🩷¬Love Zone¬🩷

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꧁༺ 𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 1 ༻꧂

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Si bien, el amor no es un juego ni algo que deba ser tomado a la ligera o como una broma cruel para burlarse de los demás y herir sentimientos ajenos. Sin embargo, ese grupo de hormonales adolescentes estaban dispuestos a jugar con fuego con tal de salir de aquella burbuja de monotonía donde se encontraban presos, sin saber qué, eventualmente, acabarían quemándose en consecuencia de sus propios pecados. Porque, ¿Qué relevancia tenían los sentimientos ajenos, en la vida de esos adolescentes?

Pero, sin embargo, el karma siempre está al acecho. Y, como dicen por ahí, lo que mal empieza, mal termina...

Esa fresca y soleada mañana, en la azotea del instituto Tipiskaw, un pequeño grupo de amigos tomaban su almuerzo mientras conversaban prácticamente de todo: eran inicios de febrero, la primera semana de clases, y también la primera vez en mucho tiempo que el grupo convivía todos juntos, tras las vacaciones. 

-¿Y tú qué estuviste haciendo, Jake?

Quien preguntó era una chica de tez almendrada, ojos oscuros, con un rizado cabello castaño, en general era bastante bonita, su nombre es Riya. La muchacha de raíces hindúes dedicaba una mirada llena de entusiasmo e interés al susodicho Jake, tratándose de un muchacho de cabello azul algo despeinado y desordenado, piel blanquecina adornada con dulces y tiernas pecas a lo largo y ancho de su rostro, con unos ojos negros y grandes que lo hacían ver realmente lindo y atractivo. 

Jake empezó a atragantarse con sus fideos chinos que estaba comiendo tranquilamente, ante la repentina pregunta de la morena. Cuando se hubo calmado, el chico titubeó.

-Ah, no demasiado, la verdad. -Sonrió, apenado y cohibido. -Ya sabes cómo está mi relación con mis padres, tuve que pasar encerrado para evitar disputas entre nosotros. -Al mencionar a sus progenitores, mostró incomodidad casi de inmediato. Dando a entender que no quería indagar demasiado en el tema. Riya se mostró dulce y comprensiva, dándole palmaditas en la espalda y no volviendo a preguntar al respecto.

-¿Qué hay de ti, Riya? ¿Estuviste en un crucero otra vez?

Esta vez, fue un chico, el más pequeñito (en tamaño) del grupo, el que se animó a preguntar. Era delgado como un fideo y realmente bajito, su piel era blanca y aperlada como la misma porcelana, con ojos turqueses muy hermosos, su cabello era dividido en dos colores, del lado izquierdo era rubio claro, del derecho castaño oscuro. También llevaba un par de aretes muy chidos en forma de cruz, colgando de sus orejas. Por todos, era apodado "El E-Boy" debido a su afable personalidad que hacía un gran contraste con su estilo tan emo de vestir, aun así, muchos lo querían demasiado.

-De hecho, estuve por toda una semana en Inglaterra. No saben lo divertido que fue jugar al Paintball con tanques de tamaño real, la próxima vez, los llevaré conmigo. Trataré de convencer a mis padres. -Exclama la morena, con entusiasmo. 

-Eso suena bien.

-¡Yei, vacaciones gratis! 

-Parece que tuviste unas buenas vacaciones, Riya. La única novedad que tuve fue el hecho de que, por primera vez, me dejaron salir a respectiva hora de salida de trabajar y no me sobreexplotaron. Claro, fue una vez en todo el año, pero por algo se empieza...

Ellie, la última miembro del grupo de amigos, es una chica de melena rojiza, un color similar al de la zanahoria, a la altura de los hombros y con un piercing en la oreja. Tenía los ojos de color verde turquesa y era pecosa, la mayor parte del tiempo en el 99% de todas las conversaciones que solían tener, permanecía callada, y solo tomaba palabra para soltar algún comentario burlón o sarcástico, si la situación lo requería, provocando las risas de sus amigos.

-Ni tanto, fue muy aburrido no tenerlos conmigo. No tuve con quien quejarme en todo el viaje de la pésima calidad del aire acondicionado del cuarto del hotel donde me hospedé. -Todos se rieron. -Aunque lamento mucho oír eso, Ellie. 

-Está bien, no es para tanto. 

-Yo tampoco tuve algo interesante que hacer estas vacaciones, ni siquiera podía hablar con alguien. -Bufó con molestia el más bajo. -Mis padres tuvieron la genialísima idea de irnos a pasar DOS semanas ENTERAS con mis abuelos, claro, los amo y adoro convivir con ellos a pesar de sus prejuicios contra la comunidad LGBT, pero, honestamente, me sentí muy solo. 

