- ˏˋ✩ Capítulo 1 ✩ˊˎ -

El primer capítulo está bien feo.
Trataré de mejorar en los siguientes, no se preocupen!.

El sol había salido dando inicio a un nuevo día.
Todos en aquella humilde aldea estaban despiertos comenzando con sus rutinas diarias.
Algunas chicas lavaban ropa ya sea suya o las de los demás, unos cuantos hombres desmembraban animales que habían casado, otros practicaban sus técnicas de combate para un evento que se daría acabó muy pronto, los niños jugaban, y otros ayudaban a reparar cosas que se habían roto por una tormenta que hubo hace unos días atrás.
Nadie estaba libre, salvó por cierto rubio de nombre Ginro, que no quería moverse de su cama.
No sentía las ganas de querer levantarse y ir a hacer su trabajo diario. Según el, nada interesante pasaba en aquella aldea. Todos los días se levantaba junto a su hermano, Kinro, y iban a hacer guardia sin que algo realmente divertido pasara durante todo ese tiempo. No mentiría si dijera que en cierta parte le párecia bueno eso, ya que prácticamente no debía hacer nada durante todo el día y tenía que esperar hasta la noche para intercambiar turnos con Kinro y irse a dormir un poco. Pero a lo largo del tiempo, no hacer nada llegó a aburrirle demasiado. Sin contar que los días con mucho sol eran los peores, no solo debía quedarse quieto aburriendose, si no que también se moría de calor y no podía irse al río para tomar un descanso. Ya que Kinro no lo permitía. En parte eso fue su culpa debido a que en muchas ocasiones uso la excusa de tomar un "pequeño descanso" y eso terminaba siendo todo el día. Gracias a eso, ya no podia usar esa carta ni alguna otra para librarse del trabajo.
Siempre veía desde el puente a los niños y mujeres haciendo lo que quisieran sin muchas responsabilidades, les tenía mucha envidia, ojalá el pudiera hacer eso.

En fin. Luego recibir gritos y sacudidas de su compañero para que se levantara sin muchas opciones lo hizo.
Pensó en quizás fingir estar enfermo, pero recordó que eso ya lo había dicho la semana pasada, y ni siquiera le había funcionado porque de todas formas tuvo que ir a trabajar.
Algo somnoliento se cambió de ropa por una que era la misma, no había mucha variedad en cuanto costuras, la única diferencia eran sus pantalones. Los que usaba para dormir eran cortos, llegandole más arriba de las rodillas, mientras que los que llevaba para hacer guardia eran más largos dejando ver sus tobillos y un poco mas. No quería usar ropa muy corta frente a otros, podrían verlo extraño o hasta afeminado. Y su apariencia frágil no lo ayudaba mucho que digamos.

Mientras caminaba junto a su hermano por el puente hacia su lugar de vigilancia, miro la lanza que había entré sus manos y cuestionó si quería seguir siendo un guardia.
Talvez podía ayudar en otras cosas, como lavando la ropa. No pensaba ir a casar, no sería bueno, además no soportaba matar animales.
El único problema sería si el jefe accesoria a cambiarlo de lugar.
Hasta le daba miedo preguntar.

—¿En qué tanto piensas?. —Sin dejar de caminar, Kinro lo picó levemente con su lanza asegurándose de no lastimarlo para llamar su atención. Muy pocas veces solía verlo pensar.

—En na...¡Eh!. —No terminó su frase al escuchar un fuerte estruendo cerca de donde estaban, como si algo se hubiese destruido o chocado.

Ambos fueron corriendo en donde el puente finalizaba. Vieron como Kohaku, una de las hijas del jefe, era acompañado por un extraño.
Este traía una prenda algo diferente a la de los demás aldeanos, junto a unas bolsas colgadas a su cintura, y que sujetaba un palo con un pedazo de tela rodeado en una parte alta de este.
Sus brillantes ojos rojos eran acompañados con unas extrañas líneas por debajo y arriba de estos, casi parecian ser grietas.
Aunque sin duda lo que más lucía de el era su extraño cabello levantado con puntas y dos mechones que sofresalian de un costado, el color verdoso al final de cada cabello lo hacía destacar más. Nunca habían visto a una persona con dos colores de cabello, era extraño.

