🌻05🌻
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Jimin y Taehyung fueron a comprar un pastel para Suran, mientras los dos seres mágicos solucionaban sus problemas dentro del departamento de los chicos, esperando que no tuvieran una clase de guerra mágica y que llamaran la atención de alguien en el edificio.
Taehyung propuso el ir al bosque para ver si estaban los otros seres ahí y así poder invitarlos a la pequeña fiesta que harían para Suran, en donde comerían comida chatarra a montones y pastel.
Suran no sabía cómo eran los pasteles humanos y quería probar.
Namjoon se había negado completamente a exponer a su pareja, ya que era quien se mostraba más extraño ante los humanos, pero Jin había insistido entre pucheros y palabras melosas. El hechicero terminó aceptando a regañadientes.
―Vamos hyung, lo ve, no es tan malo―Jimin le dijo a Namjoon con una sonrisa traviesa al ver al tritón en una silla de ruedas, la cual era como un balde en la parte del asiento y Jin podía tener algo de agua en su retaguardia.
Jimin le había mostrado al hechicero lo que era una silla de ruedas, para que este hiciera una para Jin, con algunas alteraciones para que el tritón no muriera a medio camino por falta de agua. Su cola siendo cubierta por una manta y su piel escamosa con el suéter de Jimin.
―Si algo le llega a pasar a mi pareja, haré que tengas patas de puerco y nariz de tucán ¿Entendido? ―Jimin se atragantó con su propia saliva y miró al moreno con ojos nerviosos, asintiendo ante la amenaza recibida.
―Namie cállate, si eres así con ellos no querrán ser mis amigos―Jin regañó al mayor y se cruzó de brazos en signo de molestia, quizá debía imitar a Suran y reclamarle al mayor el ser tan egoísta y quejón.
Pero yo no podría moverme para dejarle solo ¿me iría arrastrando por el suelo?
―Puedo fabricarte amigos de hojas si es lo que quieres―Jin chilló demasiado estresado y dio un manotazo fuerte en una de las manos de su pareja, quien le ayudaba con la silla de ruedas.
―Quítate y que Jiminie me ayude, eres una molestia cuando te pones de los nervios―Jin siguió dando manotazos a Namjoon hasta que este se alejó y Jimin tomó control de la silla, haciendo que el hechicero bufara.
Jungkook no había aceptado el dejar su arma en el bosque, su arco y flechas descansando en su estuche, sobre la espalda del elfo. La ropa del chico era lo que más podría llamar la atención, ya que el cabello largo lograba cubrir sus puntiagudas orejas, por lo cual no se preocuparon demasiado por él.
Las personas les miraban con curiosidad, al menos al más joven de todos, este les miraba con ojos amenazadores, preparado para sacar su arco y flechas a cualquiera que quisiera acercarse, sintiéndose demasiado acosado.
Una bolita de pelos apareció entre los arbustos, mirando con atención a los chicos que caminaban hacia el complejo de departamentos, maullando con curiosidad y moviendo su colita hacia los lados. Salió de entre los arbustos y corrió hacia los seres que caminaban tranquilamente, acercándose hacia el elfo, quien llevaba ropa hecha de hojas y hierbas.
Parte de su pantalón estaba hecha de Nepeta Cataria, por lo que el gatito se sintió completamente atraído por el olor de aquella planta, caminando lo más rápido que sus patitas lastimadas le permitían y olfateaba el pantalón.
Jungkook sintió una molestia en su pierna y miró hacia abajo con el ceño fruncido, sacando rápidamente su arco y flecha cuando vio a un animal extraño y sucio muy cerca de él, haciendo que los chicos le vieran rápidamente.
El elfo apuntó con su flecha al pobre minino, el cual se había removido asustado por el brusco trato del chico.
― ¡Jungkook, no lo hagas, es un gatito! ―Jimin gritó con terror al pensar que el elfo lastimaría al pobre animalito, Taehyung corriendo hacia el gato y cargándolo sobre su pecho.
―No seas exagerado, elfo descerebrado, es un pobre gato bebé―Jungkook guardó su arma y bufó ante el insulto del humano, tenía unas ganas increíbles de golpear al chico de cabello rojo, pero se contenía.
―No me insultes, humano imbécil―Taehyung rodó los ojos y volvió al lado de Jimin, quien entre pucheros le pidió que le dejara cargar al gatito.
