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Jimin miró con asombro el camino por el que pasaban, muchos árboles decorando el camino, dándole un aspecto muy bonito. Muy pocos autos se encontraban transitando en esa calle, por lo que el ambiente era sumamente tranquilo.

―Jiminie, me duelen mis alas―se quejó Yoongi con el ceño fruncido, su nariz arrugándose ante la disconformidad del medio de transporte que habían utilizado.

―Hyung, puedes estirarlas, solo haz el asiento un poco hacia atrás―dijo con una sonrisa, manteniendo su vista sobre el camino. ―Le das a la palanca que está al lado derecho del asiento y podrás retrocederlo.

El hada miró el camino, sabía que faltaba muy poco para llegar, pero sus alas estaban doliendo mucho por no poder sacarlas durante tanto tiempo, por lo que buscó la palanca que Jimin le decía.

―Primero desabrocha tu cintu...

― ¡Ah! ―se quejó Yoongi cuando el asiento se hizo hacia atrás de golpe y él tuvo que mantenerse en el lugar por la presión que hizo el cinturón de seguridad sobre su torso.

―...Cinturón de seguridad―complementó el menor con una sonrisa, viendo de reojo al hada, quien tenía el rostro rojo por la vergüenza.

Jimin cruzó donde el GPS le había indicado, viendo que el pavimento desaparecía, siendo reemplazado por un camino empedrado, por lo que el viaje comenzó a ser un poco más incómodo.

Yoongi estiró sus alas y jadeó gustoso cuando por fin pudo liberarlas, intentando no moverse demasiado para no golpearlas con algo o lastimar a Jimin con ellas.

―Según sé, la colonia donde vive mi madre tiene permitido entrar vehículos, podemos dejar el auto fuera de su casa―dijo mientras buscaba entre las casas la que tuviera el número de su madre, la casa treinta y dos.

Yoongi veía encantado el lugar, era lo más cerca que veía de una población de humanos que vivieran como seres mitológicos, al menos los de su clase.

―Tu madre tiene buenos gustos en casas, aquí es un gran lugar―dijo mientras colocaba sus manos sobre el cristal de la ventana, viendo todo con suma atención.

Sabía que algunos humanos preferían en vivir en pueblos alejados de la ciudad, incluso algunos viviendo dentro de los bosques. Pero aquellos que estaban habitados por seres mitológicos, se volvían prohibidos para otros seres que no lo sean, por lo que se hacía todo lo posible para desterrarlos o catalogar el bosque como inhabitable o peligroso.

Aún así, muchas veces los seres mitológicos han tenido que evacuar hasta otros bosques porque los humanos se encargan de destruirlos para construir sus edificios o casas, por lo que siempre mantenían a disposición los bosques en desarrollo, para aquellas especies que pudieran adecuarse y lo necesitaran.

Por eso a las hadas del pueblo les sentó tan mal el enterarse que Tzuyu le había causado tanto daño a esa "hada refugiada" porque se supone que ellas iban a ese bosque para estar seguras, no lo contrario.

―Mi madre siempre ha amado la naturaleza, me decía que se mantenía en la ciudad solo por mi padre y su empleo, pero que cuando...―Jimin respiró hondo, intentando no ponerse demasiado sentimental. ―Pero que cuando mi padre se jubilara comprarían una casita en esta zona, para vivir ambos tranquilos.

Yoongi despegó las manos de la ventana y se sentó correctamente, el asiento había sido devuelto a su posición original y las alas habían regresado a su espalda. Miró a Jimin con una pequeña sonrisa apenada, colocando una de sus manos sobre uno de los muslos de Jimin, intentando darle apoyo.

― ¿Ella se fue sin más? ―Jimin tragó duro y negó.

― La última vez que la vi, fue un año después de la muerte de mi padre, días antes de que yo entrara a la universidad. Me dijo que no podía estar en la ciudad más, que no aguantaría. Me preguntó si quería venir con ella y buscar una universidad cerca, pero yo le dije que mi sueño era estudiar en la universidad en la que estoy ahora, porque es de las pocas que tiene la carrera que yo deseaba. Ella aceptó y me ayudó a pagar los primeros años de la universidad, también me dejó para los primeros años de la renta del departamento. Me dijo que ella no traería medios de comunicación, porque realmente jamás fue algo que le gustara.

Yoongi asintió y miró las casas que tenían al frente, notando cómo el GPS cada vez se acortaba y decía que el destino estaba cerca.

La casa era de color amarillo por fuera, tenía un bonito jardín delantero, con algunos adornos de Gnomos incrustados en el césped. A Yoongi le hizo gracia ese detalle.

― ¿Por qué tiene figuras de Gnomos en el jardín? ―preguntó mientras Jimin apagaba el auto, ya que se había estacionado frente al jardín delantero de su madre.

