⚝ ↳Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 02↰ ⚝
Dedicado a: jimfatsam
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Dos semanas habían pasado desde que el joven Jeon había llegado, ese mismo día fue llevado directamente a la enfermería del castillo de su padre, estaba mal herido y tenía cortadas muy profundas en sus brazos. Su familia estaba preocupada porque no sanaba con prontitud y llegaron a la conclusión del porque su lobo no lo ayudaba a sanar, no se mantenía al cien porciento conectado con él.
¿Cómo era eso posible? Sencillo, su lobo y parte humana debían ser uno, pero Jeon tenía un gran problema para asimilar que sin su lobo no era nada, ni nadie.
—¿Todavía no perdonas a tu lobo? —Nam Joon estaba sentado en la mesa del comedor real, viendo como su hermano comía adolorido— Así tus heridas jamás podrán sanar.
Jung Kook negó, él se rehúsaba a pedirle perdón a su lobo. Jeon decía que era culpa de su lobo por no haber grabado el olor de su territorio, simplemente, hizo como si lo hubiese olvidado o quizás era a propósito para restregarle en cara que sin él, Jung Kook no era nadie.
Su lobo tenía razón. Si no fuese Alfa, no estaría cerca de ser el Alfa supremo.
—Nam Joon, tengo problemas más grandes como para pensar en ello. Déjame desayunar en paz —soltó con molestia. Todo lo que decía su familia le molestaba, se irritaba.
—¿Y así le hablas a tus mayores? —soltó una risa burlona.
Nam Joon había reconocido que su hermano menor había llegado agresivo verbalmente, con severos traumas y aprendizajes que fueron introducidos a la fuerza, producidos por el cambio drástico que había tomado su vida.
Ya no era el mismo niño tierno que le rascaba la panza cuando estaba convertido en un gran lobo, de tamaño descomunal y de pelaje marrón, solo quedaba el Jung Kook amargo y frío que había pasado por muchas cosas de las cuales no quería hablar.
—Sabes que no soy el mismo. No sé ni porque te sorprendes, Nam —alzó los hombros sin importancia terminando su desayuno—. Deberías acostumbrarte, seré el nuevo Rey Alfa de los seis territorios —alardeó con una sonrisa, casi burlona, pero era cierto.
Al correrse la voz entre todos los territorios, no podían creer que un Alfa tan jóven había vuelto vivo del más allá, fuera de las fronteras de todos los territorios y por ende, el Lord Kim había reclamado lo que por derecho ahora le pertenecía, ser el Rey de todos los territorios.
✓ El territorio de los Choi. El color que los representaba era el amarillo e incluso en sus ojos color miel se presentaba aquel color. Eran fuertes y una gran amenaza para los demás territorios si le llevabas la contraria al Lord Choi Youngjae. Su pelaje era anaranjado y los relacionaban con Garfield, una película que pasaban en la televisión de un gato anaranjado.
✓ El territorio de los Min. Los representaba el color negro, su pelaje blanco como la nieve y sus descomunales aullidos, podrías escucharlo hasta en el fin del mundo. Eran dóciles y dirigidos por el Lord Min que había pasado su mandato por medio de un ritual de iniciación a su único hijo, el nuevo Lord Min YoonGi y mejor amigo de Jeon Jung Kook.
✓ El territorio de los Park. El color que los representaba era el rojo, al igual se presentaba en sus pelajes al convertirse en lobos. No habían quejas de aquel territorio, ni de su jóven líder, el Lord Park Jimin.
✓ El territorio de los Kim. Los representaba el color verde, un extraño y brillante color, casi hipnótico. Eran los más fuertes y tenían un gran olfato, sus pelajes eran en tonos marrones, siendo dirigidos por el Lord Kim Seok Jin.
✓ El Territorio de los Lee. El color que los representaba era el azul, uno muy intenso mezclado con azul cielo. Eran los elegidos por los dioses, creados para liderar y que habían extinguido hace noventa años. Su pelaje era de un gris claro, capaz de cambiarlo a uno negro sólo para camuflarse con los habitantes de su territorio vecino (El de los Jeon).
✓ El territorio de los Jeon. El color que los representaba era el avellana con tonos dorados, un color en verdad muy difícil de nombrar. Su pelaje era de un color negro azabache y la visión era lo que más tenían desarrollado, además de su gran audición. Ellos eran la competencia de los Choi, pero por una equivocación decidieron aniquilarlos hace cientos de años atrás.
—No te olvides de quien eres cuando seas el Rey de todo, Kim —se levantó de la mesa con tranquilidad. Nam Joon jamás discutía con su hermano menor.
—Sabes que mi apellido ya no es Kim, es Jeon. De ahora en adelante soy el futuro Rey Jeon —corrigió con soberbia, como si su hermano le estuviera haciendo un mal.