-Ya entiendo por qué no me respondías ninguno de los mensajes que te estuve enviando. Estuve así de cerca de ir a denunciarte con la policía como "Perdido". -Reclamó Jake, algo ofendido.

-Sí, lamento eso. 

-En resumen, ninguno de nosotros hizo algo realmente divertido estas vacaciones, solo Riya. -Concluyó Ellie, dejándose caer de espaldas en el piso de la azotea y con los brazos cruzados debajo de su cabeza. 

-Yo siento como si hubiera estado desperdiciando mi vida durante estos últimos 5 años en el instituto. -Se lamenta Aiden, y aunque más que nada, estaba hablando para sí mismo, todos le respondieron. 

-Yo igual,

-Te lo juro que sí,

-¡Yo igual! Agh, me arrepiento de no haber hecho alguna última estupidez para concluir el año escolar. 

-Es muy tarde ahora, Jake, ya estamos en el último año y más cerca que nunca de vernos en la obligación de independizarnos. Bueno, ustedes. Yo ya lo hice. -La pelirroja se reincorpora, sentándose de piernas cruzadas. Apoya su mentón sobre la palma de su mano y ve con una expresión de desánimo al muchacho de cabello azul oscuro. A quien acaba contagiándole el negativismo e imita su lenguaje corporal. Los dos suspiran.

-Pronto seremos adultos deprimentes con vidas patéticas y tristes, siendo sobreexplotados inhumanamente y con una paga mínima de 4 centavos la hora.... -Aiden se hace bolita, retrayendo sus piernas hacia su estómago y abrazándolas con fuerza. Una expresión de terror puro toma el control de todo su rostro, mientras sus ojos aqua se quedan viendo hacia un punto inexistente.

Riya los ve a todos con desaprobación y rueda los ojos. 

-Oh, ¡por favor, chicos! Con esa negatividad, si acaso atraen un Akuma o algo. -La chica de tez almendrada hace un vano intento por aligerar el ambiente con una broma, pero como única respuesta, sus tres amigos vuelven a verla, sin expresión en el rostro. 

-Acabas de sonar exactamente a la presidenta del club de debate. -Aiden y Ellie asienten ante las palabras de Jake. 

-¿Courtney? Por favor. No sean ridículos. -Riya suspira. De repente, sus ojos se iluminan con malicia, ha tenido una idea. -Aunque...~

-¿Qué? -Los tres la miraron expectantes. 

-Honestamente, lo he estado considerando desde el año pasado. Pero a como son ustedes de aburridos, pensé que me reprocharían algo como "Vaya idea Estúpida".

-Habla rápido, Riya. -Exclama Ellie, impaciente. 

Riya mira a los tres chicos y sonríe con malicia y picardía.

-Una pequeña apuesta~ -Propone la morena. Aiden, Jake y Ellie comparten miradas entre ellos, como si se comunicaran por medio de telepatía (No tan alejado de la realidad, les repetían tanto que entre los 4 parecían compartir una misma neurona en común, que al parecer estaba empezando a hacerse realidad). Hasta que finalmente parecieron tomar una decisión y miraron a Riya. 

-...Continúa. 

-Básicamente, nosotros cuatro sorteamos los nombres de algunas personas al azar, y, con quien nos toque, tendremos que entablar amistad. -Riya suelta una leve risa. Ellie la ve, arqueando una ceja.

-Por la cara que tienes, algo me dice que tenemos que hacer algo más que solo entablar amistad... 

-Oh, pues claro. Si no, no podría llamarse "Apuesta" ni "Desafío".

-Escupe la sopa, Riy. -Aiden tiene una mezcla de emociones entre la impaciencia y entusiasmo.

Riya mantiene una sonrisa pícara sobre sus labios. 

-El desafío de la apuesta es que hay que hacer que la persona en cuestión se enamore de nosotros. -Los tres amigos miraron boquiabiertos a la castaña. -Sin embargo...

-...No podemos enamorarnos nosotros. -dedujo Jake, cruzándose de brazos y con una leve sonrisa dibujada en su rostro. -Suena interesante, lo admito.

-Aunque también algo absurdo. -Bosteza Ellie. 

-Pues sí, lo es. Pero ¿qué no dijeron que estarían dispuestos a hacer cualquier estupidez... -Riya hizo énfasis en la palabra "cualquier". -...con tal de despedir nuestro último año aquí, y con estilo?

-Técnicamente, no lo dijimos. -Intervino Jake.

-Pero lo pensaron. -Todos se mantuvieron en silencio, no lo iban a negar. -Como sea, ¿están a dentro, o miedo?

