—Está bien, nos vemos allí—finalizó la llamada.

Claudio entró.

—Toma—le dio un vaso de jugo, pan tostado y un paquete de galletas.

—Es todo lo que pude traer, milagrosamente no estaba tú madre—dijo aliviado.

—Gracias.

Abrió las galletas y comenzaron a comer en silencio.

—¿Para qué querías hablar con Kevin?

—Para... Mira, después de lo de ayer me encuentro confundida. No sé si quiero estar contigo o con Kevin.

—¿No crees que ya estas confundida desde antes?—le dijo bromeando.

—Tal vez... Pero ahora en serio, me siento mal.

—Yo no te voy a presionar pero si te voy a decir que elijas bien. Es más... Voy a aconsejarte como si fueramos los de antes, tan solo mejores amigos.

—A ver, aconsejame—rió.

—Elige a quien te haga reír, a quien te haga sentir segura y protegida. Elige a quien ames.

—¿Amar? No sé si sea la palabra correcta.

—Lo es.

—Pero en este caso tú tendrías ventaja.

—¿Por?

—Porque te conozco desde antes.

—¿Quieres decir que estas enamorada de mí?—sonrió.

—¡No! Osea... Agh, eres malo.

Claudio comenzó a reír y ella igual.

Elige a quien te haga reír.

(...)

Después de haber pasado todo el día con Emilia decidió que era hora de irse, sino su familia estaría muy preocupada. Normalmente solo no llega a dormir y en la mañana se encuentra en su cama, pero con hoy serían ya dos días.

—Gracias por no haberme hechado y dejarme aconsejarte.

Se encontraban en la puerta.

—De nada—le sonrió.

—¿Segura qué no quieres que este contigo cuándo enfrentes a tú madre?

—Segura—dijo cansada de repetirselo—vete ya que sino tú madre va a llamar a la policía.

—Bueno, no seas tan exagerada—habló con su típico acento que la vuelve loca.

Claudio se acercó y la abrazó, ese abrazó la hizo sentir especial para él.

Elige a quién te haga sentir segura y protegida.

—Te quiero—le dijo de la nada.

—Yo igual.

—¿Cuánto?—habló tierna.

—Te mentí.

Emilia frunció las cejas.

—No te quiero...—se desánimo—Yo te amo, tonta.

Te amo.

—Creó que iré a buscar a mi madre.—tosió.

—Sí, claro. Nos vemos mañana—habló rápido y salió corriendo del lugar.

Tal vez decir te amo tan rápido no es lo adecuado.

(...)

Se adentró a su hogar y buscó a su madre.

—¿Mamá?—entró a su habitación.

Su madre se encontraba tendida en su cama y estaba durmiendo.

Quizás no es el momento.

Salió de del cuarto y entró al suyo.
Observó las moronas de pan tostado y galletas que se encontraban en su cama y comenzó a reír. Extrañaba esos momentos, extrañaba a su mejor amigo.

(...)

Lunes. Odiaba tanto el inicio de semana y más aún al saber que en su primera clase tendría que estar con Kevin y Claudio. Lo único que lo remediaba era Ulises, su mejor amigo ahora.

—Tonta—llegó abrazándola.

—Te extrañe tanto—lo apretó haciéndole saber que se encontraba en un problema.

—¿Qué paso ahora?—le dijo preocupado.

—Ven, te cuento.

Se lo llevó al salón de música y platicaron agusto antes de su primer clase.

(...)

Iban camino al salón cuándo Ulises la detuvo.

—Espera... Estuve analizando todo lo que me dijiste y... ¿Quieres decir qué prefieres a Claudio como mejor amigo?—habló sin creerlo.

—No, osea sí pero no... A ver—respiro—Extraño demasiado a Claudio y tengo miedo—confesó.

—¿Miedo?

—Sí, miedo a que me enamoré de él y las cosas no funcionen.

—Creó que es tarde, ya estas enamorada—entraron al salón y para su suerte se encontraban Kevin y Claudio.

Lo que me faltaba.

—Amor, sientate aquí—le dijo Kevin.

Claudio rodó los ojos y sonrió al recordar lo que había hecho con Emilia.