CAPÍTULO 2. Reencuentro.

CAPÍTULO 2. Reencuentro.


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     Solo llevaba una hora en el barco y las noticias ya había corrido como pólvora prendida fuego, los miembros de Fairy Tail llevaban un par de días que habían regresado de la Isla Tenrou, cuando Kōga leyó eso en los encabezados de varios periódicos y revistas que leían algunos pasajeros, no pudo evitar sonreír y sentir algo de nostalgia para después mirar al infinito y cristalino mar mientras recordaba y pensaba en cómo sería encontrarlos, por lo que vio de las imágenes, todos se veían igual a como los recordaba, así que lo más probable es que al verlos de nuevo estarían haciendo un escándalo como solo Fairy Tail sabe.

Desembarcó después de varias horas de viaje, le hubiera gustado ir por tierra, después de todo, la ubicación del prisionero era en una pequeña aldea cercana al mar. El mayor problema sería ubicarlo, el par de magas que lo habían ayudado a escapar eran muy capaces, tanto como para distraer al mejor equipo de ejecución del reino, y era por ello que ahora él debía encargarse.

Siete largos años en los que solo se había dedicado a ser fuerte, intentó que el gremio en el que había ingresado fuera como Fairy Tail, que se preocuparan por sus compañeros, que fueran más fuertes gracias a sus sentimientos, pero todo eso solo era una completa estupidez para el maestro de Sabertooth, para él, lo único que valía la pena era el poder, si sus magos no eran lo suficientemente capaces, simplemente eran desechados, para Sabertooth, no era difícil obtener nuevos prospectos a miembros.

Era algo que Kōga detestaba, pero debía acatar, después de todo, se lo debía a Jiemma.

Tardó un par de horas en poder llegar a un complejo de cabañas en el que decidió rentar una para poder descansar. Los dependientes del lugar estaban fascinados, era raro ver a un miembro del mejor gremio de Fiore en un lugar tan alejado y más a quien reconocían fácilmente como el León Negro.

El día anterior habían recibido a varios miembros de Fairy Tail, de hecho, a aquellos que se decía habían muertos, y ahora tener a un mago de Saber, era algo que definitivamente usarían como ventaja sobre otros complejos turísticos para obtener mejores ganancias.

«Aquí tiene su llave, que tenga una estancia maravillosa». La recepcionista y una sonrisa resplandeciente le dieron la bienvenida a Kōga quien sonrió levemente en agradecimiento y tomó su llave para retirarse a descansar.

Un grupo de magos con una distintiva marca de gremio en distintas partes de su cuerpo se encontraba regresando a las cabañas, de entre ellos, uno parecía más serio de lo normal, cosa que extrañó a sus compañeros ya que el joven de cabello color salmón era el más hiperactivo del gremio y quizá del continente.

«¿Pasa algo Natsu?» Preguntó una chica pelirroja con un rostro serio y vestida con un bikini color negro que quedaba pequeño en sus grandes y perfectas curvas al ver a su compañero con aquella expresión sería dibujada en todo su rostro.

«Huele como a... ¿manzana?» Con algo de curiosidad, Natsu comenzó a olfatear en la estancia de las cabañas hasta que llegó al escritorio de recepción. «Disculpe, ¿un chico de más o menos nuestra edad y una marca rara debajo de su ojo derecho estuvo aquí?»

El grupo en compañía de Natsu solo aumentó más su curiosidad ante la pregunta del mago de fuego a la recepcionista, esto logró que todo el grupo pusiera la mayor atención posible a la respuesta.

«L-Lo siento, señor. Pero no podemos dar información de otros huéspedes». Respondió la joven recepcionista un tanto nerviosa por tener la mirada de todos esos magos sobre ella.

«¡Necesitamos saber!» Gritó Natsu recuperando su personalidad, el grito, en lugar de lograr que el resto de magos de Fairy Tail calmaran a su compañero solo hizo que se sumarán para obtener la información.

Solo tomo segundos que todos ellos se quedarán estáticos y sintiendo como un penetrante escalofrió recorría sus espaldas. Parado ahí, con un rostro sereno y tomando un jugo de manzanas en un empaque de cartón, se encontraba a quien buscaban. Terminó de sorber solo para mirar fijamente a cada uno de los magos quienes solo sintieron incrementar esa sensación de frío sobre ellos. 

«¿Qué necesitan de mí?»

El primero en recuperarse fue un chico de cabello oscuro que solo llevaba unos shorts blancos con grabados azules y un collar con forma de cruz colgado en una cadena de plata al cuello. «¿Kōga?» Preguntó dando un paso delante de sus amigos, esa sensación de frío que le daba el pelinegro frente a él no le gustaba para nada.

«¿Porque tan serio, Gray?» Kōga sonrió haciendo que la tensión en la recepción se relajara, entonces, Erza se acercó a él solo para golpearlo, o al menos hacer el intento ya que con mucha facilidad logró evadir el derechazo de Titania. «¿Eso por qué?» Preguntó aún sonriendo.