Ginro quedó maravillado ante la apariencia de aquel sujeto, jamás había visto a alguien con un aspecto tan inusual. Con algo de vergüenza podía decir que era... atractivo.
Sacudió la cabeza tratando de alejar ese raro pensamiento ¿Acababa de pensar que un chico era guapo?. Talvez solo estaba confundido.
Su deber era proteger la aldea a toda costa y eso es lo que haría. Acompañado de su hermano, fueron hacia el con la intención de atacarlo usando sus lanzas.
Pero esto se vio evitado gracias a Kohaku, quien bloqueo a ambos impidiendo que le hicieran algo a su nuevo invitado.

—Dejen la violencia innecesaria, Kinro, Ginro. Este hombre me salvó la vida.

—No podemos Kohaku. Eso no está bien. No permitiremos extraños, es una regla de la aldea. El anciano se molestara. —Ginro trato de mantenerse calmado y no mirar de más a ese chico. Apartó la mirada rápido cuando sus ojos conectaron con los suyos. Se cruzó de brazos intentando que el color rojo de sus mejillas se fuera, pero no era nada fácil, aún se sentía observado. Disimuladamente lo miro para comprobarlo y su sospecha era cierta. —"¿Por qué me mira solo a mi?".

—Es algo muy simple. Las reglas son las reglas.

—N-no hay nadie de fuera. Los extraños y criminales fueron expulsados antes. —Intento decir el rubio sin trabarse. Las miradas sobre el no lo estaban ayudando.

—Por eso no podrá entrar. No vamos a considerarlo...ni aunque te salvará. —Dijo Kinro mantiendose firme. No dejaría que cualquier extraño entrará solo por hacer una buena acción, no podían confiarse tan fácilmente de un desconocido. Si así fuera, de nada servía tener guardias.

—Oh... Entonces no tengo opción. —Kohaku apretó sus armas y coloco una macabra expresión asustando a ambos chicos, obviamente a uno más que al otro. —¿Ustedes quieren pelear aquí y ahora?. Pero, si ustedes son dos hombres contra una mujer, ciertamente tienen más ventaja.

El de mechas verdes aprovecho la pequeña "charla" para acercarse a la vasija con agua tibia que Kohaku cargaba con anterioridad. Saco de una de sus bolsas una especie de piedra con colores claros y oscuros.

—Que temperamental eres, y tu cara si que da miedo Kohaku. —Tomo un poco de esa agua y comenzó a frotarla sobre esa piedra en forma de rectángulo haciendo que una sustancia blanca se mezclara. Con sus dedos índice y pulgar hizo un círculo por el cual podía verse una capa cristalina, la soplo solo un poco y eso bastó para que por ahí comenzaran a salir esferas casi transparente de diferentes tamaños con colores azulados y rosados.

Por instinto de defensa, Kinro picó una que se aproximaba hacía el, está desapareció en tan solo un instante cuando la tocó con la piedra afilada al final de su lanza dejandolo confundido y sorprendido.

—Ay ¿Que es esto?. —Ginro por su lado quedó fascinado al verlas, pero sobre todo asustado, que estás volarán a su alrededor no le traía un buen presentimiento. —¿Que son esas esferas tan sospechosas?

Mientras Kinro seguía explotando esas cosas con sorpresa, Ginro solo las veía pasar con asombro. Levanto ambos brazos como si les estuviera rogando para que no le hicieran nada.

—Aaaaaah. ¿Así que tienen ese nivel, eh?. —El de ojos rojos los miro sin creer la poca inteligencia que los dos tenían, aunque eso podría servirle de algo. Río ante un buen pensamiento. —Bueno supongo que me quedaré con esto. Creo que tengo el poder de 40 de ustedes del lado con la ciencia y conmigo....Esto es tan emocionante. —Al igual que Kohaku, una expresión macabra apareció en su rostro al decir y terminar de hablar por completo.

—Tu cara es la que da miedo. Y se ve muy sospechosa.

