• C A P Í T U L O I•

Tensión en sus músculos y falta de aire. Eso era todo lo que Lance podía sentir. La velocidad del momento impedía que reflexionase un poco  antes de realizar cada acción, siendo presa de su instinto, o más bien del pánico.
Sus zapatillas chirriaron ante el patinazo girando la esquina a toda velocidad. El pasillo del instituto era un desastre: papeles desparramados por todo el suelo,taquillas abiertas, objetos por el suelo, algunos focos fundidos. Y qué decir de aquel murmullo que se oía bajar las escaleras. No era precisamente un murmullo de conversaciones rutinarias,sino, quejidos que aquellos ,antes considerados como adolescentes comunes, dejaban salir como un aliento al arrastrar los pies.

Tenía que salir de allí o le infectarían a él también. En otra situación,tal vez hubiese bromeado con lo que le gustaría ser perseguido,pero ¿Ahora? Ahora sólo temía por su vida.
Corrió por aquel solitario pasillo, jadeante y comenzó a bajar las escaleras hacia la planta siguiente. Sólo quería ir a casa. Seguramente, la gran mayoría de sus compañeros estén infectados también o sólo hayan huido. Pero él ni siquiera tiene un arma. Quedarse allí solo sería perder el tiempo.

Así que en soledad huyó hacia su hogar,notando que en las calles cada vez se hacía más el pánico, los coches pitaban como locos, la gente guía a sus casas,justo como él, y las miles de pantallas televisivas distribuidas por la ciudad anunciaban el incidente.

—¡Mamá!— el moreno aporreó la puerta con los nervios a flor de piel, pudiendo sentir cómo el sudor frío le recorría. Temía que no creyesen que era él, pero el suave ruido de la puerta le tranquilizó. —Menos mal que...-

Los orbes azules de Lance se redujeron un poco por la sorpresa. Creía que le habían abierto,pero es que la puerta se había desplazado perezosamente por su golpe. Eso sólo podía significar una cosa.

—No puede ser.—susurró en un hilo de voz,bajando su mirada en desesperación hacia la cerradura, que estaba destrozada. Pudo sentir que su corazón se paraba unos segundos, analizando los arañazos en la madera de esta. Su cuerpo inmediatamente comenzó a temblar,pero se decidió por pasar con cuidado. Incluso si había algún infectado ya allí, debía deshacerse de él antes de que tocara a alguien de su familia. Era increíble cómo todo aquello se había propagado en apenas una hora. Más que increíble, terrorífico.

Lance dio unos pasos dentro de la casa y cerró silenciosamente la puerta. Avanzó con cuidado y la visión que de repente se chocó con su iris,le petrificó. Su padre y su madre estaban desparramados por el suelo, parecían heridos y él sin dudarlo corrió hacia ellos. Los apoyó en una pared suavemente, dejándolos sentados, mientras se quedaba sin voz por el miedo que sentía en ese momento. ¿Estaban vivos o muertos?

—M-mamá...Papá...—susurró sin aliento, sintiendo las lágrimas en sus ojos.—¿Podéis oírme?

En un instante reparó en todas las mordidas que tenían sobre su piel canela, así como heridas profundas,que salpicaban de sangre sus ropas. Todo su mundo se estaba desmoronando a su alrededor rápidamente y el horrible shock no le dejaba procesar bien las cosas. Estaba comenzando a hiperventilar, zarandeando a ambos de forma incluso algo violenta.

—¡Mamá!¡Papá!—su voz se desgarró, pero al notar que movían un poco su cuello, se paralizó.« Lance, mira todas esas marcas. Es imposible que no estén infectados» Se repetía a sí mismo,alejándose de un salto y tragando saliva. Debía salir de ahí. No sería capaz de asesinarlos por su cuenta, así que rápidamente avanzó a trompicones, básicamente, hacia su habitación. Cogió una mochila y la rellenó con ropa que escogió de forma poco selectiva. También alcanzó a coger algo de comida enlatada y agua antes de poder salir como un rayo de aquel lugar; aterrorizado al volver a pasar frente a sus padres,por verlos en pie como toda aquella especie de población muerta que caminaba.

—Siento no poder hacer nada —Lance se giró un poco frente a la puerta,admirando los dos cuerpos con unas gruesas lágrimas cubriendo sus mejillas. Se mordió el labio y sorbió un poco su nariz antes de salir a la calle, desierta y a la vez bulliciosa. Qué patético se sentía. Como un cobarde al huir de todo. Abandonar a su familia en aquel estado le desgarraba el corazón,pero debía ser realista. No solucionaría nada dejando que le infectasen. Tampoco era capaz de encarar aquella imagen de sus padres, sinceramente.

—Joder, joder,joder...—giraba su cabeza de un lado a otro constantemente,pero no era capaz de encontrar qué diablos hacer, dónde ocultarse. Y seguía sin arma. Tragó saliva y se ocultó en un callejón,cargando su mochila en la espalda. Pero... ¿A dónde coño iba a ir? Ya no tenía hogar o familia, instituto. Toda la ciudad parecía un lugar peligroso ahora.

