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Jimin sonrió para sí mismo cuando sintió el agua tibia caer sobre su cuerpo, sintiéndose totalmente relajado.

Se sentía muy feliz en esos momentos, ya que había podido ver a su madre después de mucho tiempo y realmente la había extrañado mucho. Sumándole, Yoongi y ella se habían entendido perfectamente y eso le ponía ansioso, porque no podía esperar para hablarle a su madre sobre sus sentimientos hacia Yoongi.

Lo haría después de terminar su baño, esperando que Yoongi se encontrara dormido, para poder hablar con ella a solas.

No estaba seguro si era buena idea contarle a su madre sobre lo que realmente es Min Yoongi, ya que no era un secreto que le perteneciera y no veía correcto el írselo contando a personas sin el consentimiento previo de Yoongi, por lo que le preguntaría.

Tomó la esponjosa bata que colgaba en el pequeño ganchito que se encontraba adherido en la pared, secándose el cuerpo con toques suaves sobre toda la humedad. Deslizó una de las puertas de vidrio para poder salir y cambiarse en la habitación, imaginaba que Yoongi estaría dormido en ese momento, por lo que no le importaba demasiado el vestirse con el hada ahí.

Se acomodó el cabello con la mirada en el espejo que se encontraba sobre el lavabo, sonriendo para sí mismo cuando su pelo estaba aplacado sobre su cabeza, haciendo que sus mejillas rechonchas resaltaran.

Abrió la puerta y frunció el ceño en confusión al ver que Yoongi no estaba en la cama, ni en la habitación.

― ¿Yoongi hyung? ―preguntó en alto, mirando al suelo con atención, temiendo que el hada pudiera estar en su tamaño pequeño en el suelo y pisarlo por accidente. ― ¿Hyung?

En ese momento, escuchó un pequeño ruido proveniente del primer piso. Se aferró al escote que la bata dejaba, pensando en que probablemente Yoongi había bajado por otro té o algo similar.

No dándole demasiada importancia al asunto, se quitó la bata para colocarse su ropa, cuando estuviera listo bajaría para decirle a Yoongi que era su turno en la ducha.

Le gustaba el hecho de que su madre se había llevado bien con Yoongi, más que un agrado por compromiso al ser un invitado, se le notaba que en verdad le había caído bien y eso era algo que aliviaba de sobremanera a Jimin.

No habría sabido qué hacer si a su madre no le agradaba el futuro novio de su hijo único.

Dentro de la inconsciencia de Jimin sobre lo que realmente pasaba en el primer piso, tanto hada como ninfa se encontraban en un momento bastante tenso, uno en el que ninguno sabía realmente qué decir.

―Soy Min Yoongi, un hada completa del bosque Wishes.

La ninfa dejó caer el cuchillo que anteriormente mantenía aferrado como su único objeto de protección, siendo su sorpresa más grande que sus instintos por protegerse.

Yoongi la miraba con preocupación, pensando en que tal vez había sido demasiado directo e inoportuno, pero las cosas ya estaban hechas y no podía retroceder el tiempo para hacerlo de otra forma.

― ¿Quién te ha enviado? ¿Por qué usas a mi hijo para llegar hasta mí? ―la ninfa comenzó a mezclar el coreano con algunas palabras en su lengua natal, el que la mayoría de las ninfas antiguas utilizaban.

Quizá buscando una forma de probar que todo no era otra de sus pesadillas.

Yoongi negó mientras daba un paso hacia el frente, sobresaltándose cuando la ninfa se asustó por el movimiento y levantó el cuchillo con torpeza. La pobre mujer asustada apuntó el objeto hacia el hada, pero el temblor en sus manos la delataba completamente.

―Por favor tranquilícese, no vengo a dañar a nadie―Yoongi colocó sus manos detrás de su espalda, para que la ninfa confiara en que no utilizaría sus poderes contra ella. ―Quisiera explicarle las cosas, pero me gustaría que se tranquilizara un poco.

YoungMi negó totalmente aterrorizada, intentando encontrar una forma de escapar y salir de esa casa de la mano de su hijo, porque el miedo no le permitía el pensar las cosas de forma coherente, simplemente sintiendo mucho miedo.

