🌻36🌻
🍀
Colocó una mano sobre su pecho cuando sintió su corazón bombardear como loco, pensando en que probablemente este saldría disparado de su cuerpo para huir de la extraña situación que había podido observar.
Dio un pequeño vistazo a la habitación en la cual se había encerrado ante su pánico, viendo que todo estaba igual a como lo había dejado después de su ducha, indicando que no era un mal sueño o producto de un desmayo que él desconociera.
Tragó duro y con su mano libre pellizcó la piel de su brazo, intentando comprobar de todas las formas posibles que eso en verdad estaba pasando.
Cuando sintió el pequeño, pero molesto dolor en su brazo, la preocupación de que se estuviera volviendo loco se apoderó de su cuerpo de golpe, como una avalancha de nieve.
Apoyado en la puerta comenzó a deslizarse lentamente, cayendo de golpe al culo en el suelo.
Jimin no estaba seguro de qué es lo que había presenciado, no había estado el tiempo necesario como para analizar la situación, pero estaba seguro de que no era nada normal. No al menos para la humana que supuestamente era su madre.
Había algo, Jimin vio cómo su madre comenzaba a crear algo entre las palmas de sus manos y claramente eso no era algo que cualquier humano pudiera realizar.
Consideró que tal vez era Yoongi quien colocaba su magia sobre su madre, pero más preguntas sin respuestas concretas aparecían. Nada tenía real sentido para él.
―Jiminie...
La voz del hada hizo que se sobresaltara, colocándole rápidamente seguro a la puerta, para que Yoongi no pudiera abrir. Aunque bueno, si se consideraban las posibilidades, Yoongi podía tirar la puerta con mucha facilidad e incluso entrar por el espacio que quedaba debajo de esta, pero esperaba que al notar que estaba encerrado con seguro, respetara su petición silenciosa de privacidad.
No es que no quisiera hablar con Yoongi, pero en esos momentos en lo único que pensaba era en comprobar que no estaba en una pesadilla o que no se había vuelto loco, porque sinceramente nada de lo que pasaba a su alrededor era normal.
Pero el que su madre ahora estuviera involucrada, lo descolocaba totalmente.
―Jiminie, no abriré la puerta si no lo deseas, pero por favor déjanos explicarte―Jimin respiró hondo y despegó su mano de su pecho, dejándola sobre su regazo. ―No voy a decir que no es lo que parece, porque sí es lo que parece. Pero necesito que nos escuches.
Jimin soltó una pequeña risita inconsciente, pero se mantenía en su estado de sorpresa.
Le gustaba que Yoongi no intentara mentirle.
―S-solo dame unos segundos ¿Sí? ―habló con voz entrecortada, respirando hondo al final.
―Claro que sí, te daremos el tiempo que necesites―Jimin asintió para sí mismo.
Cuando escuchó los pasos alejarse tras la puerta, colocó ambas manos sobre su rostro y las refregó, intentando despertar completamente de su aparente sueño mental para poder comprender todo o al menos, tener la capacidad de escuchar lo que ambos mayores fueran a decirle y no explotar en el intento.
No quería hacerse suposiciones ni ideas locas, porque sabía que no serviría de nada para su pobre salud mental. Por lo que decidió el refrescarse y bajar con toda la disposición de escuchar, ya que sería la única forma de calmarse a sí mismo.
No tenía planeado hacer un drama por lo que estaba pasando, porque eso no serviría de nada. Prefería escuchar todo y luego entrar en pánico o mantenerse tranquilo, dependiendo de lo que la situación amerite.
Luego de mojarse la cara en el lavamanos y secarse con la toalla de mano, salió de la habitación decidido, bajando las escaleras de una forma más ruidosa que antes, para que se enteraran que estaba bajando y no encontrarse con otras escena que le descolocara más.
Se asomó por la pared de las escaleras, viendo que su madre y Yoongi estaban sentados en los sofás, el hada en el más grande y su madre en el individual.
