🗯️¬Don't forget, guys¬🗯️

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꧁༺ 𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 6 ༻꧂
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-Es impresión mía, ¿O Riya ha estado rara con nosotros?

Ellie miró severamente a sus dos mejores amigos, Aiden y Jake, mientras almorzaban en el comedor un miércoles al mediodía. Riya, la de tez almendrada, ya no se unía a ellos desde hace una semana, cuando comenzó la apuesta. Debido a eso, habían optado por comer en el comedor en lugar de subir a la azotea como solían hacerlo.

Además, ese día en particular, el clima estaba bastante frío como para salir a tomar su almuerzo en la Azotea. Jake portaba su chaqueta cuyo principal color es un vibrante color rojo sandía, con mangas de tono negro profundo. En cada manga, tiene una calavera impresa de la misma tonalidad rojiza, añadiendo un toque de rebeldía al diseño. Detalles en negro como ribetes y cremalleras resaltan sobre el rojo sandía. La prenda cuenta con bolsillos y una capucha del mismo color que proporcionan funcionalidad y versatilidad a esta chaqueta llamativa y moderna.

Jake titubeó antes de responder a la pelirroja.

-Pues, ahora que lo mencionas... sí, algo. Pero no quise decir nada porque pensé que eran imaginaciones mías.

-Está más irritable de lo normal.  -agregó Aiden, dando un mordisco a su pan. -La otra vez le gritó a Maggy en medio del pasillo porque accidentalmente chocó con ella y la hizo tirar todas sus cosas al suelo. Apostaría a que la escucharon hasta en Marte.

-Bueno, también es que Maggy es altísima... -intentó justificar Jake.

-Pero Maggy no tuvo la culpa de chocar. -frunció el ceño Aiden. -Y me sorprende porque Riya no suele comportarse así con la gente.

-Ya ven por qué la gente la evita. -soltó Ellie, enfadada.

-Ya vas a empezar...

-Si, sí voy a empezar porque quiero y puedo. -replicó la chica con determinación. -Voy a decir lo que en esta mesa nadie se atreve por tenerla en un maldito pedestal, pero Riya no es más que una víbora de doble cara que nos trata bien cuando le conviene y si no, nos manda a cagar.

-Ellie, por Dios, tampoco hables de forma tan vulgar... -Suspiró Jake.

-¿Qué? ¿Les duele que sea verdad? -Ninguno de los dos chicos le respondieron, desviando la mirada. -Eso pensé. Y de mí se acuerdan cuando esa niña de papi los deseche como ha hecho con todos sus "queridos amiguitos". 

Ellie se incorporó de la mesa con la bandeja de su almuerzo en mano y se retiró, muy enojada. El de orbes oscuras contempló a su acompañante, visiblemente preocupado.

-¿Tú que crees al respecto? -Pregunta entonces el de pelo azulado. 

Aiden se mostró algo incómodo. -Pues, no lo sé realmente. Creo que Riya nada más tiene una personalidad "compleja" ¿Sabes? Para mí no es buena ni mala, claro, tiene sus defectos como todos, pero honestamente si la veo capaz de... bueno, manipularnos a su antojo.

-Oh... 

-Es que nosotros también no deberíamos confiar tan a ciegas. -El de orbes turquesa decide terminar su vaso de refresco de un solo trago para después continuar hablando. -Ya nos ha manipulado en el pasado para hacernos sentir culpables, como esa vez que nos reclamó por no contarle nuestros secretos en "verdad o reto" en esa pijamada el año pasado.

-No quiero creer esas cosas malas de Riya. -Jake muestra algo de tristeza en su mirada. -Pero tal vez sí debamos tener más cuidado con lo que decimos frente a ella. 

-¿Frente a quién? -ambos amigos se sobresaltaron cuando reconocieron la voz de Riya a sus espaldas. La morena los veía a ambos con seriedad y una ceja arqueada. Aiden habría empalidecido de no ser porque ya lo estaba, pero Jake, quien mentía con absoluta naturalidad, mantuvo su expresión serena.

-Oh, hola Riy. -Saludó el de cabello azulado. -Hablábamos de Ellie. No podemos hablar de cualquier cosa frente a ella porque se altera, más ahora que tiene que pasar tiempo con Gabby y pues, debe de estresarla porque ya sabes como es. -improvisó.