Mientras, ambos hermanos aún trataban de detener las esferas sin existo y muy asustados. Si alguien de la aldea las veía podría ser peligroso, o que estas volarán hasta donde los demás estaban. Ambas opciones serían muy malas.

—No puedo detenerlas. Aparecen más si las corto. —El rubio se rindió al no poder acabar con todas usando únicamente su lanza. Debía usar su técnica secreta, siempre lo salvaba de cualquier situación. —No hay remedio, usaré eso....¡Técnica especial! ¡Que otro se encargue¡ ¡Es hechicería!. —Corrio lo mas lejos posible de esas esferas. Al ser llamado por una voz que conocía muy bien paro, por supuesto, el sería su salvación.

—¡Hey! ¡No te asustes Ginro! Ya estoy aquí. —Otro chico castaño apareció, solo que este no era un extraño para nadie, salvó para alguien que no pertenecía a aquella aldea.
Apunto a esas cosas que flotaban por el aire ya sabía de qué se trataban. —Las ví desde la costa. Sería absurdo no venir pronto.

Se acomodo un poco la soga que traía en la cabeza como adorno y se colocó en una pose algo heroica apuntadose así mismo con gloria.

—¡Ja! ¿Que tal? Soy el gran Chrome ¡El genio hechicero más malote que hay!.

El lugar quedó en silencio después de la presentación de Chrome. No era la gran cosa, aunque para un rubio asustado si, lo veía como su protector y la única persona que podía salvarlos a todos.

—¡Chrome!. —Muy feliz de verlo, fue tras el y se colocó detrás suyo abrazandolo fuertemente por el torso, sin importarle ser observado por los otros y recibir gritos de su hermano, ocultó su cara en la espalda del castaño.

Chrome solo sonrió y le dió unas suaves palmaditas sobre sus manos dándole un mensaje indirecto de que todo estaría bien. No era la primera vez que actuaba de una forma inofensiva, lo conocía bastante bien que para este punto esa clase de comportamientos se le hacían muy normales en el rubio. Si, también era algo muy cobarde teniendo en cuanta su puesto, pero no le sacaba lo lindo.

Tratando de ignorar la escena que tenía en frente, Kohaku fingió toser llamando la atención de su compañero que se había quedado con una expresión rara mirando a ambos chicos.

—Parece que no hay que buscarlo, Senku. El es el hombre del que te hablaba ayer.

—Aaaaah. ¿Con que un hechicero, eh?. Yo soy Senku. Un científico. —Se rasco el odio con el dedo meñique sin intereses y restándole importancia a la palabra "hechicero".

—Sen..ku....?. —Apartó su cara de la espalda de Chrome al oír eso y movió un poco la cabeza para mirarlo. —"Su nombre, es Senku".
Al percatarse de que Senku lo estaba también mirando volvió a ocultar su roja cara, está vez de vergüenza.

—¡No te asustes por su hechicería barata Ginro!. —Al sentir como el rubio volvió a abrazarlo con fuerza creyó que este se había asustado aún más. —Mira. Puedes hacer esto. —Con delicadeza lo tomo de los brazos para que dejara de abrazarlo y lo tomo de la muñeca para llevarlo dónde las esferas estaban. Exploto una sin problema haciéndole entender que no eran para nada peligrosas. —Si solo tienen espuma de carbón.

—¡Ginro ven aquí! ¡Se supone que tienes que proteger a los demás, no que alguien te proteja a ti!. —Kinro agarro a su hermano del cuello de su camisa y lo arrastro enojado hasta donde el puente comenzaba. No podía creer la vergüenza que le da su actitud cobarde. Sobre todo frente a alguien desconocido, ¿Como darían una buena impresión como guardias si uno de ellos se asustaba con algo tan inofensivo?. —¿Que haces aquí, Chrome?. No me interesa depender de tu extraña hechicería.

—Me da igual, haz lo que quieras. —Agarro la chaqueta que llevaba puesta y la tiró por los aires. —Pero hay algo en lo que no cederé, nadie me gana en hechicería. Ustedes no interfieran.