―Decía que los Gnomos eran criaturas irritantes y que los animales preferían el alejarse, por eso ponía figuras de gnomos en el jardín y al parecer, lo mantiene―Yoongi asintió con la nariz fruncida.

―Es muy cierto, esos seres son totalmente irritantes, es bueno que el pueblo de Gnomos que vive en el bosque es pequeño―afirmó el hada y Jimin sonrió, sintiéndose demasiado nervioso como para bajarse del auto.

Yoongi desabrochó el cinturón de seguridad y se acomodó de costado, para poder ver de mejor manera a Jimin, quien realmente denotaba lo nervioso que estaba.

― ¿Qué sucede? ¿Por qué tan nervioso? ―el pálido tomó ambas manos de Jimin y las apretó en señal de apoyo, sintiendo que los pequeños dedos tamborileaban sobre sus palmas.

―Es solo que verla me pondrá algo sentimental, ya sabes, no la veo desde hace mucho tiempo y siento que los recuerdos van a golpearme una cachetada cuando abra la puerta―el hada asintió, atrayendo las manos de Jimin hasta su cuerpo, para poder darle un abrazo.

La posición era algo incomoda, debido a la distancia que la palanca de cambios marcaba entre ambos cuerpos, pero Jimin se sintió muy reconfortado por el gesto.

―Es bueno que dejes salir todas esas emociones que has tenido guardadas desde lo que pasó, creo que esto será algo bueno para ambos―Jimin asintió, suspirando mientras se alejaba ligeramente de Yoongi. ― ¿Crees que debería quedarme en el auto? No me gustaría incomodar.

Jimin negó rápidamente y sonrió con mejillas regordetas cuando el hada depositó un beso sobre la punta de su nariz.

―Vamos, quiero que la conozcas, después de todo eres alguien importante en mi vida, de ahora en adelante ―Jimin miró con atención las orejas de Yoongi, aplacando el cabello que caía en la zona de las orejas, donde cubría perfectamente la ligera punta que tenían.

Las orejas de Yoongi no eran igual de puntiagudas que las de Jungkook, pero en definitiva no eran redondeadas como la de los humanos, por lo que era mejor el cubrirlas, aunque no era un problema realmente, ya que siempre las mantenía cubiertas por el largo de su cabello.

―Bien, bajaremos cuando te sientas listo, aunque creo que ella podrá imaginar lo que pasa al ver el auto frente a su casa―Jimin soltó una risita y asintió, enderezándose sobre el asiento del conductor para poder quitar la llave y bajar.

Yoongi imitó las acciones de Jimin y se bajó del auto, estirándose cuando por fin sus pies tocaron la tierra. No le gustaba mucho el viajar en auto, se sentía apretado e incómodo, pero por Jimin lo harían sin quejarse en voz alta.

Seguía prefiriendo el vuelo, sus alas eran mejores que esa cosa de metal y peligrosa.

―Ven.

Jimin le llamó mientras estiraba su mano, invitándolo a tomarla y entrelazar sus dedos. El hada acató la petición sin rechistar, ambos acercándose a la puerta principal de la casa.

Yoongi admiró las flores que la madre de Jimin tenía en su jardín, estaban hermosamente cuidadas, tanto que les recordó a las flores que tenían en el bosque.

Subieron los pequeños escalones para poder llegar a la puerta y Jimin apretó el agarre de sus falanges en torno a la mano de Yoongi.

―Bien, es el momento―susurró para sí mismo, intentando darse algo de tranquilidad.

Tocó la puerta tres veces, para después juntarse más a Yoongi, ahora apretando su brazo en lugar de su mano.

Unos pasos se escucharon dentro de la casa, lo que puso aún más nervioso al par en la puerta, porque sí, Yoongi también se había puesto nervioso de repente.

― ¿Quién es? ―preguntó una voz femenina al otro lado de la puerta, mas no se abrió.

―S-soy yo...―carraspeó ante sus palabas, sintiéndose bastante torpe. ―Jimin, soy Jimin.

La puerta de la casa se abrió de golpe y una hermosa mujer pelinegra se dejó ver, su rostro denotando lo sorprendida y emocionada que se encontraba.

― ¡Mi bebé! ―chilló emocionada la mujer, lanzándose sobre su hijo para poder abrazarlo.

Jimin soltó el brazo de Yoongi y aceptó el abrazo con los ojos inundados en lágrimas, aferrándose a la cintura de su madre, como lo hacía años atrás, cuando la tenía a su lado todos los días.

―Mi Jiminie―susurró la mujer, la cual era más alta de lo que Yoongi esperó, siendo unos pocos centímetros más alta que Jimin. ―Lo lamento tanto.

Yoongi sonrió al ver a ambos aferrarse al otro, llorando por el reencuentro que ambos habían deseado hace muchos años, pero que no había sido posible. No se sentía incómodo en lo absoluto, se sentía muy feliz por ver a Jimin de esa forma, después de todo lo que había pasado en su familia.