«Por irte del gremio. Debiste esperarnos». Respondió con un rostro enojado pero su voz tenía un pequeño deje de melancolía que hacían ver tierna a la maga más poderosa de Fairy Tail. Pero Kōga no se atrevería a decirlo en voz alta, quiere mantener cada parte de su cuerpo en su lugar.

«No fue mi decisión». Respondió ya más serio y viendo ligeramente a la puerta principal donde logró ver a una pequeña paloma que se fue volando rápidamente. «Como sea, no importa, llegaron hace apenas unos días y ya nos encontramos así que no le veo el problema».

«¡Kōga! -Gritó Natsu expulsando pequeñas flamas de su boca y oídos. «¡Pareces fuerte! ¡Vamos a pelear!» Sus puños ardieron en un intenso fuego color naranja que amenazaba en convertirse en rojo, sin embargo, Kōga solo rio levemente.

«Lo siento, Natsu, pero tengo una misión». Ajustó bien su mochila y comenzó a caminar. Pero en el último momento, una cálida mano tomo la suya impidiéndole avanzar, entonces, la pregunta que menos quería responder vino de la mujer a quien menos quería escuchar.

«¿Cuándo volverás al gremio?» Preguntó Erza algo preocupada. Kōga presionó un poco su mano y la miró sonriendo.

«No volveré».

Se liberó del agarre y salió a paso lento, habría querido descansar, pero el ajetreo en recepción y aquella extraña paloma eran suficientes para hacer que saliera y comenzará su cacería.

Erza solo se quedó con su mano estirada en dirección a donde miraba como el pelinegro se iba lentamente, entonces, haciendo uso de su magia, se equipó su armadura con la cual se lanzó al ataque en contra de Kōga, sus compañeros no reaccionaron a tiempo, sin embargo, también tenían la misma idea.

El pelinegro solo tuvo que moverse levemente para esquivar la tacleada de Erza quien ahora estaba frente a él impidiéndole seguir caminando. «No vas a irte. Siete años sin saber si estabas bien Kōga. No te vas a ir».

La mirada de Kōga solo se afilo mientras observaba con atención la espada de Titania, en apenas un parpadeo, Erza ya se encontraba frente a Kōga lista para cortarlo, sin embargo, con su mano desnuda y usando solo sus dedos, detuvo el ataque de la pelirroja quien solo tenía una mirada de sorpresa y aquel frío volvía a recorrer su espalda debido a la intensa mirada de profundos ojos verdes que Kōga le daba. «Erza, lo que menos quiero es pelear con ustedes. No es que no quiera volver, no puedo».

Ambos se relajaron y Erza hizo desaparecer su espada, el resto solo había visto como el arma había sido detenida con facilidad y estaban impresionados, nadie recordaba que Kōga pudiera hacer eso, se notaba que siete años habían sido suficientes para que se volviera fuerte, quizá al nivel de Erza.

«¿A qué te refieres con eso?» Preguntó Lucy quien había alcanzado a escuchar la respuesta que el pelinegro había dado.

El solo suspiro y recorrió un poco su camisa que cubría parte de su cuello, en el, se podía ver la marca de Sabertooth, sin embargo, eso no era todo, a su alrededor había varios sellos y escritos rúnicos. «Por esto no puedo volver».

Levy, quien se había mantenido al margen, solo llevo sus manos a la boca y ahogó un sonido de horror, entonces se acercó a Kōga y acarició levemente la marca logrando que Erza frunciera un poco el ceño. «¿Quién te marcó?»

Todos se quedaron en silencio, ninguno de ellos sabía a qué se refería Levy con la pregunta. Sin embargo, la respuesta de Kōga sólo los confundió más. «El maestro de Sabertooth».

«Espera, Levy». Habló Erza haciendo que Levy dejara de acariciar el cuello de Kōga. «¿A qué te refieres con marcarlo?»

Ella solo suspiro y nuevamente observo la marca. «Lo primero, sería mejor ir a otro lugar». Todos asintieron y se dirigieron a la habitación del grupo femenino de Fairy Tail quienes se pusieron ropa más cómoda que sus bikinis y se sentaron al lado de los chicos quienes platicaban amenamente a excepción de Jet y Droy quienes se mantenían al margen de la plática.

Erza miró discretamente a donde los chicos platicaban y en ocasiones se golpeaban entre ellos, ver como Kōga sonreía y divertía como hace años era algo que simplemente hacia que su corazón sintiera paz, pero cuando veía detenidamente la insignia de Sabertooth en su cuello, se sentía molesta.

Ella fue sacada de sus pensamientos cuando Lucy palmeo su hombro y le sonreía. «¿Todo bien, Erza?»

Ella miro a su amiga y nuevamente al grupo de chicos, apretó ligeramente la mano de la rubia y le devolvió la sonrisa. «Sí, Lucy. Todo está bien».