Nuevamente todo quedó en silencio. Chrome intercambio miradas intimidantes con aquel que se hacía llamar Senku. Una sonrisa se formó en su cara al ya saber cómo resolver el problema con facilidad.

—Los aldeanos, podrían verse atrapados si peleamos aquí. Vayamos a otro lado.

Chrome camino hacia los árboles sin decir nada esperando ser seguido por Senku y seguramente por Kohaku. Quienes entendieron el mensaje y caminaron detrás suyo tomanse un poco de distancia.
Kinro y Ginro se miraron sin saber si dejar sus puestos y acompañarlos de igual forma.
Tenían demasiada curiosidad por ver cómo se resolvería el conflicto entre ambos hechiceros, pero no podían dejar su trabajo por simple chismerio mágico.

—Iremos a ver qué hacen. Chrome tiene que ganar y ese extraño tiene que irse. Estoy seguro que no tardaremos tanto. —Dijo Kinro tratando de hacer parecer que lo había dicho no sonara mas como una simple excusa para ver qué hacían los otros.
Comenzó a caminar dejando a su hermano atrás.

—Se llama Senku....—Susurro sin esperar ser oído.

Cuando llegaron al taller que Chrome tenía fuera de la aldea para practicar su rara hechicería, solo vieron que una fogata estaba prendida, Senku y Kohaku también estaban ahí esperando.
Supusieron que Chrome estaba adentro de su taller ya que esté no se veía por ningún lado.
Ginro aprovecho el que Senku estaba distraído observando la pequeña construcción y se colocó junto a el.
Al parecer este se percató de su presencia, pero solo lo miro de reojo ignorandolo y volvió a poner su vista al frente está vez esperando a que el castaño saliera para comenzar su "batalla"

La pequeña puerta de la choza se abrió y Chrome dió un salto aterrizando perfectamente, los otros solo lo miraron sin ninguna reacción. ¿Acaso los quería sorprender?.
Se acercó a las llamas y rio de forma siniestra. Esto asustó a Ginro que esperaba lo peor.

—"¿Una batalla de hechicería? ¿Que harán?". —Una pelea entre ambos hechiceros pasaba en la cabeza de Ginro, los dos sacando poderes de las manos haciendo una enorme bola de fuego que muy seguramente acabaría con cualquiera que estuviera cerca. —"¡Noooo! ¡Van a quemarlo todo!...¿Verdad?. ¡Esto es peligro! ¡No quiero que me atrape!".

—¡Jajaja¡ Miren lo malota que es mi hechicería!. ¡Puente arcoiris!. ¡Soy el amo de las llamas!. —Tiro un polvo blanco a la fogata haciendo que está no solo saliera volando hacía arriba expandiendola aún más, si no también cambiando su color.

—"¡El fuego se hizo amarillo! ¡¿Cómo?!". —Penso el rubio totalmente impresiona.
Chrome volvió a tirar otro polvo a las llamas, está vez de color azul. —"Cambio de nuevo. ¿Azul verdoso?".  —Y para terminar su hechizo, el castaño tiro un último polvo. Haciendo que nuevamente el fuego cambiase de color a...—¡Púrpura! ¡Increíble!.

Todos estaban sorprendidos por lo que acababan de ver. Menos Senku.

—¿Que? ¿Cómo que "Puente arcoiris"?. Eso es solo una prueba de reacción, tontos. Lanzaste sal, sulfuro y también cobré en ese orden ¿O me equivoco?. —Se levanto del piso cruzando los brazos. Ya que esté al ver la aburrida demostración de "magia" se sentó en el piso esperando a que finalizará. —¿Que cobre usaste?. ¿Sulfato de cobre o algo de agh, dudo que lo sepas. ¿Son los cristales azules de las cuevas, no es asi?.

La sonrisa que Chrome traía en su cara desapareció en un parpadeo al ya saber que alguien descubrió como se hacia su hechizo. Se pregunto muchas cosas y comenzó a hacer suposiciones, como si Senku era una clase de psíquico, esa era la única forma en la que pudo haber descubierto el orden y los materiales que uso. No podía haber otra explicación.
Kohaku lo miro con algo de desilusión, creía que su hechicería sería más que solo tirar esas cosas al fuego.