―Jiminie...―habló su madre con voz suave y una sonrisa angustiada, se le notaba desde lejos que estaba terriblemente aterrada por la situación. ―Por favor, siéntate con nosotros.
El castaño asintió suave y se sentó al lado de Yoongi, manteniéndose callado y con las manos sobre su regazo, dispuesto a escuchar, mas no a hablar.
Hubo un silencio incómodo por unos segundos, el cual la madre tuvo que romper.
―Bueno, sé que debes tener muchas preguntas por lo que viste y realmente quiero responderlas, pero...―la adulta se detuvo y pequeñas lágrimas comenzaron a asomarse en sus ojos, no perdiendo el contacto visual con su hijo. ―Q-quiero pedirte que por favor me comprendas y que no te molestes conmigo, eres lo que más amo en el mundo y lo único que me queda. ―Jimin se mordió el labio inferior ante el dolor que le producía ver a su madre así. ―No soportaría que te alejes de mí con malos sentimientos.
Jimin no podía imaginarse odiando a su madre, era imposible para él. Su madre siempre había sido de sus modelos a seguir, junto a su padre. Independientemente de lo que ella fuera, Jimin no podría odiarla.
Su infancia había sido tan buena, llena de amor y valores, que no podía dejar de lado todo ese aprecio y cariño de un momento a otro. Su madre jamás lo había decepcionado, esperaba que esa no fuera la primera vez.
Pero quería que ella explicara las cosas antes de decirle cualquier cosa, no quería hablar, solo escuchar.
Al no recibir una respuesta, la mujer respiró entrecortado, limpiándose rápidamente las lágrimas que lograron bajar por sus mejillas.
―B-bueno, primero que nada quiero decirte que planeaba contarte todo esto, con tu padre lo teníamos planeado, pero las cosas...no salieron como lo teníamos planeado―Yoongi miró con atención las reacciones de Jimin, no siendo capaz de sentirlo, pero intentando leer sus expresiones o movimientos.
― ¿Papá sabía esto? ―preguntó bajito Jimin.
―Claro que sí, tu padre lo sabía todo de mí―Jimin asintió ante la respuesta y se reservó, siendo esas las únicas palabras que planeaba soltar hasta que su madre terminara de hablar.
―Desde que eras pequeño siempre te he introducido al mundo de los seres mitológicos, de la forma más disimulada que encontré en ese entonces. Quería que conocieras algunas cosas de ese lado, porque...―Jimin vio de reojo a Yoongi y regresó la vista a su progenitora. ―Porque yo pertenezco a ese mundo, Jiminie.
El menor tragó duro ante la confesión, analizando fríamente los rasgos de su madre, no logrando encontrar nada físico que la vinculara con ese lado.
―Yo escapé, bueno, tu padre me ayudó a escapar cuando supimos que tendríamos un bebé. El día en el que supe que estaba esperándote, estaba muy confundida y preocupada, porque mi pareja de apareamiento no era un ser mágico como debería, sino que era un humano―la Ninfa comenzó a jugar con sus dedos en acto de nerviosismo. ―Ese mundo no era bueno ni para ti, ni para mí. Porque soy una Ninfa diferente, una que solo era utilizada por sus características especiales.
Jimin no pudo evitar ver a Yoongi, ya que las historias eran bastantes similares, a excepción del embarazo, claramente.
― ¿Te gustaría que te cuente la historia de cómo nos conocimos? ―preguntó cautelosa, no sabiendo si era demasiado para el menor.
Jimin asintió.
Suspiró con tristeza mientras se escondía entre las plantas, observando a lo lejos cómo las Ninfas se reunían en el centro del pueblo, riendo y lanzándose agua entre ellas.
Jamás la invitaban a nada, siempre estaba ocupada con los trabajos del bosque y su tiempo libre era de mínimo a inexistente. Por lo que no podía darse la libertad de relajarse un poco.
Tenía tanto que hacer, las miles de piedras que le habían encargado no se harían solas y los jefes del pueblo esperaban recibirlas en esa semana. Pero nadie comprendía que hacer esas piedras no era tan sencillo, requería de su energía y fuerza, por lo que hacer una gran cantidad en poco tiempo era imposible, a no ser que cayera inconsciente horas después.
