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🎄

Vio con atención a los elfos que se movían por el pueblo con tranquilidad, algunos de ellos deteniéndose para darle una pequeña reverencia, reverencias que tenía que aceptar con toda la molestia de sentir su espalda adolorida por tanto doblez.

Como el elfo responsable que era, no podía dejar de lado el pueblo, mucho menos ahora que él era el encargado de todo y no era simplemente el líder de la tropa. Por lo que debía mantenerse algunas horas en el lugar, revisar que todo estuviera en orden, para después poder ir de vuelta a la cuidad.

En esa ocasión Yoongi lo había acompañado, ya que debía tomar algunas de sus cosas en su casa y llevarlas al departamento de los más humanos del grupo. Se sentían un poco raros al no poder llamarlos humanos en su totalidad, pero debían acostumbrarse a la nueva realidad.

―Jungkook.

La voz de Namjoon hizo que despegara la vista del suelo, concentrándose en su mayor, quien lo miraba con una pequeña mueca de desconfianza.

―No creo que sea buena idea que vayamos, no lo sé―el elfo rodó los ojos con disimulo, ya que la actitud de anciano que Namjoon estaba llevando no le gustaba, si era sincero.

Namjoon y Jin siempre habían sido los que más cómodos se habían sentido con su vida en el bosque, al contrario que Jungkook y Yoongi, quienes habían tenido pésimas experiencias y encontraban reconfortante el mantenerse con los humanos. Por ese mismo motivo, Namjoon era más desconfiado en dejar el bosque solo, solo en el sentido de aquellos que realmente puedan protegerlo, independientemente de que la protección más fuerte del bosque haya sido restablecida.

Namjoon y Jin sentían ese lugar como su hogar, por lo que todo lo negativo que pasara en este, era algo que les importaba mucho.

Y no es que no les gustara ir a ver a los humanos, después de todo se habían vuelto sus amigos, pero no lo hacían con tanta regularidad por todo lo que aquello implicaba. Siendo que Namjoon tenía deberes que cumplir en el bosque y Jin en el fondo del mar.

Sin embargo, ese día Jungkook y Yoongi les ofrecieron ir al departamento para celebrar la Navidad, algo que realmente no existía en el bosque, pero que podría ser una bonita y nueva experiencia. El hechicero había estado bastante necio ante la idea, ya que eso implicaría que volvieran al bosque muy tarde por la noche o al día siguiente y ninguna de las opciones le gustaba.

Pero como todos en el mundo, Namjoon tenía una debilidad y esa debilidad se encontraba haciendo una pequeña maleta para poder partir lo antes posible a la ciudad y conocer aquello que llamaban Navidad.

Además, Jungkook le había hablado de las luces y esferas. Jin quería ver eso.

―Dile eso a Jin hyung, quien ya está listo para partir―el elfo miró hacia atrás, en donde a penas podría verse la casa del hechicero, pero estaba seguro de que el tritón tenía todas sus cosas preparadas para ir. ―Hyung, entiendo que seas protector con Jin hyung, yo también lo soy. Pero no hay nada que temer, pueden venir completamente seguros.

Namjoon suspiró, pensando en que tal vez estaba siendo muy exagerado y que no debía tomarse todo tan en serio, pero era algo natural en él, en especial al tener una pareja tan extrovertida como lo era su tritón.

―Está bien, llegaremos a la hora que nos indicaste, por favor mantén un balde con agua para Jin, por cualquier incidente en medio de la comida―Jungkook asintió. ―A veces se tira el agua o jugo encima, es algo torpe con las manos. Y con los pies ni se diga, se ha caído muchas veces y termina empapándose.

El menor rio con ternura al pensarlo, sabiendo que, aunque el mayor ya tuviera varios meses con sus piernas, aquel tiempo no podía reemplazar fácilmente a más de veintiséis años con cola. Por lo que lo compendia, de cierta forma.

―No te preocupes, cualquier cosa tenemos la bañera de Jimin y Taehyungie, así que Jin hyung no correrá peligro.

Namjoon suspiró más tranquilo, colocándose al lado de Jungkook para ver al pueblo de los elfos.

―Ahora tienes más responsabilidades ¿Lo sabes? ―habló en tono bajo, no queriendo que se escuchara como un regaño, sino, como una observación. ―Este pueblo depende de ti.

El menor asintió sin inmutarse demasiado, ya que no era algo que no hubiera pensado anteriormente, se había organizado con el resto de sus hermanos para poder dirigir el pueblo como debía ser.