―Te he extrañado mucho―susurró Jimin, por lo que solo su madre fue capaz de escucharlo.

Se separó ligeramente del abrazo y miró el rostro de su madre, el cual estaba igual de rojo y húmedo por las lágrimas, haciendo que soltara una risita.

―Yo también lo he hecho, no sabes cuánto―dijo con una sonrisa temblorosa, colocando ambas manos sobre las mejillas de su hijo, para poder retirar las lágrimas. ― ¿C-Cómo llegaste? Tengo entendido que estás muy ocupado con la universidad y tu trabajo.

Jimin imitó a su madre y limpió las lágrimas del rostro contrario, sonriendo enormemente cuando esta le besó la palma de su mano.

―Yoongi hyung me ayudó a venir y sobre mi trabajo, ya no tengo trabajo―el rostro de su madre se mostró confundido, ya que la pobre ni siquiera había reparado la presencia de alguien más. ―Atrás de ti.

La mujer dio media vuelta sobre su lugar, manteniendo un brazo sobre la espalda de su hijo, viendo con sorpresa al otro chico detrás de ellos.

―Un gusto, mi nombre es Min Yoongi―se presentó el hada con una reverencia, sonriendo pequeño ante la mirada de Jimin sobre él.

La mujer sonrió y se quitó el resto de las lágrimas del rostro, soltando a Jimin para poder dar una pequeña reverencia igualmente.

―Un gusto conocerte, mi nombre es YoungMi, Park YoungMi.

Yoongi contuvo la respiración de golpe al escuchar ese nombre, claro que se le hacía familiar y recordaba perfectamente de dónde era ese nombre.

"―Las que te dimos hace unos años, eran las últimas que quedaban, lastimosamente la última Ninfa que tenía la capacidad de crearlas desapareció hace muchos años."

"―YoungMi, ese era su nombre. Ella era la única con capacidades especiales en el bosque, esperábamos que pudiera procrear con algún elfo o ser similar, para saber si sus poderes podrían ser heredados."

Totalmente sorprendido miró de reojo a Jimin, quien le miraba con algo de preocupación, ya que se había mantenido varios segundos callado y con los ojos abiertos en sorpresa.

― ¿Te encuentras bien? ―le preguntó YoungMi con preocupación, mirando a su hijo, para que pudiera hacer algo.

―S-sí, discúlpeme. Es solo que me siento algo mareado por el viaje―suspiró tranquilo cuando la madre de Jimin asintió con una sonrisa sincera, le había creído.

―Bueno, quiero agradecerte por traer a mi Jiminie hasta aquí ¿Son amigos desde hace mucho? ―preguntó con una sonrisa, acercándose un poco más a Yoongi, siendo seguida por Jimin, ya que tenían las manos juntas.

―Poco más de un año, mamá. Te contaremos un poco más, pero creo que sería bueno que entremos, para que Yoongi hyung pueda sentarse―Jimin pensaba que Yoongi realmente estaba mareado, por lo que se preocupó por su salud.

Jimin tomó la mano de Yoongi y entre ambos mayores más altos que él, se veía algo gracioso, el hecho de que Jimin llevara de las manos a ambos más altos, viéndose pequeño en el centro.

―Cariño ¿No trajiste maletas? ―preguntó la madre nerviosa. ― ¿No se quedarán un tiempo?

Jimin puchereó y Yoongi sonrió enternecido, era notorio que la mayor quería que Jimin se quedara un tiempo y no se fuera el mismo día, por lo que el menor soltó a Yoongi y abrazó nuevamente a su madre, quien suspiró aliviada.

―Las traemos en la cajuela del auto, pero creo que es bueno hablar un poco antes de bajarlas, así Yoongi hyung puede recuperarse del mareo―la mujer asintió y besó la frente del menor, expandiendo su sonrisa.

Yoongi sonrió ante la gran similitud entre la sonrisa de la madre de Jimin y el mismo.

Pero el hecho de que ella podía ser la Ninfa era algo que no le dejaba tranquilo. Podía ser que fuera todo una gran coincidencia y que ella tuviera el mismo nombre, pero que no tuviera nada que ver con la Ninfa desaparecida.

Intentó ver sus orejas, pero estas estaban cubiertas por el abundante cabello.

― ¿Te gustaría que te hiciera un té para que pase el mareo? ―le preguntó la pelinegra con una linda sonrisa, haciendo que su atención volviera a la realidad.

No quería rechazar el té de la madre de su futuro novio, por lo que, a pesar de no sentirse mareado, aceptó.

―Lo agradecería mucho―dijo con una sonrisa, ganándose un asentimiento de la mujer.

