🌻27🌻
Dedicado a: _Dawn__
Feliz cumpleaños 🥳❤️
🍀
Yoongi no había podido dormir bien en toda la noche, la duda y preocupación le habían hecho despertarse media hora después de que pudo cerrar sus ojos para descansar.
No quería preocuparse demasiado, porque ese elemento que existía en el aura de Taehyung, no se sentía como algo maligno, simplemente era algo desconocido que había aparecido de repente.
No tenía mucho conocimiento sobre las auras, esa no era su área realmente. Pero Jin era el experto en ellas y puede identificar qué son y hasta de dónde o cómo surgieron en el cuerpo.
De lo que Jin le había enseñado, el ser vivo estaba compuesto por su alma y aura, las cuales brillaban resplandecientes alrededor de su cuerpo, como si fuera una capa externa del cuerpo.
Había dos luces dentro de este y eran muy diferentes. El interior, el cual resplandecía con la esencia del alma del ser vivo. Luego estaba el aura cambiante, el cual podía ser de diferentes tonalidades, dependiendo a la emoción que el ser vivo esté sintiendo.
Si el cambio de Taehyung hubiera sido en el aura cambiante, no habría ningún problema o duda, porque esa aura cambiaba constantemente, en especial en los humanos. Pero el cambio había sido en la esencia de su alma y eso no era algo normal, no al menos dentro de sus conocimientos.
Tanto el alma de Taehyung como el de Jimin eran brillantes, muy hermosas, pero a su vez comunes. Los seres mágicos tenían auras mucho más resplandecientes que los humanos, por lo que era bastante fácil el diferenciar cuando alguien lo era o no.
―Hyung...―se sobresaltó y apretó a Suga entre sus brazos ante el susto, haciendo que el pequeño minino se quejara en un maullido por el apretón. ―Ay, lo siento.
Jimin le veía con sus ojitos entrecerrados por haberse levantado recién, su cabello estaba despeinado y su cara un poco hinchada. A Yoongi siempre le había parecido una imagen digna de admirar.
―No te preocupes, es solo que no te escuché―Yoongi sonrió y se dio vuelta, ya que anteriormente estaba viendo por la ventana de la sala, pensando en todo lo que había descubierto y lo que le faltaba por descubrir.
Había estado muy estresado en los últimos días, demasiadas cosas habían pasado y estaban sucediendo. Se sentía saturado, algo que jamás había experimentado.
Estaba tan asustado de sus pensamientos, que le pidió al elfo que fuera a tomar su puesto en la cama y le dejara el sofá, porque necesitaba pensar sin tener a los dos humanos junto a él. El menor, totalmente dormido y apenas recordando su nombre, fue a tomar el puesto que su hyung le daba.
Jimin notó que Yoongi temblaba un poco, haciendo que frunciera el ceño por la confusión.
―Hey ¿Tienes frío? ―el hada negó mientras se alejaba de la ventana, sentándose en el sofá grande. Suga se mantuvo siempre en su regazo, pudiendo sentir que el hada lo necesitaba en esos momentos. ―Estás temblado.
Yoongi no podía sentir frío, al menos no en un extremo para llegar a temblar, de igual manera con el calor. Por lo que eso era algo interno y totalmente desconectado del clima.
―Yo tampoco sé qué me pasa, me he sentido raro últimamente―Jimin se sentó al lado de Yoongi, de forma que pudiera verle de frente. ―Han pasado muchas cosas que me han generado emociones fuertes y me he sentido muy raro.
Jimin miró las manos de Yoongi, las cuales se mantenían sobre Suga y torció los labios.
―Debes estar sintiendo mucho estrés, es algo normal entre humanos, no sé si las hadas lo sienten también―Yoongi apretó los dedos, procurando el no lastimar al minino que descansaba sobre él.
―No lo había sentido antes, no lo sé.
Jimin respiró hondo y tomó a Suga entre sus brazos, el pobre gato maullando por haber sido perturbado de su sueño. El pelinegro lo llevó a su camita y lo dejó descansando ahí, quería hablar con Yoongi y sabía que este no se movería ni un centímetro su Suga estaba sobre él.
Cuando volvió a sentarse junto a Yoongi, el hada se colocó de lado sobre el sofá, para poder ver al menor de frente igualmente.