Odiaba estar en ese bosque, no le gustaba para nada.
Se sentía usada y a la vez inservible. No sabía si esa combinación podía ser posible, pero ella se sentía de esa forma.
―YoungMi―una voz detrás de ella hizo que se sobresaltara, saliendo de su escondite para poder pararse frente a la persona que la había asustado, siendo una de las Ninfas superiores. ― ¿Qué haces aquí? Los mayores esperan las docenas de piedras que te pidieron.
Una docena de piedras eran mínimo tres días de cansancio para ella, pero a nadie parecía importarle.
―Necesito más tiempo, saben que hacerlas me debilita. Además tengo otros trabajos en el bosque, eso hace que me canse el doble.
La Ninfa mayor rodó los ojos.
―Mira, ese no es mi problema. Sabes que el bosque necesita esas piedras y tú como Ninfa especial...―la apuntó con su dedo índice. ―Debes hacerlas, sacrificarte por tus hermanas y otras especies.
YoungMi sonrió pequeño con tristeza.
― ¿Y quién se sacrifica por mí? ¿Uh?
La Ninfa mayor negó decepcionada, cruzando sus brazos sobre su pecho mientras miraba a su menor con reproche.
―Solo piensas en ti, eso es horrible, YoungMi.
Y ese era el pan de cada día para la Ninfa especial, en donde todos le recordaban lo egoísta que era por pensar en su condición antes de que todo lo que el bosque y los vecinos requerían de ella. Y todos esos comentarios lograban golpear en ella, lo suficiente como para creerlo y pasar días encerrada en su casa haciendo las dichosas piedras.
Por eso, cuando pudo escaparse nuevamente a la entrada del bosque, supo que un poco de diferencia en su rutina no le caería mal.
En ese momento se encontró con el primer ser humano que había visto en toda su vida y se encontraba fascinada.
YoungMi envidiaba a los humanos, ellos tenían tantas libertades con las que ellas solo podrían llegar a soñar, que le hacía desear ser una humana en su otra vida.
Había escuchado que en la cuidad las mujeres podían elegir si embarazarse o no, había métodos para no tener una cría. Para ellas no había opción, al llegar a una edad acordada, se les junta con un elfo de élite para aparear.
Y no podías elegir cuántas crías tener, eso lo decidían los mayores en el bosque, eso se regía dependiendo a tus capacidades. Entre más talentosa y poderosa es la Ninfa, más crías.
Sabía que en su destino estaba grabado el tener, como mínimo, unas diez crías. Pero ella no quería, al menos no esa cantidad ni con un elfo elegido para ella y no por ella.
Lo que jamás pensó es que ese humano que había visto se cayera estrepitosamente sobre un brote de hiervas, en el cual podría causar mucho dolor por las rojeces de su piel y la picazón. Ninguno de los otros humanos que habían llegado con él estaban cerca, se habían ido después de beber algún liquido de varias botellas de cristal, por lo que nadie podría ayudar al chico casi muerto.
El único problema, era que si ella salía del campo de protección, no podría llevar al humano con ella para curarlo, ya que no lograría atravesarlo.
Con mucho nerviosismo corrió a su casa y tomó todo lo necesario para poder curar su piel, regresando sin que las demás Ninfas la notaran.
No usaba sus poderes curativos a no ser que fuera realmente necesario.
Curó y limpió al humano inconsciente, dejándolo cerca de la entrada al bosque.
Se mantuvo escondida por mucho tiempo, esperando a que el humano se despertara y se fuera, pero no pasaba, el chico no se movía.
Por lo que tuvo que acercarse nuevamente e inspeccionar más allá del físico del humano, en su interior.
Descubrió que su pulso era muy suave, casi inexistente. Estaba muriéndose.
Por lo que con la poca energía que le quedaba, lo curó lo mejor que pudo, siendo ella la que cayó inconsciente sobre el humano al terminar.