Ginro no entendio nada pero quedó sorprendido por la inteligencia de Senku y como este supo todo lo que el castaño había usado.
Consideraba a Chrome la persona más inteligente por saber mucho sobre rocas y otras cosas que nadie entendía. Pero al escuchar a Senku decir cosas raras quizás ya no lo consideraba así.

—Mas vale que no crean que esos trucos son toda mi hechicería. —Rio nervioso al ser observado por los demás. No quería quedar como un hechicero mediocre.
Les dijo que esperasen donde estaban mientras iba a buscar algo que afirmaba podía ser un arma increíble.

—Fue por algo. —Dijo Ginro

—¿Por eso quería venir aquí?. —Esta vez hablo Kinro.

—Si. Porque necesitaba sus herramientas. —Termino de decir Kohaku.

Chrome volvió a salir con una gran bola marrón. La frotó rápidamente con ambas manos. Cuando sintió que era suficiente, muy exhausto y casi sin aliento se dirigió hacía Ginro.
Este se quedó algo confundido cuando el castaño acercó su dedo índice a su nariz. De pronto, una pequeña descarga eléctrica lo atacó en esa zona sacandole unas cuantas lágrimas.

—¡Oye! ¿¡Por qué fue ese ataque!?. —Se alejo de el enojado. Quizás lo probó en el por ser más débil de todos los presentes.

Chrome rio al ver que su arma había funcionado, pero nuevamente esa sonrisa se fue gracias a Senku que tomo su bola sin permiso.

—Una bola de sulfuro. Pones el sulfuro de antes en una olla y lo derrites con calor. Al enfriarse y luego endurecerse se rompe la capa externa. Que buena forma de hacerlo. Un generador de estática con bola de sulfuro. Se invitó en el siglo 17. Eres algo emocionante, Chrome. —Tomo el palo que llevaba con sigo y lo clavo en la tierra. Desenvolvió el pedazo de tela que tenía enrollado dejando ver qué está parecia ser una clase de bandera con dibujos raros. Coloco la bola dentro y la envolvió un poco. —Obtendrás 10.000.000% de poder al frotarla con cuero y no con las manos. Esta es mi bandera de ciencia.

Y tal como dijo lo hizo. Comenzó a frotar la esfera por tela con gran facilidad y mucha más velocidad que con la que el castaño lo hizo. Todo su pelo se alzó hacía arriba incluyendo sus mechones.
Paro y tocó a Chrome quien recibió una descarga aún más fuerte que la de Ginro, este suplicó que se detuviera pero Senku no paró hasta que se calló al piso muerto.

En su profundo ser Ginro agradeció eso. Quería a Chrome pero le hubiera echo lo mismo.
Un sonrojo se expandió por sus mejillas al pensar que Senku quizas había echo eso para vengarlo.
No, eso no podía ser posible. Apenas se conocían. No habría manera de que le importara si era atacado por una pequeña descarga.

—Oye, Senku. ¿Cómo funciona eso?. —Pregunto Kohaku sacandolo de sus pensamientos extraños.

Senku sonrió y se la lanzo a Kohaku. Cuando la tomo su cabello de igual forma se levanto. Ginro al ver que ella no había recibido ningún daño al tocarla también lo hizo.
Ambos rubios estaban fascinados y con el cabello hacía arriba.
Chrome trato de quitarle la bola a la chica pero está la tira al aire para impedirlo, y el castaño solo se callo nuevamente al piso.

—¿Que acaso esto es una clase de ciencia paga niños?. —Senku miro la cabaña que estaba enfrente suyo. —Chrome ¿Se te ocurrió todo esto a ti solo en esta aldea primitiva? ¿Reuniste tu solo minerales que podían servir, y materiales científicos?.

—Si, así es. ¿Algún problema? Los niños acostumbran coleccionar todo. Y luego, lo rompen, lo mezclan y lo queman. Y si pasa algo es hechicería. ¿Qué sería entonces si no?.