―No hay de esos en el bosque y Jungkook ha sido criado para defenderse de lo desconocido, así que no lo culpen ¿Verdad, corazón? ―Jin habló ante la mirada seria de los humanos, quienes aún estaban inseguros si fuera bueno dejar al minino cerca del elfo.
Jungkook asintió con un sonrojo ante el apodo que el tritón le había colocado, guardando sus armas tras su espalda.
Jimin colocó al minino sobre su hombro, como si de un bebé se tratara. Jungkook aprovechó ese momento para ver el rostro del animal desconocido y le miró con una ceja alzada.
Se parece a Yoongi hyung.
Pensó con una pequeña sonrisa al recordar a su hyung, de hecho, al hada le gustaba mucho el olor de la Nepeta Cataria y por ello su casa estaba llena de esas plantas.
Jimin saludó al guardia del edificio y le explico que ellos eran unos amigos y que no harían ninguna fiesta ruidosa, para que no pensaran que llegarían a hacer desastre y les echaran.
Cuando subieron al ascensor, Jin se acomodó lo mejor que pudo en la silla para poder ver por el ventanal del mismo, demasiado concentrado en la vista de ellos elevándose gracias a una máquina.
―Quiero uno de estos en casa―todos rieron enternecidos por la actitud del tritón, todos menos Namjoon, quien seguía resentido con su pareja por exponerse de esa forma ante humanos.
Ugh, es tan terco, pero hermoso a la vez.
Jimin notó las mejillas sonrojadas del hechicero y aguantó la risa. Apretó, sin ser demasiado brusco, al gatito entre sus brazos.
Taehyung tenía una de sus manos en el tubo que estaba dentro del ascensor, mirando con atención las bolsas en donde iba la comida y las cervezas, relamiéndose los labios. Jungkook no entendía por qué el humano miraba esas bolsas de esa forma, como si quiera comerse todo y el plástico.
― ¿Qué hay en esas bolsas, niño rojo? ―Taehyung miró al elfo con una ceja alzada, ignorando el apodo que le había colocado.
―Hamburguesas, papas fritas, muchas cervezas, helado y un pastel de chocolate―el estómago de Jimin rugió al escuchar lo que comerían esa tarde, ansioso por probar las cervezas con toda esa comida chatarra.
― ¿Eso es comida? ―Namjoon miró con asco cómo la grasa de las papas fritas se dejaba ver a través de una mancha viscosa en la bolsa.
―Lo es, grasosa y deliciosa comida―la puerta del ascensor se abrió y todos salieron hacia el pequeño departamento, Taehyung abriendo la puerta con su llave y dejando ver la casa.
Los dueños del departamento tenían una mezcla de emociones. En una parte, la casa estaba completamente desordenada, los muebles estaban volcados y los libros de las estanterías en el suelo. Por el otro lado del departamento, había pequeñas gotas de agua flotando por el lugar, haciendo que, al menos los humanos, se confundieran.
Jungkook empujó la silla de Jin y se quedaron en medio del salón, mientras Namjoon hacía aparecer un balde y lo llenaba con las gotas de agua flotantes.
―Seguramente tuvieron una pelea, Suran es muy brusca y le gusta resolver las cosas así―Namjoon se encogió de hombros, atrayendo a las pequeñas gotas flotantes hacia el balde, todas en fila.
El gatito maulló y se removió ligeramente entre los brazos de Jimin, pidiendo ser bajado. Cuando sus patitas lastimadas lograron tocar el suelo, corrió despavorido hasta la habitación de los chicos, como si buscara algo.
― ¿Debemos preocuparnos por la pelea? ―preguntó Taehyung mientras volvía a acomodar los muebles, recibiendo ayuda del elfo.
―No, Yoongi es un hada completo, así que maneja la situación sin problemas―Jimin miró curioso al tritón, quien movía su cola con anticipación, viendo el balde llenarse.
― ¿Un hada completo?
―Significa que tiene todos los poderes de las hadas, hasta algunos que no pertenecen al campo habitual―Jimin abrió los ojos con sorpresa, jamás había leído sobre las hadas completas y eso que había leído muchos artículos y teorías sobre las hadas.
Quiero saber más sobre eso.
Escucharon un sonido estridente proveniente de la habitación, haciendo que todos miraran con duda.
Jimin comenzó a caminar lentamente hacia la habitación, temiendo encontrar a las hadas en medio de una pelea mágica y salir herido. La puerta estaba entreabierta, así que la empujó con fuerza y se protegió con sus manos por cualquier cosa que pudiera volar hacia él, pero no pasaba nada.