―Pueden sentarse mientras tanto, haré el té para Yoongi y tengo jugo de durazno para ti, cariño―dijo mientras se encaminaba hasta la sala de la casa, en donde se encontraba el sofá.

En la sala no había nada realmente extraño, lo único que Yoongi podía observar era que la madre de Jimin no tenía un televisor en la sala, como la mayoría de los humanos tenían.

"―Se mudó a un pueblo en medio de la nada y no tiene nada con qué comunicarse conmigo, dejó todo aquí. La única forma en la que supe que estaba bien, es porque hace un año le mandé una carta y me dijo que estaba trabajando en una tienda de ese pueblo y que quería alejarse de cualquier cosa que la conectara con Busan, todo menos yo."

―Muchas gracias, mamá―Jimin sonrió y tomó asiento en el sofá, tomando la mano de Yoongi para que se sentara a su lado.

―Yoongi ¿Te gusta el té de menta? Es totalmente natural―sonrió orgullosa la mujer, haciendo que Yoongi sonriera igualmente.

―Me encanta, sé que el té de menta es perfecto para las personas con síntomas de mareo, el mejor remedio natural―YoungMi asintió completamente feliz, juntando sus manos sobre su regazo.

―Lo es, ves Jiminie, me decías que era una exagerada con mis remedios naturales y tu amigo conoce de ellos también―Jimin sonrió sin sospechar nada, apretando la mano de Yoongi al sentirse feliz por la buena relación que su madre y Yoongi estaban desarrollando. ―Bien, regreso en unos minutos.

"―Estoy seguro de que alucinará si llega a verte, no es como si mi "casi obsesión" por los seres mitológicos saliera de la nada, ella tuvo mucho que ver."

"―Ella siempre me contaba cuentos de seres mágicos, diciendo que ella pensaba que se encontraban escondidos por la vida."

―Hyung ¿Te sientes muy mal? ―la voz de Jimin hizo que despegara la vista de la entrada a la cocina, por donde la madre de Jimin había desaparecido.

―Jiminie, yo...―se detuvo al no saber si debía contarle aquello a Jimin, ya que no sabía si eso podría traerle problemas con su madre y lo que menos quería hacer, era que se pelearan por ello. ―Sí, es solo que creo que el viaje en auto no es para mí, pero no te preocupes, estoy bien.

"―Me gustaría presentártela. Al igual que mi padre ella es una hermosa persona, solo ha cambiado un poquito en sus comodidades."

― ¿Estás seguro? ―Jimin frunció ligeramente el ceño y colocó una mano sobre la mejilla del mayor, intentando verse serio. ―Sabes que no me gusta que me mientan.

Yoongi apretó los dientes ante la indecisión, ni siquiera estaba al cien por ciento seguro de que la madre de Jimin era la Ninfa desaparecida, aunque todo apuntara a que sí era ella.

Debía asegurarse primero.

―Sí y hay algo que quiero contarte, pero será más tarde ¿Sí? ―Jimin sonrió con tranquilidad al saber que sus sospechas no habían sido erróneas, Yoongi tenía algo para decirle.

―Sí, está bien. Si te sientes muy mal puedes ir a la habitación a descansar ¿Bien? ―Yoongi asintió con una sonrisa nerviosa y dejó un beso sobre los labios de Jimin, separándose pocos segundos después.

Agradecía que Jimin no pudiera sentir sus emociones como él, ya que su nerviosismo sería demasiado notorio y el menor comenzaría con el interrogatorio de golpe.

Minutos después la madre de Jimin llegó a la sala con todas las bebidas, entregándole el té a Yoongi y el vaso con jugo frío a su hijo. Ella se sentó en el sofá pequeño que se encontraba al frente, con su propia taza con té.

―Y cuéntenme ¿Cómo se conocieron? ―preguntó animada la mujer, dándole un sorbo a su bebida.

―Nos conocimos de casualidad en la calle―comenzó Jimin con la mentira, ya que sabía que Yoongi no era tan bueno improvisando, menos si se sentía mal. ―íbamos caminando hacia la misma dirección y como el día anterior había llovido mucho, había charcos de lodo en algunas partes. ―Yoongi sonrió al escuchar aquello, sabiendo que el charco sí era verdad dentro de la historia. ―Tropecé y caí sobre el charco, Yoongi hyung me ayudó a levantarme.

El hada iba a reír, ya que la cosa no fue tan romántica como lo planteaba Jimin, sino totalmente lo contrario. Pero se contuvo.

―Jiminie tiene piernas torpes y cayó muchas veces ese día, mientras le acompañaba a su departamento―el castaño le dio un pellizco disimulado, haciendo que Yoongi riera más.

YoungMi sonrió encantada, dejando la taza con té sobre la mesita del centro.

―Eso es muy lindo, me alegra que estuvieras ahí para ayudar a mi Jiminie. Siempre ha sido algo torpe con su andar.

