Bill con las manos en los bolsillos. Y si Bill decía eso, sabías que algo estaba pasando.

—¿Por qué?— Ahora George preguntó, tan curioso como los demás.

—Vas a tener un año interesante—, Bill arqueó las cejas a los jóvenes. —Incluso podría tener tiempo libre para ir y ver un poco.

—¿Un poco de qué?— Faith preguntó mientras los miraba con labios carnosos, un hábito de ella. Pero entonces sonó el silbato y la Sra. Weasley empujó a los siete estudiantes de regreso al tren.

—Gracias por invitarnos, Sra. Weasley, —dijo Hermione mientras subían a bordo. Las puertas se cerraron y abrieron una ventana para seguir hablando.

—Sí, gracias por todo—, le agradeció Harry también. Faith asintió con la cabeza, sabiendo que la señora Weasley se volvería loca si le agradecía de nuevo por el libro y la estancia.

—Oh, fue un placer queridos, —la Sra. Weasley les sonrió a los tres. —Los invitaría para Navidad, pero ... bueno, espero que todos quieran quedarse en Hogwarts, con ... una cosa u otra.

—¡Mamá!— Ron estaba empezando a irritarse por todas las misteriosas burlas. —¿Qué saben ustedes tres que nosotros no?

—Lo averiguarán esta noche, espero, —les dijo la Sra. Weasley sonriendo. —Va a ser muy emocionante, fíjate. Estoy muy contenta de que hayan cambiado las reglas.

—¿Qué reglas?— Los chicos dijeron juntos, lo que hizo que Faith se riera un poco.

—Estoy segura de que el profesor Dumbledore les dirá. Ahora compórtense, ¿no? ¿Fred? ¿George? —La Sra. Weasley miró a los gemelos a los ojos con severidad mientras el tren comenzaba a moverse.

—¡Cuéntanos qué está pasando en Hogwarts!— Fred exclamó por la ventana mientras los tres en la plataforma comenzaban a alejarse rápidamente de ellos. —¿Qué reglas están cambiando? —Los tres solo se despidieron y sonrieron antes de desaparecer.

—Supongo que debes tener paciencia—, sugirió Faith con una sonrisa mientras palmeaba el hombro de Fred y George y luego caminaba hacia su compartimiento, escuchando a los Gemelos quejarse detrás de ella.

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El trío de oro, que estaba ocupado hablando de poder empujar a Malfoy fuera de un glaciar si iba a Durmstrang, ahora estaba esperando que llegara el carrito del almuerzo, así que para matar el tiempo, Hermione decidió caminar un poco. Mientras pasaba por los compartimentos, Hermione notó que Faith estaba sentada sola, escribiendo en el libro de cuero claro que recibió del Sr. y la Sra. Weasley con el regalo de Hermione al lado. La chica de cabello tupido decidió visitarla, así que abrió la puerta y se sentó en el asiento frente a Faith.

—Oye, veo que has empezado tu libro—, sonrió amablemente Hermione.

—¡Sí, y tu libro está ayudando mucho! Hay muchas cosas allí que no sabía sobre algunas piedras preciosas,—los ojos de Faith se iluminaron cuando comenzó a hablar sobre las piedras preciosas, lo que hizo sonreír a Hermione.

—Me alegra que te guste. Ron me dijo que te gustaría, pero no estaba segura porque realmente no te conozco y...—Hermione comenzó a divagar, así que Faith la interrumpió.

—Me encanta, Hermione, de verdad.

—Bien—, exhaló Hermione felizmente. —Me preguntaba, ¿te gustaría sentarte conmigo, Ron y Harry? Me gustaría conocerte más y Ron y Harry también lo disfrutarían—, Faith sonrió ante la petición de Hermione.

—Sí, claro, —Faith empacó sus cosas y se fue con la chica. Esta sería la primera vez que se sentaría con otras personas de camino a Hogwarts. Hermione abrió la puerta de su compartimiento y se sentó en su lugar original.

—Faith se unirá a nosotros, —les dijo a los chicos mientras Faith se sentaba junto a la ventana frente a Ron y al lado de Hermione. Entonces, las chicas empezaron a hablar, con Ron y Harry interviniendo de vez en cuando. Interminables conversaciones sobre la vida de Hermione en el mundo muggle y sobre Faith como una metamorfomaga.

—Leí que los metamorfomagos son bastante escasos—, dijo Hermione mientras veía a Faith cambiar el color de su cabello de azul a morado.

—Lo son, pero como no estamos registrados, el Ministerio no puede hacer un seguimiento del número de metamorfomagos—, explicó Faith mientras su color de cabello volvía a su color oscuro habitual. —Pero no creo que muchos lo mantengan en secreto, ya que es bastante difícil.

—¿Por qué? —Preguntó Harry. Estaba bastante interesado en cómo funcionan sus habilidades, ya que nunca había visto algo así.

—Bueno, cuando un metamorfomago siente emociones muy fuertes, no puede concentrarse en sus habilidades, así que está un poco fuera de control.