―Nadie me ha enviado, en el bosque piensan que usted está muerta, nadie la obligará a regresar―intentó hablarle Yoongi, utilizando la voz más suave y relajante que pudiera, porque si no lo hacía, sabía que la ninfa sería capaz de intentar clavarle el cuchillo con tal de escapar. ―Por favor, solo quiero hablar con usted, le prometo que no quiero hacerle daño a nadie, mucho menos a Jiminie.

YoungMi negó suavecito, pero igualmente comenzó a bajar los brazos en donde se aferraba fuertemente del utensilio de cocina. Sabía que si todo era mentira y el hada realmente quería dañarla, ella no podía hacer nada al respecto, solo rogar que no le hiciera nada a Jimin.

―D-de verdad no quiero regresar, no me obligues a regresar―Yoongi se sintió fatal al ver el rostro totalmente demacrado de la madre de Jimin, sus ojos llenos completamente de lágrimas, las cuales se deslizaban como cascadas en sus mejillas.

Tragó duro cuando sintió sus propios ojos picar, porque realmente él estaría en las mismas o peores condiciones si hubiera escapado por su cuenta.

―No regresará, se lo prometo―la ninfa se dejó caer sobre el suelo de la cocina, aún manteniendo el cuchillo aferrado sobre su pecho. ―Yo también me escapo de vez en cuando del bosque, créame que jamás la obligaría a volver.

Cuando Yoongi pensó que podía acercarse a la mujer, comenzó a caminar lentamente, bajando para poder sentarse frente a ella.

― ¿Entonces por qué estás aquí? ―su voz era débil y su cuerpo no paraba de temblar.

― ¿Sinceramente? Tengo dos buenas razones para estar aquí―YoungMi se mostró confundida, encogiendo sus piernas ante la cercanía del hada, aún sintiéndose desconfiada.

― ¿Y cuáles son?

Yoongi miró atentamente a la ninfa y comenzó a pasar sus manos al frente de su cuerpo, ya que no las había mostrado desde que las colocó detrás, para ganarse algo de confianza.

―La primera es porque necesito un musgo que crece en uno de los bosques de este pueblo, lo necesitamos porque debemos hacer otro campo de protección en el bosque y no tenemos los materiales necesarios para hacer uno.

YoungMi frunció el ceño, manteniendo una mirada dura sobre el hada.

― ¿Por eso estás aquí? Sabes que soy la única ninfa que tenía la capacidad de crear las piedras preciosas que se necesitan para el campo, por eso estás aquí y usaste a mi hijo para...

Yoongi colocó una mano sobre la boca de la mayor, intentando que esta guardara silencio, ya que había escuchado ruido proveniente de la segunda planta. Escondió sus alas por si el menor se aparecía, ya que sería raro que las tuviera fuera frente a su madre.

La pobre ninfa comenzó a llorar nuevamente por el miedo, temblando demasiado como para luchar con el hada y quitar la mano de su boca.

―Lo lamento, es solo que escuché ruido arriba y no quiero que Jiminie la escuche―Yoongi colocó una mano sobre sus zapatos, los que realmente le pertenecían a Jimin, sintiendo que el pobre estaba confundido, probablemente por no verlo en la cama. ―Él no sabe de su identidad y no planeo que lo descubra de esta forma, será mucho para él.

La ninfa suspiró aliviada cuando supo que el hada no la delataría, porque realmente no sabía el cómo le diría a Jimin algo de esa magnitud, se encontraba aterrada por tan solo pensar que su pequeño podría reaccionar muy mal.

En ese momento que el hada se mantuvo muy cerca de ella, pudo notar que en el cuello del hada colgaba una joya que ella conocía a la perfección, lo que la hizo dejar su temor para tomarla sin mucho cuidado, intentando confirmar que era lo que pensaba.

Yoongi se sobresaltó cuando su cuerpo fue atraído demasiado cerca por la ninfa, quien veía con total atención la pequeña estrella que decoraba su gargantilla.

― ¿Por qué tienes el collar de mi hijo? ―preguntó con los ojos inundados en nuevas lágrimas, susurrando para no ser escuchada por alguien más que por Jimin. ―Es muy preciada para él ¿Se la quitaste?

Yoongi negó, bastante incómodo con la posición en la que se encontraban, pero temía el romper la gargantilla si se alejaba de golpe.

―Jiminie me la dio y sé lo valiosa que es para él, por eso la cuido con mi vida―YoungMi respiró entrecortado, pensando en que, si el hada tenía algo como eso, era porque es alguien importante para su hijo.