―Han pasado muchas cosas estresantes en poco tiempo; el hada mayor, Tzuyu, los seres mitológicos que han entrado al bosque, lo que le hicieron a Taehyung y nuestra preocupación porque olvidara algo importante. Todo eso te ha mantenido preocupado y mucha preocupación lleva al estrés e incluso a la ansiedad―Jimin tomó las manos de Yoongi entre las suyas, notando que el hada tenía sangre brotando de sus pulgares.
Yoongi dirigió la vista al agarre que el menor ejercía sobre sus manos, devolviendo el apretoncito.
― ¿Cómo se quita esto? ―Jimin sonrió pequeño y se acercó un poco más a Yoongi, no sabiendo qué decirle exactamente, porque ni siquiera él lo sabía en su totalidad.
―No hay una cura o una medicina para esto, simplemente debes intentar el relajarte y no pensar mucho en los problemas.
Jimin sabía que eso era muchísimo más difícil de lo que se escuchaba, él lo sabía muy bien. Pero no sabía el cómo explicarle al hada que eso suele pasar y lo mejor es hacer que no llegue a mayores, ya que podía sufrir un ataque de ansiedad o algo similar.
Todo era complicado, Yoongi no podía relajarse, mucho menos en ese momento. En unas horas tendría que partir al bosque por un tiempo indefinido, para buscar por cada rincón del bosque a esos seres que se estaban escondiendo para después atacar.
El menor acarició con sus dedos el dorso de la mano de Yoongi, dándose cuenta de que su mano se había llenado de sangre.
Con preocupación examinó las manos de Yoongi, encontrando el punto de donde la sangre estaba brotando.
― ¿Te has mordido los dedos? ―Jimin tomó con mucho cuidado ambos pulgares del hada, chasqueando la lengua cuando se dio cuenta que la sangre brotaba sin parar, pero al hada no parecía dolerle en lo absoluto.
―No sé por qué lo hice, no pude controlarlo―Jimin notaba que las heridas comenzaban a cicatrizar. La cicatrización de Yoongi era rápida, pero no tanto como la del elfo Jungkook. ―No duele, no te preocupes.
El pelinegro agradeció que el hada no fuera humano y no tuviera la misma recepción del dolor que ellos, porque definitivamente esas mordidas se veían muy dolorosas.
―Entiendo, yo antes me mordía las uñas cuando estaba estresado, es algo que suele pasar―Yoongi imitó la acción anterior de Jimin, siendo él el que inspeccionó las pequeñas manos del menor, notando sus hermosas uñas. ―Logré dejar de hacerlo.
Yoongi notó algo de lo que no se había dado cuenta antes, algo que se le hizo terriblemente adorable. Hizo que Jimin encogiera todos los dedos, menos el meñique, haciendo que el pequeño y regordete dedo saliera a la luz.
―Jiminie, tus dedos son muy adorables, pero este definitivamente es mi favorito―el pelinegro se sonrojó ante las palabras de Yoongi, su dedo meñique siendo uno de sus complejos. No le gustaba que fuera tan pequeño y gordito.
―Es feo, no me gusta―Yoongi frunció el ceño, notablemente molesto por el comentario de Jimin. ―Toda mi mano es pequeña y no me gusta mucho.
El hada levantó una de las manos de Jimin, haciendo que la palma de esta quedara frente a él. Con su mano derecha apegó su palma a la del menor, comparando tamaños.
Jimin se mordió el labio ante la amplia diferencia de tamaños, Yoongi tenía dedos largos y palmas alargadas, por lo que su mano se veía muy pequeña cuando las juntaban.
―A mí me pareces un ser completamente hermoso, así que es difícil el pensar que tengas algo que no lo sea―el pelinegro no sabía cómo no había muerto por un ataque al corazón, si cada vez que Yoongi le decía algo lindo, este comenzaba a bombear como loco. ―Todo de ti es precioso, tus manos también lo son.
Ambos sabían que tenían una plática pendiente, más que todo Jimin. Ya que no habían dejado en claro qué pasaría después de haberse besado.
Yoongi no sabía nada sobre el tema de las relaciones humanas y lo poco que había conocido, le había perturbado un poco, por lo que no sabía si algo seguía después de esas acciones.
―Hyung, creo que debemos hablar sobre el beso―Yoongi levantó la vista hacia los ojos de Jimin y bajó ambas manos, tanto la suya como la de Jimin. ―Digo, de los besos.