―Daré lo mejor de mí...―Namjoon asintió, no dudando de ello. ―Pero si quiero dar lo mejor de mí, no puedo mantenerme aquí siempre.

El hechicero lograba comprender, de cierta forma, lo que ellos sentían. No sabría qué hacer si Jin fuera una especie prohibida o un humano también.

―Lo sé, tanto Yoongi como tú no pertenecen aquí más. Encontraron un lugar en donde pueden ser ustedes mismos y eso no es malo, solamente les recuerdo que aquí siguen teniendo responsabilidades, tristemente. En especial ahora, en donde las cosas comienzan a retomar su normalidad.

Jungkook a veces sentía que Jin y Namjoon eran sus padres y ahora que técnicamente era huérfano, lo sentía con mayor fuerza. Dos padres sobreprotectores, pero amorosos.

―Ahora que nombras a Yoongi hyung ¿Dónde está?

Jungkook sabía que el hada iría por sus cosas a su casa, pero no pensó que se tardaría tanto, ya que habían pasado varias horas desde que comenzó a hacer guardia hasta ese momento, por lo que su ausencia fue más extraña.

―Fue a buscar a Suran, para invitarla a la Navidad―Jungkook hizo un sonido al comprender, asintiendo satisfecho. ―Y ahora que nombramos a Suran, no la he visto desde que fue a casa de Yoongi y regresó al bosque con una enorme sonrisa. Pero Yoongi me dijo que habían discutido ese día, así que no sé por qué ella venía tan feliz.

Jungkook recordó que ese día el humano de cabello naranja se había llevado a Suran, pero estaba seguro de que si le decía aquello a Namjoon, el moreno lo molería a palos por dejar que Suran se fuera sola con un humano de no tanta confianza, por lo que se guardó la información.

―Sabes que Suran Noona es muy alegre, de seguro intentó no tomarse muy en serio la pelea.

Namjoon aceptó la teoría sin pensarlo demasiado, ya que tenía sentido para él.

Mientras esperaba a que Yoongi se apareciera, Jungkook pensó que sería buena idea el hablar un poco con los elfos de la tropa, por lo que decidió ir.

―Hyung, iré a hablar con la tropa. Nos vemos por la noche.

―Nos vemos, por favor cuídate.

Yoongi sonrió cuando se encontró con las mismas orugas que siempre invadían su hogar, bueno, el que era su hogar antes de conocer a los humanos. Las desgraciadas tenían todas las plantas de la entrada agujereadas, mostrando que tenían tremendo banquete sin la presencia del hada el en lugar.

―No se asusten, no les diré nada ni las amenazaré con dejarlas en la otra punta del bosque―habló con las orugas, las cuales se habían asustado por su presencia. ―Ya no me interesa que se las coman, son todas suyas.

Las pequeñas orugas, alegres por la noticia, siguieron comiendo las plantas de la entrada, totalmente agradecidas con el hada por no echarlas.

Yoongi sonrió pequeño y guardó algunos materiales que podía utilizar ante una emergencia, ya que su traje de hojas estaba bastante gastado y debía hacer más, por si debía regresar al bosque de emergencia.

―Por cierto ¿Saben si la hada Suran ha estado por aquí el día de hoy? ―preguntó mientras giraba sobre su lugar, quedando de frente a las orugas. ― ¿Sí? ¿Hace mucho tiempo?

Las orugas miraron al hada, dándole una respuesta antes de continuar con su comida.

―Oh comprendo, entonces no creo que esté muy lejos de aquí. Gracias.

Terminó de guardar las cosas en su maleta y apagó la vela que daba ligera luz en la habitación, ya que no era totalmente necesaria, siendo que el sol daba la luz suficiente. Salió de la casa y cerró la puerta tras su espalda, sonriendo incómodo cuando algunas hadas que volaban por el lugar lo miraban atentamente.

― ¿Se les perdió alguna mierda por aquí? Digo, si tanto miran es porque algo necesitan―habló con tono duro y sarcástico, haciendo que las hadas se espantaran y volaran lejos. ―Ugh, hadas imbéciles.

Sacudió la cabeza en molestia, terminando de cerrar la puerta de su casa para poder irse una vez por todas. Pero antes de ir en busca de Suran, debía firmar la asistencia que controlaba su presencia mensual en el bosque.

Sinceramente estaba bastante asqueado de toda esa mierda y control que la hada mayor ejercía sobre él, pero no es como que pudiera hacer algo al respecto.