― ¿Cuál es la segunda razón por la que estás aquí?

―Porque amo a su hijo y tenía muchas ganas de venirla a visitar, así que le dije que viniéramos. ―la ninfa abrió sus ojos en grande al escuchar las primeras palabras de la oración, comenzando a soltar lentamente la pequeña estrella que decoraba la gargantilla. ―Le dije que no era necesario que yo entrara, pero quería que nos conociéramos.

La ninfa miró al hada, comenzando a pensar que tal vez debía confiar en el hada, pero la inseguridad siempre se mantenía dentro de su cuerpo.

―Uh ¿Por qué están en el suelo? ―Yoongi se sobresaltó y se dejó caer hacia atrás cuando la voz de Jimin resonó en las paredes de la cocina.

Jimin miraba todo con ambas cejas levantadas y una mueca seria adornando su rostro, demostrando que no estaba para nada contento con la posición en la que había encontrado a su madre y Yoongi.

Desde su ángulo parecía que se estaban besando, pero Jimin intentaba pensar que eso no había pasado.

―Cariño, es solo que me caí y Yoongi estaba intentando ayudarme―respondió con velocidad YoungMi, intentando limpiar las lágrimas que se mantenían en su rostro, pero sabía que el menor las notaría.

Yoongi, totalmente ajeno a las ideas que Jimin estaba formando en su cabeza, asintió.

Jimin se acercó a su madre y la ayudó a levantarse, notando que la mujer estaba toda temblorosa y con lágrimas en sus ojos, las que había intentado retirar anteriormente.

― ¿Te lastimaste? ―preguntó angustiado al ver el estado de la mayor, quien negó con una pequeña sonrisa.

―Me lastimé un poco, pero ya estoy mejor. No te preocupes―Jimin asintió sin sentirse convencido, pero no quería desconfiar de Yoongi y mucho menos de su madre.

―Bien...―Jimin se separó después de que su madre le diera un beso en la mejilla, mirando a Yoongi. ―Hyung, el baño está libre, para que puedas ducharte.

El hada asintió nervioso ante la mirada que Jimin le dirigía, ya que no se veía precisamente feliz y Yoongi no comprendía la razón.

― ¿Me acompañas? ―le preguntó, haciendo que el menor se sonrojara ligeramente. ―A la habitación.

Jimin asintió y soltó la mano de su madre, sonriendo pequeño hacia ella.

―Bajaré en un momento, me gustaría que hablemos un poco―YoungMi asintió mientras enfocaba su vista sobre el cuello de su hijo, notando que había otra gargantilla ahí, una que desconocía.

Sin embargo, logró detectar rápidamente el tipo de piedra que era el centro, sabiendo entonces que el hada se lo había regalado.

Jimin y Yoongi desaparecieron de la cocina, siendo el castaño quien llevaba de la mano al mayor, ambos subiendo hasta el segundo piso.

La ninfa respiró hondo y dio media vuelta sobre su cuerpo, mirando atentamente la mesada de la cocina, como si esta fuera a moverse o a hablarle.

―Dijimos que le contaríamos todo juntos...―susurró con dolor en el pecho, viendo la pequeña foto que colgaba de la pared, en donde su esposo aparecía. ―Pero ya no estás aquí y no sé cómo hacerlo sola.

Jimin se sentó en el borde de la cama cuando Yoongi comenzó a quitarse la ropa, manteniendo su vista gacha para no verlo completamente desnudo.

―Hyung―el hada tomó la bata entre sus manos, manteniéndose atento a Jimin.

―Dime.

Jimin no quería parecer un celoso, en especial porque con la que se había dado el incidente había sido con su madre, pero no podía evitar el pensar que esa posición en la que los había encontrado era muy extraña. En especial porque se había quedado unos segundos frente a la puerta de la cocina y ellos se mantenían en la misma posición.

Si ella se hubiera caído, Yoongi la hubiera levantado rápidamente, no se hubiera quedado en esa posición por tanto tiempo.

Notó que Yoongi no tenía nada suyo en sus manos, por lo que no podría conectarse con él y detectar su inseguridad.

― ¿Qué sabes sobre los besos hasta el momento?