Quitó los brazos de su cara y vio a ambas hadas elevadas en el techo, mirando con horror al pequeño gatito en el suelo, quien saltaba para alcanzarlos.
Jimin puchereó al ver al pobre gatito ser despreciado por segunda vez, sí, se veía un poco extraño por su pelaje sucio y sus orejas erizadas, pero el pobre pequeño no tenía la culpa.
Se acercó al minino y lo levantó en sus brazos, dándole mimos en su barbilla, haciéndolo ronronear.
― ¡Bájalo, te va a arañar y morder! ―Yoongi gritó totalmente asustado hacia Jimin, levantando su mano y utilizando sus poderes para hacer que el gato volara hacia la cama, cayendo de golpe y maullando por el dolor.
Jimin abrió los ojos y sintió cómo las lágrimas se acumulaban en sus ojos, se sentía muy mal por el pobre animal y se preguntó si llevarlo con él fue buena idea, ya que no ha recibido más que maltratos.
― ¡Hada estúpido, no lo lances así que no es un objeto! ―El pelinegro se acercó a la cama y tomó al gato una vez más, saliendo de la habitación a toda prisa, para que no recibiera más golpes.
Taehyung se sobresaltó cuando vio a su mejor amigo correr fuera del departamento, llevando solamente sus llaves, celular y billetera.
Dejó los libros que le faltaban en el suelo y corrió hacia la habitación, viendo cómo las hadas bajaban del techo.
― ¿Qué le hicieron a Jimin? ―preguntó al revisar que todo estuviese bien en la habitación.
Yoongi y Suran se sonrojaron al mismo tiempo, ambos apenados por la escena que habían montado por ese animal desconocido.
―Yoongi lanzó al animal peludo que estaba aquí y Jimin comenzó a llorar por su culpa―Suran habló rápidamente y apuntó con su dedo al mayor, haciendo que este le mirara con la boca abierta, indignado.
― ¡Fue por defensa propia, esa cosa se lanzó contra mí y comenzó a lamerme y a rasguñarme! ―Yoongi mostró los pequeños arañazos que tenía en sus pálidos brazos como pruebas contundentes del abuso, pero Taehyung atinó a golpear su frente con la palma de su mano, bufando por lo bajo.
―Vamos a la sala...
Ambos caminaron hacia el salón, Jin estaba instalado en el balde y Jungkook se había sentado en el sofá junto a su mayor tritón. Namjoon revisando que no hubiese trampas en el departamento.
Yoongi y Suran se sentaron en el sofá grande y miraron a los demás como dos niños castigados, pidiendo ayuda del enorme sermón que les darían por sus actos.
―Miren, Jiminie se frustra con mucha facilidad y es un amante de los animales, en especial de los gatos y los perros. Lo que ustedes lanzaron era un gatito bebé que encontró en la calle, lastimado y desnutrido ¿Ahora entienden por qué se fue llorando? ―hasta los seres que no habían hecho nada malo se sentían culpables, Taehyung daba miedo cuando estaba serio.
―Pero no tenía idea...
―Sí, pero les dejamos nuestro departamento a su cuidado y encontramos un desastre y luego mandan a volar al pobre gato. Jimin tiene sus límites, en especial contigo, Yoongi hyung―el hada rodó los ojos al ser mencionado por sobre los demás. ―Así que ahora, moverás tu pálido trasero e irás a buscar a mi Mochi, lo traerás a salvo y luego nos emborracharemos hasta el amanecer.
Yoongi se quejó y se dejó caer en el sofá, cruzando sus brazos sobre su pecho y mirando seriamente al humano, quien intentaba darle órdenes.
―Ese niño no me interesa, así que no―Jin frunció el ceño al ver al mayor ser tan orgulloso, chapoteando en desacuerdo.
Al tritón no le gustaba usar sus poderes, pero no le dejaba opción.
Jin miró atentamente a Yoongi y sus ojos se volvieron más oscuros. Comenzó a cantar suavemente, su voz resonando por el departamento, pero solo causando efecto en Yoongi. El hada miró a Jin, sus ojos tornándose del mismo color que los del mayor, hipnotizado con el canto del tritón.
Jin hizo que Yoongi se levantara de su asiento y caminara hacia la puerta, llamando la atención de todos. Aunque los seres ya conocieran el poder de Jin, sabían que al tritón no le gustaba usarlo, ya que sentía que era muy abusivo.