—Antes eras Kim y por la confesión de papá, el deseo de mamá y la historia de nuestra familia, ahora te apellidas Jeon —recordó dejando que uno de los empleados metiera la silla de la cual se acababa de levantar—. Jamás te olvides de quienes son tus padres, Jung Kook. La misma maldición podría caer sobre tu propia familia y cuando menos te lo esperes, podrías estar envuelto en la misma situación que papá.
Nam Joon siempre había querido lo mejor para su familia y que Jeon fuese el próximo Rey de todos los territorios le preocupaba, aterraba, su hermano no era el mismo de antes, era egoísta y estaba cegado por obtener su venganza como el Lord Kim.
—Algo falla en tu historia ficticia, hermano —sonrió con arrogancia—. Yo no soy papá.
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Estaban todos los Alfas, Lores de los territorios sentados frente a una gran mesa redonda en un castillo que fue abandonado hace millones de años, pero que fue modificado con anterioridad para convocarlos a ésta reunión, se encontraba justo en el centro de todos los territorios.
—¡Es imposible que nos mande y guíe un mocoso! —gritó con molestia el Lord Choi.
Odiaba la idea de tener que reverenciar a un jóven Alfa que lo único que había hecho en su vida era volver vivo a su territorio del más allá.
—Pero volvió del más allá, es justo que tenga su lugar aquí en éste enorme castillo —apoyó el Lord Park, aunque era jóven y apuesto, estaba en contra de las guerras y oposiciones a las reglas que habían creado sus antepasados.
—No deberíamos dejar que un mocoso criado por su padre hasta cierto punto, nos guíe al éxito... Hará que nos matemos entre nosotros —el Lord Choi quería ser el Rey, hace siglos no había uno digno que pudiera ser capaz de dirigir seis territorios que en la actualidad, solamente, existían cuatro, creyéndose capaz de poder lograrlo.
La envidia y el poder eran más grandes que él, además de la ambición y la soberbia, nada bueno podría traer un Rey que sólo apelara por su propio bien.
—¿Por qué no? —cuestionó el Lord Min, que era mejor amigo del jóven Jeon— Él fue el elegido, además que fue el único que volvió del más allá de nuestros límites en una sola pieza, ¿Acaso les cuesta creer en lo que la Diosa Luna tiene preparado para nosotros? —miró a todos los presentes serio, teniendo un punto indiscutible—. Fue el elegido de la Diosa Luna y será nuestro futuro Rey —finalizó recostando su espalda del espaldar de la gran silla.
Todos en la gran habitación se habían quedado callados, sin habla, incluyendo al Lord Choi porque muy en el fondo sabía que el peli-blanco tenía razón y no podría ir en contra de la Diosa Luna, ella les había dado la vida.
—Pero debe cumplir la edad descrita en nuestras reglas —el Lord Choi quería atrasar el reinado de Jeon o simplemente, tenía algo en mente del cual no podía hablar abiertamente.
—¿Qué tramas en contra de mi hijo, Youngjae? —el Lord Kim se puso de pie con molestia, haciendo un estruendoso ruido al arrastrar la silla hacia atrás con brusquedad— ¿Qué debemos saber? Habla del porque no quieres que mi hijo sea el Rey o ¿Es que todavía secuestras a jóvenes Omegas y las violas?
Jung Kook al escuchar sus palabras se asombró sin siquiera demostrarlo, no tenía ni el mayor conocimiento de ese pasado del Lord Choi, pero al mirar a su alrededor los otros Lores no se veían afectados con tal pregunta que su padre acaba de soltar como si fuera normal ser un violador.
—Nada de eso, Seok Jin —el rubio apoyó su cabeza en la palma de su mano izquierda, cual brazo estaba flexionado sobre la mesa—. Tu hijo no está listo.
—Lo está —defendió el pelinegro a su hijo menor.
—¡Silencio! —el jóven Jeon utilizó su voz de mando, aunque sabía que no provocaría nada en ellos los mantendría con el hocico cerrado— No comprendo el porque discutimos sobre el futuro de nuestras tierras si ya está escrito. Seré su rey y por lo mismo, agradecería que procedieramos con el ritual —pidió el jóven Jeon, el futuro Rey.
Un anciano, que probablemente tenía más de mil años, había aparecido por debajo del marco de aquella puerta de madera oscura, poniendo los pelos de punto a todos los Lores a excepción de Jung Kook, porque era su abuelo el que iniciaría con el ritual de iniciación. El jóven Jeon se convertiría en un Alfa el doble de su tamaño, duplicaría su fuerza y habilidades, podría desarrollar la visión nocturna y lo mejor de todo, podría crear un manto protector sobre su familia.