Emprendió vuelo hasta el árbol central, lugar que no había visitado en un buen tiempo, por lo que tendría que inventarse una buena excusa para justificar su falta el mes anterior. Había estado en el bosque, pero haciendo cosas más importantes que registrar su presencia.

Cuando llegó, la misma hada regordeta de siempre se sorprendió al verlo, moviéndose rápidamente para dejarlo entrar.

― ¡Hada Min Yoongi! Qué bueno verlo por aquí―Yoongi se ahorró el rodar los ojos, dando una sonrisa falsa, no esforzándose tanto en hacerla ver realista.

―Sí, vengo a firmar el registro mensual―dijo sin ganas, sintiéndose bastante agobiado de todas las miradas y cuchicheos sobre él, las otras hadas del árbol no siendo nada disimuladas. ―Tengo que irme, así que apreciaría que todo fuera más rápido.

― ¡Oh! ―la hada asintió, estirando las alas. ―Vengo en un momento, espere aquí.

Cuando la mayor salió volando hasta el área en donde el hada mayor se mantenía, Yoongi pudo respirar un poco mejor. Claro que nadie había dejado de verlo o hablar de él, pero entre más rápido terminara con el papeleo, más rápido podría irse con Suran.

Se había sentido muy triste al saber que había lastimado a Suran, quien había sido su única amiga en muchos años y no quería que su mejor amiga se enojara por siempre con él, por lo que quería buscarla para resolver las cosas e invitarla a la Navidad.

―Hada Yoongi, la hada mayor puede atenderlo ahora―la mujer regordeta le sonrío.

―Gracias.

Avanzó hasta la zona de el hada mayor y se asomó para ver si ella estaba ahí, viendo que sí, estaba sentada en su silla con las manos sobre su cabeza. Se sintió algo extraño al verla de esa forma, pero no le importó realmente.

― ¿Dónde está el papel? ―preguntó brusco mientras entraba, haciendo que la hada mayor se asustara por el tono, mirando a Yoongi de una forma que el mayor no sabía explicar, bastante incómodo, a su parecer.

―S-Sí, aquí está―la hada le tendió el papel en su escritorio, tendiéndole también una pluma y tinta.

Yoongi dejó su maleta en el suelo y se puso a rellenar la información del mes anterior y el actual, bufando molesto al ver tanta información inútil que tenía que completar por ser diferente a las demás hadas.

― ¿C-Cómo se ha sentido en los últimos días en el bosque? Vi que estuvo rondando por el bosque con el hechicero y el nuevo rey de los elfos―Yoongi detuvo su mano cuando escuchó la pregunta, no comprendiendo realmente por qué el repentino interés.

―Bueno, digamos que normal, dentro de lo que cabe―se mantuvo atento a las acciones de la mayor, mientras firmaba. ―No es como que me haga sentir cómodo el que me ataquen por intentar proteger este lugar.

La hada mayor tragó duro ante la acusación, sintiendo completamente que esa indirecta era para ella.

―Lamento mucho lo que dije, no debí hacerlo―Yoongi terminó de firmar y levantó la vista con mayor confusión, cruzándose de brazos.

― ¿Por qué de la nada se muestra arrepentida? Tomando en cuenta que días atrás me atacó sin ningún tipo de consideración―la mayor se notó realmente avergonzada, lo que hizo que Yoongi no comprendiera absolutamente nada. ―No es por nada, pero no es algo normal.

La mujer se acomodó sobre su asiento, apretando los labios.

―Yo, me equivoqué con usted y estoy arrepentida, de verdad lo lamento―el pálido tomó su maleta lentamente, sintiéndose muy desconfiado. ―E-Espere...

―No voy a quedarme en este bosque, no me importa las palabras falsas que use para intentarlo. Déjeme en paz.

Yoongi no dejó que la mujer dijera algo más y salió de la oficina, volando rápidamente para poder salir del árbol central.

Durante el vuelo volvió a su tamaño humano, respirando hondo para poder tranquilizarse ante los nervios que el momento tenso le había dado. No le gustaba sentirse de esa forma y realmente el bosque era algo que le provocaba todos esos sentimientos agobiantes.

Intentó olvidar lo que había pasado, buscando con la vista a Suran, quien era bastante fácil de localizar. Tuvo que volar por varios minutos, ya que no lograba encontrarla por ningún lado, pero tiempo después pudo verla en la zona de las ardillas bebés.

Comenzó a descender cerca de la zona en donde las ardillas bebés esperaban para ser alimentadas, por lo que intentó no caer demasiado brusco para no asustarlas. Cuando aterrizó, se acercó con bastante vergüenza a Suran, temiendo que la chica estuviera bastante molesta con él.