Las chicas se reunieron con los chicos y entonces pusieron atención a Levy. «A lo que me refería con marcarlo, es a una marca de sangre, un hechizo de atadura, tan antiguo o tal vez más que las magias que usaban los miembros de Grimoire Heart». Los magos se quedaron en silencio. «Pero... ¿Por qué tendrías una marca de sangre del maestro de Saber

Kōga suspiro y miro a Jet y Droy quienes, desde que se habían encontrado en la recepción no habían dicho nada. Ellos, al sentir la mirada de Kōga no dijeron nada, solo se tensaron y pusieron más nerviosos. «Así que... no les dijeron ¿eh?» El nerviosismo de los chicos solo aumentó más, sin embargo, Kōga solo sonrió y miró a Levy. «Durante una misión el me salvo, le debo la vida, cuando le dije que le pagaría como fuera posible, dijo que vio algo especial en mí, así que básicamente me hizo hacer un pacto con él para estar bajo sus órdenes».

«¿Pero no hay una forma de romper esa marca? Debe haberla». Preguntó Lucy.

-Solo si se rompe el pacto entre ambos, el maestro de Sabertooth o Kōga, pero si incumplen el trato para romperlo, por lo que se, una maldición caerá sobre quien lo incumpla.

«Y por eso es que no puedo volver, además» Recordó brevemente lo que Macao le había dicho «... nada, olvídenlo. Lo siento enserio, pero hasta que el maestro o yo estemos muertos no puedo volver al gremio, así que eso es todo». Los magos estaban por protestar cuando Kōga se puso de pie dispuesto a irse, sin embargo, el volvió a hablar. «Erza, ¿podemos hablar en privado?»

Ella se puso un poco seria y también se puso de pie. «Si». Fue su respuesta mientras comenzaba a seguir al pelinegro.

El resto de magos solo se quedó pensativo, sin embargo, Levy recordó lo que había dicho Kōga a sus compañeros de equipo, así que un doloroso interrogatorio por parte de Natsu, Gray y una invocada Virgo había iniciado.

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     Una hermosa pelirroja se encontraba siguiendo a un pelinegro que mantenía una expresión seria en su rostro, entonces, Erza se detuvo cuando Kōga también lo hizo un par de metros delante de ella.

«¿De qué querías hablar, Kōga?» Preguntó ella cruzándose de brazos tratando de mantener su actitud firme.

«De Jellal». Erza apenas pudo hacer movimiento cuando noto como los verdes ojos de Kōga resplandecían en la tenue luz de la luna. «A estas alturas ya debes saber que escapó de prisión, ¿verdad?»

«Sí, me contaron sobre eso hace un par de días». Respondió dejando su postura para seguir escuchando.

«La misión que me dieron fue capturarlo, su rastro llegaba hasta esta isla, y estoy seguro que debe estar buscándote».

«¿Porque estas tan seguro?»

«Vi algo por la tarde, creo que los ha estado buscando, a ti en específico, no creo que busque a Natsu o Gray, ¿verdad?»

«Supongo, pero ...¿Por qué me lo dices?»

«Tómalo como un regalo, y una advertencia, si lo ves, dile que escape a donde no lo pueda encontrar, ya no es solo una búsqueda para encerrarlo otra vez, Erza. El reino decidió tomar más medidas».

«¿Lo quieren muerto?»

«Si. Así que, si lo ves, dile que se vaya, y rápido, por la marca no puedo solo dejarlo ir, seria faltar a mi parte del trato y valoro más mi vida que la de esa basura».

«Kōga». En la voz de Erza podía notarse algo de preocupación, el tiempo definitivamente había cambiado a aquel niño del que tanto se preocupaba. «Se lo diré ...pero sabes que es bastante necio».

«Sí, lo sé, por eso te lo pido, quizá a ti te escuche. Y no lo malentiendas, no quiero que siga vivo porque me importe... lo hago por ti. No quiero que vuelvas a llorar por él, no merece las lágrimas que llegaste a derramar». Kōga nuevamente ajustó bien su pequeña mochila y se acercó a Erza para darle un abrazo que la tomó por sorpresa pero que correspondió con gusto. «Me hiciste mucha falta». Le dijo a su oído con una voz suave, el mismo tono de voz que Erza recordaba. «Te extrañe mucho».

«Y yo a ti. En verdad quería volver a verte, me alegro de que estés bien». Erza se aferró un poco más a Kōga, fue entonces que ambos se separaron sin soltar sus manos, el miembro de Sabertooth debía seguir moviéndose para continuar con su misión, aunque claro, lo haría lento y Erza por su lado, debía regresar con sus compañeros y descansar, después de todo, los juegos mágicos serían en tres meses y el viaje de entrenamiento que habían hecho a esa playa apenas había iniciado.


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Capítulo nuevo brah, espero les guste.

ahora, lo que quizá notaron y no dije en el prólogo, me saltare varias cosas de la trama original porque pues: 1, ya todo fan de FT lo sabe. y 2, YOLO.

Solo pondré las cosas que cambien de manera significativa en la trama, por el resto que suceda en el manga/anime y no lo mencione, pueden considerar que fue como en el trabajo original.

Ahora si, dejando de joder, nos leemos hasta el lunes con "El Tigre de U.A" o quizá en fin de semana pero no aseguro nada jaja xD.

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