Definitivamente Park Daehyun se sintió sumamente confundido cuando despertó con el cuerpo de una mujer desnuda sobre él. Una que parecía estár desmayada.
Cubrió a la chica con su abrigo y se la llevó a su casa, esperando que la pobre mujer no estuviera en muy malas condiciones, ya que no tenía idea de quién era o por qué estaba dormida en total desnudez sobre él.
Por fortuna era de noche y más parecía que ayudaba a su amiga borracha que la realidad.
Cuando YoungMi despertó saltó totalmente asustada, cayéndose de la cama incluso. Descubrió que estaba cubierta de pies a cabeza, con ropa que definitivamente no pertenecía a su bosque.
Entró en un enorme pánico al ver que no estaba en su hogar, sino en un lugar totalmente desconocido.
―Oh, hola.
La voz del humano hizo que se encogiera en el suelo, intentando protegerse mientras temblaba como gelatina.
―No te preocupes, no te haré daño―Daehyun caminó lentamente hasta la chica, ofreciéndole un vaso con agua. ―No te llevé al hospital porque no sabía qué decirles, en realidad. No quería que pensaran que violé a una chica.
YoungMi no entendía nada.
―Tengo una amiga que es doctora, ella me ayudó y me dio algunos medicamentos para que tomaras cuando despertaras, dijo que no era nada grave ―se rascó el cuello con nerviosismo. ―Bueno, ella no te revisó como tal, pero intuimos que estabas borracha también.
Y seguía sin entender nada de nada, el humano hablaba con palabras que ella no comprendía, lo cual solo hacía que se preocupara cada vez más.
―Uh ¿Te sabes el número de algún familiar o amigo al que pueda llamar? ―el chico le mostró su celular, haciendo que la vista de la Ninfa se dirigiera al aparato. ―Hey ¿Me entiendes?
Después de varias preguntas sin respuesta, el chico se levantó y pasó sus manos por su cabello, algo frustrado por la situación.
―C-a-s-a―deletreó con gestos bastantes pronunciados, haciendo la mímica de un techo. ―T-u c-a-s-a―hizo el gesto de dormir, esperando que de alguna forma ella comprendiera.
YoungMi logró comprender, levantándose del suelo.
Miró por la ventana de la habitación y notó que no había bosque alguno, por lo que bufó bajito.
―Oye, por favor dime en dónde...
Fue interrumpido cuando la chica caminó por la habitación, tomando la mochila que había llevado a la salida con sus "amigos" señalándola mientras intercalaba la vista con la ventana.
Park frunció el ceño.
― ¿El bosque? ―YoungMi celebró cuando sus palabras fueron comprendidas, asintiendo con una enrome sonrisa. ― ¿Vives en el bosque?
Otro asentimiento.
La confusión abordó el cuerpo de Park, ya que él no sabía que había pueblos en ese bosque, pero no preguntó demasiado. Si veía que no había ningún pueblo, llevaría a la chica a la policía.
―Bien, vamos al bosque.
YoungMi asintió y antes de salir de la habitación se vio a sí misma, reparando que llevaba mucha ropa.
Con un bufido comenzó a desnudarse en la habitación.
― ¡No, no, no! ―gritó el humano mientras se cubría los ojos, haciendo que detuviera sus movimientos. ―No te quites la ropa, oh cielos.
En todo el camino Daehyun tuvo que llevar de la mano a YoungMi, ya que la chica intentaba pasarse la calle como si fuera una pradera llena de flores, casi siendo atropellada por un camión.
Jamás había conocido a una persona así, como si jamás hubiera estado en la cuidad.
Al llegar al bosque YoungMi se soltó del agarre y corrió a las profundidades, quitándose la ropa en el camino. Pero antes de desaparecer de la vista del humano, dio media vuelta y se despidió con la mano.
―Vuelve.
YoungMi no sabía si el chico le había comprendido y esperaba que sí. Por lo que regresó a su pueblo para evitar tener algún problema con las mayores.
Y sería mentira decir que el humano jamás regresó, porque sí lo hizo.
