—Eres muy graciosa, sabes que eso nunca pasará.

—¿Por qué?.-pregunté curiosa.

—Fácil, nos sentiríamos raros.

—Tienes razón.

(...)

El sábado llegó, Emilia estaba preparando su casa. El primero en llegar fue Ulises, eso para Emilia fue raro, pues pensó que Claudio los iba a traer a Ulises y Antonia, así habían quedado.

—¿Y Claudio?.-preguntó Emilia.

—No lo sé, me dijo que había tenido un percance y me envió tú dirección.-En ese momento Emilia se preocupó y llamó a Claudio.

—No contesta.-volvió a intentar, pero nada.

—Por qué no intentas llamar a su familia.

—Tienes razón.-Y así lo hizo.-Hola,una disculpa por llamarla ahora señora. Una pregunta... ¿Está por ahí Claudio?.-preguntó nerviosa.-Ah, bueno. Gracias.

—¿Y?.-habló Ulises.

—No, dice que salió desde hace rato, vamos a esperarnos a ver si viene.

—Por cierto, por lo de Claudio ya ni te lo dije, tú casa es muy bonita.-observó a su alrededor.

—Gracias.-contestó.-¿Quieres algo de tomar?

—Un jugo esta bien.

—Vale, ahorita regreso.-Emilia fue por el jugo y justo cuándo puso el jugó en la mesa, abrieron la puerta.

—Perdón por llegar tarde.-entró Claudio con Antonia detrás.

—¿Qué te pasó?.-Se acerco Emilia a Claudio preocupada.

—¿De qué?

—Le enviaste un mensaje a Ulises de que habías tenido un percance, te llame y no me contestaste.-Claudio reviso su celular.-Le marque a tú mamá y me dijo que habías salido desde hace rato.

—Emi, ¿Podemos hablar?

—Si, claro.

—En privado.-Antonia se fue con Ulises y se sentó con él.

(...)

Emilia cerró la puerta de su cuarto.

—¿Qué sucede?

—Realmente no paso nada. Sólo lleve a Antonia al parque y compartimos tiempo juntos.-respondió Claudio.

—¿Es enserio? Mandaste a Ulises sólo, que tal si se perdía...

—Ya está grande no exageres... No que no te gustaba.

—No me gusta, que me preocupe por él no quiere decir que me guste. Así como me preocupe por ti, tarado.-le dio un golpe en el brazo.

—Auch. ¿Qué te pasa? Pensé que te darías cuenta del plan que tenía.

—¿Cómo iba a saber yo eso?

—Cuando llegué con Antonia, pensé que te darías cuenta e ibas a evadir el tema. Ahora quede como mentiroso ante Antonia.

—Lo eres.

—No pues, gracias por el apoyo.

—Vamos a bajar.

(...)

—Creo que así está bien.-miro Emilia a Ulises con admiración.

—No.-respondió Antonia cortante.

—Yo digo que si.

—Emilia tú no aportaste nada.-dijo Antonia.

—Claro que si...

—Tú casa no cuenta.

—Emilia pintó, decoro y ayudó a sacar las medidas.-interrumpió Ulises.

—No se vaya a cansar, ¿verdad?.-habló Antonia.

—Yo creo que Antonia tiene razón.-pronuncio Claudio.

—¿Qué?.-dijo Emilia todavía sin creerselo.

—Pues para mi Emilia si aporto.

—Gracias Ulises.-habló Emilia agradecida.

—Además Antonia, unir palitos de madera y ponerles rayas no es muy difícil.-dijo Ulises. Antonia le dirigió una mirada como la que Emilia le había dirigido a Claudio.

—Yo me voy.-Antonia tomó sus cosas y se fue.

—Yo igual.-Claudio se levantó y fue tras de Antonia.

—¡CLAUDIO!¡CLAUDIO!.-gritaba Emilia, pero el mencionado la ignoró.

—No entiendo por que se pusieron así, más Antonia.

—Claudio se puso así por que le gusta Antonia. Es un tarado.

—Eso si me sorprendió, pensé que se iba a poner de tú lado.-se acercó a Emilia.

—A veces lo hace por molestarme, pero está vez lo hizo para darle el gustito a Antonia.-habló Emilia irritada.-Si así va a ser, no quiero imaginarmelo.

—Eres muy linda...-Ulises la miró a los ojos.-Claudio tiene suerte de tenerte.

—Tú también me tienes.

Ambos se quedaron mirando y acercaron sus bocas... Talvez Claudio tenía razón, a Emilia le gustaba Ulises.