🥀16🥀 mѧяѧţóň 2/3

El domingo llegó y Emilia estaba nerviosa. Temía que algo saliera mal, ya sea una pelea, miradas o incluso que nada pasará que fuera un día normal y corriente.

Pasó por Ulises como habían quedado.

Llegaron a casa de Claudio y Ulises tocó la puerta. Mientras esperaban a que abrieran la chica miraba atentamente lo que les rodeaba, los jardines, el tejado, las ventanas... Tantas veces que había venido a esta casa y ahora la veía como una completa desconocida.

Claudio si tenía llaves de la casa de Emilia, es por eso que la otra vez que hicieron el trabajo en su casa, Claudio pudo abrir la puerta. No sabía si las seguía teniendo o si las había quemado o aventado.

Unos pasos se escucharon dentro de la casa, seguro era la mamá de Claudio. El chico era tan flojo como para salir a abrir.

—Hola —saludo —Claudio me dijo que iban a venir, pasen.

—Gracias, señora —Ulises dejó entrar a Emilia primero y luego entró él.

—Emilia, ¡Qué milagro tenerte por aquí! —La siguieron hasta la sala dónde se encontraba una mochila... Rosa.

—¿De quién es la mochila? —evadió el tema.

—Ah es de...

—Mía —Antonia bajo las escaleras con Claudio detrás, se estaban tomando de la mano.

No se sabía quien era el más incómodo si Ulises por que sentía que no encajaba, Emilia al saber que tenía que compartir tiempo con la insoportable de Antonia o Claudio que no sabía como iba a estar entre Emilia y Tony.

—Bueno, los dejo solos —La madre de Claudio se metió a la cocina.

—¿Qué hace está aquí? —pregunto una molesta Emilia.

—Está, tiene nombre. Soy la novia de Claudio, obviamente puedo estar en su casa.

Emilia solo la ignoró y comenzaron a trabajar en la canción. Antonia "aportaba" ideas pero la peliazulada inmediatamente las rechazaba.

(...)

—Me encanto como quedo —dijo Ulises.

—A mi igual —hablo Antonia.

—No te pedimos tú opinión —le contestó Emilia.

—A ti no te dije —Se levantó Antonia, haciendo que Emilia hiciera lo mismo.

—Basta. Tranquilas —Claudio tomó a Emilia del brazo y se la llevó al baño.

—¡Suéltame! —Cuando llegaron al baño, la soltó.

—¿Qué diablos te pasa? —le preguntó enojado.

—¿Quieres saber qué me pasa? —respondió con el mismo tono —Que ya estoy harta de que en todos lados este ella. Que siempre la anden procurando a ella, que la defiendan a ella —tomo aire — Que la quieras a ella...

Claudio que la miraba enojado cambio su semblante a uno más calmado, lo último le hizo bajar la guardia.

Yo nunca he dejado de quererte...

(...)

—Me choca —se quejó Antonia.

—Deberías tratarla. No es por nada pero tú empezaste con esto.

—¿Te vas a poner de su lado? —dijo.

—Obvio, es mi amiga.

A Ulises le dolía que Antonia actuara así de egoísta.

—¿Realmente quieres a Claudio? —le soltó de repente.

—¿Qué clase de pregunta es esa? —cruzo los brazos.

—Contesta —Antonia se sentó en el mismo sofá dónde estaba Ulises.

—Si, lo quiero mucho.

—¿Cómo amigo o cómo pareja?

—Como ambas.

—Eso es imposible —lo miró con la ceja fruncida — O lo ves como amigo o como pareja. El corazón sólo ama de una forma —Eso la dejo callada.

¿Lo quería cómo amigo o cómo pareja?

(...)

—¿De verdad? —sus ojos brotaban esperanza.

—Si, Emi. Te quiero demasiado. No te puedo olvidar. —se acercó lentamente a ella.

—Claudio... —la tomó por la cintura y la sentó en el lavabo.

—¿Y si terminamos lo del otro día? —miro sus labios.

—Pero... Antonia está afuera...

—Olvídate de Antonia, olvídate de todos. Concéntrate en nosotros —la tomó por las mejillas y...

(...)

—Nunca lo había visto de esa manera.

Ulises se acercó más a Antonia, quién lo miró curiosa.

Tal vez deba aprovechar el momento;pensó Ulises.

El deseo invadió los cuerpos de los cuatro chicos.

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