Yoongi sonrió sin vergüenza al escuchar la acción que tanto le había gustado.
― ¿Me darás más?
Jimin se sonrojó enormemente ante las palabras de Yoongi, en especial porque las había dicho con muchísima ilusión. Ese hada no tenía pudor y cómo podría tenerlo, si no comprendía lo que un beso significaba.
―Y-yo, quiero decir... ¿Te gustaron? ―Yoongi asintió sin pensárselo demasiado.
―Sé que no lo hago bien, porque no me has enseñado como dijiste, pero se siente bien―Jimin no sabía si podría soportar el llevar esos temas con alguien tan inocente en el campo, ya que su rostro amenazaba por explotar ante el sonrojo que decoraba sus mejillas. ―Estás muy rojito ahora.
― ¿C-cómo quieres que no me sonroje? Hablas tan natural de las cosas―Yoongi se acercó un poco más a Jimin, sus rodillas quedando pegadas.
― ¿Es un tema que debamos hablar con discreción? Lo siento si es así y te incomodo―Jimin comenzó a negar con la cabeza rápidamente al ver el rostro confundido de Yoongi.
―No es eso, es solo que un beso es algo importante, al menos para la mayoría de los humanos. Me incluyo ahí―Yoongi asintió lentamente al comprender.
El beso es importante para algunos humanos, no todos.
― ¿Y qué significa el beso?
―El beso normalmente se lo dan dos personas que se gustan o se quieren, el beso en los labios debes darlo con tu pareja, con nadie más―Yoongi comprendió que se refería a la pareja de apareamiento. ―T-tú y yo nos besamos, porque nos gustamos y nos queremos.
Yoongi asintió al comprender, intentando relacionarlo con algo que le hayan ensañado anteriormente, para poder comprender en su totalidad la importancia del beso.
―Entonces, el beso solo se puede hacer con la persona que te gusta y quieres...―Jimin asintió con una sonrisa pequeña. ―Pero yo no te quiero.
Jimin eliminó su sonrisa de golpe y soltó las manos de Yoongi con los ojos bien abiertos, sintiéndose en total asombro cuando escuchó aquellas palabras.
El hada no comprendió lo que pasaba, menos el motivo de la aparente molestia de Jimin.
― ¿Qué sucede? ―Jimin intentó el no entrar en crisis demasiado rápido, debía darle una oportunidad a Yoongi para justificar lo que había dicho y no hacer suposiciones.
― ¿Qué quieres decir con que no me quieres? ―Yoongi torció los labios y volvió a tomar las manos de Jimin, no quería separarse del toque.
―Yo quiero a Taehyung, Jungkook, Namjoon, Jin y Suran. A Hoseok un poco, no tanto aún―Jimin respiró entrecortado e intentó que el pequeño pinchazo en su pecho no le evitara el escuchar con claridad al hada.
― ¿Y yo? ¿Qué sientes por mí?
Jimin era un ser inseguro en muchas ocasiones y el hecho de que Yoongi le había dicho que no le quería, era algo que le había tomado por total sorpresa.
―Antes te quería, pero ahora no...―el hada apretó las manos de Jimin cuando este intentó soltarse nuevamente. ―E-espera ¿Por qué te enojas?
Jimin se sentía afectado por las palabras de Yoongi, aún sabiendo que todo podía ser una equivocación. No le gustaba el escuchar a Yoongi decir eso, lo lastimaba.
¿A qué se refería con que antes le quería y ahora no?
No comprendía, pero en ese momento no podía sentarse a procesar todo lentamente, como debería hacerlo.
―C-creo que debo ir a descansar, hablaremos después―Yoongi intentó retener a Jimin otra vez, pero el chico corrió a la habitación sin dejarle decir más, cerrando la puerta con cuidado, para no despertar a los demás.
El hada miró al gatito, quien dormía tranquilamente sobre la camita y suspiró. Segundos después fijó la vista en sus manos. No entendía nada y Jimin no le había dejado explicarle las cosas, quizá era demasiado lento para explicar las cosas o el menor era demasiado rápido para crearse ideas erróneas en la cabeza.
Se levantó del sofá con tristeza, caminando hacia la mesa del comedor para poder sentarse un momento y pensar, realmente no tenía nada de sueño y después de lo que había pasado, dormir era lo último que haría.