—Sí, recuerdo cuando éramos pequeños, Fred y George escondieron tu osito de peluche y te enojaste tanto, tu cabello estaba rojo flamante. — los ojos de Ron se agrandaron mientras contaba la historia. —Fue aterrador.

Los tres se rieron de la experiencia 'aterradora' de Ron y comenzaron a compartir todo tipo de recuerdos de su infancia hasta que Seamus Finnigan, Dean Thomas y Neville Longbottom los visitaron. El tema pronto cambió a la Copa del Mundo de Quidditch. Debido a lo que sucedió allí, a Faith realmente no le gustaba recordar la última parte de la noche en la que su padre tuvo que atrapar a los alborotadores y a Cedric y ella tuvo que huir al bosque. Tanto Faith como Hermione se enterraron en un libro, mientras los chicos hablaban de su experiencia allí, que incluía a Ron mostrándoles su Krum en miniatura. Tan pronto como Ron lo sacó de su baúl, comenzó a luchar contra Mullet en miniatura que se escapó del baúl de equipaje de Faith.

—Los vimos de cerca también—, le dijo Ron a Neville, quien no pudo ir porque su abuela no quería comprar boletos. —¡Estábamos en la caja superior!

—Por primera y última vez en tu vida, Weasley,—Draco Malfoy había aparecido en la puerta con sus dos amigos, o esclavos, detrás de él. Faith hizo todo lo posible por no criticar al chico rubio por ser constantemente cruel con su amiga. Ella lo despreciaba por meterse siempre con los Weasley solo porque no eran tan ricos como él.

—No recuerdo haberte pedido que te unieras a nosotros, Malfoy,— dijo Harry con frialdad.

—Weasley ... ¿Qué es eso?—Malfoy ignoró el comentario de Harry mientras señalaba la jaula de Pidwidgeon. Una manga de la horrible túnica de segunda mano de Ron colgaba de ella. Ron trató de ocultarlo, pero Malfoy rápidamente tiró de la manga antes de que pudiera. —Mira esto,—Malfoy levantó la túnica y se la mostró a Crabbe y Goyle. —Weasley, no estabas pensando en usar esto, ¿verdad? Quiero decir, estos estaban muy de moda en 1890 ...

—Cállate Malfoy,—dijo Ron avergonzado mientras rápidamente tomaba la túnica.

—Entonces ... ¿vas a entrar, Weasley? ¿Vas a tratar de darle un poco de gloria al apellido? También hay dinero involucrado, ya sabes. Podrías pagar algunas batas decentes si ganaras. —Realmente estaba poniendo a prueba la paciencia de Faith con cada palabra insultante que salía de su boca.

—¿De qué estás hablando?—Preguntó Ron enojado.

—¿Vas a entrar?" Repitió Malfoy. —¿Supongo que lo harás, Potter? Nunca pierdes la oportunidad de lucirse, ¿verdad?

—O explica de qué estás hablando o vete, Malfoy—, espetó Hermione antes de que Faith pudiera mirar su libro.

—¿No me digan que no lo saben?—Los ojos de Malfoy brillaron cuando una sonrisa divertida se extendió por su rostro. —¿Tienes un padre y un hermano en el Ministerio y ni siquiera lo sabes? Dios mío, mi padre me lo contó hace mucho tiempo ... lo escuché de Cornelius Fudge. Pero bueno, mi padre siempre está asociado con el personas importantes en el Ministerio. Tal vez tu padre sea demasiado joven para saberlo, Weasley. Sí, probablemente no hablan de cosas importantes frente a él .

Y ahí fue cuando exploto.

—Mira, Malfoy, no nos importa la posición de tu padre en el Ministerio, así que ¿podrías dejar de insultar a Ron y a su familia por una vez?— Faith se había levantado de su asiento y había caminado unos pasos hacia el rubio Slytherin. Parecía un poco intimidado por la repentina chica luchadora, pero se arregló inmediatamente después.

—Wow, Diggory, nunca te había escuchado decir tanto,—tenía una sonrisa en su rostro mientras los demás la miraban estupefactos. —La chica tranquila decidió defender al chico Weasley, ¿no es dulce?—Malfoy se burló de Faith y ella entrecerró los ojos.

—El hecho de que sea callada no significa que no tenga nada que decir —,dijo Faith mientras se recostaba en su asiento. Malfoy tomó eso como la señal para irse, así que ahora estaba en silencio en el compartimiento.

—Wow, Faith, fuiste increíble,—Seamus rompió el silencio, impresionado por su compañera de Gryffindor.

—Se lo merecía, el bastardo— dijo Ron de mal humor.

—No dejes que te afecte, puede irse al infierno—,le dijo Hermione a Ron, quien se puso de pie, listo para sacar el vidrio de su marco.

El mal humor de Ron y Faith continuó durante el resto del viaje. No hablaron cuando se pusieron sus túnicas escolares y cuando el tren comenzó a perder velocidad, lo que significa que están casi en Hogwarts. Momentos después se subieron a uno de los carruajes sin caballos y se dirigieron hacia el castillo.