En ese momento, la mujer tomó un mechón de su cabello y lo empujó detrás de su oreja, Yoongi apretando los labios cuando pudo observar la oreja de la mujer.

Redondeada, no había punta.

Frunció el ceño disimuladamente y despegó la vista de la oreja de la mujer.

―Ya mamá, no soy tan torpe. Es solo que estaba mojado y era inevitable―YoungMi sonrió y asintió, retomando su bebida.

La conversación siguiente no fue demasiado diferente, solamente que era más una plática entre madre e hijo, aunque ambos integraban a Yoongi en momentos, para que no se sintiera incómodo. Pero para el hada no era así, sino que era bueno el que no contaran tanto con su atención.

Aún estaba bastante intrigado sobre la Ninfa y todas las casualidades que apuntaban a la madre de Jimin.

Recordó que era capaz de ver el aura de las personas, sintiéndose algo torpe de haberlo recordado hasta ese momento. Si era verdad que las Ninfas tenían un aura mágica, pero no era tan perceptible como la de las hadas o seres similares.

Se concentró en YoungMi y en pocos segundos el aura de la mujer se presentó ante sus ojos. Sonrió pequeño al ver que hasta en eso era similar con Jimin, ambos tenían auras igual de hermosas, con bellas intenciones dentro.

Respiró hondo cuando pudo verlo, aquella luz resplandeciente que solo pertenecía a los seres mágicos.

Eso le hizo recordar a Taehyung, quien mantenía una aura muy similar a la de la Ninfa, pero menos fuerte.

―Creo que deberían tomar un baño y descansar un poco―el apretón de Jimin sobre su mano le hizo desconcentrarse, dejando de ver el aura de golpe. ―Prepararé el almuerzo y los llamaré cuando esté listo.

Yoongi enfocó su vista sobre Jimin, quien le veía preocupado.

―Tienes razón mamá, vamos hyung―Jimin se levantó del sofá y tiró de la mano de Yoongi, para que se levantara igualmente.

―Muchas gracias por el té, señora Park―agradeció Yoongi con una pequeña reverencia, ganándose una negación de la mayor.

―No es nada, por favor dime si sigues sintiéndote mal y prepararé algo más fuerte para ti―Jimin le lanzó un beso a su madre y ambos salieron de la casa para poder sacar las maletas de la cajuela. Jimin sintiéndose preocupado por Yoongi.

―Hyung, es mejor que tomes una ducha y duermas, no te ves nada bien.

El menor se encargó de bajar las maletas, Yoongi cerrando la cajuela, ya que Jimin no le permitía tomar la suya.

―Toma una ducha primero, luego lo haré yo. Creo que la ducha me hará sentir mejor―intentó tranquilizar al menor, ambos entrando nuevamente a la casa.

Yoongi caminó como si fuese a subir los escalones, para ir a la habitación de invitados. Pero se acercó un poco más a la madre de Jimin, para poder ver sus orejas con detenimiento.

Una cicatriz, justo en el hélix.

―Por aquí, hyung.

Fue llevado por Jimin hacia arriba, su mente llenándose de preguntas sin respuestas reales, la curiosidad siendo cada vez más fuerte.

Llegaron a la habitación de invitados y Jimin comenzó a sacar su toalla y ropa cómoda, para poder cambiarse en el baño después de tomar la ducha.

―Descansa un poco mientras me ducho, luego es tu turno―Jimin acarició el cabello de Yoongi y le dio un beso en los labios antes de retirarse al baño.

El hada se dejó caer sobre la cama mientras suspiraba con cansancio, tenía que comprobar que la madre de Jimin era la Ninfa desaparecida, la curiosidad no le permitiría el estar tranquilo el resto de la visita.

¿Qué consecuencias podrían caer sobre Jimin si su madre era una Ninfa? Él no poseía una aura mágica, por lo que no tenía poderes.

No se heredan, no entre ser mágico y humano. Concluyó.

Decidido, se levantó de la cama en silencio y salió de la habitación, dejando la puerta cerrada. Bajó los escalones con sigilo y cuando estuvo en el primer piso, se asomó por la puerta que daba a la cocina, viendo a la madre de Jimin cortando zanahorias tranquilamente.

Tragó duro y dio unos pasos hacia adelante.

―Ninfa YoungMi...

La mujer se congeló en su lugar, quedándose totalmente estática ante la voz y lo que esta había pronunciado. Lentamente comenzó a dar media vuelta sobre su lugar, viendo a Yoongi con total pánico bañando su rostro.

― ¿Quién eres? ―preguntó con temor, manteniendo el cuchillo en su mano, como si fuera lo único que la mantenía segura.

Yoongi suspiró y dejó que sus alas salieran de su espalda, ganándose una mirada asustada de YoungMi, quien dejó caer el cuchillo al suelo.