Lo dijo con tanta fluidez y sin titubear que Aiden lo miró con los ojos como platos de la impresión: Jake era en definitiva un mentiroso de primera, tanto que era capaz de engañarse incluso a sí mismo.

Riya se sentó a su lado sin sospechar de la mentira. -Ni que lo digas, ella es bastante temperamental. No me sorprendería que echara la toalla de primero. -Comentó burlona. Y ahí estaba de nuevo, una prueba de que no todo lo que brillaba bonito era oro. -Es sorprendente que no haya tenido un arrebato de ira contra esa rarita en toda una semana.

Jake se preguntó para sus adentros, si Riya era capaz de hablar tan mal de Ellie a espaldas de ella ¿haría lo mismo con él? ¿Con Aiden? ¿Con cualquiera?

-Como sea, ¿a ustedes como les ha ido con sus "enamorados"? -Riya apoyó su codo en la mesa y sostuvo su mejilla en la palma de su mano mientras miraba con una sonrisita maliciosa al par de muchachos. 

-Meh, regular... -Dijo Aiden con sencillez. -He tenido que pasar tiempo con James más de lo que me hubiera gustado, pero al menos ahora puedo decir con seguridad que no es más que un simio con acceso a internet. -Ante su comentario, Riya soltó una carcajada. Pero ni él ni Jake la acompañaron en su risa, y personalmente, Jake se sentía algo incómodo. 

-¿Qué hay de ti? -Esta vez, Riya se dirigió al peliazul. Jake se tensó y apretó sus muslos con ambas manos. 

-Ahm, bien. -Se limitó a responder. -Tom me agrada y tenemos varias cosas en común, también tengo su número y solemos conversar en clase de ciencias.

-Te agrada, ¿eh? -Pese a su tono meloso y sonrisa dulce, algo en la actitud de Riya resultaba inquietante. Pero Jake estaba tan ocupado hablando de Tom que ni siquiera cayó en cuenta de eso, en cambio, Aiden contemplaba la charla de los dos con el entrecejo fruncido, visiblemente preocupado.

-¡Sí! Trabaja de medio tiempo en un refugio para perritos, me contó en una ocasión. -Riya observó a Jake con una sonrisa interesada mientras él, emocionado, comenzaba a hablar sobre sus conversaciones con Tom. -Hemos discutido sobre nuestros gustos en películas de ciencia ficción. ¡Resulta que a ambos nos encanta 'Blade Runner'! También compartimos opiniones sobre la exploración espacial y las teorías de viajes en el tiempo. Es genial encontrar a alguien con quien pueda hablar sobre todas estas cosas.

Riya asintió con una expresión aparentemente complacida, pero sus ojos denotaban una especie de interés calculado que no escapó de la atención de Aiden, quien seguía atentamente la conversación desde su lugar.

-¿Y qué más han descubierto que tienen en común? -preguntó Riya, su tono meloso, pero con un matiz de curiosidad inusual.

-Bueno, también compartimos el amor por la programación. ¡Tom está aprendiendo a programar en Python y yo tengo algo de experiencia en eso! Hemos intercambiado ideas sobre proyectos y códigos, es genial poder discutir sobre eso con alguien. -expresó Jake con genuino entusiasmo.

Aiden, inquieto por la situación, observaba a Riya de reojo, notando su expresión meticulosa y preguntándose si ella estaba mostrando un interés genuino en la conversación o si había algo más detrás de su curiosidad. Internamente rogaba para que Jake se callara, porque el puño cerrado con fuerza de Riya estaba empezando a preocuparlo.

Riya sonrió dulcemente, pero su mirada reflejaba una frialdad que no coincidía con su apariencia.

-Es maravilloso encontrar a alguien con quien puedas compartir tantas cosas. -respondió Riya. Jake se encontraba listo para continuar compartiendo entusiastamente sus experiencias con Tom cuando la mano de Riya golpeó la mesa con fuerza, provocando un sobresalto repentino en él. Su sonrisa se desvaneció al instante, reemplazada por una expresión de sorpresa y nerviosismo. -Pero no olvides que esto es una apuesta. Ni se te ocurra encariñarte o conoces las consecuencias.