Yoongi no esperó que Jimin fuera a preguntarle algo así, por lo que hizo una línea con sus labios y comenzó a pensar, ya que no sabía tanto, en realidad.

―Uh, sé que me gustan, que no podemos hacer el beso con más personas alrededor y que los hago contigo―Jimin asintió con su labio inferior siendo machacado por sus dientes, nervioso.

― ¿Y sabes con quiénes puedes hacer el beso? Porque no es con cualquier persona―Yoongi terminó de atar el nudo de su bata y miró a Jimin con curiosidad.

―Jimin, no soy tan tonto ¿Sabes?

En ese momento el menor alzó la vista de golpe, levantándose de la cama para poder acercarse a Yoongi. El hada malinterpretando las cosas.

―Hyung, no te estoy tratando como un tonto, no es lo que quiero tratar de decir―Jimin gruñó enfurruñado por no lograr darse a entender, no quería que Yoongi se enojara con él. ―Es solo que no sé qué es lo que sabes sobre ciertas cosas, por lo que no te pregunto de golpe sobre esos temas, sino que me gusta saber si conoces de eso antes.

Yoongi asintió aún con el ceño fruncido y colocó ambas manos sobre la cintura del menor, apretando la tela de la ropa entre sus dedos.

―Deja de fruncir el ceño―se quejó el menor, colocando ambos pulgares sobre la frente de Yoongi, para que las pequeñas arrugas desaparecieran.

El hada conectó con las emociones de Jimin y sintió la inseguridad flotar por todo el cuerpo del menor, haciendo que su confusión fuera más grande que antes.

― ¿Por qué estás inseguro? ¿Es por lo que pasó con tu madre en la cocina?

Jimin se sonrojó cuando sus emociones fueron descubiertas, posando la vista sobre las manos de Yoongi, las cuales se aferraban a su cintura. Cuando regresó la vista al rostro del mayor, este le veía con ambas cejas alzadas, esperando una respuesta.

―Sí, es por eso―Yoongi asintió y se mantuvo callado, para escuchar atentamente las inseguridades de Jimin. ―Es solo que ustedes estaban en una posición muy extraña, desde mi ángulo parecía que...que estaban haciendo el beso.

El hada frunció el ceño aún más profundo que antes, pero no dijo nada hasta que estuviera seguro de que Jimin ha terminado de expresarse.

―Y yo sé que no me serías infiel, pero todo fue muy extraño. En especial porque no esperaba que estuvieran solos en la cocina, cuando pensé que estarías en la cama con mareo―el hada comprendió la mayoría de las cosas que Jimin le decía, asintiendo.

― ¿Por qué haría el beso con otra persona? Pensé que solo lo hacías con la persona que amas ¿No?

Jimin sonrió ante la dulce inocencia de Yoongi, alzándose para darle un beso en la mejilla.

―Algunas personas no creen que los besos sean tan especiales, por lo que se besan con muchas personas, aunque no sientan nada por ellos―Yoongi se sintió ligeramente ofendido de que Jimin pensara eso de él y el menor lo notó. ―No quiero decir que tú seas uno de esos, es solo que no estaba seguro si conocías algunas cosas del beso y por eso lo decía. Ya me han sido infiel antes y las inseguridades son algo difíciles de ignorar.

Yoongi levantó las cejas en sorpresa al escuchar ese dato, no sabía que Jimin había tenido malas experiencias en el área de hacer el beso con tu novio, por lo que se sintió bastante sorprendido.

―Jamás querría hacer el beso con alguien más, yo te amo a ti. Me da algo de asco pensar en hacerlo con alguien más ¿No te parece? ―Jimin sonrió con mejillas rellenas, sintiendo su rostro sonrojarse ante la sinceridad y dulzura de Yoongi. ―Además, tú serás mi futuro novio y según lo establecido en ser novios, no se debe hacer el beso con otros.

Jimin soltó una risita ante lo último.

― ¿Establecido? ¿Has leído algo sobre los noviazgos? ―el hada se sonrojó un poco y asintió, manteniendo el agarre en la cintura de Jimin.

―Cuando veníamos en el auto investigué un poco en Internet, muchas cosas no las comprendí, pero otras sí―Jimin asintió, dejando un pequeño beso en los labios del hada, quien suspiró complacido.

―Puedes contarme lo que aprendiste por la noche, ahora debes tomar una ducha para bajar el mareo ¿Bien?

