Sabía que estaba mal, pues ni siquiera se han reconciliado como amigos. Pero ahora que lo pensaba... ¿Era mejor? Por que así lo besaría pero no se volverían a hablar, ni hablarían del tema. Así que lo hizo.

—Besame.-le pidió.

—¿Qué?.-extrañamente unas ganas inmensas de besarla lo llenaron.

—Besame, no lo volveré a repetir. Ni ahora, ni nunca. Así que hazlo.

—Emi...-en el fondo sabía que estaba mal, ¿Pero a quién engañaba? Lo necesitaba.

Con cuidado se fue acercando a ella, tomó su cuello y ahora fue Emilia quien se acerco más. Tenían miedo.

—¿Estas segura?.-preguntó dudoso.

—Si.-a pesar del miedo, insistió.

Cuando estaban a punto de juntar sus labios. Abrieron la puerta.

—Gracias.-le dijo Ulises.

—De nada.-le contestó Kevin.

—Ya deja a ir a Emilia...-Emilia y Claudio aún seguían muy juntos. Emilia bajo la cabeza y Claudio se le quedo viendo mal a Ulises.-Perdón por interrumpir.

—¿Por qué cierras las puertas de mi casa? Aquí no es un hotel, he.-aclaró Kevin.

—Si, si. Perdón.

—Emilia, ¿Te quieres ir?.-le preguntó Ulises.

—Si.-parece que el mal momento le bajo un poco el alcohol, pues ya hablaba más normal.

—Vamos.-la ayudo a levantarse.

Claudio sólo la miraba irse.

—Ni se te ocurra volver a tocarla.-le advirtió Kevin.

—¿Vos quién te crees para prohibirme tocar a Emilia?.-se levanto.-Por que dejame decirte que Emilia estaba borracha, no pensaba bien cuándo se besaron.

—Tampoco pensaba bien cuándo te iba a besar.

—No voy a perder el tiempo contigo, con permiso.-salió dejando a un Kevin enojado.

(...)

—¿Si sabías las consecuencias qué te iban a traer el acto que ibas a hacer?.-la regañó.-Emi, se que es tú vida, pero me preocupo por ti y no quiero verte triste por Claudio.

—Lo sé, me invadió la curiosidad.

—Eso decimos todos cuándo estamos borrachos.

—Ya llévame a mi casa. Pero dejame una esquina antes.

—¿Por?

—Luego te cuento.

(...)

—¿Dónde estabas?.-le dijo Antonia.

—Nada, estaba hablando con Kevin.

—¡Que padre! ¿Ya están haciendo las pases?.-preguntó emocionada.

Claudio sólo tomo un vaso con agua y bebió para evitar la pregunta.

Esta noche sería larga. Más si sólo tenía un nombre en mente: Emilia y un "¿Qué hubiera sido si la hubiera besado?

(...)

El sueño la invadía mientras pensaba en aquella situación tan vergonzosa que había pasado con Claudio, Kevin y Ulises. Lo único bueno era que no estaba León, si no estaba frita, León era más chismoso que la vecina, literal.

El calor de las cobijas la ayudo para poder olvidarse un poco del tema y poder dormir.

Cuándo por fin había conciliado el sueño, el sonido de una notificación llegó. A veces eran cosas importantes, otras veces eran publicaciones estúpidas de Machu y no valía la pena perder el tiempo en ellas. Pero por alguna extraña razón decidió leer la notificación.

Claudio.
Sal, estoy afuera de tú casa.