―Los humanos se dejan dominar por sus emociones y actúan impulsivamente―susurró para sí mismo, pasando sus manos por su cabello.
Hablaría con Jimin cuando amaneciera, pero sabía que sería algo difícil, ya que tendrían que irse al bosque lo más temprano posible.
Yoongi terminó de guardar en poco de sus cosas en su maleta de hojas, suspirando cuando vio de reojo a Jimin aún dormido, en la cama de la habitación.
Jungkook era como un gallo en una granja, siempre se levantaba muy temprano y comenzaba a hacer sus ejercicios para ganar musculatura, siendo bastante ruidoso, para el gusto de Yoongi.
La mayoría de los elfos, por no decir todos, poseen un cuerpo delgado y sin músculos marcados, pero el elfo adolescente no quería ser así y había comenzado una rutina intensa de ejercicios desde muy pequeño, por lo que ahora tenía un cuerpo fornido.
No era nada exagerado, ya que a los elfos les cuesta ganar músculos, pero tenía un cuerpo muy admirado entre los suyos.
Yoongi había intentado hacer ejercicio con él una vez, pero lo dejó en los primeros diez segundos de la rutina.
Abrochó su maleta y la tomó, saliendo de la habitación con cuidado, para no despertar a los humanos. Se irían en unas horas más, pero debían tener todo preparado para poder salir.
Le ponía triste el tener que irse, pero era necesario.
Llegó a la sala y se agachó para poder tomar a Suga entre sus brazos, dándole algunos mimos de despedida.
―Ya te dije que te alejes de los vegetales, si no lo haces, no habrá premios los viernes―Yoongi le hablaba a Suga, sabiendo que el gato mimoso le comprendía a la perfección, aún cuando no pudiera responderle. No tenía la capacidad de entender su lenguaje, pero sus características mágicas le permitían el hacerse entender. ―Aunque yo no pueda verte, Jimin te va a controlar.
Jamás pensó que se llevaría tan bien con el pobre gato que había lanzado por los aires el día de su llegada. La vida daba vueltas inesperadas y ahora Yoongi no quería dejarlo, quería llevárselo, pero no podía hacerlo.
―Hyung, mira lo que apareció aquí―dijo Jungkook mientras se levantaba del suelo, caminando hacia Yoongi con una hoja en su mano. ―Creo que es una carta.
Yoongi la recibió con curiosidad y comenzó a desdoblarla, notando que era la caligrafía de Namjoon.
"Sea quien sea que la lea.
Yoongi y Jungkook, necesito que vengan ahora mismo. Ha venido un grupo de Arpías y están atacando al pueblo de las Ninfas. Son cinco y parece que estaban perdidas hace un buen tiempo, no se les ve que sean de un bosque cercano.
Vengan ya."
Yoongi gruñó cuando leyó la nota, pensando en que no podrían despedirse bien de los humanos, ya que debían irse inmediatamente.
―Hyung ¿Qué dice la nota? ―preguntó el elfo con preocupación, ya que la cara del hada no delataba nada bueno.
Y como el elfo no sabía leer, pues debía preguntar.
―Namjoon dice que han llegado unas Arpías al bosque, esas hijas de puta apestosas están atacando a las Ninfas―Jungkook jadeó molesto y comenzó a tomar sus pocas cosas, más que todo sus armas.
Las Ninfas eran importantes en el bosque, en realidad todas las especies lo eran, pero con las Ninfas se tenían tratos diferentes adaptados a su especie, por lo que no podían permitir que su pueblo fuera destruido por las Arpías.
―Debemos irnos ya, sabes lo horrible que es esa especie―Jungkook asintió y tomó su estuche con armas, abriendo la puerta del departamento para salir.
Yoongi miró la carta que había escrito hace unos minutos, tomando el mismo bolígrafo que había utilizado anteriormente para agregar el detalle de su desaparición al final y que ellos no se preocuparan por no verlos ahí.
―Hyung, vamos rápido―Yoongi voló rápidamente a la habitación y dejó la carta al lado de Jimin, sobre la cama.
Voló de regreso a la sala y tomó a Jungkook de la mano, haciendo que entrara nuevamente al departamento y cerrara la puerta.
―Nos iremos volando, es más rápido―el elfo asintió y dejó que Yoongi esparciera el polvillo en su cuerpo, ambos comenzando a hacerse más pequeños.
