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I N V I E R N O

Durante el largo camino se detuvieron a descansar tres veces. Tres veces en las cuales Eren no salió del carruaje por más que los abanderados le insistieron, sin comer ni beber cosa alguna

Levi había decidio sacarlo por su cuenta de una vez por todas, pero al escucharlo llorar justo antes de que abriera la puerta decidió dejar las cosas así. No pudo evitar sentir cómo algo dentro de él se revolvía, algo que se podría describir cómo culpa

finalmente, al caer el sol, la caravana se detuvo en frente de la gran fortaleza. Los continuos saltos que daba el transporte de Eren al pasar por los baches terminaron por despertarlo de su siesta luego de llorar cuanto pudo

la puerta del carruaje se abrió bruscamente dejando ver a su prometido con mala cara

- Llegamos - le dijo de manera fría

El mayor se sintió algo mal al ver al pequeño desastre con la mirada cansada y los ojos hinchados. Parecía haber perdido toda chispa que tenía de cuando se vieron por primera vez

El chico ni siquiera aceptó su mano para bajar, se paró de manera seca a su lado y ni siquiera le miró. Lo único que hacía era recorrer con suma tristeza el lugar con su mirada, cómo si estuviera presenciando una tragedia y fuera a hecharse a llorar ( de nuevo) en cualquier momento; ¿tanto le disgustaba estar ahí? decidió ignorarlo y actuar lo más natural posible mientras empezaban a caminar hacia el interior

Aún así no podía permitir que su madre y el resto de su familia vieran a un chico que parecía cordero a punto de entrar al matadero, sabía que si no veían un matrimonio feliz descubrirían su pequeño plan y le negarían toda herencia

- Quita esa cara de perro golpeado - le dijo de manera casi agresiva - ¿esa es la impresión que quieres causar a los señores del norte?

Bueno, eso sólo empeoró las cosas. Eren gimoteó cómo cachorro herido y se encogió sobre sus hombro mientras las lagrimas se le empezaban a escapar; el muchacho no volteó a mirarlo en ningún momento

Levi suspiró y probó algo diferente. Levantó su mentón permitiendo que sus miradas se encontraran y secó suavemente las lagrimas de su rostro, casi cómo una caricia

- ¿Tienes frío? - le preguntó ya con un poco más de tacto

- Algo...

Levi no respondió, pero lo tomó de la cintura y le pegó a su cuerpo cubriéndolo con su propio abrigo. El menor sentía que iba a tener un ataque cardíaco de todas las emociones que estaba sintiendo, ¿Porqué de la nada se mostraba tan atento? lo cierto era que el calor corporal del soldado era demasiado acogedor cómo para rehusarse. El mayor notó cómo Eren se destensaba y acurrucaba a su lado, no le desagradó para nada la sensación de aquel cuerpo pegado al suyo, incluso sintió que podría acostumbrarse

Al entrar al palacio los sirvientes los sacaron de su burbuja al ofrecerse a llevarse sus abrigo mientras esperaban al resto de los Ackerman. Una atmósfera incomoda se formó entre ambos, aunque en el interior el clima era notablemente más cálido, Eren se había sentido mucho más a gusto con el calor corporal del otro

tres figuras imponentes y enfundadas en elegantes abrigos negros se acercaron hacia la pareja. La mujer mayor lo miraba con una sonrisa resplandeciente mientras que el hombre y la jovencita lo miraban con real curiosidad

- Eren, ella es mi madre, Kuschel, la dama del norte y mi padre Gregory, esta es mi hermana, Mikasa

- Un gusto, mis lords

- Bienvenido, Cariño - le saludó con tono maternal - Espero que puedas sentirte cómo en casa, Levi, ¿porqué no lo acompañas a su recamara?

- No puedo, tengo otras cosas que hacer. Dile a Mikasa que lo acompañe

El hombre esquivó la mirada asesina de ambas mujeres y se alejó con el paso más apresurado que pudo

Se metió con toda prisa a su oficina y recargó su espalda ena puerta después de cerrarla para tomar aire. Pasó una mano por sus cabellos y suspiró antes de dejarse caer sobre la silla detrás de su escritorio

Farlan, su fiel amigo y escudero, entró con una sonrisa socarrona y tomó asiento frente a él

- Mírate, se nota que estás emocionado por tu matrimonio - se burló el rubio - Te ves radiante

- Pudrete - le respondió el otro - Voy a tener que soportar durante tiempo indefinido a un chiquillo berrinchudo que me va a quitar toda mi puta libertad.