La visitaba casi a diario, ambos comenzando a crear sus propias palabras para entenderse, notando que sus idiomas no eran tan diferentes.
Uno de esos días, YoungMi lo llevó dentro del bosque, ya que la barrera estaba abierta por esos momentos. Ahí fue cuando conoció la verdadera identidad de YoungMi. Los primeros días se asustó e incluso se sometió a algunas pruebas psicológicas para conocer sobre su salud mental y nada había salido mal. Por lo que terminó de comprender todo y aceptarlo.
Después los sentimientos comenzaron a ser parte de todo y YoungMi experimentaba por primera vez el estar enamorada. Ella quería que sus crías fueran con el humano, pero sabía que no podían.
En una de sus muchas salidas del bosque, YoungMi y Daehyun hicieron el beso.
Había sido mágico para ella y desde ese día había deseado el dejar de ser una Ninfa y ser una humana, para poder irse con su pareja.
Cuando el momento de la procreación llegó, habían pasado dos años desde su primer encuentro. Siendo como resultado la primera cría de YoungMi.
Daehyun no tenía idea de qué harían, ya que sabía perfectamente todas las ataduras que tenía su pareja. Por eso, cuando YoungMi le dijo que debían escapar, no supo realmente cómo reaccionar.
Le contó que su cría sería un macho y que si las Ninfas se enteraban de su embarazo, todo sería peor para ambos, tanto cría como madre. Por lo que no tuvieron otra opción.
Dos días después de que YoungMi se enterara del sexo de su cría, se declaró su desaparición en el bosque.
Nadie sabía nada de ella, no encontraron ningún cuerpo o señal. Por lo que su desaparición fue confirmada y su nombre quedó grabado en la historia del bosque.
―Tuve que adaptarme a la ciudad, en muchos aspectos. Tuve que aprender su idioma, sus costumbres, incluso el acostumbrarme a usar ropa―Jimin sonrió pequeño ante ese detalle. ―Yo pensaba que las cosas en la cuidad eran lindas, mejores que en el bosque. Pero descubrí que todo es igual o peor, solo que de formas diferentes.
Yoongi asintió para sí mismo, sintiéndose muy identificado con la historia de YoungMi.
―Me adapté por ti, por tu padre y por mí. Yo no quería que fueras un ratón de laboratorio para el bosque, ellos no te dejarían en paz, a ninguno de los dos. Probablemente me hubieran desterrado y te hubieran dejado en el bosque, no quería nada de eso.
Las lágrimas de angustia comenzaron a llenar el rostro de la Ninfa, haciendo que Jimin se levantara del sofá y se sentara en el regazo de la mayor, quedando su costado apoyado en el pecho de su madre.
YoungMi pudo sentir el peso de los años caer de golpe, sintiéndose liviana al saber que su hijo no la apartaría por nada.
―Desde que tu padre se fue las cosas fueron muy difíciles, lo sabes. Él era mi principal pilar para no enloquecer en la cuidad y cuando se fue, no pude quedarme. Esperé a que tuvieras la edad correcta para ser independiente y creo que todo salió bien, pero el tenerte tan lejos no es algo que me guste, para nada.
Yoongi se sintió un poco extraño, como si sobrara en el lugar. Pero no podía retirarse, no cuando le había prometido a la madre de su novio que la ayudaría con la información que vendría.
Porque puede que Jimin esté aturdido en ese momento, pero no era todo ni lo más importante del asunto.
―Yo también te extraño mucho, pero no quieres usar un celular para hablar con tu amado hijo―Yoongi sonrió cuando Jimin comenzó a limpiar las lágrimas de su madre.
Él sabía que Jimin comprendería, que no la juzgaría ni se alejaría de ella con rencor.
―Sabes que no sé usarlos, pero te prometo que compraré uno y lo usaré solo por ti―Jimin asintió y se acomodó sobre las piernas de su madre, pasando ambos brazos sobre sus hombros para darle un abrazo.