A diferencia que con Jimin, Jungkook tuvo que aferrarse al brazo de Yoongi para no salir volando.
Un hada con preferencias.
― ¡Hyung, nada tiene sentido! ―gritó Jungkook mientras cerraba los ojos, no estaba acostumbrado a que le diera todo el aire en la cara y mantenerlos abiertos. ―Las Arpías no viven en los bosques, sino en cuevas húmedas.
Yoongi sabía aquello, por lo que no comprendía por qué había Arpías en el bosque, no tenía sentido alguno.
―Lo sé, tendremos que interrogar a una de ellas para saber de dónde vienen―Jungkook hizo una mueca al recordar que las horribles mujeres pájaro apestaban como a basura podrida y aquello se podía sentir a una buena distancia.
―Ellas huelen a pura mierda.
Las Arpías tenían en su mayoría un parecido con las mujeres humanas, pero lo que las diferenciaba enormemente, eran sus alas negras y plumas que se pegaban a sus cuerpos. Las mujeres de esa raza eran como cuervos mutados con mujeres.
No siendo suficiente su aspecto espantoso, ellas olían a pura mierda en todo su esplendor y eran muy peligrosas cuando se encontraban en grupos. Roban comida y atacan porque sí, seres repulsivos que nada tenían que ver con el bosque.
―Lo sé también, te podremos una pinza en la nariz mientras la torturas―dijo Yoongi con una sonrisa, ganándose un pellizco en la pierna por el elfo.
Llegaron rápidamente al bosque, pero esa vez no aterrizaron en la misma zona de siempre, sino más adelante, en donde estaba el pueblo del las Ninfas. Todas tenían tamaño humano, por lo que las casas eran más grandes, era un pueblo mediano y pacífico, al menos hasta ese momento.
Vieron a Namjoon pelearse con una de las Arpías, algunos elfos de la tropa peleando con las demás, se veía claramente la desventaja, ya que con esas cosas espantosas, las peleas cuerpo a cuerpo no eran muy efectivas.
Si una Arpía te lastimaba con una de sus largas garras, podría ser un daño perjudicial y hasta acabar con la vida de un ser.
―Solo dispara, no te acerques demasiado. Dales la orden a los tuyos―Jungkook asintió y comenzó a hacerse grande nuevamente, ya que habían aterrizado. ―Maten a todas, menos a la que Namjoon tiene neutralizada, ella será la juzgada.
Jungkook asintió y sacó su arco de su estuche, comenzando a correr hasta su ejército de elfos.
― ¡Tropa de elfos! ―gritó mientras apretaba los brazos en torno a su arma, logrando que todos los elfos de rangos menores corrieran a su disposición y se colocaran detrás de él, ya que el dirigente siempre iba por delante. ―Es nuestro momento de atacar, no se acerquen demasiado, utilicen sus arcos y si es necesario, sus espadas. ―Jungkook comenzó a caminar hacia las Arpías, las cuales estaban sentados esperándoles, burlándose de ellos. ―Maten sin piedad y si alguna se escapa, todos pagaremos las consecuencias ¿Entendido?
La tropa de elfos, la cual en ese momento consistían en diez, asintió a las palabras de Jungkook. Los otros cinco estaban heridos en el suelo.
― ¡Entendido, príncipe Jeon!
Mientras tanto, Yoongi se encontraba corriendo hacia Namjoon, lanzándole unas estacas hechas con piedra a la cosa. No sabía cómo catalogarla realmente.
― ¡Agh, peste de mierda! ―gritó Namjoon cuando por fin Yoongi pudo derribarla, dejando sus alas muy heridas por las estacas de piedra que Yoongi había hecho con sus poderes.
Los huesos de sus alas habían sido dañados, al igual que sus plumas, por lo que no podía volar.
―La muy maldita intentó lamerme el rostro con su asquerosa lengua, sus dientes podridos casi me tocan la cara―Namjoon soltó una arcada mientras se retorcía, dándole una patada en la cara a la bestia para que se quedara inconsciente.
―No le digas eso a Jin hyung, porque la va a cortar en pedacitos y hará que se coma su propio cuerpo―Namjoon sonrió ante la mención de su pareja.
― ¡Oigan! ¿Solo mis elfos están peleando? ―gritó Jungkook desde la distancia mientras le enterraba su espada a una de las Arpías en el pecho, justo al medio, entre sus pechos.