- ¿No se supone que sólo lo tendrías hasta que te nombrarán Lord del norte?

- Si, ¿Pero estás consciente de que eso será hasta que mi madre lo decida? Si ella no ve un estúpido matrimonio feliz y funcional no va a mover un sólo dedo

Farlan rió y se sirvió una copa del licor que su amigo tenía en su escritorio

- Pues parece que tienes un largo camino que recorrer - dijo el rubio con voz cantarina - Pero al menos, antes de que te cases con él y quedes atado de por vida, ¿Que tal si le damos una vuelta a tus chicas favoritas?

- Maldición, sí. Trae una botella de vino
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Luego de la evidente huida de Levi, Kuschel le pidió a Mikasa que lo guiara a la habitación que le tenían preparada. Cómo resultado se encontraba siguiendo a la joven Ackerman por los amplios pasillos de la fortaleza sin que la muchacha mirara en su dirección en ningún momento

La chica se paró abruptamente en frente de una puerta doble de roble y por fin le dió al menos una mirada austera por encima del hombro

- Llegamos - le informó y se hizo hacía un lado para dejar que él mismo abriera la puerta

Era un lugar muy amplio con todo y un balcón y sala propia que estaba en frente de dos grandes estantes de libros. Había una gran cama con dosel con sábanas y cortinas blancas, una alfombra y una chimenea que dejaba el lugar bastante acogedor

- ¿Puedo tener algunas palabras contigo, Eren? - dijo de manera mordaz, pero aún así el castaño asintió - sientate, por favor

El chico se sentó en el borde de la cama y Mikasa acomodó una silla en su dirección

- Bueno, dime la verdad ahora, ¿Que se traen tu y mi hermano?

- No entiendo, ¿A qué se refiere?

- El mujeriego con carácter de mierda de mi hermano de la nada tiene un prometido, no me la trago ni por medio segundo. Conozco a Levi y sé que se le encogen las bolas de sólo pensar que le negaran el título por ser demasiado para él, no me sorprendería que le diera dinero a alguna de sus putas para hacerse pasar por su "enamorado" sólo para engañar a nuestros padres y evitar el matrimonio

Eren la miró atónito por unos segundos, y de un momento a otro empezó a reírse a carcajadas, de la manera más amarga posible mientras sus ojos empezaban a lagrimear

Mikasa sólo lo veía estupefacta, sin saber, por primera vez en su vida, que pensar o hacer

- ¿Es enserio? - preguntó de la forma más sarcástica posible - ¿Quieres saber que hizo tu hermano por el título? Bien, te lo diré. Tomó a un huérfano al cargo de Keith Shadis, el cuál el hombre ni su familia quisieron jamás y que no tenía derecho a un sólo centavo de su adorada fortuna, y lo obligó a casarse con él quitándole lo único que le había dado alegría en su mísera vida y también toda oportunidad de encontrar a alguien que lo amara de verdad. Nunca me desagrado la idea del matrimonio, ¿Sabes?, No es que quisiera pasar el resto de mis días en el bosque viviendo cómo un salvaje, porque cuando creces sin ningún tipo de cariño créeme que te atrae la idea de pasar el resto de tus días con alguien que te ame y a quien de verdad le importes. Pero aquí me tienes, cuñada, teniendo está conversación contigo y a nada de casarme con un hombre que sólo quiere usarme

Eren agradeció que su voz resistió sin quebrarse hasta la última palabra.

Antes de que pudiera empezar a secar sus lágrimas, la muchacha se le tiró encima en un abrazo asfixiante

- Lo...lo siento tanto, Eren - El chico sintió cómo su hombro se humedecia con las lágrimas de la azabache - Debí saberlo, mi hermano es ese tipo de persona, En serio siento tanto que tengas que pasar por esto...

- Sólo...No le digas que yo te conté sobre esto, si no...

- Lo sé, lo sé. No voy a arriesgarme a que te haga algo - se separaron luego y la chica le sonrió - Prometo que haré todo lo posible para que te sientas cómo en casa, mañana te llevaré a dar un paseo por el lugar, ¿Cómo te suena?

- Me parece excelente, muchas gracias Mikasa

- De acuerdo, buenas noches, Eren...

La chica salió de su habitación y el se desvistió para ponerse la ropa de dormir. Se acurrucó entre las sábanas y el cansancio mental que cargaba desde el inicio del día le permitió dormirse apenas tocó la almohada