A Yoongi se le había olvidado que se suponía que estaba enfermo, por lo que intentó fingir que se sentía mal, cerrando los ojos y arrugando la nariz.

―Bien, salgo en un momento.

Yoongi dejó un último beso en los labios de Jimin y se dirigió al baño, cerrando la puerta para poder ducharse tranquilamente.

El castaño respiró hondo desde su posición, pasando una mano por su cabello, haciendo que su melena quedara hacia atrás.

Quería hablar con su madre, ahora incluyendo el tema de su "caída" y cómo la había encontrado con Yoongi. No quería sonar celoso, pero eso no le dejaría tranquilo en un buen rato.

Cerró la puerta de la habitación y comenzó a bajar los escalones, notando que su madre se encontraba sentada en el sofá de la casa, su mirada perdida en la blanca pared. Lo que le hizo extrañarse aún más.

Algo había pasado, más que una simple caída.

―Mamá.

La mujer se sobresaltó en su lugar y se levantó del sofá, juntando sus manos en acto de nerviosismo mientras enfrentaba a su hijo. Una sonrisa nerviosa decorando su rostro.

―Hola cariño ¿Todo bien? ―Jimin suspiró y se sentó en el sofá, invitando a su madre a sentarse a su lado.

― ¿Por qué estabas llorando antes? ―le preguntó con seriedad, pero manteniendo a su vez un tono de comprensión. ― ¿Pasó algo más? Sé que no fue una caída.

YoungMi se puso nerviosa, intentando disimular lo mejor posible, para no delatarse.

―De verdad no es nada, simplemente me puse algo sentimental por tu llegada y tropecé en la cocina. Yoongi venía por otro té para el mareo y me encontró en el suelo―Jimin no terminaba de creerse la historia, pero sonaba un poco más convincente. ―Entonces iba a ayudarme a levantarme y fue cuando entraste a la cocina.

Pero Jimin quería descartar todas las opciones, aunque supiera que no podrían ser reales.

― ¿Yoongi te hizo daño? ¿Él te lastimó o intentó hacerlo? ―la madre negó rápidamente con los ojos abiertos, ya que las teorías estaban yendo demasiado lejos. ―Mamá, si él te golpeó o algo, debes decirme, no voy a molestarme contigo.

YoungMi se sintió una de las madres más orgullosas en ese momento, porque su pequeño había tomado la situación de la mejor manera, al menos si lo del golpe hubiera sido cierto.

―No cariño, él no me lastimó, te lo prometo―la adulta levantó el dedo meñique hacia su menor, sonriendo cuando el regordete y pequeño dedo se enredó con el suyo. ―Él es un buen chico y solamente intentaba ayudarme.

Jimin se sintió más confiado en ese momento, acercándose para poder abrazar a su madre y darle un beso en su mejilla.

―Ahora dime ¿Ese chico es especial para ti? ―preguntó con una sonrisa algo tensa la madre, pero pasó desapercibida para Jimin.

―Lo es mamá, es muy especial―YoungMi suspiró cuando su hijo sonrió tan hermoso, que su sonrisa fue contagiada. ―Sabes que no traería a cualquiera a conocerte, Yoongi hyung es alguien muy importante para mí ahora. Él me gusta.

La ninfa intentó actuar sorprendida, intentó porque el hada ya había hecho un comentario sobre lo que sentía por Jimin, así que había intuido que era algo mutuo y esa era una de las razones para presentárselo.

― ¿Los sentimientos son mutuos? ―preguntó en un suspiro, sonriendo cuando el menor asintió con entusiasmo.

―Lo son y realmente creo que él es el indicado, mamá―la ninfa sonrió y colocó una mano sobre la mejilla de su hijo, dándole una caricia.

―Si sientes que es el indicado, pues bienvenido sea a nuestra pequeña familia―comentó sonriente, pero manteniéndose igualmente pensativa.

Estaba feliz de que su hijo había encontrado a alguien que le hiciera feliz y que no fuera solamente el hada usándolo para llegar hasta ella. Por muchos años había permanecido con el miedo de que algunos seres más poderosos llegaran a su hogar para regresarla al bosque y utilizarla para la reproducción de los de su tipo.

No quería eso y aunque no tuviera poderes para atacar, haría todo lo posible para defenderse a ella y a Jimin.

