Kyoko Kirigiri no era de pensar en la forma en la que el tiempo volaba. Menos al no ser consiente del final que se acercaba.

 Y ahora se concentraba en lo que la simulación dejó, pasando lo que quedaba de su vida tratando de prevenir que le pasara algo.

 Incluso si había cometido errores, debía mantenerlo seguro. 

 No decía pensar que no había hecho algo de gravedad, pero si que no había agresividad en su propósito.

 Intentó alzar la barra para su defensa, interrumpida por un secuestro, pero aún así estaba rezando.

 Supo que no se podía descuidar en ese nuevo juego, sobretodo al saber que una sola acción podía matarlos. 

 Pero siempre se podía negar la forma en la que el tiempo volaba, o que el final podría estar más cerca de lo que parecía. Algo para mantener la calma entre ella y sus compañeros. Sentir que su vida no se perdería en vano. 

 Pero al revisar la escritura de su brazalete, su reacción fue inmediata. 

 Sabiendo que debía matarlo para sobrevivir, tuvo que decidir que hacer.

 Quiso acercar sus brazos a su cuello. Él era la razón por la cual podía morir... Pero en ningún momento dijo merecer salvación. 

 Esto le permitió dejar de negarse como el tiempo volaba. Sabía que el final llegaba, y solo pensaba en como terminaría, y como lo haría.

 Y a medida que pasaba el tiempo era más y más rápido. El desastre se iba acercando, y no podía pararlo.

 Dejando que los espasmos tomarán su cuerpo, sintió como la nada la iba esperando.  

 Y solo pensaba que ya no servía de nada negarse lo que iba a pasar. Iba a morir, y solo le quedaba recordar como fue su vida. 

 Vió a sus dos compañeros una ultima vez, en su descenso, y cerró los ojos, sintiendo su consiencia flotar.