Las lágrimas seguían corriendo por sus mejillas y mordió su labio inferior tan fuerte que sangró, cerrando los ojos con fuerza. Quería estar en casa como en cualquier día normal,comiendo con sus padres y hablando del instituto, no esto. Llevó sus manos a la cabeza y se inclinó hacia el suelo, vulnerable.

—Q-Quiero estar en casa,joder... — sorbió su nariz el muchacho de rasgos delgados.—Quiero que esta mierda sea una pesadilla.

Esas débiles súplicas se escapaban de sus labios sin su consentimiento, con la esperanza de que aquel nudo en su garganta desapareciese,pero eso no iba a suceder. En cuanto notó que un grupo de infectados se dirigían a la entrada del callejón en el que se encontraba, abrió los ojos como platos,alzando la cabeza.
Iban a devorarle, si no escapaba de allí. Ese pensamiento cruzó rápido su mente pero se congeló en su sitio. Ya no lo tenía tan claro. No tenía tan claro si quería seguir viviendo aquel infierno,presenciando todo aquello. Tampoco estaba seguro de tener el valor de suicidarse, así que... ¿Por qué no rendirse?
No tenía modo de defenderse y aunque sobreviviese, no era un científico que fuese a servir.

Todo le descolocaba. Normalmente se sentía en el auge, confiado continuamente pero ahora mismo era el ser más pequeño,mediocre e inútil ante sus propios ojos. No encontraba algo bueno entre todas aquellas divagaciones que rondaban su mente mientras temblaba ante la cercanía de aquellos caminantes de paso desesperante. Ahí acabaría todo. Por instinto retrocedió unos pasos y gritó aterrorizado.

—¡Ayuda!—palideció,el español veía su fin cada vez más cerca y aquel agarrón de su manga hizo que nuevas lágrimas escapasen.

Pero sorprendentemente para Lance,el agarre tiró de él hacia atrás, haciendo que acabase en el inicio de otro callejón, de espaldas al suelo.

—¿Q-Qu... - —No pudo acabar la frase, oyendo pasos hacia adelante y sonidos que le determinaban que se estaba dando un enfrentamiento. Tragó saliva y se incorporó, hasta quedar sentado, sin saber qué estaba pasando.
En ese preciso momento, distinguió aquella figura masculina de cabello negro que acababa con aquellos enemigos sin problema,dejando el ambiente a su alrededor en 'cierta' calma. «Un momento» Sus hombros se tensaron, reconociendo el rostro que ahora se giraba a él, algo salpicado de sangre, de inmediato.

—¿Estás bien?— su salvador flexionó las rodillas para estar a su altura, dejando ver aquel cuchillo con el que había hecho frente a aquellos ciudadanos infectados. Su piel relativamente pálida y sus ojos grises le resultaban familiares por habérselos cruzado en el instituto. Sin duda, era uno de los alumnos de otra clase que no le agradaban por aguafiestas,aunque no sabía su nombre. O no lo recordaba en ese momento.

El de cabello negro,notando el silencio, frunció un poco más aquel ceño serio en algo de preocupación,percibiendo los temblores violentos de Lance. Llevó su mano un poco más cerca del más delgado,pero en seguida retrocedió con miedo, desconfiado.

—Oh, lo siento. No quería asustarte,eh...—su tono era serio y calmado para la situación. La verdad es que infundía respeto en el moreno pero, este era demasiado terco como para admitirlo en algún momento. Y más recordando lo poco que le agradaba.

—Lance, estamos en el mismo instituto —acabó gruñendo un poco con la voz rota,pasando la manga de su chaqueta por sus mejillas para limpiar aquellas lágrimas y algo de sangre que le había salpicado.—Y estaba bien, no necesitaba un milagro ¿Sabes?

Su tono era de resentimiento,pero desgarrador. Era una imagen triste, pues sonaba de aquella forma por todas aquellas emociones que ahora reflejaban sobre sí mismo. Debería haber muerto y todo se hubiese solucionado.

—Soy Keith, y escucha: No voy a dejar que nadie sin infectar muera pudiendo hacer algo— gruñó, molesto ante su actitud y manteniendo sus ojos en él.— Y por la forma en la que gritabas no se entendía lo mismo.

Lance le arrugó el ceño, pero su deplorable aspecto le hacia verse desesperado.Se puso en pie y recolocó su mochila.

—Como sea, no voy a agradecerte, Como-te-llames... —el de orbes azules, con una mirada cansada y una voz sin pizca de ganas, sorbió su nariz otra vez,antes de girarse como podía sobre sus talones.

—Espera —Keith le detuvo por el antebrazo,provocando que se girase y su mirada chocase con la de este,profunda y serena, haciéndole sentirse como un cobarde a su lado.— Ni siquiera tienes un arma ¿Vas a salir ahí fuera sólo de nuevo?

Lance sólo se mantuvo en silencio,bajando la mirada un poco y pensando. No le hacía gracia tener que quedarse con ese tipo,pero al menos tenía un cuchillo y podía garantizar su supervivencia. Le venía bien.

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Es mi primera historia de Voltron, Así que espero que os guste, aunque el primer capítulo siempre es muy muermo espero que os haya gustado ♥ Gracias por prestar atención ~

Givin-

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