Ginro recordo algo al escuchar eso. Cuando era niño solía ayudar a Chrome a reunir esas piedras. No le gustaba mucho el ir por cuevas sucias solo para juntar rocas de colores, pero lo valía si podía divertirse con su amigo.
Cuando Chrome decidía intentar hacer esa hechicería siempre esperaba a que el se fuera. Sabía lo asustadizo que era por lo tanto prefería arriesgarse solo y luego contarle que había descubierto.
Sonrió nostálgico, ya no podía hacer esas cosas por su trabajo como guardia, ya que esté tomaba todo su tiempo. También porque al crecer, todos dejaron de ver a Chrome solo como un chico curioso y comenzaron a verlo extraño por hacer cosas que nadie entendía. Esto llevó a que el castaño quisiera estar solo con su hechicería.
Si pudiera, se tomaría un día entero para estar con el y divertirse así como en los viejos tiempos.

Por estar recordando cosas, se había perdido gran parte de la conversación entre Senku y Chrome. Así que no entendía que estaba pasando.
Miro hacía la choza y vio a todos adentro menos a Kinro que seguía a su lado. Seguro supuso que al no reaccionar en ese instante no quiso entrar o algo asi.
Fue corriendo con los demás y subió las escaleras.
Cuando ya estaba arriba vio a Senku sentado en el piso frente a muchos jarrones con piedras y otras cosas dentro.

—Malaquita, calcanquita...—El rubio de mechas verdes tenía en sus manos una pierda azul y otra verde. Las tiro a ambas al ver otra con colores un poco mas oscuros. —¡Corindor!.

—Esa es muy dura de verdad. —Dijo Chrome atrás suyo. Conocía muy bien todas sus pierdas y las que estás podían hacer.

—¿Que tienen de diferente?. No entiendo porque se emocionan tanto con unas simples pierdas. —Dijo Kohaku.

Ginro solo miraba con una sonrisa a ambos chicos. No había visto feliz a Chrome desde hace mucho tiempo, y por más que lo acaba de conocer hace apenas unos minutos, también le gustaba ver feliz a Senku. Parecía un niño al cual le regalaron algo.
No entendía el porque eso los hacía felices pero no le importaba mucho.

—¡Hasta tienes galena¡ ¡No puedo creerlo tenemos plomo!.

Chrome tomo un martillo dando a entender que esa pierda debía romperse. —Esa brilla mucho si la rompes.

—Ay no. —Nuevamente hablo Kohaku. —De verdad no entiendo porque se ponen tan felices por coleccionar piedras.

—Yo coleccioba insectos y esas cosas. Pero ahora me dan asco y no los toco.

Cuando Ginro ers un niño también quería tener algo que coleccionar, como Chrome, pero no quería copiarse de el. Así que en sus excursiones no se le ocurrió mejor idea que recojer insectos muertos y hojas secas.
Luego de que un insecto que creyó muerto le caminara por todo el brazo se dió cuenta que quizás no fue lo mejor que se le ocurrió tener. Hasta Chrome intento convencerlo en su momento que los dos podrían coleccionar piedras juntos. Debió haber tomado esa opción, talvez así podría haber aprendido más de aquella hechicería.

—¡Ginro!. —Llamo Kinro desde afuera. El rubio se asomo por la pequeña puerta para ver qué quería. —Tenemos que irnos. Hay que ir a vigilar, ya tardamos demasiado.

—Ammm, si.

—Yo voy contigo. Tengo que llevarle el agua a mi hermana. Seguro está preocupada porque no llegué a noche.

Los dos rubios bajaron de la choza científica, siendo acompañados de Chrome y Senku, uno llevaba en las manos unas pierdas y el otro una vasija.
Llegaron hasta el puente donde Kohaku agarro el agua que por suerte aún seguía tibia y se despidió de los hombres no sin antes burlarse de ellos por jugar con rocas.

Chrome encendió una fogata y coloco pierdas largas a su alrededor poniéndolas hacía arriba. Esto haría un soporte para que la vasija no se prendiera fuego y se pudiera cocinar fácilmente.
Senku tomo una piedra que tenía pedazos rojos a su alrededor y la rompió con un pequeño martillo de piedra.