―Suran...

La chica castaña despegó la vista de la ardilla mamá, soltando la nuez para que ella pudiera tomarla por completo y acercarse a Yoongi.

Totalmente contraria a la reacción que Yoongi esperaba, Suran no lo miró con odio o le escupió en la cara por ser malo. La chica se lanzó sobre él y lo abrazó con una enorme sonrisa, como lo hacía hace tiempo atrás.

― ¡Yoongi! ¡Me alegra mucho verte! ―Suran chilló emocionada, apretando al hada con todas sus fuerzas, casi asfixiándolo.

El mayor separó ligeramente a la chica, notando que estaba siendo sincera con su emoción y no estaba fingiendo para después ahorcarlo.

― ¿No estás molesta conmigo?

― ¡Claro que no! ―dijo muy feliz, dejando libre al hada mientas sonreía enormemente. ―No me malentiendas, claro que me sentó mal el cómo me trataste, pero creo que tu desprecio de ese momento me dejó conocer a una de las mejores cosas de mi aburrida vida.

Yoongi sentía que su cabeza era un coco vacío, ya que no comprendía nada de lo que estaba pasando ese día.

―Uh ¿Me perdonas por hablarte mal? Pensé que estabas muy molesta conmigo―Suran sonrió ante la sinceridad de las palabras de Yoongi, dándole un pequeño beso en la mejilla.

―He sido tu amiga desde que salí de mi botón y no es la primera vez que tienes un ataque de molestia conmigo, así que no te preocupes, sé que siempre serás sincero con tus disculpas y sonrojos bobos―Yoongi sintió sus mejillas rojas, hace mucho tiempo que no recibía un beso de su mejor amiga. ―Además, gracias a eso pude conocer mejor a Hobi Hobi, el chico de pelo naranja.

Yoongi eliminó su sonrisa de golpe, mirando a la chica con los ojos bien abiertos en desconcierto.

― ¿Cómo que conocer mejor al chico pelinaranja? ¿Te has estado viendo con él? ―Suran sonrió enormemente, sus alas agitándose con velocidad inconscientemente.

―Síp y eso ha logrado que mi vida no sea tan patética y aburrida―dijo sin poder dejar de sonreír, dándole otra nuez a la madre de las ardillas. ―Hobi es muy divertido y amable, me ha enseñado mucho de la cuidad y salimos casi todos los días.

Yoongi sintió casi lo mismo que sentía cuando Jungkook andaba sin camiseta frente a Jimin, pero de forma diferente, como si quisiera proteger a Suran.

― ¿Él no te ha dañado o te ha hecho cosas que no quieres?

Suran negó rápidamente.

―Hobi es muy lindo, jamás ha hecho nada malo. También estoy aprendiendo a tejer, porque él sabe hacerlo―Suran buscó en el bolsillo de su ropa, sacando un pequeño gato de lana esponjosa. ―Mira, te hice este gatito.

Yoongi sintió su corazón ablandarse por el pequeño gatito que Suran le había hecho, siendo idéntico a Suga.

―Muchas gracias, te quedó muy bonito―Yoongi se acercó a Suran para apretarla nuevamente en un abrazo, haciendo que esta vez, la hada quedara en completa sorpresa. ―Ven conmigo a celebrar Navidad en el departamento de los chicos, Namjoon y Jin hyung también irán.

― ¿Qué es Navidad? ―preguntó con una sonrisa, bastante feliz por salir a celebrar algo.

―Es una fiesta muy bonita, hay luces, un árbol de mentiras con esferas y pavo. Pero el pavo muerto para comer, no un pavo vivo―Suran inclinó ligeramente la cabeza, pero no eliminó su sonrisa.

― ¿Qué es pavo?

―Es un animal que se come en Navidad, pero no hay pavos en el bosque, son de otro lugar ¿Quieres venir? ―Yoongi sonrió cuando una ardilla bebé se pegó a su pierna, tomándola para darle algunas caricias.

― ¡Sí quiero! Iré junto a Namjoon y Jin, les diré que me avisen. Igualmente Hobi vendrá hoy, así que le diré que vayamos todos.

Yoongi intentó no mostrarse protector y asintió.

―Muy bien, le diré a Jiminie que vendrán todos y así celebramos Navidad.

Yoongi se sintió más tranquilo al saber que su actitud no había sido perjudicial en su amistad con Suran, listo para poder celebrar la Navidad sin preocupaciones.