YoungMi no era una mujer vieja, en absoluto. Las Ninfas tardaban mucho tiempo en envejecer, llegando a vivir más de cien años humanos, manteniendo un físico hermoso, como si jamás crecieran. Yoongi no sabía si Jimin tenía esa característica, pero lo más probable era que sí, ya que su físico no concordaba con su edad humana. Se veía más pequeño de lo que realmente era.
La mayoría de los seres mitológicos tienen una esperanza de vida larga, menos algunos seres más insignificantes.
Eso le hizo pensar en que si Jungkook y Taehyung llegaban a tener algo, el humano moriría mucho antes que el elfo.
―Entonces, si tú eres una Ninfa ¿Yo también lo soy?
La pregunta de Jimin hizo que prestara nuevamente atención a la realidad, viendo que las miradas de ambos estaban sobre él.
― ¿Mamá?
Yoongi respiró hondo y se acercó un poco más al borde del sofá, para quedar más cerca de ambas Ninfas.
Eso sonó un poco raro en su cabeza, pero era la verdad.
―Bueno, con tu madre estábamos hablando de eso. Eres el hijo de una Ninfa y un humano, por lo que debes tener esencia mágica también―Jimin se mordió el labio y miró a su madre.
―Le contaba a Yoongi que cuando eras pequeño, nos mostrarse a tu padre y a mí que tienes un poder...―Jimin respiró de golpe, ahogándose con su saliva por unos segundos ante la sorpresa. ―Cariño, cuidado.
―Tu madre me contaba que, cuando eras un bebé, lograste curar a un pajarito que estaba muy lastimado―Jimin no tenía idea de nada, en realidad, pero prestó atención. ―Al parecer tus poderes están inactivos, desactivados, podríamos decir. Ese podría ser el motivo por el que tu aura es humana y no mágica.
Jimin miró instintivamente sus manos, pensando en que no era posible.
―No sabemos qué es lo que hace que los active, realmente. Pero queremos descubrirlo―YoungMi apretó el agarre en torno a su hijo, esperando una respuesta. ―Claro, todo esto lo haríamos solamente con tu consentimiento, si no deseas experimentar nada, estás en todo tu derecho.
Jimin se sentía bastante abrumado, si era sincero. Eran tantas cosas de golpe, que no se sentía capaz de tomar una decisión correcta en esos momentos. Debía relajarse y pensar.
―Si mis poderes se...desarrollaran ¿Mi aura sería como la de Taehyung? ―en ese momento YoungMi frunció el ceño, totalmente confundida ante las palabras del castaño.
― ¿Qué? ¿Cómo es el aura de Taehyung? ―Yoongi sonrió pequeño.
―Taehyung está siendo cortejado por uno de los hijos de la realeza Jeon―YoungMi abrió los ojos como platos. ―Se llama Jeon Jungkook, actualmente es el elfo líder de la tropa.
YoungMi función la nariz, recordando a esos elfos.
―Esos dos elfos eran una pila de mierda con patas y brazos, los odiaba tanto.
Jimin abrió los ojos de golpe.
― ¡Mamá! ―gritó mientras reía, porque debía admitir que después de escuchar todas las anécdotas de Jungkook, no dudaba que fuera así.
― ¿Qué? Son unos elfos asquerosos, siempre tuve lástima de su pueblo―Yoongi asintió, encogiéndose de hombros.
―El problema es que Taehyung tuvo una mala experiencia en el bosque y el hechicero nuevo, Kim Namjoon, tuvo que borrar sus recuerdos de ese momento―Jimin puchereó al recordar a su mejor amigo, lo extrañaba mucho. ―Desde ese entonces tiene un aura mágica, no es demasiado fuerte, pero existe.
YoungMi asintió interesada, pero realmente carecía del conocimiento como para dar una opinión.
―Será mejor que tu amigo el hechicero lo vea.
Todos asintieron de acuerdo.
Jimin se levantó del regazo de su madre y se estiró sobre su lugar, siendo escaneado por ambos seres mágicos.
Aunque bueno, no sabía si considerarse a sí mismo como un ser mágico ahora.