-Yo si. Soy arromántico de cualquier forma. esto será pan comido. -Fanfarronea el de cabellos bicolor. Ellie y Jake lo volvieron a ver con una mirada matadora ante su exceso de confianza.

-Ah, ¿así que te crees que puedes ganar así y ya? -El muchacho de cabello azulado vio con molestia al E-Boy, mientras Ellie asentía ante las palabras de Jake.

-Oh, no lo creo. Lo sé. -Aseguró, con una sonrisa ladina y arrogante curvada sobre sus labios mientras miraba con un deje de superioridad a Ellie y Jake. Los nombrados bufaron con notable irritación ante la altanera actitud del más pequeño.

-¿Saben qué? Me apunto a la apuesta. -Declara Ellie.

-Yo igual. -Asintió Jake. Riya los miró a todos, cómplice. 

-Muy bien, explicaré las reglas. 

La morena sacó de su mochila, arrancó una hoja y empezó a escribir los nombres de todos los que conocía en el instituto. Para esas alturas, el grupo de amigos ya se había olvidado completamente de sus almuerzos. 

-Okay, es sencillo. Como ya mencioné antes, no se nos permite enamorarnos de esa persona, solo que esta se enamore de nosotros. Hay dos formas de ser penalizado, que una vez seleccionado su objetivo se hagan para atrás o que acaben enamorados antes que los demás. Trataré de anotar a los más difíciles... -lo último lo susurró más que nada para ella misma, mientras continuaba escribiendo nombres en los distintos papelitos. 

-Serán solo estudiantes del instituto, ¿verdad? -pregunta Aiden, intrigado.

-Nop, también he puesto a algunos profes. -Sonríe inocente Riya, como si no fuera nada. Puso todos los palelitos en una bolsa de papel (donde, anteriormente, había estado su almuerzo) y empezó a agitar dicha bolsa con tal de mezclar todos los papeles. -El último en pie, es decir, quien no se enamore, tiene derecho a poner un reto vergonzoso a los perdedores y también ganar el dinero que iremos almacenando poco a poco. Cosa que me lleva al siguiente requisito de la apuesta, se requiere de una donación semanal de dos dólares cada uno. 

-Suena bien para mí. -Jake se encogió de hombros.

-¿Cuál es el tiempo límite? -inquiere Ellie, con expresión neutra en el rostro. 

-Hasta el día de la graduación, claro. -señala Riya, como si fuera algo obvio. -Muy bien, elijan sabiamente su papel, recemos para que a ninguno de nosotros nos toque Yul.

Todos pusieron una mueca de asco ante la mención de ese nombre.

Tras tomarse su tiempo para elegir y sacar sus respectivos papelitos, todos se reunieron en círculo y compartieron miradas entre ellos.

-Los veremos al mismo tiempo. -Dijo Riya, nadie dijo nada. -Okay, uno...

-...Dos...

-...¡Tres! -exclamaron todos a la vez.

Se produjo un silencio durante unos varios instantes, uno que nadie se animó a romper Todo se había vuelto tremendamente incómodo y, la verdad, ninguno de los adolescentes parecía contentos con sus resultados.

-¡Mierda, no! ¿¡Por qué de todos los imbéciles que hay, ÉL!?

-Oh, cállate Aiden. Seguro tu problema no es mayor al mío. -Exclama Ellie, viendo con horror el nombre escrito en su papel.

-...Bien, todos, digan el nombre de su elegido. -Riya sonó extremadamente desanimada, pero a nadie le interesó en lo más mínimo el motivo. -A mí, Connor.

-¿El profesor de contabilidad? -Aiden arquea una ceja. 

-Esperaba que me tocara el profe Trent, el de música. -Bufó con molestia.

-Al menos a ti no te toca hablarle al imbécil de James. -Aiden tenía el rojo enrojecido del coraje almacenado dentro de él, la situación en sí le causaba ira. -Odio esto, James es un estúpido.

-¿Quieres cambiar? No quiero relacionarme con la raraza de Gabby.

-Por favor, chicos, es solo un tonto reto. No se lo tienen que tomar tan a pecho, después de todo, se les está pidiendo que entablen amistad temporal, solo por la apuesta. -Bueno, la aclaración de Riya, si bien, no levantó mucho los ánimos, si animó a los demás a seguir la apuesta. En ese momento, todos se vuelven a ver hacia la única persona que se ha mantenido en completo silencio. El muchacho de cabellos azulados mantenía sus orbes oscuras fijas en el papelito que sostenía entre sus manos, sin expresión en el rostro. -¿Jake?

-Me... me ha tocado Tom.

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