Aunque los comportamientos de la hada mayor era algo que no ignoraría totalmente.

Jimin tomó su chaqueta del armario, colocándosela para poder salir y no morir por el frío en el intento. Estaba pensando en si debía salir a comprar algunos regalos, pero no estaba del todo seguro, ya que sería algo incómodo entregar regalos cuando habría otras personas, algunas que no estaba seguro si llegarían o no.

Pero quería comprar algunas cositas, por lo que pensó que sería buena idea el salir.

Yoongi y Jungkook habían regresado al departamento y ambos habían estado al pendiente de Taehyung y cómo cocinaba el pavo. El pavo vivo que Jungkook había llevado fue regresado a la pequeña granja de donde la habían conseguido, todos llegando al supermercado para comprar el que sí era.

La chica de los quesos rio al ver que los chicos que la habían ayudado a conseguir su bono navideño, habían regresado por un pavo crudo, esa vez. En ese momento se acercó a ellos para comentarles lo que había sucedido y también comentó del hermoso acto de Yoongi, haciendo que Jimin lo abrazara en ternura.

Ahora tenían queso para todo el año, pero la intención de Yoongi había sido lo importante.

Así que quería complementar la Navidad con los regalos, aún cuando los seres no les darían nada. Eso no les importaba, realmente. Ya era veinticuatro de diciembre, así que no estaba seguro de cómo estarían las tiendas en ese momento.

―Taehyungie ¿Puedes venir? ―el pelinegro dejó de ver el pavo, mirando hacia su mejor amigo, quien se mantenía en el marco de la puerta de la cocina.

Jungkook y Yoongi los miraron, ya que habían estado pendientes de la cocina.

―Claro, espera.

Taehyung se quitó los guantes y se acercó a su mejor amigo, no comprendiendo por qué tanta discreción.

―No tenemos regalos para los chicos y realmente no creo que las tiendas estén precisamente vacías―Taehyung levantó ambas cejas.

―Yo sí compré los regalos, los compré hace unos días―Jimin eliminó la pequeña sonrisa, sintiéndose culpable por ser el único que no los había comprado. ―No dije nada porque pensé que ya los tenías.

Jimin dirigió la vista al árbol, notando que abajo tenía unos paquetes envueltos de forma extraña, lo que le hizo fruncir el ceño, ya que Taehyung era muy cuidadoso y perfeccionista con las envolturas.

― ¿Esos regalos son tuyos? ―preguntó, haciendo que Taehyung se extrañara también.

―No, los iba a poner cuando terminara con el pavo.

Ambos se acercaron al árbol, notando que los regalos sí, estaban envueltos con papel de regalo, solo que de una forma bastante descuidada y con la cinta adhesiva envolviendo extrañamente todos los regalos. Eran doce regalos, algunos más pequeños que otros.

―No los había visto, hasta ahora.

En ese momento, Jungkook y Yoongi se asomaron por la cocina, ambos sonriendo mientras veían los regalos que habían dejado.

― ¿Ustedes dejaron esos regalos? ―preguntó Jimin, haciendo que ambos seres salieran de su escondite y se acercaran.

―Sí, los conseguimos hace unos días―dijo Jungkook. ―Vimos en las películas navideñas que se dan regalos, entonces con Yoongi hyung salimos a comprar cosas, tuve que traer más oro del bosque, pero fue bastante fácil.

Jimin apretó los labios al ser el único que no tenía nada, pero realmente se le había escapado el detalle y sabía que ir en esos momentos a las tiendas era un intento de suicidio.

― ¿Tú compraste tus regalos, Taehyungie? ―preguntó Jungkook, bastante ilusionado de escuchar la respuesta.

―Sí, los pondré en un momento, cuando dejemos reposar el pavo.

― ¿Y tú, Jiminie?

El castaño se mordió el labio con vergüenza, negando suave con la cabeza.

―Se me olvidó comprarlos, lo lamento―ambos seres se miraron entre ellos, pero no parecían estar molestos.

―Oh, no pasa nada, traemos regalos para ti y así puedes tener Navidad―Jimin se sintió más culpable por esas palabras, haciendo un pequeño puchero.

―No te preocupes, si de verdad quieres darlos puedes hacerlo después de Navidad, en donde no te maten por comprar algo en oferta―Los demás asintieron, totalmente de acuerdo.

―Además, en la película del Grinch decía que los regalos no son lo más importante, así que no te preocupes, novio―Yoongi tomó la mano de Jimin, entrelazando sus dedos para darle algo de confort. ―Puede ser después.