El tritón hizo que Yoongi abriera la puerta y escondiera sus alas, quedando fuera del departamento, dejando de cantar. Yoongi agitó la cabeza al sentirse mareado, viendo confundido en donde estaba.
―No vuelvas si no es con Jiminie y si te escapas al bosque, lo sabré―Namjoon cerró la puerta con sus poderes en apoyo a su pareja, viendo con una sonrisa la actitud autoritaria de su pareja.
El hechicero se acercó hasta el tritón y le sonrió, besando su húmeda mejilla.
―Amo cuando usas tus poderes para manipular a los demás.
Antes de que Yoongi se perdiera en la ciudad, Taehyung le entregó su celular, el cual tenía la aplicación de GPS que había vinculado con el teléfono de Jimin, para esas ocasiones en las que el pelinegro se escapaba hacia algún bosque para buscar a los seres mágicos de los cuales tanto hablaba.
Le indicó que simplemente debía seguir las indicaciones de la voz que salía del celular.
Taehyung se sintió tranquilo cuando vio que Jimin estaba en una veterinaria.
En ese momento, Yoongi estaba frente al ascensor con sudor en la frente, no le había gustado para nada esa cosa y por su estupidez tendría que subirse una vez más. Se aferró a los barrotes durante la bajada y con pánico salió de la caja metálica, ganándose unas miradas curiosas de los recepcionistas, pero dejándolo pasar.
Camina una cuadra y gira a la derecha.
La voz del GPS resonó y Yoongi frunció el ceño al no saber lo que era una cuadra, encogiéndose de hombros y caminando hacia adelante, se detendría cuando la cosa le dijera que se había pasado. Se adelantó unos cuantos pasos y la voz irritante volvió a sonar, haciendo que el hada apretara con algo de fuerza el aparato, molesto.
Avance tres cuadras más y llegará a su destino.
Suspiró cuando la máquina rara le dijo que estaba cerca del niño de mejillas regordetas, comenzando a caminar.
Yoongi tenía una mezcla de sentimientos por ese niño, en primeras, le parecía demasiado entusiasta, algo que le abrumaba al chocar con su personalidad tranquila y hasta tosca. Al mismo tiempo le parecía adorable, tenía unas mejillas rellenas que daban ganas de apretar y su rostro señalaba ser fino y lindo ante cualquiera. También le parecía muy gracioso cuando estaba enojado, sus mejillas se coloreaban de un intenso rojo y fruncía su pequeña nariz.
El chico es lindo, muy lindo.
Admitió encogiéndose de hombros, las cosas como son.
Pero su verdadero problema con ese chico no era su personalidad o su físico, sino lo que era en sí, un humano.
Yoongi tenía un problema con lo que le enseñaron que era un humano, realmente Jimin o Taehyung podrían ser una clara excepción de aquel concepto, pero no se sentía seguro al lado de ellos, mucho menos al tener tan poco tiempo de conocerlos.
Suran era otra historia, la hada siempre curioseaba las cosas humanas, sintiéndose conmovida y atraída por los humanos, por lo que tener a unos de amigos, era una idea increíble para ella.
Cuando la voz del GPS anunció que había llegado a su destino, vio a Jimin sentado fuera de la veterinaria con el gatito entre sus brazos, el chico temblando de frío.
Yoongi se miró a sí mismo, notando que su abrigo de hojas podría ayudar al menor, pero aún se sentía avergonzado por las burlas de los chicos. Se quitó su abrigo de hojas y caminó directamente hacia Jimin, guardando el celular de Taehyung en su bolsillo.
Vio el letrero en la puerta que decía que se volvía a abrir en media hora, ya que se encontraban almorzando.
―Oye, ten―Jimin levantó la vista y frunció el ceño ante la presencia del hada, cansado de tener que tolerarlo una vez más.
Rodó los ojos y volvió a centrar su mirada en el gatito, tomando la decisión de ignorar al hada a toda costa, a no ser que Suran le pidiera hablar con él.
Yoongi suspiró y se rascó detrás de la cabeza, rodando los ojos y decidiendo dejar su orgullo de lado por unos minutos. Colocó el "abrigo" de hojas sobre los hombros de Jimin, sin dejarle negarse. Cuando notó que el pelinegro no iba a quitarse su prenda, decidió sentarse a su lado.