―Con respecto a lo de mis "poderes" ―hizo comillas con sus dedos. ―Realmente me siento un poco abrumado ahora, siento que mi cabeza va a estallar y no creo dar una buena opinión en estos momentos―Ambos mayores asintieron.
―Solo recuerda, Jiminie, que mañana partimos de vuelta a la cuidad. Cualquier decisión que tomes será en la cuidad, no aquí―Jimin respiró hondo y caminó al sofá, colocándose al lado de Yoongi.
―Yo...sí quiero conocer mis poderes, pero todo a su tiempo ¿Sí? No creo que sea buena idea intentar hacer todo de golpe―YoungMi se levantó igualmente con una enorme sonrisa.
Estaba muy feliz porque su hijo quería conocer su lado de Ninfa, algo que la ponía, de cierta forma, orgullosa.
―Voy a comprar un celular para usted y vendré a dejarlo. Vendré volando, así que no se preocupe por los tiempos―Yoongi se levantó, tomando la mano de Jimin y entrelazando sus dedos. ―Por el momento solo debemos llevar las piedras y el musgo, no podemos dejar pasar mucho tiempo, sino más seres prohibidos seguirán entrando y causando desgracias.
La Ninfa asintió, sabiendo que tendría que ponerse a trabajar.
― ¿Aún debemos ir por más musgo? ―preguntó Jimin, apretando el agarre en la mano de Yoongi.
―No, en realidad solo íbamos a salir para que tu madre pudiera hacer las piedras, el musgo que llevamos es más que suficiente―Jimin torció ligeramente los labios, pero no se arrepentía de cómo se habían dado las cosas.
Seguramente no hubiera sabido nada de todo eso si no hubiera bajado.
―Bien, entonces tomaré una pequeña siesta ¿Puedo? Si no mi cabeza va a estallar―YoungMi asintió y Jimin tiró de la mano de Yoongi para que ambos subieran, pero el hada se mantuvo en su lugar.
―Subiré en un momento.
Jimin asintió con curiosidad y soltó la mano del hada, subiendo los escalones para ir directamente a la habitación. No se quedaría a cuchichear, Yoongi pidió privacidad por una razón y la respetaría.
Cuando la puerta de la habitación de invitados se escuchó, Yoongi colocó su vista sobre la mayor.
―Yo, tengo una pregunta que hacerle.
La Ninfa lo vio confundida, pero dejó que siguiera.
―Yo no sé qué tanto efecto tuvo su genética sobre la de su pareja en Jimin, pero he tenido esta pregunta desde que supe de la situación y quisiera corroborar si en algún momento lo supieron―la mayor asintió.
―Sé poco de los poderes de Jiminie, pero dime.
― ¿Cree que Jimin pueda embarazarse? Digo, tener crías.
La Ninfa se sorprendió al escuchar la pregunta. Por suerte, sabía la respuesta.
¡Hola!❤👀
Voy a justificar mi falta de actualizaciones con cuatro palabras: Alergias, defensas de mierda.
Estuve bastante mal de salud en estas dos semanas, mi alergia a los ácaros y polvo se desarrolló mucho y los síntomas duraron más de lo que deberían, así que estuve con varios medicamentos que eran terribles :D pero ya estoy mejor❤
Quiero que sepan que el dejar el capítulo en el drama es mi pasión y siempre lo hago a propósito KASJDLKASJD
También quiero comentarles que con las chicas de WhatsApp hicimos una lista en donde poníamos cosas que haríamos si nominaban a BTS a los Grammys, como forma de celebración y yo coloque que haría el capítulo más pedido por muchos de 10,000 palabras.
¿Saben cuánto es eso? Son dos capítulos de Fairytale juntos.
Y yo sé que ustedes sabrán cuál es ese capítulo más pedido 😂
Bueno, espero que el capítulo de hoy les haya gustado y gracias por esperar cada capítulo de esta historia. Gracias a quienes me dejan mensajitos bonitos, los aprecio muchísimo❤
¡Nos leemos prontooooo!✨
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top