El peliazul se sintió bruscamente sacudido por las palabras de Riya. Sus ojos se ampliaron de sorpresa y su sonrisa se desvaneció lentamente mientras procesaba lo que ella acababa de decir.

-Ah... sí, claro. -balbuceó, sintiendo un nudo en la garganta. Riya había recordado la naturaleza de la apuesta, trayendo a la realidad sus propias ilusiones sobre su creciente amistad con Tom. Se había dejado llevar por la emoción sin tener en cuenta las reglas del juego.

Aiden, al notar el cambio en la expresión de Jake, buscó desesperadamente cambiar el rumbo de la conversación para aliviar la tensión incómoda que se había instalado en la mesa.

-Oigan, ¿han escuchado sobre el nuevo proyecto de ciencias de la profesora Kelly? Parece que va a ser difícil, pero muy interesante. Este año hay muuuuchos proyectos... -interrumpió Aiden, tratando de redirigir la charla hacia un tema menos comprometido.

Jake asintió, agradecido por el cambio de tema, pero todavía se sentía desanimado por la advertencia de Riya. Aiden continuó hablando sobre el proyecto, tratando de involucrar a Jake en la conversación y distraerlo de la incomodidad.

Mientras tanto, Riya permaneció en silencio, observando la reacción de Jake con una mirada impasible. Había logrado su objetivo al recordarle la verdadera naturaleza de la situación, pero algo en su actitud parecía más siniestro, como si disfrutara de la incomodidad que había causado.

Jake intentó participar en la conversación sobre el proyecto de ciencias, pero su mente seguía perturbada por las palabras de Riya. No podía evitar sentirse decepcionado y un tanto desilusionado. Había permitido que sus emociones lo llevaran lejos, olvidando momentáneamente las reglas del juego que todos estaban jugando.

-Me tengo que ir, pero buena charla, chicos. ¡Nos vemos después! 

-¡Adiós, Riy! -Aiden trató de dar su mejor sonrisa al menos hasta que se aseguró de que la morena estaba lo suficientemente lejos para no escuchar lo que tenía que decir, borrando la falsa sonrisa de su rostro y cruzándose de brazos, viendo severo al más alto. -Okay, tú no conoces la palabra "disimular". 

-¿Qué? ¿De qué hablas? -Jake frunció el ceño, confuso. 

-Te gusta Tom ¿verdad? 

-¡¿QUÉ?! -Medio gritó. Al ver que habían llamado la atención más de un estudiante en el comedor, se sonrojó hasta las orejas de la pena y se llevó a rastras a su amigo de ahí. No sin antes tomar sus mochilas y dejar sus bandejas, obvio.

-Te gusta. -Repitió Aiden, una vez estuvieron en privado, en un rincón del pasillo. -Pero no te preocupes, no le diré a Riya. Palabra de E-Boy.

-¿Qué cara...? ¿Esa es la impresión que doy? -Jake susurró, frustrado. -¡No me gusta Tom! -Gritó en un susurro para Aiden, pero este no parecía creerle nadita. -Solo me agrada y ya...

-Ay si, tu. Como si te fuera a creer. -Aiden bufó, sarcástico. -Pero como sea, justamente de eso estaba hablando. ¡No puedes decir cualquier cosa frente a Riya de esa manera! Mira en qué ha acabado. -Regañó el de hebras bicolor. -Solo... sé más cuidadoso.

-Que sí, que sí... -suspiró el peliazul. -Quedan 10 minutos para entrar a clase, ¿Con quién tienes...?

-Informática, con el profesor Noah. -Se adelantó a decir el de tez aperlada.

-Oh, bien. Tenemos clase juntos. -sonríe Jake. 

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Jake estaba todavía algo molesto con lo sucedido con Riya durante el almuerzo. Eran pasadas las 2 de la tarde y este se encontraba en medio de la cancha de fútbol, aprovechando que no había nadie al rededor. Era la hora del descanso de 10 minutos y trataba de aprovecharlo lo mejor que podía. 

Frustrado y lidiando con su propio torbellino emocional, el de cabello azulado pateaba levemente el suelo, lamentando internamente haberse involucrado en la complicada apuesta con Riya. Se encontraba perdido en sus pensamientos y en su frustración, cuando una voz lo sacó de su enojo.