― ¿El animal está bien? ―Jimin miró por instinto al pequeño animal, quien dormía cómodamente entre sus manos.
― ¿Qué te importa? ―preguntó siendo tosco, no sintiéndose culpable por ello, ya que el hada había sido mucho peor con él desde el primer día. ―Después de todo, solo importas tú ¿No?
Yoongi sintió un punzón al escuchar lo que el chico pensaba de él, pero no estaba sorprendido, ya que estaba consciente que esa era la impresión que se había encargado de dejar en el humano.
Bueno, todos sus conocidos pensaban así de él. Todos menos sus amigos.
―Ya, no te sulfures, solo lo lancé a un colchón suave y... ―Jimin jadeó con molestia cuando el hada comenzó a hablar, dejando caer el abrigo de hojas en el suelo.
― ¡Eres increíblemente egoísta! Mierda, jamás había tenido tantas ganas de golpear a alguien. ―el pelinegro gritó totalmente cansado del chico pálido, haciendo que este se sobresaltara. ―No entiendo qué haces aquí si vas a tratarme de esta forma una vez más.
Jimin se alejó un poco de la entrada de la veterinaria, quedándose parado lo más lejos del hada que podía.
―Lo siento.
Yoongi habló con verdadero arrepentimiento, viendo que el chico seguía dándole la espalda, no reaccionando de ningún modo ante sus disculpas.
La campanilla de la puerta se escuchó, haciendo que ambos chicos miraran hacia la puerta de la veterinaria, viendo que el cartel de "cerrado", había sido cambiado por "abierto"
Jimin dio media vuelta y caminó directamente hacia la veterinaria, comenzando a subir los escalones que dirigían a la puerta, pasando al lado del hada sin mirarle siquiera.
―No sé cómo llegaste hasta aquí sin perderte, pero vuelve al departamento―el maullido del pequeño gato se dejó escuchar y Jimin entró a la veterinaria, haciendo que Yoongi se rascara la cabeza con molestia y se levantara de la gradita.
Quería regresar, su orgullo había sido aplastado lo suficiente ese día. Pero se sentía culpable y él no era una mala hada.
Se mantuvo unos minutos viendo al suelo mientras pensaba si valía la pena entrar a ver a Jimin. Tomó su abrigo de hojas y lo colocó en su brazo, subiendo las gradas para entrar al lugar.
Empujó la puerta y miró con la boca abierta el lugar, era muy bonito, el suelo estaba decorado con dibujos de pequeñas patitas blancas y las paredes eran de color celeste pastel, dando un toque frío al lugar, pero compensando con las decoraciones naranjas y amarillas.
Se acercó a la persona que estaba detrás del mostrador, temeroso por lo que esta pudiera decirle.
―Hola humana, quiero saber dónde está el chico que entró con un gato sucio―la chica tras el mostrador levantó una ceja ante la extraña actitud del chico, pero bueno, había locos en todos lados.
―Disculpe ¿Es usted algo de ese chico? Solo pueden entrar los dueños de la mascota―Yoongi suspiró y rodó los ojos sin temor a ser juzgado y miró a la chica seriamente.
―Soy su amigo y mejor amigo del gato, así que me interesa lo que pasa ahí―la secretaria miró con ambas cejas alzadas la ropa del hada, todo hecho de hojas e hilos.
¿Es uno de esos naturalistas locos?
Pensó examinando el perfil del chico, quien buscaba con la mirada entre los pasillos a Jimin, no logrando dar con él.
―Bueno, si el chico dice que lo conoce, lo dejaré pasar―la chica se levantó con una tabla entre sus brazos y comenzó a caminar hacia uno de los cuartos de diagnóstico para los animalitos. ―Están aquí.
La chica tocó la puerta tres veces, siendo un hombre con una bata azul el que abrió la puerta, viendo con una sonrisa a Yoongi.
― ¿Usted es dueño del gatito también? ―Yoongi asintió con un ligero sonrojo, se sentía intimidado por la mirada de dos humanos sobre él.
El veterinario volvió a entrar a la habitación y Yoongi le siguió, dando una última reverencia a la secretaria del lugar.
Jimin vio con molestia cómo el hada entró al lugar, reteniéndose al querer insultar de mil maneras al chico pálido.
― ¿El chico es dueño del gatito también? ―el veterinario preguntó y Jimin se puso colorado de la cólera, asintiendo muy a su pesar.