Taehyung sonrió y caminó hacia atrás, tomando de la muñeca al elfo para poder darle privacidad a la parejita, no queriendo que su momento cursi se arruinara por sentir el olor a pavo crudo que sus manos tenían.

Era bueno arruinando momentos, pero no para tanto.

Yoongi tomó la mano de Jimin para dirigirlo nuevamente al árbol, señalando uno de los regalos que tenía papel rojo con muñecos de Santa.

―Busqué en tu Ipan-Ipad cómo envolver los regalos, ya que no sabíamos. No nos quedaron muy bonitos, pero al menos están como en las películas―Jimin sonrió, sintiendo cómo el hada colocaba una de sus manos sobre su cintura. ―Jungkook se cortó con las tijeras, no sé cómo, pero se hirió al decorar. Igualmente se curó rápido. No entiendo cómo un elfo experto en armas y torturas pudo herirse con unas tijeras con forma de elefante.

― ¿Se lastimó con las tijeras para niños? ―preguntó Jimin con gracia, el hada asintiendo.

―Es un tonto. Yo le dije que la colocara bien en sus dedos, pero como es pequeña, no podía colocarla bien. Al final tuve que hacerlo yo y él se encargó de la cinta con pegamento.

Jimin sonrió enternecido, dejando un beso en los labios del más alto, colocando ambas manos sobre sus hombros.

― ¿A quiénes invitaron? Veo que hay más regalos―y es que había doce en total, imaginaba que eran seis de cada uno.

―Oh, cuando fui al bosque esta mañana busqué a Suran para invitarla y ella me dijo que había estado saliendo con Hoseok, así que lo invitará. Su regalo lo compré hoy y no sé si le gustará, pero ahí está―Jimin no se sorprendió por aquella información, porque su amigo le había comentado que estaba saliendo con Suran, como amigos. Pero no se lo contó a Yoongi por lo protector que es.

― ¿Jungkook también le compró regalo?

―Sí, al inicio no quería comprarle nada, pero cuando le dije que iba a ir acompañado de Suran y que ambos estaban en plan de cortejo, cambió de actitud y le compró un regalo.

Jimin soltó una carcajada, sabiendo que el elfo rabioso era celoso.

―Bueno, terminemos de arreglar las cosas para la cena.

Yoongi asintió y dejó un casto beso en los labios del más bajo, alejándose para poder seguir viendo cómo Taehyung cocinaba el pavo.

Jimin decidió ir a la cocina con Yoongi, ambos tomándose de las manos para poder entrar a la cocina.

Lo que definitivamente no se esperaban, era ver a Jungkook apretando las mejillas de Taehyung mientras lo besaba.

Jimin y Yoongi abrieron los ojos y la boca con sorpresa, en especial porque el hada ahora conocía la importancia de hacer el beso y con quiénes puede hacerlo. Jimin, en cambio, estaba totalmente en shock, ya que definitivamente no se lo esperaba en absoluto, mucho menos del inocente Jungkook.

Cuando ambos se separaron, Taehyung se mantenía en completa sorpresa, sus ojos bien abiertos y un enorme sonrojo adornando su rostro. Jungkook miró hacia atrás, notando la presencia de Yoongi y Jimin.

― ¡Hyung! Hice lo que vimos en la película con la plantita verde―el elfo señaló al techo de la cocina, en donde, en medio de la distracción de los regalos, colocó para poder hacer el beso con Taehyung. ―Hicimos el beso, funcionó como en la película.

Jimin vio el muérdago que decoraba el techo, aguantando una carcajada cuando salió de su sorpresa inicial por la escena.

―Creo que es mejor el dejarlos solos un momento, vamos―Jimin tiró de la mano de Yoongi, para que ambos pudieran irse a la habitación y dejaran al par con sus asuntos, ya que definitivamente algo debía suceder ahí.

Jimin comenzó a reír cuando llegó a su habitación, apretando su estomago al recordar la cara que tenía su mejor amigo.

Su primer beso y lo daba con sus manos apestando a pavo crudo.

Jimin aceptó el fuerte abrazo que Jin le había dado al llegar al departamento, sintiendo como si no se hubieran visto en meses, cuando habían sido solamente algunos días. Suran también le dio un enorme abrazo, agradecida por ser invitada a la Navidad.

Las cosas habían estado un poco silenciosas después del beso del elfo y el pelinegro, Jimin no queriendo cuchichear en esos momentos, sino cuando estuvieran solos. Igualmente ambos se mostraban tranquilos, no era un ambiente tenso.

