Prólogo
La historia sigue tras la destrucción de Tártaros, el gremio oscuro conformado por demonios creados por el Mago Oscuro Zeref, apenas un mes tras aquel hecho que cambió la dinámica de poder en los gremios oscuros en todo Ishgar.
Las ruinas de su antigua base habían creado un desastre enorme, quedando pocas partes intactas, y la mayoría de escombros de gran tamaño fueron dispersados a lo largo del terreno, llegando a lugares realmente lejanos.
Una de esas zonas era enfrente de una cueva en una montaña, cuya ubicación, antes de los escombros, si bien no era desconocida, casi nadie iba por el mal augurio de que la gente moría al acercarse, exceptuando a algunos insensatos que terminaron pereciendo.
En el interior de la cueva había una criatura cubierta por las sombras, pero se notaba su gran tamaño, la cueva apenas siendo un poco más grande que ella, además de que, por sus leves ronquidos, parecía dormir...
Eso hasta que escuchó una piedra cayendo al suelo, haciendo al ser despertar y mirar al responsable de aquel acto: un chico de pelo rosa puntiagudo acompañado de un gato azul volador que se habían quedado quietos al ver a la criatura... Hasta que gritaron.
- ¡¡DRAGÓN!! - gritaron al unísono, haciendo que la criatura gruñese y contestando al dúo.
- ¡No gritéis, que me duelen los oídos por el lugar! - espetó mientras trataba de estirarse tanto como pudo y mirar al chico -... Eres fuerte, puedo notarlo en tu poder - reconoció el dragón estando más tranquilo -; ¿Eres un Dragon Slayer? Ya he tenido suficiente con que Acnologia me persiguiese por meses y perder la noción del tiempo... ¿Has cazado más dragones antes? Tengo que prepararme para morir y eso...
- Ya no hay dragones, menos Acnologia: se extinguieron hace 400 años - interrumpió el peli rosa, un poco melancólico por alguna razón.
- ¿400 años? ¡¿Tanto tiempo ha pasado?! ¡Lo único que supe antes de perder la noción del tiempo era que los dragones iban a esconderse! - la sorpresa era notable en su rostro mientras su tamaño empezaba a decrecer de a poco antes de adoptar una forma humana -; ¡Tengo que verlo por mí misma! - la ahora chica trató de correr, pero cayó al perder el equilibrio.
- ¿E-estás bien? - preguntó el gato volador, no sabiendo qué pensar.
El chico la ayudó a poner de pie, notándose que la dragona en forma humana tenía las piernas temblando, como si no pudiesen sostenerla.
- ¿P-por qué no puedo caminar por mí misma? - se preguntó a sí misma, tan confundida como sus inesperados visitantes.
Un momento después de ayudarla a sentarse, el peli rosa se puso frente a ella sin dejarla de mirar: pelo negro largo, sucio y desordenado, un lunar levemente por debajo de sus labios... Durante un instante pudo ver la misma cara, pero sin el lunar, más mayor, el pelo más limpio y recogido en un peinado de bollo y dos largos mechones a cada lado de la cara... Parpadeó y vio a la chica, mirándolo con curiosidad.
- N-nada... Entonces, ¿Estás bien? - preguntó el chico, sacándose la imagen de su cabeza.
- Creo que... Sí, solo... Creo que necesito volver a aprender a caminar como es debido - respondió con algo de duda.
El lugar se sumió en un silencio incómodo hasta que el gato habló.
- ¿Quién eres? - preguntó.
-... Bueno, ya que me lo has preguntado amablemente, te responderé: mi nombre es Yuna, una antigua Dragon Slayer que se convirtió en dragón por sobreexplotar mis poderes. Toda mi historia será para otro momento, pero eso es lo esencial. Ahora vosotros - explicó, y después quiso saber, Yuna.
- Soy Natsu Dragneel, mago de Fairy Tail, y él es mi amigo y compañero Happy - la dragona empezó a respirar más airadamente -; oye, ¿Estás bien?
- S-sí, es que... Ese apellido... Lo escuché alguna vez, pero no recuerdo - respondió mientras trataba de calmarse. Agarró lo primero que sus manos tocaron (Happy) y lo abrazó mientras se mecía adelante y atrás.
Hubo otro silencio incómodo por la extraña escena, uno que se extendió por 10 minutos.
- Ehm... Creo que me tengo que ir, tengo algo muy importante que... - Natsu fue empujado a la pared mientras Yuna lo miraba con desesperación.
- ¡No! - sus manos temblorosas soltaron el chaleco de Natsu -... Lo siento, pero... No he estado cerca de nadie desde hace mucho tiempo, pero supongo que tienes tus propios asuntos pendientes... - Yuna se alejó hacia el interior de la cueva, caminando con dificultad antes de sentarse y ponerse a mirar la pared.
- Podría venir con nosotros, Natsu - susurró Happy hacia el Dragon Slayer -: si es un dragón, tal vez sepa cómo hacerse más fuerte en poco tiempo.
- No tiene pinta de saberlo - respondió con poco tacto con el mismo tono bajo, pero la miró de nuevo y fue incapaz de dejarla ahí sola, aun si se acababan de conocer y, aún así, fuese una conocida de hace años -... Pero podemos intentarlo. Oye, Yuna, ¿Quieres embarcarte en un viaje de entrenamiento extremadamente exigente? - la chica se volteó, se incorporó con dificultad y se paró frente a él.
- Suena peligroso... Me apunto - le tendió la mano, y Natsu le dio un apretón.
La ayudó a salir de la cueva y, por primera vez en mucho tiempo, Yuna sintió los rayos del Sol golpeándola en la cara... Se sintió asombroso tras tanta oscuridad...
Una nueva aventura había iniciado con el encuentro de estos personajes, pero, ¿Qué deparaba el futuro?
Eso... Es lo mejor de un nuevo viaje.
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Gracias a mi editora @kanna_la_diosa por la ayuda con conceptos básicos y parte del rumbo de la historia.
Si les gusta, voten y dejen comentarios... Wow, ha pasado tiempo desde esa línea de palabras.
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