―Sí, tristemente―el veterinario levantó una ceja, confundido, mirando a ambos chicos con curiosidad.
―Bueno...―dijo, volviendo a su lugar junto a la mesa donde el gatito estaba recostado. ―Este pequeño tiene desnutrición, conjuntivitis y dos de sus patitas están muy dañadas, con rasguños y heridas en las plantillas de sus patas.
Jimin sintió su pecho doler al escuchar todo lo que tenía el pobre gatito, quien se removía para poder volver con Jimin.
―Le dejaré un talco para las pulgas y una crema para los rasguños, quiero que vuelva en una semana, para comenzar su control de vacunas―Jimin asintió y extendió sus brazos al minino, el cual corrió hacia él con dificultad, al ser liberado. ―Espero que le den un hogar con mucho amor, el pobre lo necesita.
Yoongi miró al humano con el gatito entre sus brazos, sintiendo de forma dolorosa la culpabilidad por haber lanzado al pobre animal por los aires, suspirando y jugando con sus dedos.
―También me gustaría recomendarlas la marca de comida que sería buena para él, ya que es un bebé aún―Jimin asintió a las palabras del veterinario y dejó un beso en la peludita cabeza del gatito.
Jimin estaba enamorado del pequeño animal, tenía pelo blanco y manchitas cafés, sus ojos siendo de un café oscuro.
Yoongi se acercó al humano y suspiró, volviendo a colocar su abrigo de hojas sobre los hombros de Jimin, quien le miró desconfiado, abrazando con más fuerza al gatito.
―De verdad lo siento, por todo―Yoongi miraba a Jimin con sinceridad, dejándose notar al ser Yoongi una persona con sentimientos fáciles de entender.
Bueno, persona o hada, lo que sea.
El pequeño gato movió su nariz hacia Yoongi, ya que el olor que le había llamado de primeras en Jungkook, estaba impregnado de igual forma en el hada, esa planta para gatos.
Jimin dudaba si dejar al gatito en manos del hada, pero el minino pedía ser acariciado por el mayor y no podía negarle eso.
―No lo lastimes o juro que hago que te vayas a tu bosque y Suran te dará una paliza―Yoongi asintió sin mostrar molestia, sabiendo que se había ganado ese trato.
Jimin le pasó el gatito y este comenzó a restregar su cara en el pecho de Yoongi, olfateando su olor y maullando con felicidad. Jimin sonrió ante la imagen y se acomodó el abrigo de hojas, metiendo los brazos en los espacios.
―Mh, bueno, ya terminó la consulta chicos―el veterinario carraspeó desde su lugar y miró con una sonrisa apenada. Haciendo que ambos chicos asintieran sonrojados.
Se habían olvidado del pobre señor.
Salieron de la veterinaria, después de que Jimin comprara las cosas para el gatito, este acurrucado en los brazos del hada.
―Debemos volver al departamento, seguramente será un desastre de cervezas y comida―Yoongi rio suavemente y asintió, ambos caminando hacia el departamento.
Jimin vio el miedo reflejado en el rostro de Yoongi cuando ambos subieron al ascensor, apretando al gato entre sus brazos, buscando protección. Jimin pulsó el botón para comenzar a subir y sonrió ante la imagen tierna del hada asustado.
Se mordió el labio ante la duda y movió los dedos de su mano derecha, comenzando a acercarla hacia la del hada, la cual tiritaba por los nervios. Yoongi sintió los dedos pequeños del humano tocar su mano, haciendo que por inercia viera hacia abajo.
El pelinegro entrelazó su meñique con el del hada, intentando darle algo de confort, aún sintiéndose tímido por las confianzas.
Yoongi suspiró un poco más tranquilo al sentir el apretón del humano en torno a su meñique, sonrojándose al pensar que estaba teniendo una acción así de íntima con un humano.
"Los humanos son seres sin corazón, utilizan nuestro hábitat para lucrarse con edificios y fábricas que lo único que logran es matar lo que les mantiene vivos... son seres horribles que no deben ser amados."
Yoongi miró hacia el espejo del elevador, el cual mostraba a un sonrojado Jimin, el cual veía hacia el suelo.
No, no todos son así, Jimin no lo es.
Holaaaa, espero que les haya gustado el capítulo de hoy ^^ No me cansaré de agradecerles por todo el apoyo que le dan a este fic, que a pesar de tener pocos capítulos, casi llegamos a los 1k votos 💙✨
¡Nos leemos prontoooo!✨
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