-¿Estás bien? -La voz de Tom resonó detrás de él, interrumpiendo su momento de reflexión. Tom llevaba su chaqueta deportiva habitual, con la "T" bordada en la parte superior del pecho derecho, y miraba a Jake con una expresión confusa.

Jake se giró rápidamente, sorprendido al encontrarse cara a cara con Tom. Sus mejillas se ruborizaron ligeramente por ser descubierto en ese momento de frustración.

-Oh, hola, Tom. Sí, todo bien. -respondió Jake rápidamente, tratando de disimular su estado emocional anterior. -Solo... estaba pensando en algo, nada importante.

Tom asintió, aunque aún mostraba una expresión de curiosidad ante la reacción inusual de Jake. -Está bien, si necesitas hablar sobre algo, estoy aquí.

Jake asintió con gratitud, apreciando la oferta de Tom. -Gracias, lo aprecio. Pero en serio, no es nada.

Tom sonrió levemente, pareciendo entender que Jake no quería profundizar en el tema. -De acuerdo, no te molestaré con eso. ¿Quieres caminar un poco por aquí o prefieres que te ayude a desquitarte?

-¿Hay formas sanas de desquitarse o debería buscar una navaja? 

Tom comenzó a reír creyendo que el de pelo azul bromeaba, pero al ver la mirada seria del de ojos negros, se quedó callado.

-Ah... lo decías en serio. -Dijo, con algo de incomodidad. -Claro que hay formas sanas de desquitarse de algo, pero ¿por qué tú...?

-No quiero hablar de eso por ahora... 

-Okay, no te obligaré a hablar si no quieres, pero debes saber que cortarte no te solucionará los problemas ni la vida. -Su consejo resonó por unos momentos en la cabeza del más bajo de estatura. -En fin, ten. 

Jake se fijó en que el azabache le había dejado un balón de fútbol a sus pies y lo veía con las manos en la cadera, sonriendo con su mirada. El de pelo azul amarrado en una coleta lo miró como si se tratase de una clase de broma. 

-¿Un balón?

-Pues sí. 

-¿En serio? 

-Tu patéala, verás que te ayuda. Patear cosas me desestresa, pero como no se puede patear a Duncan todo el día mientras entreno, el balón es un buen sustituto. -Dijo como si nada, arrebatándole una carcajada al peliazul. 

-No encuentro fallas en esa lógica. 

-¿Ya ves? Ahora patea. 

Jake se tomó un momento antes de asentir y patear el balón con determinación. Sus emociones se reflejaban en su golpe, dejando escapar parte de la frustración y el pesar que cargaba. Con una patada intensa, el balón voló a una velocidad sorprendente, impactando y rompiendo las redes de la portería, dejando a Tom seguramente boquiabierto debido a la mirada que puso.

-Oh, cielos... -Jake se mostró sorprendido de su propia fuerza. 

-¡Increíble! -exclamó el azabache, asombrado por la fuerza del disparo. -¡Esa fue una patada increíble! Deberías jugar en el equipo.

Jake, algo sorprendido por su propia fuerza que hasta ese momento desconocía, se sintió un poco avergonzado por la demostración tan intensa. Sin embargo, la preocupación y comprensión de Tom por su situación lo reconfortaron.

-Gracias, Tom. Eso se sintió algo liberador. -murmuró Jake, un poco apenado y con una tímida sonrisa en sus labios. Se acercó y abrazó al de ojos cían de manera espontánea. -Gracias por entender.

Tom le devolvió el abrazo y le dio unas palmadas reconfortantes en la espalda. -Estoy aquí para ti, Jake. Siempre que necesites desahogarte o simplemente dar patadas al balón para liberar tensiones, estaré aquí.

Jake sonrió levemente, agradecido por tener a alguien que entendiera lo que estaba pasando, aunque no hubiera hablado mucho al respecto. El gesto de comprensión de Tom significó mucho para él en ese momento difícil.

-Solamente algo más...

-¿Sí? -Jake se sorprendió al sentir un golpe en medio de su frente, cortesía de Tom. -¡AUCH! ¡Hey! En serio debes dejar de golpearme así.