Porque ella sabía que su hijo era especial, aunque en esos momentos no lo pareciera. Si alguien supiera de la existencia de su hijo, sería un peligro para él, ya que querrían explotarlo hasta conocer sus habilidades.

Y ella no permitiría eso.

Por eso se fue.

Porque si se la llevan a ella, al menos su hijo estaría seguro.

―Iré por un vaso con jugo ¿Quieres algo? ―preguntó el castaño, logrando que su mente cayera en la realidad nuevamente.

―Claro cariño, muchas gracias.

Jimin asintió y se levantó del sofá hacia la cocina, en ese mismo instante, Yoongi bajaba las escaleras, intentando no hacer demasiado ruido.

Se acercó a la ninfa y se sentó a su lado, dejando un espacio prudente para no asustarla.

―Si usted me ayuda con los materiales para el campo de protección, yo la apoyo para que pueda decirle su secreto a Jiminie.

La ninfa respiró profundo, pero no respondió.

Miró con atención a las criaturas del bosque, saludando a las que le dirigían la palabra, pero no quedándose demasiado tiempo para charlar.

Sabía que sus padres lo estaban esperando cerca de la casa de Namjoon, por lo que dejó rápidamente sus cosas en la casa del tritón y el hechicero, caminando con velocidad a donde sus impacientes padres, le esperaban.

Se sentía completamente nervioso, hace mucho que no se reunía con sus padres para nada, ni para verse siquiera. El último día que se habían visto fue en el festival que se realizó en el árbol central, el día que conoció a los humanos.

Sus padres jamás le mandaban a llamar por algo bueno, ellos no eran seres que reunieran a sus hijos para darles ánimos en sus puestos, todo lo contrario. Por lo que intentó pensar que no debía ser tan malo y que podría librarse de ello fácilmente, al menos eso era lo que esperaba.

Divisó a lo lejos la silueta de sus padres y dos de sus hermanos, por lo que aceleró el paso, ya que los adultos comenzaban a hostigar a Namjoon.

― ¡Padres! ―alzó la voz ligeramente, haciendo que ambos adultos le vieran con las cejas fruncidas. ―Lo lamento, tanto por la tardanza, como por alzar la voz.

El elfo se hincó sobre la hierba, pidiéndole disculpas a sus padres con mucho arrepentimiento.

―Levántate, tenemos que hablar.

Jungkook tragó duro ante el tono que sus padres habían utilizado, sabiendo que estaba en problemas.

Namjoon miró con preocupación al elfo, quien comenzó a seguir a sus mayores con la mirada gacha.

El elfo jamás había tenido una buena relación con su familia, mucho menos con sus hermanos. La vida del elfo era una constante competencia sobre quién era mejor que el otro, por lo que Jungkook era bastante envidiado entre sus hermanos mayores y menores. Tanto por su cuerpo como por su posición y reputación.

Los elfos de la realeza caminaron hasta adentrarse más al bosque, llegando a una zona en la que aún no se había instalado una nueva especie de seres, por lo que se encontraba vacía en el momento.

―Levanta la cabeza y míranos―le exigió su madre, haciendo que el menor obedeciera rápidamente. ―Uno de tus hermanos nos ha reportado de tus desapariciones nocturnas.

Jungkook miró de reojo a uno de sus hermanos mayores, quien le sonreía con altanería.

― ¡La vista en nosotros! ―gritó su padre cuando notó que el elfo menor había desviado la mirada, haciendo que se asustara y regresara la vista a ellos.

― ¿Qué haces saliendo del bosque? ¿Por qué estás yendo a la ciudad de los humanos?

Jungkook sabía perfectamente cómo esconder su miedo, al menos la mayoría de las veces lograba hacerlo con éxito, pero en esa ocasión la mirada de sus padres y hermanos, hicieron que perdiera la compostura.

―Y-yo estaba haciendo...

― ¿Estás tartamudeando? ―le preguntó con molestia el elfo mayor, haciendo que Jungkook se sintiera pequeño, después de mucho tiempo. ― ¿Qué dijimos de ese tartamudeo? No me interesa si no puedes controlarlo, lo harás siempre.

Jungkook asintió, bajando la mirada por unos segundos.

―Han pasado muchas cosas malas en tu guardia; desde la entrada de seres prohibidos, la muerte de un hada refugiada, el ataque de las Arpías y el rumor de que uno de los nuestros convive con humanos.