—Cinabrio. También es conocida como piedra filosofal. Sale mucho en Dragón Quest. La calientas y luego pones mercurio. —Con un palito tocó el fuego para que este se expandiera más y se calentará rápido.

—Ahi va otra vez con su hechicería extraña. —Nuevamente Ginro no entendía absolutamente nada. Pero no podía negar que le daba curiosidad saber que harían con eso que estaban preparando.

Kinro clavo su lanza en el piso llamando la atención de los demás, más precisamente la de Senku. —Hagan lo que quieran fuera de la aldea. Pero si das un paso en el puente te voy a matar.

—"Kinro a veces exagera un poco jeje". —Penso soltando una risita por el comportamiento amenazante de su hermano.

—Derrites polvo de oro en el mercurio...

Senku batio en un tazon un poco esa mezcla y aprovechando que Kinro estaba parado al lado suyo tomo la punta de su lanza y la metio dentro.
Dejo eso de lado y saco la vasija junto a las piedras para poder poner la lanza más cómodamente sobre el fuego y que está se calentará correctamente.

—No inhales ese humo, o si no, morirás. —Sin esperar mucho, saco la lanza del fuego revelando lo que había echo. —¡Y ahora tienes una hermosa lanza dorada!.

Todos miraron asombrados, incluyendo Kinro.

—¿Para que sirve esta hechicería?.

—No amigo, no sirve para nada. Pero va con tu persolidad de oro. Una lanza dorada no te vendría nada mal.—Kinro fue el más difícil de convencer. No conocía a su hermano pero ya suponía que este era un blanco fácil, luego buscaría algo que darle. Tenía un plan con el cual convencería a ambos guardias para tenerlos de su lado. Eran personas primitivas, si se sorprendian con unas burbujas un par de regalos bobos podrían hacer que tuviera a todos en sus pies.
Además necesitaba la ayuda de los aldeas y si no podía entrar a la aldea por cuenta propia las cosas se complicarían aún más.

—Espero que no intentes cómprarme con esta tontería que no tiene sentido.

—Rayos.... —Ahora debía pensar en otra cosa.

—Eso no servirá con Kinro. Solo habla de las reglas es demasiado rígido.

—Asi es. Las reglas son las reglas. —Miro su nueva lanza y se imagino así mismo con ella peleando acompañado de su escudo. Y como su nombre se veía reflejado con el mismo color. Era una imagen muy heroica y genial para el. —Pero...no veo porque habría de quitarselo. —Camino de vuelta a la aldea. Muy seguramente para verse en el agua usando su lanza y comprobar que está se viera bien.

Senku y Chrome chocaron sus brazos. Quizás su plan si había servido aunque Kinro no quisiera admitir que le gustaba su regalo.

—¡Solo un empujón más y ya!.

—Amm. ¿No hay lanzas de plata?. —Pregunto con timidez el rubio.


- ˏˋ✩꒰ Fin del capítulo ꒱✩ˊˎ -



Hola!

Este primer capítulo puede ser medio pedorro ya que no hay mucho de Senku y Ginro. Pero bueno, quería dar como una pequeña introducción (una introducción de más de 4 mil palabras).

Tengo el headcannon de que Ginro duerme con pantalones cortos. Es que me gusta mucho imaginarme lo así.
Acá les dejo un rápido dibujito que hice de como se vería.

⚠️[EDIT]⚠️
POR FAVOR IGNOREN ESTE DIBUJO ESTA HORRIBLE
Ginro es el que más feo está, así que agradecería que no le dieran mucha importancia al resto, solo a sus piernas 😢

Busquenle su propio contexto jeje.

Quería hacer que Chrome y Ginro tuvieran una cercanía casi como la que tenía con Ruri en la serie. (Es que está pareja también me gusta por eso voy a poner situaciones de ellos dos de vez en cuando).

Si quieren ver más dibujos de estos dos. Tengo uno (y más que planeo subir por ahí) en mi Instagram.

Y eso es todo.
Esperen el próximo capítulo ^^

Che, ¿No odian cuando ponen narraciones con las lines largas y Wattpad se las cambia por las cortas? Yo si, es molesto y encima tengo que cambiarlas yo después >:(

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