Jake protestó mientras se masajeaba la frente, tratando de calmar la sensación de dolor. La actitud bromista de Tom a veces podía ser un tanto agresiva, pero, aun así, ambos se divertían. El azabache, con una mirada divertida, lo observó, consciente de su pequeña travesura.

-¡No vuelvas a hacer eso, idiota!

-¿Hacer qué?

-Lo que acabas de hacer. Me asusta que me des un golpecito y ¡pum! Adiós, salud mental. -Jake se frotó el lugar del golpe, esbozando una sonrisa ligera al sentir las manos de Tom jugando con su cabello.

-Más te vale no lastimarte más. -Tom continuó despeinando el cabello del peliazul, provocando risas en ambos. -Si no, tendré que atarte a una silla y no dejarte salir hasta que te tranquilices.

-¿No prefieres ahorcarme, mejor, ya que te ofreciste? -Jake sonríe, juguetón.

-Lo haría, pero te excitas. -Tom apartó al peliazul mientras reía al poner su mano en el rostro del más bajo, provocando que Jake se riera con él. 

-No seas así. ¿Me acompañas a clase de álgebra? 

-¿Debería? -Tom arqueó una ceja, viendo al peliazul, quien le aplicó la de ojitos de cachorro, viéndolo con súplica. El pelinegro resopló con gracia.

-Técnicamente sí porque recibimos la misma clase y el profesor Alec te cierra la puerta en la cara con solo que te atrases un segundo.

-Bueno, ese es un buen punto. Andando entonces.

Cuando empezaron a caminar, Jake decidió continuar el hilo de la broma anterior.

-¿Y qué tal si me llevas a una excursión por el bosque? ¿no suena emocionante?

-¡No me tientes! Por mi hasta te dejo en aislamiento el resto del año. -Tom respondió riendo, apartando a Jake con suavidad cuando este intentó jugar con él. -Bien, sí. No sé por qué te soporto, pero ahí vamos.

-Me soportas porque soy encantador. -dice Jake, pestañando. 

-Sí, claro. Ni que tu cara estuviera tallada por los mismos ángeles.

-¿Me estás diciendo feo? Que ofensa.  

Ambos continuaron su camino hacia la clase, riendo y bromeando entre ellos, disfrutando de la amistad que compartían. La complicidad y el sentido del humor eran suaves bálsamos para un día que había empezado un tanto tormentoso para Jake.

Jake y Tom caminaron juntos hacia el edificio principal, compartiendo bromas y risas en el camino. El aire fresco y la conversación ligera parecían disipar un poco la tensión que había estado abrumando a Jake.

Tom observó a Jake mientras caminaban, notando la expresión relajada que se había instalado en el rostro del peliazul y que hacía un gran contraste con sus ojeras. Sabía que había algo que preocupaba a su amigo, pero al menos por ahora, parecía estar en un mejor estado de ánimo.

-¿Cómo te sientes ahora? -preguntó Tom, con una mirada amistosa.

-Mejor, gracias a ti. -respondió Jake con una sonrisa sincera. -A veces simplemente necesito distraerme un poco para olvidar las cosas, aunque sea por un momento.

-Eso es normal, todos lo necesitamos. Si necesitas hablar de algo más, sabes que estoy aquí, ¿verdad? -Tom le dio un ligero golpe en el hombro, con una expresión amistosa.

-Lo sé, y gracias. Eres un buen amigo, Tom. -Jake miró hacia adelante, y el resplandor del sol de la tarde iluminaba el camino mientras se acercaban al edificio. -Aunque a veces seas tantito agresivo. -Dice, devolviéndole el golpe en el hombro con el propio suyo. 

-¿Yo? ¿Agresivo? -Tom lo empujó y Jake empezó a reír de nuevo. -¿Según quién?

-Según yo, obviamente. 

-¿Ah sí? 

Jake rió ante la respuesta de Tom y ambos continuaron su camino hacia el salón, intercambiando bromas y chistes mientras se acercaban al aula de álgebra.

-En serio, necesitas un manual sobre cómo ser menos agresivo, Tom. -Jake le dio un empujón juguetón.