Jungkook apretó los puños ante lo último.

―Hijo, explícanos nuevamente lo que registraste―el mayor de los hermanos de Jungkook dio un paso hacia delante, sacando un rollo de papel, en donde había pedido que escribieran todos los descubrimientos que había hecho en un tiempo.

―Lo he visto salir del bosque todos los días, a veces lo hace solo, la mayoría de las ocasiones acompañado del hada completa, Min Yoongi. No ha dormido en el bosque desde hace muchos días, ya que su zona de descanso ha estado vacía. Sus reportes semanales son menos completos que hace varios meses atrás y no lo han visto cuando las tragedias se desatan, sino, mucho tiempo después.

Jungkook se sintió muy molesto en ese momento, porque su hermano lo había estado espiando desde hace un tiempo y él no se había dado cuenta de ello.

― ¿Puedes explicar por qué el hada y tú han ido a la cuidad? ¿Son ustedes los que se relacionan con humanos? ―la madre del elfo tomó la barbilla de su hijo, para que le viera atentamente. ―No, no puedes, porque sabes que es verdad.

Jungkook pensó rápidamente en Yoongi, sabiendo que, si sus padres sabían de todo, se lo harían saber al hada mayor, por ende, desterrarían a Yoongi de su bosque y le quitarían sus poderes o algo peor.

―Como sabes, el castigo por incumplir los seguimientos de tu cargo es la muerte―continuó su padre, colocando sus manos frente a su cuerpo. ― ¿Algo que decir antes de comenzar con la decapitación?

Jungkook no sabía qué decir y de igual forma sabía que eso no sería de ayuda en lo absoluto.

―No nos relacionamos con humanos.

Tanto sus padres como sus hermanos comenzaron a reírse de él, haciendo que sus puños se apretaran en muestra de molestia, ya que toda su vida había sido un punto de burlas, a pesar de todos sus logros.

Se sentía molesto, enojado, furioso y todos los sinónimos que pudieran aplicarse a la palabra. Sus manos picaban por hacer algo al respecto, pero no se sentía lo suficientemente valiente para hacer o decir algo realmente.

―Siempre les dije que yo sería mejor para el puesto, los inútiles no cambian por hacerse más musculosos―el elfo mayor se colocó frente a su hermano menor, tomándolo de la barbilla fuertemente mientras se burlaba en su cara. ―Un elfo tonto, inútil, deficiente, sobrevalorado e idiota. No mereces todo lo que hablan de ti, como si fueras un héroe, porque solamente eres un elfo idiota y completamente reemplazable.

El elfo mayor le dio un puñetazo en la nariz al menor, haciendo que retrocediera ligeramente, comenzando a sangrar.

― ¿Lo ves? Eres un cobarde―otro golpe cayó en sus costillas, haciendo que jadeara ligeramente de dolor, pero no mostró mayor reacción.

― ¿No te vas a defender? ―preguntó el padre con voz altanera, acercándose para entregarle un golpe en la mejilla, haciendo que el rostro del menor girara por la fuerza.

―No lo hace porque sabe que no tiene oportunidad―continuó su madre, dándole a Jungkook una patada en el rostro, dándole justo en la parte de sus ojos.

Jungkook lo intentó, calmarse y dejar que ellos terminaran.

Pero no lo hicieron.

Más golpes e insultos le fueron repartidos, siendo parte de la humillación antes de su muerte.

Pero no, Jungkook estaba cansado.

Harto de ser humillado.

Despreciado.

Visto como un objeto al que pueden reparar o reemplazar.

Su paciencia era mucha, intentaba contenerse.

Pero sucedió.

No pudo evitarlo más.

Jungkook perdió el control.

Precioso dibujo hecho por: @Kimberl2 🥺❤️

¡Hola! 👀

Lamento el no haber actualizado la semana anterior, pero no fue posible.

Poco a poco las cosas van saliendo y teniendo algunos resultados ¿Alguna de sus teorías cuadró con la historia? Yo creo que sí 👀❤

Muchas gracias por los 23k votos, el apoyo que la historia está recibiendo es increíble y eso me hace muy feliz❤ Espero que el capítulo de hoy les haya gustado, cuídense mucho

¡Nos leemos prontooooo!

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