Jimin sabía que a Taehyung le gustaba Jungkook, así que no creía que las cosas hubieran salido mal.

― ¡Quiero probar pavo, por favor! ―gritó Suran mientras se sentaba en una de las sillas del comedor, manteniendo al pelinaranja cerca. ―Hobi ¿Tú quieres pavo?

―Sí, sé que Taehyung cocina muy bien, así que estoy ansioso.

Taehyung había colocado los regalos debajo del árbol y sorpresivamente, Hoseok había llevado algunos, solo que para sus amigos, el hada y elfo. Ya que no sabía de la presencia de los demás.

―Aquí está el pavo―caminaba Taehyung con la bandeja, siguiéndolo por detrás el elfo, quien llevaba los cubiertos y servilletas. ―Espero que les guste, me disculpo de antemano si presentan alguna intoxicación, di lo mejor de mí.

Todos agradecieron por la comida y comenzaron a servirse en sus platos, los seres mágicos manteniéndose algo escépticos con el pavo, ya que ellos no solían comer animales.

― ¿Por qué el animal muerto ahora huele rico? ―preguntó un poco extrañado Yoongi, notando que era totalmente diferente que al inicio, aún cuando había visto todo el proceso.

―Porque se cocina y la carne sabe bien, también se le ponen salsas y otras cosas ricas. Hyung, tú viste el proceso―dijo Jimin con una sonrisa, cortando un pedazo de pavo para darle al mayor. ―Prueba.

Yoongi abrió la boca y aceptó el bocado, masticando con una pequeña mueca, la que cambió a una sonrisa cuando el sabor fue de su gusto.

―Sabe rico, ahora entiendo por qué comen animales, pero aún es un poco raro.

Suran probó igualmente el pavo, sintiéndose un poco extraña.

― ¿También comen ardillas o ranas? ―preguntó con un poquito de tristeza, pero no tanta, porque sabía que existía la cadena alimenticia.

―No, bueno, hay poca gente que come ese tipo de animales, pero no es tan común―dijo Taehyung algo asqueado al pensar en comer rana, tomando una servilleta para limpiar la boca del elfo, quien tenía salsa del pavo. ―Pero este es más común, así que no te preocupes, no lleva rana.

Suran asintió y siguió comiendo más tranquila.

Namjoon y Jungkook estaban un poco más acostumbrados a comer carne, en el caso del elfo no era tan común y cuando lo comía, se lo preparaban. Namjoon ya tenía experiencia completa.

Jin solía comer algunos pescados, pero no otros animales. Se escuchaba como canibalismo, pero no era lo mismo.

La cena terminó exitosamente, Jungkook ofreciendo galletas de koala al terminar, ya que Yoongi le había contado a Taehyung sobre su secreto y ahora no podía comerlas siendo tramposo.

Yoongi, Taehyung y Jungkook le entregaron sus regalos a Suran, Hoseok, Jin y Namjoon, ya que ellos debían irse temprano y no podían abrirlos en el momento. Agradecieron por la cena y Hoseok avisó que dejaba los regalos de su parte.

Ambos seres estaban bastante emocionados por abrir los regalos, así que no pudieron esperar a que fuera más tarde. Ya era veinticinco de diciembre, así que no romperían la tradición.

―Primero abran sus regalos, queremos saber si logramos adivinar qué les gustaría o debemos usar el papel que el señor de la tienda nos dijo para devolver las cosas―dijo Jungkook mientras se dejaba caer junto al árbol, tomando los dos regalos que eran para los mayormente humanos.

Le dio uno a Jimin y otro a Taehyung.

Jimin comenzó a abrir el regalo, notando que era bastante blandito, como si fuera ropa. Cuando lo abrió notó que tenía razón, siendo varias sudaderas las que estaban apiladas. Estiró las sudaderas y sonrió ante los diseños de estas, siendo totalmente de su gusto.

―Muchas gracias, Jungkook. Me gustan mucho―el elfo sonrió satisfecho, pero si era sincero, la aprobación que esperaba era la del pelinegro. ― ¿Cómo sabías la talla que uso?

―Yoongi hyung me la dijo, recordó el numerito molesto que está en todas tus sudaderas.

Yoongi asintió, orgulloso de saber cosas de Jimin, siendo un buen novio.

Taehyung abrió su regalo, el cual era más pequeño que el de Jimin, notando que era una larga cajita negra de terciopelo. Cuando la abrió, había tres pares de aretes con joyas hermosas, haciendo que el pelinegro se atragantara con su saliva al verlas.