—¿Papá? —preguntó el Lord Kim poniendose de pie para hacer una reverencia— ¿Qué haces aquí?
El anterior Lord fue Kim Seok Hyung, el padre de Kim Seok Jin, luego de cederle el puesto a su único hijo decidió vivir y disfrutar su vida como quisiera, sin interrupciones o impedimentos, no tendría a nadie que proteger bajo su manto, ni siquiera a su esposa.
Los Lores restantes imitaron la acción del Lord Kim mostrando respeto al Lord anterior.
—No me perdería por nada del mundo el nombramiento de mi nieto, Seok Jin, ya deberías saberlo —mostró una sonrisa con orgullo. Jeon era su nieto preferido—. Y al parecer el único hijo que tuviste que vale la pena.
El jóven Jeon se tensó y su lobo que aún no estaba de su lado empezó a gruñir, ¿Cómo podía decir aquello de sus hermanos? Todos eran diferentes y con habilidades, sueños, caminos y pasiones distintas. En cambio, el Lord Kim se puso en alerta, jamás dejaría que un anciano de más de mil años pudiera referirse así de sus hijos.
—Controlate, ahora yo soy el líder de los territorios Kim y por ende, debes respetar a mi familia, a nuestra familia —pidió el Lord Kim con amabilidad.
—Tan débil como siempre —susurró el ex-líder Kim con cierta burla.
Kim Seok Hyung no estaba muy orgulloso de como había criado a su hijo, era muy sentimental y se dejaba llevar por sus instintos, no era racional y por lo mismo culpaba a su hijo de las muertes de aquellas Omegas que fueron raptadas, abusadas, maltratadas y asesinadas por el Lord Choi, aunque nunca hubo pruebas de que haya sido él, no tenían dudas, sólo debían encontrar una pequeña señal contundente para asesinarlo por romper una de las tantas reglas que habían creado sus antepasados, de lo contrario una guerra entre los territorios empezaría.
—Comencemos —pidió el jóven Jeon poniéndose de pie y sin pensarlo subió a la mesa.
Todos debían verlo, apreciando lo que ellos mismos habían hecho cientos de años atrás. El jóven Jeon despojó de su cuerpo aquella prenda que le cubría el torso, tirando aquella camisa manga larga de color blanca por algún lado, se arrodilló frente a todos esperando que su padre le entregara la navaja de plata.
La plata era el único compuesto que podría matar a un lobo si daba en sus puntos más débiles, como la criptonita ponía débil a Superman si estaba cerca de ella.
—Apunta la navaja hacia tu corazón con la mano derecha —mandó su padre y Jeon tomando aquella navaja con gran filo acató su orden—. Si tu lobo es capaz de regenerar tu cuerpo, se te habrá concedido ser el Rey de todos los territorios, pero si mueres, el Lord Choi será el encargado de encontrar a un joven digno de aquél nombramiento —explicó el Lord Kim, poniendo los pelos de punta a su jóven hijo.
El ex-Lord Kim se acercó a su nieto, debían hacer el ritual completo y hacerle jurar que sería un gran Rey.
—Jeon Jung Kook, —el jóven Jeon sin mirar a su abuelo asintió— ¿Aceptas la responsabilidad de ser el Rey, líder y modelo a seguir de todos los territorios?
—Acepto.
Todos miraban expectantes, mientras el Lord Choi rezaba en sus adentros para que el jóven Jeon muriera luego de clavarse aquella filosa navaja de plata.
—¿Juras proteger y defender a todos los habitantes de nuestros territorios?
—Lo juro —No dudó, pero estaba nervioso por lo que vendría, porque muy en el fondo sabía que su lobo no iba a ayudarlo a sanar.
—Ahora, como ha dicho anteriormente mi hijo, si sobrevives nos arrodillaremos ante nuestro nuevo Rey y si no, desecharemos tu cuerpo en el más allá como si no hubieses valido nada —explicó como si no fuese suficientemente obvio lo que pasaría.
Jeon separó un poco la navaja que rozaba su piel y volvió con fuerza, clavando la hojilla de plata justo en su corazón sintiendo como la sangre salía de su cuerpo y sin describir el intenso dolor que sentía, como si estuvieran quemando todos sus órganos al mismo tiempo.
“Por favor, no nos dejes morir. Siento lo que dije” —pidió Jeon a su lobo, pero el dolor no cesaba.
Quizás el Lord Choi tenía razón, Jeon no estaba listo para ser el Rey.
Holaaaa!
Sé que hay historias por Wattpad que son de Reyes y se enamoran de una plebeya, de la Omega fuerte que se une a la manada o antes de que Jung Kook sea el Rey... Pero espero de mi parte sorprenderlos con algo nuevo y que además, les guste❤️
Gracias por leer😘
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Corregido: 28/01/2023
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