―Soy Min Yoongi, un hada completa del bosque Wishes.

Jungkook frunció el ceño mientras se colocaba la camiseta que había sacado del closet de Taehyung, bufando cuando esta se quedó atorada en sus hombros y pectorales, la pobre tela de algodón comenzando a romperse poco a poco.

Era temprano por la mañana, poco tiempo después de la ida de sus amigos y Jungkook no tenía nada mejor que hacer que alistarse para poder ir al bosque, lo malo era que toda la ropa que había llevado estaba recién lavada, por lo que no estaba seca. Lo único que se le ocurrió hacer, fue tomar una de las camisetas de Taehyung para no tener que salir desnudo.

Pero no, la pobre tela no quería cooperar con él y comenzaba a romperse por la fuerza que el elfo utilizaba para intentar colocársela correctamente.

El pelinegro terminó de desayunar y caminó hasta la habitación para poder ir al trabajo, no sabiendo que se encontraría a un pobre elfo en problemas con una de sus camisetas.

―Jungkookie ¿Qué haces? ―rio mientras se acercaba al menor, causándole gracia el que Jungkook tuviera su camiseta atorada en sus hombros y pectorales, sus brazos manteniéndose estirados hacia arriba, ya que no podía bajarlos.

―Mi ropa se ensució y no tengo algo para salir al bosque. Tomé una de tus camisas suavecitas, pero no me queda―Taehyung soltó una risita y dejó su celular y llaves sobre la cama, para poder ayudar al elfo en problemas.

―Vaya, luchas contra monstruos, torturas bestias mitológicas, pero una camiseta de algodón te ha vencido―colocó sus manos sobre la orilla de la camiseta y comenzó a tirar hacia arriba con fuerza, siendo algo difícil, tomando en cuenta que el elfo era más alto que él. ―N-no puedo sacarla, apenas puedo llegar más arriba de ti.

Un bufido salió de los labios de Taehyung, aguantándose una carcajada cuando volvió a ver al pobre Jungkook con su camiseta atorada.

―Voy a subirme a la cama y así podré tirar mejor, ven―Taehyung colocó su mano sobre la espalda baja del elfo y lo encaminó hasta la orilla de la cama, tomando impulso para poder subirse y quedar de pie frente al menor. ―Bien, junta tus brazos hacia arriba cuando cuente hasta tres, así voy a tirar hacia arriba y la camiseta saldrá.

Taehyung se acomodó sobre la cama y volvió a tomar el bode de la camiseta para tirar, utilizando toda su fuerza para que la prenda pudiera salir. Jungkook se quejó cuando sintió sus brazos ser aplastados con dolor, gruñendo cuando la prenda salió de repente y Taehyung cayó de golpe hacia atrás.

― ¡Ah! ―chilló Taehyung mientras caía de espaldas a la cama, manteniendo su pobre camiseta en su mano, la cual estaba rota. ―Oh, era mi camiseta favorita.

Se lamentó el menor con un puchero, viendo que la prenda estaba rota de uno de los costados, difícilmente podría repararla con una aguja e hilos, pero igualmente lo intentaría.

Jungkook vio al mayor con rostro apenado, había pasado por un momento bochornoso y para agregarle al asunto, había roto una de las prendas favoritas del chico que le gusta.

―Lo siento mucho, te conseguiré una igual―Taehyung suspiró y negó con una pequeña sonrisa.

―No era la camiseta en sí lo que me gustaba tanto―dijo mientras se reincorporaba sobre la cama, quedando sentado con las piernas cruzadas. ―Esta camiseta me la regaló mi madre antes de mudarme a Busan, como un recuerdo.

Jungkook tenía padres y realmente no les tenía tanto cariño, por lo que no comprendía en su totalidad el sentimiento, pero podía hacerse una idea. Se sintió mal por haber tomado la camiseta de Taehyung sin su permiso, además de haberla roto, cuando tenía un significado importante para él.

―L-lo siento mucho, no debí tomarla sin tu permiso, ahora está rota por mi culpa―el elfo se arrodilló sobre el suelo, posteriormente colocando sus brazos y quedando boca abajo, en una reverencia de disculpas.

Taehyung sonrió apenado por la situación y se bajó de la cama, tomando el cuerpo de Jungkook para indicarle que se levantara.

―No debes hacer una reverencia en disculpas, sé que no lo hiciste con malas intenciones―Jungkook le vio con ojos brillantes y comenzó a levantarse del suelo. ―Voy a buscar a alguien que pueda remendarla, igualmente la usaba como pijama, no me importa que se note la costura.

Taehyung caminó hasta su armario y buscó entre los cajones, en donde guardaba sus pijamas o ropa para andar en casa.

―Esta camisa seguramente te quedará, era de mi papá, pero puedes usarla. Le robé varias camisetas antes de venir―el elfo vio la camiseta que Taehyung le tendía.