-Oh, ¿un manual? ¿Me estás dando tarea extra ahora? -Tom fingió indignación, haciendo una mueca exagerada.

-Exactamente, necesitas clases de buen comportamiento. -Jake bromeó, manteniendo la diversión en el ambiente.

-Pues ni que fuera perro. -Tom se defendió con una risa, devolviéndole el empujón.

-Solo intento ayudarte a ser una mejor persona. -Jake le guiñó un ojo, fingiendo seriedad.

-Las clases de buen comportamiento ya las tomo con mi abuela. Y también de buenos modales. Según ella hasta mi forma de respirar es tediosa. -Tom rió, sacudiendo la cabeza mientras ingresaban al salón de álgebra.

Una vez dentro, se sentaron uno al lado del otro, pero la charla animada y las bromas continuaron en voz baja, intentando no llamar demasiado la atención del profesor.

-¿Qué tal si repartimos los problemas? Tú haces los pares, yo los impares. -Jake sugirió, intentando concentrarse en la clase mientras mantenían el tono ligero.

-¿Y si nos ponemos creativos? Tú haces los problemas de la izquierda y yo los de la derecha. -propuso el de ojos cían, en tono conspirador, con una sonrisa traviesa.

Y así, entre risas y comentarios, empezaron a trabajar en la lección del día. Aunque el ambiente de la clase era serio, para Jake y Tom, parecía que siempre podían encontrar la manera de disfrutar el momento, incluso en medio de problemas de álgebra.

Luego del incidente en la enfermería, Jake y Tom parecían haberse conectado de una manera especial. A pesar de llevar solo una semana hablando y conociéndose, su amistad tenía tal profundidad que parecían conocerse desde hacía años.

Hablaban como si fueran viejos amigos, compartiendo risas, bromas y confidencias como si no hubiera barreras entre ellos. Su conexión se había fortalecido y cada conversación fluía de forma natural, como si los temas y las palabras se deslizaran sin esfuerzo entre ellos a pesar de sus evidentes diferencias.

A medida que pasaban los días, Jake y Tom se volvían cada vez más cercanos. Hablaban sobre todo tipo de cosas: desde sus pasatiempos favoritos, sus sueños y aspiraciones, hasta las cosas más triviales y divertidas. Compartían anécdotas, se apoyaban mutuamente y encontraban consuelo y entendimiento en las palabras del otro.

El tiempo que pasaron juntos en tan solo una semana les había permitido establecer una amistad profunda y significativa. A pesar de ser relativamente nuevos en la vida del otro, su conexión se sentía como si fuera una de toda la vida, consolidando un lazo que parecía destinado a perdurar.

Pero el de cabello azulado se sentía atrapado en un dilema interno cada vez más angustiante. Por un lado, su conexión con el azabache se fortalecía con cada conversación y momento compartido. Había algo genuino y especial en su amistad que Jake valoraba profundamente. Sin embargo, la sombra de la apuesta de Riya seguía acechándolo, sembrando dudas e inseguridades en su mente.

Cada sonrisa compartida, cada confidencia, se convertían en un recordatorio constante de la apuesta desalentadora. A pesar de su creciente afecto por Tom, sabía que el objetivo final de la apuesta era hacerle daño y romper su corazón. Jake no quería ser parte de ese juego malicioso, no quería lastimar a su amigo, y mucho menos quería perder una amistad tan valiosa. Por otra parte, necesitaba el dinero que podía llegar a ganar si cumplía la apuesta para poder abandonar su horrible casa y dejar en el pasado a su desagradable familia.

La idea de renunciar a la apuesta comenzó a formarse lentamente en su mente. ¿Realmente valía la pena seguir adelante con algo que pondría en riesgo una amistad tan significativa? La incertidumbre se agitaba en su interior, llenándolo de ansiedad y culpa.

Jake sabía que enfrentarse a Riya y renunciar a la apuesta no sería fácil. Temía las posibles consecuencias y el impacto que tendría en su relación con ella al tenerle tanto aprecio. Pero cada vez se hacía más evidente que lo que realmente le importaba era mantener la amistad con Tom, incluso si eso significaba desafiar las reglas de un juego cruel y manipulador.

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Supongo que ya saben quien será el antagonista de esta historia...~

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