―Las hice yo...―comentó con algo de inseguridad el elfo, notándose un poco triste por la reacción de Taehyung. ―Sé que no me quedaron tan bonitos, puedo decirle al joyero del pueblo que los haga mejor.

Taehyung negó rápidamente mientras tocía, acercándose al elfo.

― ¡Están hermosos! Es solo que no estoy acostumbrado a regalos tan costosos, pero no debes cambiarlos, gracias Jungkookie―el elfo sintió sus mejillas sonrojarse cuando el mayor lo abrazó, más tranquilo con la reacción ante su regalo.

―En mi raza se regalan joyas a la pareja de cortejo, no sabía que aquí era diferente, discúlpame.

Taehyung volvió a negar, colocándose uno de los pares de aretes, los cuales tenían una joya roja en cada uno.

Le recordó a cuando tenía el pelo rojo, mirándose en su celular.

―Te quedan muy bien, Taehyungie. Yo le dije a Jungkook que te gustarían, pero es tonto y terco y no me creía―dijo Yoongi mientras rodaba los ojos. ―Bien, es hora de los regalos de Jiminie. Después pueden darse sus regalos.

Yoongi les tendió los regalos a ambos, también bastante emocionado con la reacción, en especial la de su novio.

Taehyung abrió el paquete, notando que era una funda para celular de Gucci que había estado deseando durante meses. Abrió los ojos de golpe y jadeó.

―Vi que tenías la foto de eso en tu celular y cuando estábamos de compras lo vi en una tienda, así que te lo traje―Taehyung chilló y se lo colocó rápidamente a su celular.

― ¡Muchas gracias! Ahora mis regalos se verán como una basura.

Yoongi negó, feliz.

―Ahora el tuyo, Jiminie.

El menor asintió ansioso y rompió el papel de regalo, notando que, al igual que Taehyung, era una cajita de color negro y terciopelo.

Abrió la cajita y vio una gargantilla de oro, siendo una estrella gordita la que decoraba como dije.

―Abre la estrellita―murmuró Yoongi, haciendo que Jimin notara que había un pequeño broche para abrirla.

Cuando la abrió, vio una foto de él de pequeño, abrazando a su padre con una enrome sonrisa con dientes faltantes.

―Cuando le llevé su celular a tu madre, le conté que quería darte un regalo y vimos esa idea. Me dio una de las fotos que tenías con tu padre y en la tienda la duplicaron e hicieron pequeña para que quedara en la estrella, espero que te guste.

Jimin acarició la pequeña foto que se encontraba en la gargantilla, sintiendo un nudo en su garganta, las pequeñas lágrimas decorando sus ojos. Se arrastró cerca del hada y pasó sus brazos por los hombros del mayor, dándole un abrazo de costado.

―Muchas gracias, novio. Claro que me gusta.

Los regalos fueron entregados después de que Jimin logró recuperarse y el hada le colocó la gargantilla, quedando un poco más arriba del collar que Yoongi le hizo. Viéndose muy bonito.

Jungkook recibió un enorme paquete con muchas leches de plátano, cosa que le había fascinado y jamás había encontrado en la tienda, Yoongi recibió una guitarra de parte de Jimin, ya que el mayor había estado bastante encantado con la música de aquel instrumento y así podría aprender en línea.

Y es que los regalos no fueron realmente la parte importante de la Navidad, sino las intenciones y buenos deseos que el otro le deseaba al contrario. Para los seres, ese era el punto de la celebración y todo había sido perfecto en su primera experiencia.

Definitivamente habían amado la Navidad y esperaban poder celebrar muchas más fiestas humanas en el futuro.

Yoongi y Jungkook cuando les dijeron que era pavo muerto y no uno vivo:

¡Hola! 👀♥️

No se me espooonjen, porque el besito tendrá su explicación y también todo lo que pasó después ALSKDJAS

Esta vez no me pueden decir que se esperaban el beso, porque serían personitas mentirosas 😂

A veces no logro comprender cómo pasamos de tener 10 comentarios en un capítulo después de una semana de su publicación, a tener 500 en dos días. Se los agradezco muchísimo😭

Espero que este pequeño especial les haya gustado, intenté hacerlo para mejorar, aunque sea un poquito, la Navidad de aquellas personas que no la pasan tan bien, espero haber sido de ayuda♥️

Les doy mis mejores deseos, cuídense mucho y espero que las cosas mejoren para todos♥️

¡Nos leemos prontooooo!

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