••Capitulo 10••
Ella era un ángel.
Su corazón era tan puro e inocente.
Pero en ella había algo indomable.
Un espíritu tan grande que era capaz de helarle la sangre a alguien al ver ese fuego en sus ojos.
El quería apagar ese fuego.
Quería consumirlo por completo.
Quería ver cómo se apagaba por el.
Quería manipular, moldear y formar un nuevo fuego.
Uno tenue.
Uno que ardiera por la ira, por el odio.
Quería que ardiera con la fuerza para destruir.
Quería corromper la paz que de ella emanaba.
Quiero
Quiero
Quiero
Quiero
Quiero destruir sus sonrisa.
Deseo
Deseo
Deseo
Deseo
Deseo verla caer.
Ver
Ver
Ver
Ver
Ver cómo sus ojos se apagaban ante la oscuridad.
Sentir
Sentir
Sentir
Sentir como su cuerpo no volvía a tener esa calidez
Oler
Oler
Oler
Oler
Oler la cafeína que provenía de ella.
¿Su cuerpo inerte tendría el mismo calor?
¿Sus mejillas seguirían torneadas del color rojo que tango le éxtasiaba?
¿Su cabello tendría el mismo olor embriagante?
¿Ella aún fuera de este mundo emanaria tanta paz?
¿Que tanto podría soportar sus alas?
¿Le gustaría ver cómo aquella cremosa piel se hacía cenizas en sus manos?
Ella era paz y el quería destruirla.
Desarmarla pieza por pieza.
Para luego unirlas a su gusto.
Verla agonizar y sentir que su brillo se apagaba.
¿El podria controlar lo indomable?
Tenía qué.
Porque él quería que brillará únicamente para si mismo.
Había visto héroes caer.
Había visto como su sangre se derramaba y tenía todo de aquel color escarlata.
Había visto como se retorcían, agonizando de un dolor placentero causado por el.
Había apreciado como la vida podía colgar de un hilo
El quería convertirse en la tijera que cortará de esos hilos.
Uno
Por
Uno.
Le gustaba.
Le gustaba ver cómo la vida desaparecía de los ojos de alguien y los había visto de varios colores.
Azules, negros, verdes, morados, rosados y muchos colores más pero nunca había experimentado observar como la vida desaparecía de unos ojos marrones.
Un color tan desagradable y a la vez adictivo como le era el chocolate.
Y ella.
Ella.
Ella
Ella
Ella
Ella
Quería ver cómo esos ojos brillantes y grandes cedían antes la oscuridad.
Cedían antes él.
Le encantó verla allí peleando junto los repugnantes estudiantes de la A.U.
Ella se movía con velocidad igual que con la gracia de una bailarina.
Su cabello danzando junto a ella.
La escrito con la mirada llevándose el placer de ver sus ojos de un color oscuro que al mismo tiempo podían ser tan cristalinos y transparentes que podía experimentar aquel limbo de sentimientos que cargaba la pequeña "angel".
Quería ver ver cada sentimiento reflejado en esos ojos brillantes.
Quería ver su sufrimiento.
Quería ver cómo su mirada se apagaba.
Quería ver cómo aquella fuerza tan grande que poseía cedía ante el.
Sonrió con burla e hizo la señal a Dabi.
Ella sería su nuevo "proyecto" .
Ella sería aquel brillo que destruiría todo.
Ella brillaría a su placer.
Porque ella tenía que brillar para él.
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