Intentó saber lo que las letras de la camiseta decían, pero el no poder leer le impedía el conocer.

Taehyung notó el intento de Jungkook por descifrar las letras en la camiseta, sonriendo pequeño.

― ¿No sabes leer? ―preguntó con suavidad, ganándose una mirada apenada del elfo. ― ¿Los elfos de la realeza no saben leer?

―Para los elfos el ser de la realeza no es algo que se elija, es por herencia. Para mi raza el ser guerreros es la prioridad, el proteger a los nuestros y demostrar nuestras destacadas habilidades. El hacer esas cosas como leer o escribir no son importantes―Taehyung asintió y dejó la camiseta sobre la cama, para que Jungkook pudiera ponérsela cuando quisiera.

No es como que le molestara el que anduviera con el torso descubierto.

― ¿No has intentado aprender? Sé que Namjoon le enseñó a Jin hyung―Jungkook se rascó el pectoral derecho mientras pensaba.

―Intentó enseñarme, pero no me tuvo tanta paciencia, además de que estaba demasiado ocupado con las guardias como para quedarme mucho tiempo en su casa―Taehyung asintió, jugando con sus dedos en acto nervioso.

― ¿Te gustaría que te enseñara? No soy el mejor maestro, pero ayudaba a mis primos pequeños con sus tareas de vez en cuando y creo que podrías ser de ayuda para ti―dijo con una sonrisa.

Los ojos de Jungkook brillaron con ilusión, asintiendo rápidamente, como un niño pequeño que acaba de ganar un premio.

―Sí quiero, gracias por ofrecerte.

Taehyung asintió con una sonrisa y un ligero sonrojo.

―Voy a cepillarme los dientes, saldré al trabajo y conseguiré algunos libros para ayudarte a aprender, cuando tenga las cosas volveré―dijo mientras se encaminaba al baño, dando por hecho de que Jungkook lo estaría escuchando.

―Está bien, hyung.

Jungkook tomó la camiseta entre sus manos y miró las letras con atención, para él tenían forma, mas no un significado en específico. Todo lo que redactaba se hacía solo o se lo escribían, por lo que no había tenido real oportunidad para aprender.

A las hadas sí les enseñaban a leer y a escribir y aunque no fuera una prioridad aprender, a las hadas importantes como Yoongi les daban mejor educación que a las demás.

Caminó a la sala con la camiseta en manos, pensando en que se la pondría cuando Taehyung estuviera cerca, por si volvía a quedarse atrapado por la suave tela.

El timbre del departamento resonó, por lo que el menor frunció el ceño, ya que no esperaban visitas.

Caminó hasta la puerta y la abrió sin mirar, topándose con un chico de cabello negro, quien le miró con sorpresa.

― ¿Sí? ―preguntó con voz neutra y la mirada seria, no le agradaban los humanos, mucho menos los que aparecían en el departamento de los humanos de forma improvisada.

Minjae tragó duro ante la mirada que el chico más alto le dirigía, sintiéndose intimidado y confundido, ya que no tenía idea de quién era.

―Uh ¿Está Taehyung en casa? ―Jungkook frunció las cejas aún más, pero no dijo nada. Sabía que debía ser cortés y respetar las amistades del chico que le gusta.

―Sí...―en esos momentos Taehyung apareció por el pasillo, el elfo mirando hacia atrás. ―Hyung, alguien te busca.

Taehyung frunció el ceño y se acercó a la puerta, viendo con desgano de quien se trataba.

―A la mierda...―susurró para sí mismo. ―Jungkook ¿Puedes darnos un momento? ―preguntó con una sonrisa suave, muy diferente al rosto de molestia que le había dirigido a Minjae segundos atrás.

―Claro que sí―el elfo hizo una pequeña reverencia al desconocido y se retiró, yendo al sofá para poder colocarse la camiseta y tomar las cosas necesarias para irse al bosque.

Taehyung despegó la vista del elfo y la enfocó en Minjae, cerrando un poco más la puerta para que el chico dejara de ver a Jungkook.

―Minjae ¿Qué haces aquí? Pensé que las cosas habían quedado claras―el mayor miró con tristeza a su menor, acomodando la mochila sobre su espalda.

―Lo sé, pero quería saber si podíamos quedar y hablar un poco mejor, sobre que me des una oportunidad―Taehyung apretó la madera entre sus manos, aguantándose las ganas de rodar los ojos.

―Hyung, te lo dije tres veces y te lo repetiré, no estoy interesado, te veo solamente como mi amigo y eso no cambiará―sabía que usar palabras suaves no funcionaba, por lo que fue un poco más duro esa vez. ―Estoy interesado en otra persona y esa persona lo está de mí también. Por lo que no quiero que te hagas falsas ilusiones, porque algo entre tú y yo que no sea amistad, no será posible.