― ¡No, ya vamos!
Y es que cómo podría Yoongi relajarse, si cuando salían de un problema, uno nuevo salía. Ni siquiera pudo darse otro beso con Jimin, eso le decepcionaba un poco.
Solo esperaba que su carta fuera suficiente para que Jimin le perdonara, no quería quedar mal con él, mucho menos en esos momentos, en los cuales no sabía cuándo regresaría al departamento o si podría hacerlo siquiera.
Las cosas estaban mal en el bosque y no podía quedarse de brazos cruzados en otro lado solo porque no lo sentía como su hogar, no era justo.
Compensaría a Jimin cuando tenga la oportunidad, le llevará a esa salida de la que le habló aquel día en la habitación. Además que le reclamaría para que le diera su beso.
Jimin bufó cuando sus huesos tronaron ante el despertar, sintiendo su cuerpo totalmente relajado por el reciente sueño.
Abrió los ojos con pereza y pudo ver que Jungkook ya no estaba ahí, probablemente se había levantado a hacer ejercicio como todas las mañanas. Jimin no podía entender cómo alguien podía levantarse con tantos ánimos a ejercitarse, era inhumano.
Bueno, aunque Jungkook no era humano, literalmente.
Frunció el ceño cuando sintió algo incomodarle por debajo de su espalda, metiendo la mano para poder sacar aquello que le molestaba. Era una hoja de un cuaderno, doblada por la mitad.
Se sentó en la cama y desdobló el maltratado papel, maltratado por su espalda al no haberse dado cuenta de que estaba ahí.
― ¿Una carta? ―cuando logró ver la caligrafía un poco temblorosa y fea, pero demasiado adorable a su parecer, supo quién la había dejado ahí. ―Yoongi...
Comenzó a leerla, grabándose en la mente y en el corazón cada palabra que Yoongi había escrito con tanto esfuerzo, haciendo que su corazón se encogiera ante la ternura que le causaba el hada. Se arrepentía de haberse ido durante la noche.
❝Hola Jiminie.
Soy Yoongi, el hada. Bueno, eso es obvio. Agh.
Te escribo una carta porque sé que estás molesto conmigo y no creo que quieras hablarme, así que te escribo mejor. Ojalá no ignores esta carta también.
Bueno, lo que quería explicarte es por qué dije que no te quiero, no pensé que te lo tomarías tan mal y no me dejarías hablar sobre lo que me refería. Cuando decía que no te quiero, es verdad, no te quiero Jimin.
Te dije que quiero a Taehyung y a los demás chicos y es verdad, porque a ellos los aprecio mucho como mis amigos, mágicos y no mágicos.
Tú no entras en esa lista porque no siento lo mismo por ti.
No sé cómo explicártelo, espero que no hayas tirado la carta antes de seguir leyendo...
Los cisnes son seres que solo encuentran a su compañero de vida una vez, sienten un cariño tan grande por su pareja, que no son capaces de dejarlas o separarse de ellas nunca más. No es solo un cariño para buscar un apareamiento, como la mayoría de las parejas de vida, ellos se mantienen juntos porque se aman muchísimo, un sentimiento demasiado fuerte que otros seres jamás podrían comprender.
Tú eres mi cisne, Jimin.
No siento lo mismo por ti que por los demás, por lo que no te quiero, eso es poco para describir las emociones que me haces sentir.
Eso quería decirte, pero no sabía cómo.
Espero que ya no estés molesto conmigo, aún debes darme un beso.
Tu ahora querido, Min Yoongi.
Por cierto, esto lo escribo unos minutos después, con Jungkook tuvimos que irnos de emergencia al bosque, te escribiré en el celular cuando tenga la oportunidad.❞
Edits hermosos hechos por: @Hobiismyhope00 🥺❤️
¡Hola! 👀
Este capítulo fue un poco más corto de lo usual, no tanto, pero fue escrito con mucho cariño durante mi clase de Métodos de evaluación psicológica 2 😉
¿Cómo han estado? ¿Qué les pareció la cartita de Yoongi?
No saben el miedo que me da poner imágenes sobre los seres que describo, siento que Wattpad se va a poner sensible y me va a borrar la historia (∩︵∩)
Espero que el capítulo de hoy les haya gustado❤
¡Nos leemos prontooooo!✨
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