El mayor asintió con una mueca dolida, pero es que parecía un completo masoquista, porque por más veces que Taehyung se lo ha dejado claro, él no se rendía.

― ¿Es el chico que me abrió la puerta? ―Taehyung suspiró cansado, tenía que ir al trabajo y Minjae le estaba distrayendo tontamente.

―Sí, es él―el rostro de Minjae decayó nuevamente, pero asintió. ―Me gustaría que siguiéramos siendo amigos, pero si sigues así de insistente, creo que no será posible.

El celular de Taehyung comenzó a sonar, interrumpiendo de momento su conversación tan incómoda. Cuando lo sacó de su bolsillo para ver quién era, leyó el nombre de Jungkook.

―Me están llamando del trabajo, debo terminar de arreglarme―dijo mientras caminaba lentamente hacia atrás, dando por terminada la conversación. ―Sería bueno que nos tomemos un tiempo alejados, cuando te sientas más cómodo de mantente como mi amigo, puedes volver.

Con esas palabras dio por terminada la conversación y cerró la puerta del departamento, respirando hondo ante el cansancio.

Jungkook le veía desde el sofá, su celular aún manteniéndose entre sus manos.

― ¿Funcionó? ―preguntó con una sonrisa, haciendo que Taehyung sonriera igualmente.

―Sí, gracias por eso―despegó su espalda de la pared y retomó sus actividades. ― ¿Dónde aprendiste eso? Fue una buena forma de librarme del momento incómodo.

―Lo vi en una película, la situación fue muy parecida y pensé que sería bueno hacer eso también―Taehyung asintió, tomando su maleta.

―Muchas gracias, Jungkook, no olvides que más tarde comenzaremos con las clases―Taehyung esperó unos segundos a que Minjae saliera del edificio, intentando calcular el tiempo para no toparse con él.

―Yo estaré aquí lo más rápido que pueda―el elfo, con la camiseta puesta, se colocó frente a la puerta, para despedir al mayor.

Taehyung se inclinó un poco sobre sí mismo y se alzó sobre la punta de sus pies, dándole un pequeño beso en la mejilla al elfo, quien se sonrojó enormemente ante la acción.

―Cuídate y nos vemos más tarde.

El elfo se sintió sonrojar desde las mejillas hasta la punta de sus orejas, poniéndose algo torpe para cerrar la puerta del departamento, con su estúpida sonrisa de elfo enamorado decorando su rostro sin remedio.

―Sí, más tarde.

Respondió tardío mientras caminaba hasta la habitación, los nervios apoderándose de su cuerpo, sintiéndose bastante torpe. Nunca había tenido ese sentimiento antes, con Yoongi todo era simple y triste, todo lo contrario a ese momento.

Pero su sonrisa se borró ligeramente cuando vio una nota sobre la cama, sabiendo que ese tipo de papel es el que Namjoon utilizaba.

¿Cómo leería la carta si no sabe leer? Esperaba que el hechicero hiciera una de esas cartas que se leen solas, porque si no, estaría en problemas.

La tomó y la abrió, viendo que las letras se iluminaban ligeramente.

―Jungkook, soy Namjoon―el elfo suspiró aliviando cuando la voz del hechicero salió del papel. ―Necesito que vengas al bosque lo más rápido que puedas, tus padres están aquí y no están nada felices, por lo que pude observar. Les dije que estabas haciendo guardia en la otra punta del bosque, que te llamaría para que hables con ellos, así que ven rápido porque no entiendo el motivo del que estén aquí. Puedes dejar tus maletas en mi casa, pero apresúrate.

Y la sonrisa se borró por completo.

PRECIOSO, DIVINO, HERMOSO cómic hecho por: @Sabor_a_fresa Fresita, sabes que amo tus dibujos 🥺❤️

¡Hola! 👀

Yo les advertí, les dije que el capítulo anterior había sido tranquilito porque el drama se venía 👀 así que espero que estén preparadas para lo que se viene.

Yo pensaba que estaba poniendo demasiado KookV, tomando en cuenta que son una pareja secundaria, no principal, por lo que disminuí sus momentos. Pero en el capítulo anterior me pidieron que si podía poner más momentos de esta pareja, por lo que yo les hago caso 👀😂

¿Qué les pareció el capítulo de hoy?

Esta vez fue más largo de lo habitual, 6000 palabras, porque lo dividí en dos días y pude inspirarme lo suficiente 😂 espero que les haya gustado

Estaré leyendo sus comentarios 👀❤

¿Ya vieron la nueva portada? ¡A mí me encanta! Fue hecha por sweetear_elims ya que como ganamos en los Yoonmin Awards 2020, una portada era parte de los premios

Como les digo siempre, cuídense mucho🐥

¡Nos leemos prontooooo!

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